[ {"source_document": "", "creation_year": 1472, "culture": " Spanish\n", "content": "Produced by Nahum Maso i Carcases, Ram\u00f3n Pajares Box and\nthe Online Distributed Proofreading Team at\n Notas del Transcriptor\nSe han respetado la graf\u00eda y la acentuaci\u00f3n del original, as\u00ed como las\ninconsistencias en \u00e9stas.\nSe han corregido los errores obvios de imprenta y las erratas\nmencionadas en la secci\u00f3n correspondiente del original.\nLas notas a pie de p\u00e1gina se han renumerado y situado al final del\np\u00e1rrafo correspondiente.\nEl texto en versalita se ha sustituido por may\u00fasculas mientras que el\ntexto en cursiva se indica entre _guiones bajos_.\nLas p\u00e1ginas en blanco presentes en el original se han eliminado en la\nversi\u00f3n electr\u00f3nica.\n CONSEJERO, SECRETARIO Y CORONISTA\n DE LOS REYES CAT\u00d3LICOS\n DON FERNANDO Y DO\u00d1A ISABEL.\n POR DON GER\u00d3NIMO ORTEGA E HIJOS DE IBARRA.\n _Se hallar\u00e1 en su Imprenta y Librer\u00eda calle Angosta de\n Majaderitos, frente al Coliseo de la Cruz._\nLas Obras de Fernando de Pulgar son tan conocidas y estimadas, como\nlo publican las muchas ediciones que se han hecho de ellas, y los\nelogios que han merecido de los Literatos; por lo que no necesitan de\nrecomendacion alguna. A la verdad es imposible leerlas sin hechizarse\nde la hermosura de su estilo, de la pureza de su idioma, de la valent\u00eda\nde sus expresiones, y de la solidez de su doctrina.\nPor tanto se las proponen por modelo \u00e1 los j\u00f3venes en el Real Seminario\nde Nobles de Madrid, en San Isidro el Real, y en algunos Colegios de\nPadres Escolapios, para que al mismo tiempo que aprenden la lengua\nLatina, se perficionen en la Castellana. Ojal\u00e1 que el exemplo de unos\nEstudios tan autorizados se extienda \u00e1 todos los de los dominios de\nEspa\u00f1a.\nEntre todas las ediciones que se han hecho hasta ahora de los Claros\nVarones y Letras de Pulgar la mas completa es la impresa en Madrid\nen quarto el a\u00f1o de 1775 por el esmero y cuidado que puso el sabio\nEditor, \u00e1 quien somos tambien deudores de la Vida del Autor, y de las\nAdicciones \u00e1 los Claros Varones. Por lo mismo la hemos preferido \u00e1 las\nanteriores para original de \u00e9sta, y esperamos sea tan bien recibida\ncomo aquella, de la qual apenas se puede haber un exemplar \u00e1 las manos.\nEn quanto al tama\u00f1o, hemos elegido el presente, atendiendo \u00e1 la mayor\ncomodidad de los Lectores.\nFernando de Pulgar, Secretario y Consejero de los Reyes Cat\u00f3licos\nD. Fernando y Do\u00f1a Isabel, y su Cronista, fu\u00e9 natural del Reyno de\nToledo[1]. Algunos autores[2] congeturaron se llam\u00f3 _de Pulgar_ por\nhaber nacido en el pueblo de este nombre; pero Salazar de Mendoza[3] le\nhace natural del mismo Toledo, fundado en que para referir un suceso de\naquella Ciudad usa el modo comun de hablar en ella.\n [1] _Letra XXIV. dice_: De este nuestro Reyno de Toledo tiene\n [2] _Tamayo de Bargas Prologo \u00e1 la vida de_ Diego Garcia de\n Paredes. _D. Nicolas Antonio_, Bibl. nova.\n [3] _En la_ Cr\u00f3nica del Cardenal D. Pedro Gonzalez de Mendoza,\nOtros le confundieron[4] con _Hernan Perez de Pulgar_, Capitan\nvaleroso, crey\u00e9ndolos una misma persona; pero no cabe la menor duda\nen que eran diversas, pues el mismo Cronista en la tercera parte de\nla Cr\u00f3nica cap\u00edtulo III. dice: _Vista esta division por un Escudero,\nque era de las Guardas del Rey \u00e9 de la Reyna, Alcayde de la fortaleza\ndel Salar, que venia en aquella compa\u00f1ia, que se llamaba Hernan Perez\ndel Pulgar, hombre de buen esfuerzo, tom\u00f3 una toca de lienzo, y at\u00f3la\nen su lanza por via de ense\u00f1a, y dixo_... Aunque se quisiese atribuir\nla confusion \u00e1 la semejanza de nombres, hab\u00eda en ellos diferencia. El\nAlcayde se llamaba _Hernan Perez del Pulgar_, y el Cronista _Fernando\nde Pulgar_: era el Alcayde mozo, Escudero, y de las Guardas de los\nReyes; y el Cronista viejo, y nunca da \u00e1 entender hubiese exercido la\nprofesion militar, calific\u00e1ndose \u00fanicamente con el t\u00edtulo de Escribano,\nesto es, Secretario, como en el principio de la Letra I: _Se\u00f1or Doctor\nFrancisco Nu\u00f1ez, F\u00edsico_: _Yo Fernando de Pulgar, Escribano_...\n [4] _Argote de Molina en la lista de los Libros que tubo\n presentes para_ la Historia de la Andalucia: _D. Diego Sanchez\n Portocarrero en la_ Historia de Molina...\nSe ignora la calidad de sus padres, su educacion, y sus estudios; pero\n\u00e9l mismo asegura en la dedicatoria de los CLAROS VARONES \u00e1 la Reyna,\nque se cri\u00f3 en la corte de los Reyes D. Juan el II. y D. Enrique IV.\ndonde conoci\u00f3 y comunic\u00f3 \u00e1 muchos Prelados y Caballeros, cuyas vidas y\nacciones se propone escribir.\nReynando Enrique IV. era ya persona de cr\u00e9dito y consideracion en la\ncorte: _En verdad, Se\u00f1or_, dice en la Letra VI. \u00e1 un Caballero criado\ndel Arzobispo de Toledo, _yo fui uno de los Calderones con que el\nRey D. Enrique muchas veces envio \u00e1 sacar paz del Arzobispo, y nunca\npudo sacarla_. Es de presumir que en los ultimos a\u00f1os del Rey tenia\nya el empleo de Secretario, y que con \u00e9l empez\u00f3 \u00e1 servir \u00e1 los Reyes\nCat\u00f3licos inmediatamente que subieron al Solio; pues en la 3. parte,\ncap. 22. de la Cr\u00f3nica refiere, que _enviaron luego un su Secretario al\nRey D. Luis de Francia \u00e1 le notificar como el Rey D. Enrique su hermano\nera pasado de esta presente vida_... Aunque expresa lo que acaeci\u00f3,\ny otras negociaciones que le encargaron los Reyes, y sus resultas,\nfu\u00e9 tan modesto que no quiso nombrarse. Dormer en los _Progresos de\nla Historia de Aragon_ pag. 256. col. 2. dice, que Zurita[5] puso de\nsu mano al margen de dicho cap\u00edtulo: _Este Secretario fu\u00e9 Hernando\ndel Pulgar, como parece por la Historia de Alonso de Palencia, lib.\n23. cap. 5_. El mismo Pulgar _Letra XXIII._ asegura estuvo en Par\u00eds,\nrefiriendo lo que all\u00ed le dixo _un Religioso de santa vida_; pero calla\nel motivo de su viage, y el tiempo que se detubo.\n [5] _Zurita hizo notas \u00e1 los_ Claros Varones, _y es l\u00e1stima que\n por ignorarse donde paran no se hayan podido publicar en esta\n edicion._\nVuelto \u00e1 Castilla se puede colegir que su residencia ordinaria era en\nla corte de la Reyna, donde regularmente residia el Consejo; bien que\ncomo los viages de la Reyna eran tan continuos, no siempre la seguia\nel Consejo, ni por consecuencia Pulgar. En la _Letra XII._ se alaba de\nque _ni en corte, ni en Castilla no vivia hombre mejor vida_. Parece\nque despues se retir\u00f3 \u00e1 su casa, que la tendria en Toledo, si como\nasegura Salazar de Mendoza, era vecino de aquella Ciudad. _Estando_ en\nella _retra\u00eddo_, dice en la Letra XXVIII. _\u00e9 quasi libre de la pena\ndel cobdiciar, \u00e9 comenzando \u00e1 gozar del beneficio de contentamiento_,\nfue llamado para escribir la Cr\u00f3nica de los Reyes: y aunque no se sabe\nquando le dieron el cargo de Cronista, se infiere le usaba ya por\nent\u00f3nces, que era el a\u00f1o de 1482. al empezarse la guerra de Granada;\npues en la Letra XI. dice \u00e1 la Reyna: _Pasados ya tantos trabajos\n\u00e9 peligros como el Rey N. S. y V. A. aveis avido, no se debe tener\nen poca estima la escriptura dellos... Yo ir\u00e9 \u00e1 V. A. segun me lo\nenvia \u00e1 mandar, \u00e9 llevar\u00e9 lo escripto hasta aqui, para que lo mande\nexaminar... Ac\u00e1 avemos o\u00eddo las nuevas de la guerra que mandais\nmover contra los Moros..._ Lo escrito ser\u00eda la parte de Cr\u00f3nica\nanterior \u00e1 aquel tiempo: en la qual hab\u00eda insertado algunas Ep\u00edstolas\ny Razonamientos que escribi\u00f3 por mandado de la Reyna, segun creyeron\nlas gentes, como dice _Andres Bernaldez Cura de los Palacios_, en\nsu Cr\u00f3nica MS. cap. 10. a\u00f1adiendo en el 14. _que es parte del oficio\nde los Coronistas de los Reyes expedir Ep\u00edstolas en su servicio en\nlos tiempos que conviene:... y que deben procurar evitar esc\u00e1ndalos\ny guerras... y procurar la paz y concordia por Ep\u00edstolas de dulce y\nautorizado escribir_.\nA la sazon estaba la Reyna en Andaluc\u00eda, y se puede tener por cierto\nque desde ent\u00f3nces la sigui\u00f3 Pulgar constantemente en sus viages. Este\nera el mejor medio de hallarse bien informado para escribir la Cr\u00f3nica;\nporque el Rey instru\u00eda puntualmente \u00e1 la Reyna de lo que pasaba en el\nex\u00e9rcito, y consultaba con ella todas las ocurrencias dificiles: y\nla Reyna entretanto cuidaba de proveer el ex\u00e9rcito de gente, armas,\nmuniciones y v\u00edveres, y del gobierno del Reyno. Quando la Reyna iba al\nex\u00e9rcito la seguia Pulgar; y as\u00ed pudo ver por s\u00ed mismo los sitios de\nCambil y Haraval, el de M\u00e1laga, el de Baza, y otros acaecimientos.\nEra ya por ent\u00f3nces Pulgar de edad abanzada; pues en algunas de sus\n_Letras_ (que todas son escritas desde el a\u00f1o de 1473. al 1483.) se\nquexa de la vejez, y de los achaques anexos \u00e1 ella. Fu\u00e9 casado, y vivia\nsu muger, tambien anciana, quando escribi\u00f3 la _Letra XXIII._ \u00e1 una\nhija, que de doce a\u00f1os entr\u00f3 en Religion.\nLleg\u00f3 con su Cr\u00f3nica hasta la toma de Granada por Enero del a\u00f1o 1492.\nSe omitir\u00e1n aqui los elogios y las cr\u00edticas que justamente se han hecho\nde ella, dex\u00e1ndolo para quien se tome el laudable trabajo de cotejarla\ncon buenos MSS. corregirla, y restaurar lo que se omiti\u00f3 en las dos\nediciones que tenemos. Hizo la primera Antonio de Nebrija en Valladolid\na\u00f1o 1565. atribuyendo la obra \u00e1 su abuelo Antonio el c\u00e9lebre Gram\u00e1tico,\nporque habi\u00e9ndola encontrado entre sus libros, crey\u00f3 con ligereza\nque quien la hab\u00eda puesto en Latin la habr\u00eda escrito originalmente\nen Castellano. Si la hubiese leido habr\u00eda escusado la equivocacion;\npues en el cap\u00edtulo 21. hablando de D. Enrique IV. hubiera hallado\nestas palabras: _No se pone aqui la disposicion de su persona, ni\nsu condicion, porque en su Cr\u00f3nica, y asimesmo en un tractado que\nfecimos de los_ Claros Varones de Castilla _que ovo en su tiempo est\u00e1\nlargamente recontado_; y hubiera conocido pertenecer la Cr\u00f3nica al\nautor de los CLAROS VARONES, que ya estaban impresos, y andaban en\nmanos de todos.\nLa mas antigua edicion de los CLAROS VARONES que se ha tenido presente,\nposterior sin duda \u00e1 la muerte de Pulgar, se hizo _en Sevilla por\nStanislao Polono, \u00e9 acab\u00f3se \u00e1 22. dias del mes de Mayo a\u00f1o del\nnacimiento de N. S. Jesu-Christo de 1500._ incluyendo en ella XXXII.\nCartas del mismo autor dirigidas \u00e1 la Reyna, \u00e1 algunos grandes Se\u00f1ores,\nCaballeros y otras personas. Catorce Cartas, que son la 1. 2. 3. 4.\nen quarto se hab\u00edan ya impreso antes, como se infiere de no haber en\nellas foliatura, nombre de Impresor, lugar, ni a\u00f1o: y esta se puede\nllamar primera edicion. Sigui\u00f3se otra completa en Alcal\u00e1 por Miguel de\nEguia a\u00f1o 1528: otra en Zamora a\u00f1o 1543: en Valladolid otra a\u00f1o 1545.\ntodas en quarto: otra en Amberes por Juan Meursio a\u00f1o 1632: otra por\nDaniel Elzevirio en Amsterdan a\u00f1o 1670. fol. al fin de las _Ep\u00edstolas\nde Pedro Martir de Angleria_, donde se hallan tambien las _Letras_\ntraducidas en Latin por Juliano Magon: y finalmente otra en Madrid\na\u00f1o 1747. octavo, en la qual manifest\u00f3 el editor gran presuncion \u00e9\nignorancia remodernando el estilo.\nAdemas de estas obras atribuyen algunos \u00e1 Pulgar la S\u00e1tira conocida con\nel t\u00edtulo de _Coplas de Mingo Revulgo_, que otros sospecharon fuese de\nJuan de Mena. En ediciones antiguas lleva el nombre de Rodrigo Cota el\ntio vecino de Toledo, autor de las primeras Scenas de la famosa Comedia\n_La Celestina_. Pulgar solamente hizo la glosa que se imprimi\u00f3 con\nla misma S\u00e1tira antes del a\u00f1o 1500. Tambien le atribuye Don Nicolas\nAntonio una _Cronica de Don Enrique IV._ que dice vi\u00f3 en la Librer\u00eda\ndel Marques de Agr\u00f3poli; pero sin embargo conviene suspender el juicio\nsobre esta obra, y sobre la _Historia de los Reyes Moros de Granada_,\nque el mismo Don Nicolas Antonio asegura vi\u00f3 Martin Vazquez Siruela\nen la Librer\u00eda del Marques de Estepa; porque trat\u00e1ndose de MSS. son\nfrecuentes las equivocaciones.\nQue Pulgar escribi\u00f3 otras obras no conocidas, como la traducion de la\n_Exposicion del Pater noster_ de S. Agustin que cita en la _Letra \u00e1 su\nhija Monja_, no debe dudarse. Lucio Marineo Siculo lib. 7. _De Hispani\u00e6\nLaudibus_, citado por D. Nicolas Antonio, dice: _Ferdinandi Pulgarii\neloquentia, atque moralis Philosophia magna fuit ac laudabilis.\nSiquidem sermone Hispano plura edidit eleganti facundia, & uberrima\ndicendi copia. In eo enim opere quod de Viris illustribus inscripsit,\nplurimum & ingenii, & doctrin\u00e6, & scribendi artis ostendit. Permulta\nquoque memoratu dignissima composuit, in quibus magnam quidem laudem\npromeruit._\nSe omiten otros elogios, porque ciertamente qualquiera ver\u00e1 que el\nagudo, fecundo, y elegante ingenio de Pulgar no los necesita: y\nconcluir\u00e9mos con decir, que para la presente edicion ha servido de\ntexto la del a\u00f1o 1500. y que tambien se ha hecho uso de la primera de\n14. _Letras_, de la de Alcal\u00e1 del a\u00f1o 1528. y de la Elzeviriana.\n 158.... 13.... no responda, _nos responda_.\n DIRIGIDO A LA MUY ALTA REYNA\nMuy excelente \u00e9 muy poderosa Reyna nuestra Se\u00f1ora. Algunos\nHistoriadores Griegos \u00e9 Romanos escribieron bien por extenso las\nhaza\u00f1as que los Claros Varones de su tierra ficieron, \u00e9 les parescieron\ndignas de memoria. Otros escriptores ovo que las sacaron de las\nHistorias, \u00e9 ficieron dellas tractados aparte, \u00e1 fin que fuesen mas\ncomunicadas, segun fizo Valerio M\u00e1x\u00eemo, \u00e9 Plutarco, \u00e9 otros algunos,\nque con amor de su tierra, \u00f3 con aficion de personas, \u00f3 por mostrar su\neloq\u00fcencia quisieron ordenar sus fechos, ensalz\u00e1ndolos con palabras\nalgo por ventura mas de lo que fueron en obras. Yo, muy excelente Reyna\ny Se\u00f1ora, de ambas cosas veo menguada la Cor\u00f3nica destos vuestros\nReynos de Castilla \u00e9 de Leon en perjuicio grande del honor que se\ndebe \u00e1 los Claros Varones naturales dellos, \u00e9 \u00e1 sus descendientes:\nporque como sea verdad que ficiesen notables fechos; pero no los\nleemos extendidamente en las Cor\u00f3nicas como los ficieron, ni veo\nque ninguno los escribi\u00f3 aparte, como fizo Valerio, \u00e9 los otros.\nVerdad es que el noble Caballero Fernan Perez de Guzman escribi\u00f3 en\nmetro algunos Claros Varones naturales dellos que fueron en Espa\u00f1a:\nasimismo escribi\u00f3 brevemente en prosa las condiciones del muy alto\ny excelente Rey Don Juan de esclarecida memoria vuestro padre, \u00e9 de\nalgunos Caballeros \u00e9 Perlados sus s\u00fabditos que fueron en su tiempo.\nEso mismo v\u00ed en Francia el compendio que fizo un Maestro Jorge de la\nVernada Secretario del Rey Carlos, en que copil\u00f3 los fechos notables\nde algunos Caballeros \u00e9 Perlados de aquel Reyno que fueron en su\ntiempo. E aun en aquel libro de la Sacra Escriptura que fizo Jes\u00fa fijo\nde Sirac, quiso loar los Varones gloriosos de su nacion. Tambien Sant\nHier\u00f3nimo \u00e9 otros algunos escribieron loando los ilustres Varones\ndignos de memoria, para loable exemplo de nuestro vivir. Yo, muy\nexcelente Reyna y Se\u00f1ora, criado desde mi menor edad en la corte del\nRey vuestro padre, y del Rey Don Enrique vuestro hermano, movido con\naquel amor de mi tierra que los otros ovieron de la suya, me dispuse \u00e1\nescrebir de algunos Claros Varones Perlados y Caballeros naturales de\nvuestros Reynos, que yo conosc\u00ed \u00e9 comuniqu\u00e9, cuyas haza\u00f1as \u00e9 notables\nfechos, si particularmente se oviesen de contar, requeria facerse de\ncada uno una grand Historia. Por ende brevemente con el ayuda de Dios\nescrebir\u00e9 los linages \u00e9 condiciones de cada uno, \u00e9 algunos notables\nfechos que ficieron: de los quales se puede bien creer que en autoridad\nde personas, y en ornamento de virtudes, y en las habilidades que\ntubieron, as\u00ed en ciencia, como en armas, no fueron menos excelentes\nque aquellos Griegos \u00e9 Romanos \u00e9 Franceses que tanto son loados en sus\nescripturas. E primeramente pens\u00e9 poner la vida \u00e9 condiciones del Rey\nDon Enrique Quarto vuestro hermano, cuya \u00e1nima Dios haya, por aver\nconcurrido en su tiempo.\n _Del Rey Don Enrique Quarto._\nEl Rey Don Enrique Quarto fijo del Rey Don Juan el Segundo fu\u00e9 hombre\nalto de cuerpo, \u00e9 fermoso de gesto, \u00e9 bien proporcionado en la\ncompostura de sus miembros. Este Rey seyendo Pr\u00edncipe di\u00f3le el Rey su\npadre la Ciudad de Segovia, \u00e9 pusole casa \u00e9 oficiales, seyendo de edad\nde catorce a\u00f1os. Estobo en aquella Ciudad apartado del Rey su padre\nlos mas dias de su menor edad, en los quales se di\u00f3 \u00e1 algunos deleytes\nque la mocedad suele demandar, y la honestad debe negar. Fizo abito\ndellos; porque ni la edad flaca los sab\u00eda refrenar, ni la libertad que\ntenia los sofria castigar. No bebia vino, ni queria vestir pa\u00f1os muy\npreciosos, ni curaba de la ceremonia que es debida \u00e1 Persona Real.\nTenia algunos mozos aceptos de los que con \u00e9l se criaban: am\u00e1balos\ncon grande aficion, \u00e9 d\u00e1bales grandes d\u00e1divas. Desobedesci\u00f3 algunas\nveces al Rey su padre; no porque de su voluntad procediese, mas por\ninducimiento de algunos, que siguiendo sus proprios intereses, le\ntra\u00edan \u00e1 ello. Era hombre piadoso, \u00e9 no tenia \u00e1nimo de facer mal, ni\nver padecer \u00e1 ninguno: \u00e9 tan humano era, que con dificultad mandaba\nexecutar la justicia criminal: y en la execucion de la cevil, y en\nlas otras cosas necesarias \u00e1 la gobernacion de sus Reynos, algunas\nveces era negligente, \u00e9 con dificultad entendia en cosa agena de su\ndelectacion, porque el apetito le se\u00f1oreaba la razon. No se vido en\n\u00e9l jam\u00e1s punto de sobervia en dicho ni en fecho, ni por cobdicia de\naver grandes se\u00f1or\u00edos le vieron facer cosa fea ni deshonesta: \u00e9 si\nalgunas veces avia ira, dur\u00e1bale poco, y no le se\u00f1oreaba tanto que\nda\u00f1ase \u00e1 \u00e9l ni \u00e1 otro. Era grand montero, \u00e9 placiale muchas veces de\nandar por los bosques apartado de las gentes. Cas\u00f3 seyendo Pr\u00edncipe\ncon la Princesa Do\u00f1a Blanca hija del Rey Don Juan de Aragon su tio,\nque entonces era Rey de Navarra, con la qual estobo casado por espacio\nde diez a\u00f1os, \u00e9 al fin ovo divorcio entre ellos por el defecto de la\ngeneracion, que \u00e9l imputaba \u00e1 ella y ella imput\u00f3 \u00e1 \u00e9l. Muri\u00f3 el Rey D.\nJuan su padre, \u00e9 reyn\u00f3 luego pacificamente en los Reynos de Castilla\n\u00e9 de Leon, seyendo ya en edad de treinta a\u00f1os: \u00e9 luego que reyn\u00f3 us\u00f3\nde grand magnificencia con ciertos Caballeros \u00e9 Grandes Se\u00f1ores de sus\nReynos soltando, \u00e1 unos de las prisiones en que el Rey su padre los\nav\u00eda puesto, \u00e9 reduciendo \u00e9 perdonando \u00e1 otros que andaban desterrados\nde sus Reynos, \u00e9 restituy\u00f3les todas las Villas \u00e9 Logares \u00e9 rentas,\n\u00e9 todos sus patrimonios \u00e9 oficios que tenian. Teniendo la primera\nmuger de quien se apart\u00f3 cas\u00f3 con otra hija del Rey de Portugal: y\nen este segundo casamiento se manifest\u00f3 su impotencia; porque como\nquier que estobo casado con ella por espacio de quince a\u00f1os, \u00e9 ten\u00eda\ncomunicacion con otras mugeres, nunca pudo aver \u00e1 ninguna allegamiento\nde varon. Reyn\u00f3 veinte a\u00f1os, y en los diez primeros fu\u00e9 muy pr\u00f3spero,\n\u00e9 lleg\u00f3 grand poder de gentes \u00e9 de tesoros, \u00e9 los Grandes \u00e9 Caballeros\nde sus Reynos con grand obediencia cumplian sus mandamientos. Era\nhombre franco, \u00e9 facia grandes mercedes \u00e9 d\u00e1divas; \u00e9 no repetia jam\u00e1s\nlo que daba, ni le plac\u00eda que otros en su presencia gelo repitiesen.\nLleg\u00f3 tanta abundancia de tesoros, que allende de los grandes gastos\n\u00e9 d\u00e1divas que fac\u00eda, mercaba qualquier Villa \u00f3 Castillo, \u00f3 otra grand\nrenta que en sus Reynos se vendiese para acrescentar el patrimonio\nReal. Era hombre que las mas cosas fac\u00eda por solo su arbitrio, \u00f3 \u00e1\nplacer de aquellos que tenia por privados: \u00e9 como los apartamientos\nque los Reyes acen, \u00e9 la grand aficion que sin justa causa muestran\n\u00e1 unos mas que \u00e1 otros, \u00e9 las excesivas d\u00e1divas que les dan, suelen\nprovocar \u00e1 odio, \u00e9 del odio nacen malos pensamientos, \u00e9 peores obras,\nalgunos grandes de sus Reynos, \u00e1 quien no comunicaba sus consejos,\nni la gobernacion de sus Reynos, \u00e9 pensaban que de razon les debia\nser comunicado, concibieron tan da\u00f1ado concepto, que algunas veces\nconjur\u00e1ron contra \u00e9l para lo prender \u00f3 matar. Pero como este Rey era\npiadoso, bien as\u00ed us\u00f3 Dios con \u00e9l de piedad, \u00e9 le libr\u00f3 de la prision,\n\u00e9 de los otros males que contra su Persona Real se imaginaron. E\nciertamente se debe considerar, que como quier que no sea ageno de los\nhombres tener aficion \u00e1 unos mas que \u00e1 otros, pero especialmente los\nReyes, que est\u00e1n en el miradero de todos, tanto menor licencia tienen\nde errar, quanto mas se\u00f1alados y mirados son que los otros: mayormente\nen las cosas de la justicia, de la qual tambien deben usar mostrando\nsu aficion templada al que lo meresciere, como en todas las otras\ncosas: porque de mostrarse los Reyes aficionados sin templanza, \u00e9 no\n\u00e1 quien, ni c\u00f3mo, ni por lo que deben ser, nascen muchas veces las\nenvidias, d\u00f3 se siguen las desobediencias, y vienen las guerras \u00e9 otros\ninconvenientes que \u00e1 este Rey acaecieron. Era grand m\u00fasico, \u00e9 tenia\nbuena gracia en cantar \u00e9 ta\u00f1er, \u00e9 en hablaren cosas generales; pero\nen la execucion de las particulares \u00e9 necesarias, algunas veces era\nflaco, porque ocupaba su pensamiento en aquellos deleytes de que estaba\nacostumbrado, los quales impiden el oficio de la prudencia \u00e1 qualquier\nque dellos est\u00e1 ocupado. E ciertamente vemos algunos hombres hablar\nmuy bien, loando generalmente las virtudes, \u00e9 vituperando los vicios;\npero quando se les ofresce caso particular que les toque, entonces,\nvencidos del interese \u00f3 del deleyte, no han lugar de permanescer en\nla virtud que loaron, ni resistir el vicio que vituperaron. Usaba\nasimismo de magnificencia en los recibimientos de Grandes hombres, \u00e9\nde los Embaxadores de Reyes que venian \u00e1 \u00e9l, faci\u00e1ndoles grandes \u00e9\nsumptuosas fiestas, \u00e9 d\u00e1ndoles grandes dones: otros\u00ed en facer grandes\nedificios en los Alcazares \u00e9 Casas Reales, y en Iglesias \u00e9 lugares\nsagrados. Este Rey fund\u00f3 de principio los Monesterios de la Virgen\nSanta Maria del Parral de Segovia, \u00e9 de Sant Hier\u00f3nymo del Paso de\nMadrid, que son de la Orden de Sant Hier\u00f3nymo \u00e9 dot\u00f3los magn\u00edficamente:\n\u00e9 otros\u00ed el Monesterio de Sant Antonio de Segovia de la Orden de Sant\nFrancisco: \u00e9 hizo otros grandes edificios \u00e9 reparos en otras muchas\nIglesias \u00e9 Monesterios de sus Reynos, \u00e9 di\u00f3les grandes limosnas, \u00e9\nfizoles muchas mercedes. Otros\u00ed mandaba pagar cada a\u00f1o en tierras \u00e9\nacostamientos gran n\u00famero de gente de armas: \u00e9 allende desto gastaba\ncada a\u00f1o en sueldo para la gente de caballo continua que tra\u00eda en su\nguarda otra grand cantidad de dinero. E con esto fu\u00e9 tan poderoso, \u00e9\nsu poder fu\u00e9 tan renombrado por el mundo, que el Rey D. Fernando de\nNe\u00e1poles le envi\u00f3 suplicar que le recibiese en su omenage. Otros\u00ed la\nCiudad de Barcelona con todo el Principado de Catalu\u00f1a le ofresci\u00f3 de\nse poner en su se\u00f1or\u00edo, y de le darlos tributos debidos al Rey Don Juan\nde Aragon su tio, \u00e1 quien por entonces aquel Principado estaba rebelde.\nPor inducimientos \u00e9 persuasiones de algunos que estaban cerca d\u00e9l en su\nconsejo, mas que procediendo de su voluntad, tuvo algunas diferencias\ncon este Rey de Aragon su tio, que asimesmo se intitulaba Rey de\nNavarra, y entr\u00f3 por su persona poderosamente en el Reyno de Navarra,\ny envi\u00f3 gran copia de gente de armas con sus Capitanes al Reyno de\nAragon, \u00e9 fizo guerra \u00e1 los Aragoneses \u00e9 Navarros: \u00e9 puedese bien creer\nque segun su grande poder, \u00e9 la disposicion del tiempo \u00e9 de la tierra,\n\u00e9 la flaqueza \u00e9 poca resistencia que por entonces avia en la parte\ncontraria, si este Rey fuera tirano \u00e9 inhumano, todos aquellos Reynos y\nSe\u00f1or\u00edos fueran puestos en su obediencia, dellos con peque\u00f1a fuerza, \u00e9\ndellos de su voluntad. E para pacificar estas diferencias se trataron\nvistas entre \u00e9l y el Rey Don Luis de Francia, que como \u00e1rbitro se\ninterpuso \u00e1 las pacificar: \u00e1 las quales vistas fu\u00e9 acompa\u00f1ado de\nGrandes Se\u00f1ores \u00e9 Perlados, \u00e9 de grand multitud de Caballeros \u00e9\nFijosdalgo de sus Reynos. En los gastos que fizo, \u00e9 d\u00e1divas que di\u00f3,\ny en los arreos \u00e9 otras cosas que fueron necesarias de se gastar\n\u00e9 destribuir para tan grande acto, mostr\u00f3 bien la franqueza de su\ncoraz\u00f3n, \u00e9 paresci\u00f3 la grandeza de sus Reynos, \u00e9 guard\u00f3 la preeminencia\nde su persona, \u00e9 la honra \u00e9 loable fama de sus s\u00fabditos. Fu\u00e9 la fabla\ndestos dos Reyes entre la Villa de Fuenterab\u00eda que es del Reyno de\nCastilla, \u00e9 la Ciudad de Bayona que es del Reyno de Francia, en la\nrivera de la mar. Continu\u00f3 algunos tiempos guerra contra los Moros:\nfizo algunas entradas con grand copia de gente en el Reyno de Granada.\nEn su tiempo se gan\u00f3 Gibraltar \u00e9 Archidona, \u00e9 otros algunos Lugares de\naquel Reyno. Constri\u00f1\u00f3 \u00e1 los Moros que le diesen parias algunos a\u00f1os\nporque no les ficiese guerra: \u00e9 los Reyes comarcanos temian tanto su\ngrand poder, que ninguno osaba facer el contrario de su voluntad, \u00e9\ntodas las cosas le acarreaba la fortuna como \u00e9l las quer\u00eda, \u00e9 algunas\nmucho mejor de lo que pensaba, como suele facer \u00e1 los bien afortunados:\n\u00e9 los de sus Reynos todo aquel tiempo que estobieron en su obediencia\ngozaban de paz, \u00e9 de los otros bienes que della se siguen. Fenecidos\nlos diez a\u00f1os primeros de su se\u00f1or\u00edo, la fortuna, envidiosa de los\ngrandes estados, mud\u00f3 como suele la cara pr\u00f3spera, \u00e9 comenz\u00f3 \u00e1 mostrar\nla adversa. De la qual mudanza muchos veo quexarse, y \u00e1 mi ver sin\ncausa: porque segund pienso alli hay mudanza de prosperidad d\u00f3 hay\ncorrupcion de costumbres. Y as\u00ed por esto, como porque se debe creer\nque Dios queriendo unir en esta vida alguna desobediencia que este\nRey mostr\u00f3 al Rey su padre, di\u00f3 lugar que fuese desobedecido de los\nsuyos, \u00e9 permiti\u00f3 que algunos criados de los mas aceptos que este Rey\ntenia, \u00e9 \u00e1 quien de peque\u00f1os fizo hombres grandes, \u00e9 di\u00f3 t\u00edtulos \u00e9\ndignidades \u00e9 grandes patrimonios, quier lo ficiesen por conservar lo\nav\u00eddo, quier por lo acrecentar \u00e9 a\u00f1adir mayores rentas \u00e1 sus grandes\nrentas, erraron de la via que la razon les obligaba: \u00e9 no podiendo\nrefrenar la envidia concebida de otros que pensaban ocuparles el lugar\nque tenian, conocidas en este Rey algunas flaquezas nascidas del habito\nque tenia fecho en los deleytes, osaron desobedecerle \u00e9 poner disension\nen su casa. La qual porque al principio no fu\u00e9 castigada segund deb\u00eda,\ncresci\u00f3 entre ellos tanto, que fizo descrecer el estado del Rey, y el\ntemor \u00e9 obediencia que los Grandes de sus Reynos le av\u00edan. Donde se\nsigui\u00f3 que algunos destos se juntaron con otros Perlados \u00e9 Grandes\nSe\u00f1ores del Reyno, \u00e9 tomaron al Pr\u00edncipe Don Alonso su hermano, mozo\nde once a\u00f1os, \u00e9 faciendo division en Castilla, lo alzaron por Rey\ndella, \u00e9 todos los Grandes \u00e9 Caballeros, \u00e9 las Ciudades \u00e9 Villas\nestubieron divisos en dos partes: la una permaneci\u00f3 siempre con este\nRey Don Enrique; la otra estobo con aquel Rey Don Alonso: el qual\ndur\u00f3 con t\u00edtulo de Rey por espacio de tres a\u00f1os, \u00e9 muri\u00f3 en edad de\ncatorce a\u00f1os. En esta division se despert\u00f3 la cobdicia, \u00e9 creci\u00f3 el\navaricia, cay\u00f3 la justicia, \u00e9 se\u00f1ore\u00f3 la fuerza, reyn\u00f3 la rapi\u00f1a, \u00e9\ndisolvi\u00f3se la luxuria, \u00e9 ovo mayor lugar la cruel tentacion de la\nsobervia que la humilde persuasion de la obediencia, \u00e9 las costumbres\npor la mayor parte fueron corrompidas \u00e9 disolutas, de tal manera que\nmuchos, olvidada la lealtad \u00e9 amor que debian \u00e1 su Rey \u00e9 \u00e1 su tierra, \u00e9\nsiguiendo sus intereses particulares, dexaron caer el bien general de\ntal forma que el general y el particular perescia. E Nuestro Se\u00f1or, que\nalgunas veces permite males en las tierras generalmente, para que cada\nuno sea punido particularmente segun la medida de su yerro, permiti\u00f3\nque oviese tantas guerras en todo el Reyno, que ninguno puede decir ser\nex\u00eemido de los males que dellas se siguieron; y especialmente aquellos\nque fueron causa de las principiar se vieron en tales peligros, que\nquisieran dexar gran parte de lo que primero tenian, con seguridad\nde lo que les quedase, \u00e9 ser ya salidos de las alteraciones que \u00e1\nfin de acrecentar sus estados inventaron: \u00e9 as\u00ed pudieron saber con la\nverdadera experiencia lo que no les dex\u00f3 conocer la ciega cobdicia.\nE por cierto as\u00ed acaesce, que los hombres antes que sientan el mal\nfuturo, no conoscen el bien presente; pero quando se ven envueltos en\nlas necesidades peligrosas en que su desordenada cobdicia los mete,\nentonces querrian \u00e9 no pueden facer aquello que con menor da\u00f1o pudieran\naver fecho. Duraron estas guerras los otros diez a\u00f1os postrimeros que\neste Rey reyn\u00f3, \u00e9 los hombres p\u00e1cificos padecieron muchas fuerzas de\nlos hombres nuevos que se levantaron \u00e9 ficieron grandes destruiciones.\nGast\u00f3 en estos tiempos el Rey todos sus tesoros: \u00e9 allende de aquellos,\ngast\u00f3 \u00e9 di\u00f3 sin medida quasi todas las rentas de su patrimonio Real, \u00e9\nmuchas dellas que le tomaron los tiranos que en aquel tiempo eran: de\nmanera que aquel que con el abundancia de los tesoros compraba Villas\n\u00e9 Castillos, vino en tanta extrema necesidad, que vendi\u00f3 muchas de\nveces las rentas del su patrimonio, todo para el mantenimiento de su\npersona. Vivi\u00f3 este Rey cinquenta a\u00f1os, de los quales reyn\u00f3 veinte, \u00e9\nmuri\u00f3 en el Alcazar de la Villa de Madrid de dolencia del hijada, de\nlaqual en su vida muchas veces fu\u00e9 gravemente apasionado.\n _El Almirante Don Fadrique._\nEl Almirante Don Fadrique fijo del Almirante Don Alonso Enriquez[6],\n\u00e9 nieto de Don Fadrique Maestre de Santiago, \u00e9 bisnieto del Rey Don\nAlonso, fu\u00e9 peque\u00f1o de cuerpo \u00e9 fermoso de gesto. Era un poco corto de\nvista: hombre de buen entendimiento. Fu\u00e9 en los tiempos del Rey Don\nJuan, \u00e9 del Rey Don Enrique. Tenia muchos parientes, porque tenia por\nhermano de madre al Adelantado Pero Manrique, que fu\u00e9 un Gran Se\u00f1or en\nCastilla, \u00e9 tobo de su padre \u00e9 madre otro hermano que fu\u00e9 Conde de Alva\nde Liste, \u00e9 nueve hermanas, que casaron todas con hombres de linage\nque tenian casas de mayorazgos antiguas. Y de la parte de Do\u00f1a Juana de\nMendoza su Madre, hija de Pero Gonzalez de Mendoza, tenia por deudos\nde sangre todos los mas de los Grandes Se\u00f1ores de Castilla. Amaba los\nparientes, \u00e9 alleg\u00e1balos, \u00e9 trabajaba en procurar su honra y interese\nmuy mucho. Fu\u00e9 Caballero esforzado, \u00e9 hombre de tan grande corazon, que\nosadamente cometia muchas vegadas su persona y estado \u00e1 los golpes de\nla fortuna por la conservacion de sus parientes, \u00e9 por adquirir para\ns\u00ed honra \u00e9 reputacion. Usando de su oficio de Almirante andobo por la\nmar con grand flota de armada, \u00e9 ovo rencuentros \u00e9 batallas marinas\ncon Moros \u00e9 Christianos, en las quales fu\u00e9 vencedor, \u00e9 alcanz\u00f3 fama de\nesforzado Capitan. Era franco \u00e9 liberal, \u00e9 siempre pospuso la cobdicia\nde guardar tesoros \u00e1 la gloria que sentia en los gastar por aver honra.\nEra hombre impaciente, \u00e9 no podia buenamente tolerar las cosas que\nle parecian excesivas \u00e9 contrarias \u00e1 la razon, \u00e9 repreendialas con\nalgun rigor: especialmente increpaba la grand aficion que el Rey Don\nJuan tenia al Maestre de Santiago Don Alvaro de Luna Condestable de\nCastilla, y el gran poder que en su Corte \u00e9 Reyno le di\u00f3, \u00e9 las d\u00e1divas\ninmensas que le fizo. Otros\u00ed repreendia las cosas excesivas que este\nCondestable, con el gran favor que del Rey tenia, facia, \u00e9 no las podia\nsofrir ni disimular. E desta condicion se le siguieron discordias y\nenemistades con aquel Maestre, \u00e9 con otros Caballeros que seguian la\nsu parcialidad, de las quales procedieron guerras y esc\u00e1ndalos en el\nReyno: porque era hombre de grand autoridad, as\u00ed por respeto de su\npersona \u00e9 grande casa, como por los muchos \u00e9 Grandes Se\u00f1ores que tenia\npor parientes. Cas\u00f3 una hija con el Rey de Aragon, que \u00e1 la hora era\nRey de Navarra, \u00e9 por causa deste casamiento, \u00e9 de las parcialidades\nque tenia en el Reyno, se le siguieron algunos infortunios,\nespecialmente en el vencimiento de la batalla que el Rey Don Juan ovo\ncontra el Rey de Navarra, \u00e9 contra el Infante Don Enrique sus primos,\n\u00e9 contra otros Caballeros cerca de la Villa de Olmedo: en la qual,\ncomo quier que este Almirante fue vencido del Maestre de Santiago su\nenemigo, \u00e9 preso por un Escudero de su capitan\u00eda; pero no le fallesci\u00f3\n\u00e1nimo en la hora del infortunio, \u00e9 con fuerza de razones que dixo al\nque le prendi\u00f3, le puso en libertad: y fueron tomados todos sus bienes,\ny \u00e9l andubo desterrado del Reyno, sintiendo aquel grave sentimiento que\nel vencido siente veyendo su enemigo vencedor. Sufri\u00f3 este Caballero\nsus p\u00e9rdidas con igual cara, \u00e9 ninguna fuerza de la fortuna le abax\u00f3\nla fuerza de su corazon. Loan los Historiadores Romanos por varon de\ngrand \u00e1nimo \u00e1 Cat\u00f3n porque se mat\u00f3, non podiendo con paciencia sofrir\nla victoria de Cesar su enemigo; \u00e9 no s\u00e9 yo por cierto qu\u00e9 mayor\ncrueldad le ficiera el Cesar de la que \u00e9l se fizo; porque repugnando \u00e1\nla natura \u00e9 al comun deseo de los hombres, fizo en su persona lo que\ntodos aborrecen facer en la agena. E adornan su muerte diciendo que\nmuri\u00f3 por aver libertad: \u00e9 ciertamente no puedo entender que libertad\npuede aver para s\u00ed, ni para d\u00e1r \u00e1 otro, el hombre muerto. As\u00ed que como\nhaya grande razon para loar su vida, no veo que la haya para loar su\nmuerte: porque anticiparse ninguno \u00e1 desatar aquel conjuntisimo \u00e9\nnatural atamiento que el \u00e1nima tiene con el cuerpo, temiendo que otro\nle desate, cosa es mas para aborrecer, que para loar. No se mata el\nmarinero en la fortuna antes que le mate la fortuna; ni el cercado se\nd\u00e1 la muerte por miedo de la servidumbre del cercador. A todos sostiene\nla esperanza que no pudo sostener \u00e1 Cat\u00f3n: el qual si tovo \u00e1nimo para\nsofrir los bienes de la prosperidad, \u00e9 no los males de la fortuna, con\nmayor razon podemos loar \u00e1 este Almirante: porque aquel paresci\u00f3 en su\nmuerte tan flaco, que no pudo sofrir sus males; y este paresci\u00f3 en su\nvida tan fuerte, que tovo esperanza de cobrar sus bienes, aunque se\nvido desterrado \u00e9 vencido, \u00e9 \u00e1 su enemigo pr\u00f3spero \u00e9 vencedor; porque\naquel es dicho varon magn\u00e1nimo que sufriendo la mala, sabe buscar la\nbuena fortuna. E si el otro fu\u00e9 repreensor de pecados, tambien fu\u00e9 este\nAlmirante repreensor de aquello que le parescia fuera de razon: aunque\nde repreender errores agenos mas veces se sigue odio al castigador, que\nenmienda al castigado. E tambien debemos considerar, que si los juicios\nde Dios no podemos compreender, menos los debemos repreender; porque no\nsabemos sus misterios, ni los fines que su providencia tiene ordenados\nen los actos de los hombres. E por ende el que pudiere refrenar su ira,\n\u00e9 dar pasada \u00e1 las cosas que se pueden tolerar, \u00e9 aver sufrimiento\npara las disimular, sin duda vivir\u00e1 vida mas segura, \u00e9 no se pondr\u00e1,\nsegun este Almirante se puso, \u00e1 los golpes peligrosos de la fortuna.\nEn los quales en alguna manera se pudo decir bien fortunado, porque\nsus deudos \u00e9 amigos le fueron gradecidos, \u00e9 sus criados \u00e9 servidores\nle fueron leales; los quales membr\u00e1ndose de algunos beneficios que\nd\u00e9l rescibieron, le ayudaron quanto pudieron, \u00e9 ayud\u00e1ran mejor si\npudieran: porque el amor verdadero ni dexa de amar, ni cansa de\naprovechar. En estos tiempos de adversidades que por este Caballero\npasaron conosci\u00f3 bien la lucha continua que entre s\u00ed tienen el trabajo\nde la una parte, y el deleyte de la otra: \u00e9 como quier que el uno \u00f3\nel otro vencen \u00e1 veces, pero ninguno dellos dura en el vencimiento\nluengamente, al fin, haciendo el tiempo las mudanzas que suele, y los\namigos \u00e9 servidores las obras que deben, rode\u00f3 Dios las cosas de tal\nmanera que torn\u00f3 \u00e1 Castilla, \u00e9 recobr\u00f3 todos sus bienes \u00e9 patrimonio, \u00e9\novo logar de lo acrescentar, \u00e9 fu\u00e9 restitu\u00eddo en la gran estimacion que\nprimero estaba, \u00e9 muri\u00f3 lleno de dias en gran prosperidad: porque dex\u00f3\nsus hijos en buen estado, y vido en sus postrimeros dias \u00e1 su nieto\nhijo de su hija ser Pr\u00edncipe de Aragon, porque era \u00fanico hijo del Rey\nde Aragon su padre: \u00e9 otros\u00ed le vido Pr\u00edncipe de los Reynos de Castilla\n\u00e9 de Leon, porque cas\u00f3 con la Princesa de Castilla Do\u00f1a Isab\u00e9l, que fu\u00e9\nReyna destos Reynos.\n [6] _Vease el Cap. de D. Alonso Enriquez en las_ Generaciones y\n Semblanzas, _pag. 221_.\nDon Pero Fernandez de Velasco Conde de Haro, hijo de Don Juan de\nVelasco[7], \u00e9 nieto de Don Pero Fernandez de Velasco, fu\u00e9 hombre de\nmediana estatura, tenia las cervices torcidas, \u00e9 los ojos un poco\nvizcos. Era de linage noble y antiguo. H\u00e1llase por las Cor\u00f3nicas,\nque \u00e9l \u00e9 su padre \u00e9 abuelos fueron Camareros mayores de los Reyes de\nCastilla sucesivamente por espacio de ciento \u00e9 veinte a\u00f1os. Era hombre\nagudo \u00e9 de buen entendimiento. Vivi\u00f3 en los tiempos del Rey Don Juan\nel Segundo, \u00e9 del Rey Don Enrique Quarto su fijo. En su juventud la\nedad lozana, \u00e9 no aun madura ni experimentada en los inconvenientes\nque acaescen en la vida, le induci\u00f3 que se juntase en parcialidades\ncon otros Grandes del Reyno sus parientes, \u00e9 repugnase la voluntad \u00e9\naficion grande que el Rey Don Juan mostraba en obras y en palabras\n\u00e1 algunos privados: \u00e9 por esta causa estubo algun tiempo en la\nindignacion del Rey, \u00e9 padesci\u00f3 algunos infortunios. E como acaesce\nalgunas veces que las adversidades d\u00e1n al hombre mejor doctrina para\nser cauto, que las prosperidades para ser templado, este Caballero\ndespert\u00f3 en la adversidad su buen entendimiento, \u00e9 conosci\u00f3 como dende\nen adelante viviese con mas seguridad \u00e9 menos peligro. Fablaba con\nbuena gracia, \u00e9 con tales razones tra\u00eddas \u00e1 prop\u00f3sito, que todos avian\nplacer de le o\u00edr. Era temeroso de Dios, \u00e9 hombre de verdad, \u00e9 inclinado\n\u00e1 justicia: la qual como sea dividida en partes, una de las quales se\ndice legal, porque es institu\u00edda por ley; otra igual, que la razon\nnatural nos manda seguir, puedese por cierto creer deste Caballero,\nque ni falleci\u00f3 en lo que manda la razon natural, ni era transgresor\nde lo escripto por ley; antes fu\u00e9 un tan gran zelador de la justicia,\nque no se puede decir otro en sus tiempos que con tan gran estudio la\nmirase, ni con mejor diligencia \u00e9 moderacion la cumpliese y executase.\nY esta virtud mostr\u00f3 bien en la gobernacion de sus Villas \u00e9 Lugares,\n\u00e9 otras muchas tierras que tovo en administracion; porque allende del\nderecho que igualmente facia guardar de unos \u00e9 otros, di\u00f3 tal forma\nen sus tierras, que los ministros que pon\u00eda en la justicia dellas\neran obligados de pagar todo el robo que en el campo se ficiese \u00e1 los\nmoradores, \u00f3 \u00e1 otra qualquier persona que pasase por ellas, \u00f3 dar el\nmalhechor que lo oviese fecho, \u00f3 perseguirlo hasta lo aver, \u00f3 dar\nrazon donde fuese receptado \u00e9 defendido. E luego que sab\u00eda el lugar\ndonde estaba fac\u00eda tales diligencias, que av\u00eda el malhechor, \u00e9 fac\u00eda\njusticia d\u00e9l, \u00f3 apremiaba en tal manera al que lo receptaba, que le\nfac\u00eda restituir el robo, y el robado quedaba satisfecho: \u00e9 con esta\ndiligencia, que tenia en la justicia sus tierras eran bien guardadas,\n\u00e9 florescian entre todas las otras comarcanas. Tenia tierras vecinas\n\u00e1 las Monta\u00f1as, \u00e9 como quier que junto en parentela con algunos de\nlos Caballeros dellas; pero conoscida la gente ser turbulenta \u00e9 presta\nal rigor, con tal prudencia los supo tratar, que en su tiempo no le\nalcanz\u00f3 parte de algunos males que de sus disensiones les vinieron;\nporque era varon inclinado \u00e1 paz, y enemigo de la discordia, \u00e9 gran\nzelador del bien p\u00fablico: en la gobernacion del qual le plac\u00eda gastar\nel tiempo y el trabajo. Loan los Historiadores \u00e1 Bruto Consul Romano,\nque mat\u00f3 sus hijos porque contra el bien p\u00fablico de Roma trataban de\nreducir al Rey Tarquino, \u00e9 dicen que la gran cobdicia de loor venci\u00f3 al\namor natural: \u00e9 alega Virgilio que fu\u00e9 caso infelice; \u00e9 si infelice,\nno s\u00e9 como la infelicidad debe ser loada, ni qu\u00e9 loor puede conseguir\naquel que repugna la natura, \u00e9 contrar\u00eda la razon. Podemos bien creer\nque este C\u00f3nsul, si lo hizo con ira, fue mal; y si con deliberacion,\npeor: porque de muchos Gobernadores Castellanos leemos, que no matando\nsus hijos, mas templando sus pasiones, supieron muy bien gobernar sus\ntierras \u00e9 provincias. E este noble Conde, no se\u00f1oreado de ambicion por\naver fama en esta vida, mas se\u00f1oreando la tentacion por aver gloria en\nla otra, gobern\u00f3 la rep\u00fablica tan rectamente, que ovo el premio que\nsuele dar la verdadera virtud: la qual conoscida en \u00e9l alcanz\u00f3 tener\ntanto cr\u00e9dito \u00e9 autoridad, que si alguna grande y se\u00f1alada confianza\nse av\u00eda de facer en el Reyno, quier de personas, quier de fortalezas,\n\u00f3 de otra cosa de qualquier qualidad, siempre se confiaban d\u00e9l: y en\nalgunas diferencias que el Rey Don Juan ovo con el Rey de Navarra,\n\u00e9 con el Infante Don Enrique sus primos, y en algunos otros debates\n\u00e9 controversias que los Grandes del Reyno ovieron unos con otros,\nsi para se pacificar era necesario que los de la una parte \u00e9 de la\notra se juntasen en algun Lugar para platicar en las diferencias\nque tenian, siempre se confiaba la salvaguarda del tal Lugar d\u00f3 se\njuntaban \u00e1 este Caballero, \u00e9 la una parte \u00e9 la otra confiaban sus\npersonas de su f\u00e9 y palabra, \u00e9 muchas veces se remitian \u00e1 su arbitrio\n\u00e9 parescer. Fu\u00e9 eso mismo hombre que por ganar honra deseaba facer\ncosas magn\u00edficas: sigui\u00e9ndo esta su condicion junt\u00f3 muchas veces gran\ncopia de gente de su casa, as\u00ed para la guerra contra los Moros, como\npara servir al Rey, \u00e9 sostener el estado \u00e9 preheminencia Real en las\ndiferencias \u00e9 guerras que en el Rey no acaescieron: y esto fizo en\nlugares \u00e9 tiempos tan necesarios, que como quier que sufri\u00f3 grandes\nmiedos, \u00e9 se puso \u00e1 muchos discrimines y aventuras, pero al fin destos\ntrabajos gan\u00f3 gran honra \u00e9 reputacion, \u00e9 su casa por respecto de sus\nservicios fu\u00e9 acrescentada. Queria llevar las cosas por orden, \u00e9 que\nno saliesen punto de la razon; y esta condicion le fac\u00eda mirar tanto\nen los negocios, \u00e9 poner tales dudas \u00e9 inconvenientes, que tarde y con\ngran dificultad se determinaba \u00e1 las facer. Verdad es que tard\u00edo, \u00e9\nser s\u00fabito en la determinacion de las cosas, son dos extremos que se\ndeben fuir. Tambien es cierto que recibe alguna pena el que delibera\nen deliberar tarde, y el que le espera en esperar mucho; pero por la\nmayor parte vemos mas \u00e9 mayores inconvenientes en la persona \u00e9 fechos\nde aquel que delibera s\u00fabito, que en el que es grave \u00e9 tard\u00edo en sus\nmovimientos: porque si por deliberar tarde se pierde alguna vez el\nbien que se podria aver, por determinar presto vimos perder muchas\nveces el bien avido, \u00e9 acarrear tales mudanzas \u00e9 variedades, \u00e9 aun\nvanidades, que afean la persona \u00e9 pierden la honra. Era deseoso como\ntodos los hombres de aver bienes, \u00e9 sup\u00f3los adquirir \u00e9 acrescentar,\n\u00e9 muy bien conservar. Era asimesmo reglado en sus gastos continuos,\n\u00e9 con tanta diligencia miraba \u00e1 quien av\u00eda de dar, \u00e9 c\u00f3mo \u00e9 por qu\u00e9\nle daba, que algunas veces fallesc\u00eda en la virtud de la liberalidad.\nEra hombre esencial, \u00e9 no curaba de aparencias, ni facia muestras de\nlo que tenia, ni de lo que facia. Aprendi\u00f3 letras Latinas, \u00e9 dabase\nal estudio de Cor\u00e1nicas, \u00e9 saber fechos pasados. Placiale asimesmo\nla comunicacion de personas Religiosas \u00e9 de hombres sabios, con los\nquales comunicaba sus cosas. Al fin veyendose en los dias de la vej\u00e9z,\nporque ovo verdadero cognoscimiento de los gozos falsos, \u00e9 miserias\nverdaderas que este mundo d\u00e1 \u00e1 los que en \u00e9l est\u00e1n envueltos, apart\u00f3se\nd\u00e9l, \u00e9 puso fin \u00e1 todas las cosas mundanas, \u00e9 encomend\u00f3 su casa \u00e9\ntoda su gente de armas \u00e1 su fijo mayor: \u00e9 fund\u00f3 en la su Villa de\nMedina de Pom\u00e1r un Monesterio de Monjas de la Orden de Santa Clara,\n\u00e9 un Hospital para pobres, \u00e9 dot\u00f3los de lo necesario, \u00e9 all\u00ed de su\nvoluntad se retraxo antes que muriese por espacio de diez a\u00f1os. Y como\nquier que fu\u00e9 requerido algunas veces por el Rey, \u00e9 por otros Grandes\nSe\u00f1ores sus parientes, que saliese de aquel retraimiento para entender\nen las disensiones que en aquellos tiempos acaescieron en el Reyno, no\nquiso mudar su prop\u00f3sito; antes acord\u00f3 de tomar en su casa compa\u00f1\u00eda de\nhombres Religiosos de buena \u00e9 honesta vida, \u00e9 fizo grande \u00e9 estrecha\ninquisicion sobre las cosas de su consciencia desde el dia que fu\u00e9\nde edad para pecar, \u00e9 cometi\u00f3les que alimpiasen su \u00e1nima, as\u00ed en la\npenitencia de su persona, como en la restitucion que deb\u00eda facer de\nsus bienes: \u00e9 todos los que en aquellos tiempos vinieron \u00e1 le demandar\nqualquier cargo, as\u00ed de servicios que le oviesen fecho, como de otra\nqualquier calidad \u00e1 que de justicia fuese obligado, fueron o\u00eddos \u00e9\nsatisfechos. E al cabo de aver fecho su penitencia \u00e9 restituciones dex\u00f3\nsu casa \u00e9 patrimonio \u00e1 su fijo mayor, que fu\u00e9 Condestable de Castilla:\n\u00e9 dex\u00f3 otros dos fijos herederos, en buen estado. E dando doctrina de\nhonrado vivir, \u00e9 exemplo de bien morir, fenesci\u00f3 en edad de setenta\na\u00f1os dentro en aquel Monesterio que fund\u00f3.\n [7] _Vease el cap. de Don Juan de Velasco en las_ Generaciones y\n Semblanzas, _cap. 232_.\n _Del Marqu\u00e9s de Santillana._\nDon I\u00f1igo Lopez de Mendoza Marques de Santillana, \u00e9 Conde del Real\nde Manzanares, \u00e9 Se\u00f1or de la casa de la Vega, fijo del Almirante D.\nDiego Furtado de Mendoza, \u00e9 nieto de Pero Gonzalez de Mendoza Se\u00f1or\nde Alava[8], fu\u00e9 hombre de mediana estatura, bien proporcionado en la\ncompostura de sus miembros, \u00e9 fermoso en las faciones de su rostro, de\nlinage noble Castellano \u00e9 muy antiguo. Era hombre agudo \u00e9 discreto, \u00e9\nde tan gran corazon, que ni las grandes cosas le alteraban, ni en las\npeque\u00f1as le placia entender. En la continencia de su persona, \u00e9 en el\nrazonar de su fabla mostraba ser hombre generoso \u00e9 magn\u00e1nimo. Fablaba\nmuy bien, \u00e9 nunca le o\u00edan decir palabra que no fuese de notar, quier\npara doctrina, quier para placer. Era cort\u00e9s \u00e9 honrador de todos los\nque \u00e1 \u00e9l venian, especialmente de los hombres de ciencia. Muertos el\nAlmirante su padre, \u00e9 Do\u00f1a Leonor de la Vega su madre, \u00e9 quedando bien\npeque\u00f1o de edad, le fueron ocupadas las Asturias de Santillana, \u00e9\ngran parte de los otros sus bienes: \u00e9 como fu\u00e9 en edad que conosci\u00f3\nser defraudado en su patrimonio, la necesidad que despierta el buen\nentendimiento, \u00e9 el corazon grande que no dexa caer sus cosas, le\nficieron poner tal diligencia, que veces por justicia, veces por las\narmas recobr\u00f3 todos sus bienes. Fu\u00e9 muy templado en su comer \u00e9 beber,\ny en esto tenia una singular continencia. Tovo en su vida dos notables\nexercicios, el uno en la disciplina militar, el otro en el estudio de\nla ciencia[9]; \u00e9 ni las armas le ocupaban el estudio, ni el estudio\nle impedia el tiempo para platicar con los Caballeros y Escuderos de\nsu casa en la forma de las armas necesarias para defender, \u00e9 qu\u00e1les\nav\u00edan de ser para ofender, \u00e9 c\u00f3mo se av\u00eda de ferir el enemigo, \u00e9 en\nqu\u00e9 manera av\u00edan de ser ordenadas las batallas \u00e9 la disposicion de los\nreales, como se av\u00edan de combatir \u00e9 defender las fortalezas, \u00e9 las\notras cosas que requiere el exercicio de la caballer\u00eda: \u00e9 en esta\npl\u00e1tica se deleytaba por la grand habituacion que en ella tovo en su\nmocedad. E porque los suyos supiesen por experiencia lo que le o\u00edan\ndecir por doctrina, mandaba continuar en su casa justas, \u00e9 ordenaba\nque se ficiesen otros exercicios de guerra, porque sus gentes, estando\nhabituadas en el uso de las armas, les fuesen menores los trabajos de\nla guerra. Era Caballero esforzado, \u00e9 ante de la facienda cuerdo \u00e9\ntemplado, \u00e9 puesto en ella era ardid \u00e9 osado; \u00e9 ni su osad\u00eda era sin\ntiento, ni en su cordura se mezcl\u00f3 jam\u00e1s punto de cobard\u00eda. Fu\u00e9 Capitan\nprincipal en muchas batallas que ovo con Cristianos \u00e9 con Moros, donde\nfu\u00e9 vencedor, \u00e9 vencido: especialmente ovo una batalla contra los\nAragoneses cerca de Araviana, otra batalla cerca del rio de Torote, y\nestas dos batallas fueron muy feridas \u00e9 sangrientas; porque peleando,\n\u00e9 no fuyendo, murieron de ambas partes muchos hombres \u00e9 caballos: en\nlas quales porque este Caballero se hall\u00f3 en el campo con su gente,\naunque los suyos vido ser en n\u00famero mucho menor que los contrarios;\npero porque veyendo al enemigo delante reputaba mayor mengua volver las\nespaldas sin pelear, que morir \u00f3 dexar el campo peleando, cometi\u00f3se \u00e1\nla fortuna de la batalla, \u00e9 pele\u00f3 con tanto vigor y esfuerzo, que como\nquier que fue ferido \u00e9 vencido pero su persona gan\u00f3 honra \u00e9 reputacion\nde valiente Capitan. Conoscidas por el Rey Don Juan las habilidades\ndeste Caballero le envi\u00f3 por Capitan de la guerra contra los Moros, el\nqual recibi\u00f3 el cargo con alegre cara, \u00e9 lo tovo en la Frontera gran\ntiempo. El qual ovo con el Rey de Granada, \u00e9 con otros Capitanes de\naquel Reyno muchas batallas, \u00e9 grandes recuentros, d\u00f3 fu\u00e9 vencedor, \u00e9\nfizo muchas talas en la Vega de Granada, \u00e9 gan\u00f3 por fuerza de armas la\nVilla de Huelma, \u00e9 puso los Moros en tal estrecho, que gan\u00e1ra otros\nLugares, \u00e9 ficiera otras grandes haza\u00f1as dignas de memoria, salvo qu\u00e9l\nRey, constre\u00f1ido por algunas necesidades que en aquel tiempo ocurrieron\nen su Reyno, le envi\u00f3 mandar que cesase la guerra que facia, \u00e9 les\ndiese tregua. E como ovo esta comision, fizo la guerra tan cruda \u00e1\nlos Moros, que los puso s\u00f3 el yugo de servidumbre, \u00e9 los apremi\u00f3 \u00e1 dar\nen parias cada a\u00f1o mayor cantidad de oro de la que el Rey esperaba\nrecibir, ni ellos jam\u00e1s pensaron dar. E allende del oro que dieron, les\nconstri\u00f1\u00f3 que soltasen todos los Christianos que estaban cativos en\ntierra de Moros, los quales este Marqu\u00e9s redimi\u00f3 del cativerio en que\nestaban, \u00e9 los puso en libertad. Gobernaba asimismo con grand prudencia\nlas gentes de armas de su Capitan\u00eda, \u00e9 sab\u00eda ser con ellos se\u00f1or \u00e9\ncompa\u00f1ero: \u00e9 ni era altivo en el se\u00f1or\u00edo, ni raez, en la compa\u00f1\u00eda;\nporque dentro de s\u00ed tenia una humildad que le fac\u00eda amigo de Dios, \u00e9\nfuera guardaba tal autoridad que le facia estimado entre los hombres.\nDaba liberalmente todo lo que \u00e1 \u00e9l como \u00e1 Capitan mayor pertenescia\nde las presas que se tomaban, \u00e9 allende de aquello les repartia de lo\nsuyo en los tiempos necesarios: \u00e9 al que le regradescia las d\u00e1divas que\ndaba solia decir: si deseamos bienes al que bien nos face, debemoslos\ndar al que bien nos desea.[10] E guardando su continencia con graciosa\nliberalidad, las gentes de su Capitan\u00eda le amaban; \u00e9 temiendo de le\nenojar, no salian de su orden en las batallas. Loan muchas de las\nHistorias Romanas el caso de Manlio Torquato Consul Romano, el qual\ncomo constituyese que ninguno sin su licencia saliese de la hueste \u00e1\npelear con los Latinos contrarios de Roma, \u00e9 un Caballero de la hueste\ncontraria convidase \u00e1 la batalla singular de uno por uno al fijo deste\nConsul, vituperando con palabras \u00e1 \u00e9l, \u00e9 \u00e1 los de la hueste porque no\nosaban aceptar la batalla, no podiendo el mancebo sofrir la mengua\nque de su mengua resultaba \u00e1 los Romanos, pele\u00f3 con aquel Caballero,\n\u00e9 lo mat\u00f3: \u00e9 viniendo como vencedor \u00e1 se presentar con los despojos\ndel vencido ante el Consul su padre, le fizo atar, e contra voluntad\nde toda la hueste Romana le mand\u00f3 degollar, porque fuese exemplo \u00e1\notros que no osasen ir contra los mandamientos de su Capitan: como si\nno oviese otro remedio para tener la hueste bien mandada sin\u00f3 matar\nel Capitan \u00e1 su fijo. Dura debiera ser por cierto, \u00e9 muy pertinaz la\nrebelion de los Romanos, pues tan cruel exemplo les era necesario para\nque fuesen obedientes \u00e1 su Capitan: \u00e9 por cierto yo no s\u00e9 que mayor\nvenganza pudo aver el padre del Latino vencido, de la que le di\u00f3 el\npadre del Romano vencedor. Deste caso facen grand mencion Frontino y\nM\u00e1x\u00eemo y otros Historiadores, loando al padre de buen castigador, y\nal fijo de buen vencedor; pero yo no s\u00e9 como se debe loar al padre de\ntan cruel castigo como el fijo se quexa, ni como loemos al fijo de tan\ngrand transgresion como el padre le impone. Bien podemos decir que\nfizo este Capitan crueldad digna de memoria; pero no doctrina digna de\nexemplo, ni mucho menos digna de loor: pues los mismos loadores dicen\nque fu\u00e9 triste por la muerte del fijo, \u00e9 aborrescido de la juventud\nRomana todo el tiempo de su vida; \u00e9 no puedo entender como el triste\naborrescido deba ser loado. No digo yo que las constituciones de la\nCaballer\u00eda no se deban guardar, por los inconvenientes generales que\nno se guardando pueden recrescer; pero digo que deben ser a\u00f1adidas,\nmenguadas, interpretadas \u00e9 en alguna manera templadas por el Pr\u00edncipe,\naviendo respecto al tiempo, al lugar, \u00e1 la persona, \u00e9 \u00e1 las otras\ncircunstancias \u00e9 nuevos casos que acaescen, que son tantos \u00e9 tales,\nque no pueden ser comprehendidos en los ringlones de la ley. E porque\nestas cosas fueron bien consideradas por este Claro Varon en las\nhuestes que gobern\u00f3, con mayor loor por cierto, \u00e9 mejor exemplo de\ndoctrina se puede facer memoria d\u00e9l; pues sin matar fijo, ni facer\ncrueldad inhumana, mas con la autoridad de su persona, \u00e9 no con el\nmiedo de su cuchillo, gobern\u00f3 sus gentes, amado de todos, \u00e9 no odioso\n\u00e1 ninguno. Conoscidas por el Rey Don Juan las claras virtudes deste\nCaballero, \u00e9 como era digno de dignidad, le di\u00f3 t\u00edtulo de Marqu\u00e9s de\nSantillana, \u00e9 le fizo Conde del Real de Manzanares, \u00e9 le acrescent\u00f3\nsu casa \u00e9 patrimonio. Otros\u00ed confiaba d\u00e9l su persona, \u00e9 algunas veces\nla gobernacion de sus Reynos: el qual gobernaba con tanta prudencia,\nque los Poetas decian por \u00e9l, que en Corte era grand Febo, por su\nclara gobernacion, \u00e9 en campo Anibal, por su grand esfuerzo. Era muy\nzeloso de las cosas que \u00e1 varon pertenescia facer, \u00e9 tan repreensor de\nlas flaquezas que ve\u00eda en algunos hombres, que como viese llorar \u00e1 un\nCaballero en el infortunio que estaba, movido con alguna ira le dixo:\nO! quan digno de reprehension es el Caballero que por ningun grave\ninfortunio que le venga derrama l\u00e1grimas, sin\u00f3 \u00e1 los pies del confesor!\nEra hombre magn\u00e1nimo, \u00e9 esta su magnanimidad le era ornamento \u00e9\ncompostura de todas las otras virtudes. Acaeci\u00f3le un dia que habl\u00e1ndole\nen su facienda, \u00e9 ofresci\u00e9ndole acrescentamiento de sus rentas, como\nhombre poco atento en semejantes pl\u00e1ticas respondi\u00f3: Eso que dec\u00eds no\nes mi lenguage: hablad, dixo \u00e9l, esa cosa all\u00e1 con hombres que mejor la\nentiendan. E solia decir \u00e1 los que procuraban los deleytes, que mucho\nmas deleytable debia ser el trabajo virtuoso, que la vida sin virtud,\nquanto quier que fuese deleytable. Tenia una tal piedad, que qualquier\natribulado \u00f3 perseguido que venia \u00e1 \u00e9l fallaba muy buena defensa \u00e9\nconsolacion en su casa, pospuesto qualquier inconveniente que por le\ndefender se le pudiese seguir. Consideraba asimismo los hombres \u00e9 las\ncosas segun su realidad, \u00e9 no segun la opinion, y en esto tenia una\nvirtud singular \u00e9 casi divina; porque nunca le vieron facer acepcion\nde personas, ni miraba d\u00f3nde ni quien, sin\u00f3 c\u00f3mo \u00e9 qu\u00e1l era cada uno.\nEste Caballero orden\u00f3 en metros los proverbios que comienzan: _Fijo mio\nmucho amado_, &c. en los quales se contienen quasi todos los preceptos\nde la Filosofia moral, que son necesarios para virtuosamente vivir.\nTenia grand copia de libros, \u00e9 d\u00e1base al estudio, especialmente de la\nFilosofia moral, \u00e9 de cosas peregrinas \u00e9 antiguas: \u00e9 ten\u00eda siempre en\nsu casa Doctores \u00e9 Maestros con quienes platicaba en las sciencias \u00e9\nlecturas que estudiaba. Fizo asimismo otros tractados en metros y en\nprosa muy doctrinables para provocar \u00e1 virtudes, \u00e9 refrenar vicios:\ny en estas cosas pas\u00f3 \u00e9l lo mas del tiempo de su retraimiento. Tenia\ngrand fama \u00e9 claro renombre en muchos Reynos fuera de Espa\u00f1a; pero\nreputaba muy mucho mas la estimacion entre los sabios, que la fama\nentre los muchos. E porque muchas veces vemos responder la condicion de\nlos hombres \u00e1 su complexion, \u00e9 tener siniestras inclinaciones aquellos\nque no tienen buenas complexiones: podemos sin duda creer que este\nCaballero fu\u00e9 en grand cargo \u00e1 Dios por le aver compuesto la natura de\ntan igual complexion, que fu\u00e9 h\u00e1bil para recibir todo uso de virtud, \u00e9\nrefrenar sin grand pena qualquier tentacion de pecado. No quiero negar\nque no tubiese algunas tentaciones de las que esta nuestra carne suele\ndar \u00e1 nuestro esp\u00edritu, \u00e9 que algunas veces fuese vencido, quier de\nira, quier de luxuria, \u00f3 que excediese faciendo, \u00f3 faltase alguna vez\nno faciendo lo que era obligado: porque estando como estobo envuelto en\nguerras, \u00e9 en otros grandes fechos que por \u00e9l pasaron, dificile fuera\nentre tanta multitud de errores vivir sin errar. Pero si verdad es que\nlas virtudes dan alegria, \u00e9 los vicios traen tristeza: como sea verdad\nque este Caballero lo mas del tiempo estaba alegre, bien se puede\njuzgar que mucho mas fu\u00e9 acompa\u00f1ado de virtudes que dan alegria, que\nse\u00f1oreado de vicios que ponen tristeza. E como quiera que pasaron por\n\u00e9l infortunios en batallas, \u00e9 ovo algunos pesares por muertes de fijos,\n\u00e9 de algunos otros sus propinquos; pero sufrialos con aquella fuerza de\n\u00e1nimo que \u00e1 otros doctrinaba que sufriesen. Fenesci\u00f3 sus dias en edad\nde sesenta \u00e9 cinco a\u00f1os con grand honra \u00e9 prosperidad: \u00e9 si se puede\ndecir que los hombres alcanzan alguna felicidad[11] despues de muertos\nsegun la opinion de algunos, creemos sin dubda que este Caballero la\novo; porque dex\u00f3 seis fijos varones, y el mayor que hered\u00f3 su mayorazgo\nle acrescent\u00f3 \u00e9 subi\u00f3 en dignidad de Duque, \u00e9 el segundo fijo fu\u00e9\nConde de Tendilla, \u00e9 el tercero fue Conde de Curu\u00f1a, el quarto[12] fu\u00e9\nCardenal de Espa\u00f1a \u00e9 Arzobispo de Toledo \u00e9 Obispo de Cig\u00fcenza, \u00e9 uno\nde los mayores Perlados que en sus dias ovo en la Iglesia de Dios:\n\u00e9 \u00e1 estos quatro, \u00e9 \u00e1 los otros dos, que se llamaron Don Juan \u00e9 Don\nHurtado, dex\u00f3 Villas \u00e9 Lugares \u00e9 rentas, de que fizo cinco casas de\nmayorazgos, allende de su casa \u00e9 mayorazgo principal.\n [8] _No fu\u00e9 Se\u00f1or de Alava, sin\u00f3 Caballero que tenia su solar\n en Alava. Vease la vida de D. Diego Hurtado de Mendoza en las_\n Generaciones y Semblanzas, _pag. 225_.\n [9] _Vease el num 1. de las Adicciones que van al fin._\n [10] _Parece que trocando las palabras debiera decir_: si\n deseamos bienes al que bien nos desea, debemoslos dar al que bien\n nos face.\n [11] _Alguna felicidad temporal._\n _Don Fernand Alvarez de Toledo._\nDon Fernand Alvarez de Toledo Conde de Alva, fijo de Garcia Alvarez de\nToledo, \u00e9 nieto de... era de linage noble de los antiguos Caballeros\nde aquella Ciudad, hombre de buen cuerpo \u00e9 de fermosa disposicion,\ngracioso \u00e9 palaciano en sus fablas. Era de buen entendimiento, \u00e9\nCaballero esforzado. Fu\u00e9 criado en la disciplina militar, \u00e9 siempre\ndesde su mocedad dese\u00f3 facer en el habito de la Caballer\u00eda cosas\ndignas de loable memoria. Conoscida por el Rey Don Juan la habilidad\ndeste Caballero, le mand\u00f3 est\u00e1r en la Villa de Requena por Capitan de\ncierta gente de armas en el tiempo que tenia guerra con el Rey Don\nAlfonso de Aragon su primo, \u00e9 fizo tanta guerra \u00e1 los del Reyno de\nValencia, que gan\u00f3 por fuerza de armas la Villa \u00e9 Castillo de Xalance,\ncon otras tres Fortalezas de las principales de aquel Reyno. Asimismo\nvenci\u00f3 la batalla campal que ovo con algunos Caballeros de aquel Reyno\nde Valencia cerca de... de donde ovo grand despojo, \u00e9 les tom\u00f3 las\nvanderas que tra\u00edan. Fenescida por concordia esta guerra de Aragon,\nel Rey Don Juan encomend\u00f3 \u00e1 este Caballero la frontera de los Moros,\nen la qual estobo por espacio de tres a\u00f1os. Era muy acuto \u00e9 astuto\nen los enga\u00f1os de la guerra: venci\u00f3 al Rey Moro \u00e9 \u00e1 otros Capitanes\nde Granada en batallas campales, \u00e9 tom\u00f3 las vanderas de los enemigos\nen los vencimientos que ovo: las quales, \u00e9 las vanderas que tom\u00f3 en\nla batalla d\u00f3 venci\u00f3 \u00e1 los Valencianos est\u00e1n hoy puestas en la su\ncasa de Alva de Tormes, \u00e9 las traen sus succesores en las orladuras\nde sus armas. Gan\u00f3 asimismo las Villas \u00e9 Fortalezas de Benamaurel, \u00e9\nBenzalema, \u00e9 Castril, \u00e9 Arenas, que son muy fuertes, \u00e9 tom\u00f3 muchas\npresas, \u00e9 fizo otras notables haza\u00f1as en servicio de Dios \u00e9 del Rey, \u00e9\ncon amor de su patria, \u00e9 deseo de su honra. Entre las quales acaesci\u00f3\nque entrando una vez en el Reyno de Granada con toda la gente de su\ncapitan\u00eda \u00e1 facer guerra \u00e1 una tierra que dicen el Exerquia, que es\ncercana \u00e1 la mar, \u00e9 confina con la Ciudad de M\u00e1laga, como fu\u00e9 sentido\npor los Moros que en aquellas partes moraban, junt\u00e1ronse grand multitud\ndellos, \u00e9 antes que se pudiese proveer, le cercaron por todas las\npartes en un valle tal, que segun la disposicion de la tierra, no podia\nsalir, salvo peleando por un lugar muy estrecho, \u00e9 con grand da\u00f1o suyo\n\u00e9 de las gentes de su capitan\u00eda. Veyendose cercado este Capitan por la\nuna parte de la mar, por la otra de las sierras, \u00e9 que los enemigos se\nle llegaban, \u00e9 av\u00edan tomado aquel paso por d\u00f3 podia salvar su gente,\nconoscido aquel peligro, \u00e9 visto como su gente desmayaba, no se le\namortigu\u00f3 el \u00e1nimo en el tiempo del terror, como face \u00e1 los cobardes;\nmas experto de esfuerzo[13] de valiente Capitan, como facen los varones\nfuertes, \u00e9 habl\u00f3 \u00e1 sus gentes: Caballeros, dixo \u00e9l, en tal lugar nos\nha puesto la fortuna, que si somos cobardes tenemos cierta la muerte\n\u00e9 el cativerio; \u00e9 si somos esforzados podr\u00e1 ser cierta la vida \u00e9 la\nhonra. Yo, dixo \u00e9l, elijo antes pelear para nos salvar si pudieremos,\nque rendirnos para ser cativos como piensan los Moros. E juntando \u00e1\ngrand priesa la obra con las palabras, se ape\u00f3 del caballo con hasta\ntreinta hombres de armas, \u00e9 p\u00fasose con ellos en aquel portillo, \u00e9 mand\u00f3\nsalir por \u00e9l toda su gente: y \u00e9l con aquellos treinta peleando con los\nMoros, \u00e9 sufriendo por todas partes grand multitud de saetas \u00e9 lanzadas\n\u00e9 otros golpes de piedras, daba priesa con grand ardideza \u00e1 una parte\npara se defender, \u00e9 \u00e1 otra para ofender \u00e9 ferir en los Moros, faciendo\nlugar para que pasase toda su gente; la qual peleaba con los Moros que\nfallaba delante, \u00e9 aquel ca\u00eda muerto que menos esfuerzo tenia peleando.\nE as\u00ed dur\u00f3 aquella priesa por espacio de tres horas, en las quales\nmurieron \u00e9 fueron feridos muchos de la una parte \u00e9 de la otra. E al fin\nel Conde, vista ya su gente en lugar seguro, cabalg\u00f3 \u00e1 caballo \u00e9 sali\u00f3\n\u00e9l \u00e9 los que con \u00e9l estaban por pura fuerza de armas \u00e9 de corazon de\naquel grand peligro en que la fortuna le av\u00eda metido. Y ciertamente\nvemos por experiencia, que as\u00ed como el miedo derriba al cobarde, as\u00ed\npone \u00e1nimo al hombre esforzado: \u00e9 como el acometer, y el durar en las\nlides son dos actos pertenecientes \u00e1 la virtud de la fortaleza, \u00e9 para\nel acometer sea necesaria la ira, \u00e9 para el durar en la obra convenga\ntener buen tiento; por cierto las claras haza\u00f1as deste Caballero nos\nmostraron que tovo gracia singular para usar de lo uno \u00e9 de lo otro, de\ncada cosa en sus tiempos. Esta haza\u00f1a fizo este Conde, en la qual nos\ndi\u00f3 \u00e1 conocer, que la virtud de la fortaleza no se muestra en guerrear\nlo flaco; mas parece en resistir lo fuerte: \u00e9 que tovo tan buen \u00e1nimo\npara no ser vencido, como buena fortuna para ser vencedor. Al fin,\nquando por mandado del Rey dex\u00f3 el cargo de aquella guerra, avidas\nen ella grandes presas de los Moros, \u00e9 venido \u00e1 su tierra con honra\n\u00e9 provecho, Don Gutierre de Toledo su tio[14], Arzobispo que fu\u00e9 de\nToledo, conoscida la grand suficiencia desee Caballero su sobrino, \u00e9\ncomo siempre le sirvi\u00f3, \u00e9 en todas las cosas le fu\u00e9 obediente, concibi\u00f3\nd\u00e9l grand amor, allende del que por razon del deudo era obligado de le\naver, \u00e9 como quier que tenia otros sobrinos en el grado que aquel era,\ndeliber\u00f3 de dexarle por heredero universal de todos sus bienes, entre\nlos quales le di\u00f3 la su Villa de Alva de Tormes, de la qual el Rey\nDon Juan le di\u00f3 t\u00edtulo de Conde. Y en todas las guerras \u00e9 diferencias\ndel Reyno fu\u00e9 de los principales Caballeros de quien se facia cuenta\ny estimacion: \u00e9 como vemos que la prosperidad y el infortunio andan\nen esta vida variando con los hombres, y veces el uno sube, veces el\notro desciende, acaesci\u00f3 que estando en la amistad \u00e9 parcialidad del\nCondestable Don Alvaro de Luna Maestre de Santiago, \u00e1 quien el Rey Don\nJuan confiaba la gobernacion de sus Reynos, el Maestre tovo manera que\neste Conde fuese preso[15] juntamente con otros Condes \u00e9 Caballeros\nque el Rey mand\u00f3 prender en la Villa de Tordesillas, \u00e9 fu\u00e9le tomada\ngrand parte de su patrimonio. Este infortunio que le vino sufri\u00f3 con\nbuena cara, mostrando corazon de varon; pero quex\u00e1base gravemente de\naver rescibido aquel da\u00f1o por voluntad \u00e9 rod\u00e9o del Maestre de Santiago,\nconfi\u00e1ndose d\u00e9l, \u00e9 aviendole fecho obras de amigo. Fu\u00e9 hombre deseoso\nde alcanzar honra, \u00e9 la procuraba por todas las vias que podia. Tenia\nla cobdicia comun que los hombres tienen de aver bienes, \u00e9 trabajaba\npor los adquerir. Era hombre liberal, as\u00ed en el destribuir de los\nbienes, como en los otros negocios que le ocurrian, \u00e9 sin empacho\nninguno daba, \u00f3 determinaba presto lo que av\u00eda de facer. En algunas\ncosas era airado \u00e9 mal sofrido, especialmente en aquellas que entendia\ntocarle en la honra: de lo qual se le siguieron algunos debates, gastos\n\u00e9 fatigas. Dur\u00f3 en la prision d\u00f3 estaba hasta que el Rey Don Juan\nmuri\u00f3, \u00e9 reyn\u00f3 el Rey Don Enrique su fijo, que le puso en libertad,\n\u00e9 restituy\u00f3 todos sus bienes: \u00e9 despues de suelto vivi\u00f3 en honra \u00e9\nprosperidad algunos a\u00f1os, hasta que muri\u00f3 en su casa conosciendo \u00e1\nDios, \u00e9 dexando \u00e1 su fijo su casa \u00e9 patrimonio mucho mas acrescentada\nque la \u00e9l ovo de su padre.\n [12] _D. Pedro Gonzalez de Mendoza._\n [13] _En la Edic. de Alcal\u00e1 a\u00f1o 1526. dice_ con esfuerzo; _pero\n sin embargo queda obscuro este pasage, y acaso pudiera decir_,\n despert\u00f3 con esfuerzo...\n [14] _Vease el Cap. 29. de las_ Generaciones y Semblanzas.\n [15] _Vease en las Adiciones que van al fin el num. 2._\n _De Don Juan Pacheco Maestre de Santiago._\nDon Juan Pacheco Marqu\u00e9s de Villena \u00e9 Maestre de Santiago, fijo de\nAlfonso Tellez Gir\u00f3n, fu\u00e9 hombre de mediana estatura, el cuerpo delgado\n\u00e9 bien compuesto, las faciones fermosas, \u00e9 buena gracia en el gesto.\nEra de nacion Portuguesa de los mas nobles de aquel Reyno, nieto de ...\nuno de los Caballeros que vinieron de Portugal \u00e1 Castilla al servicio\ndel Rey Don Juan, el que fu\u00e9 vencido en la batalla de Aljubarrota. Era\nhombre agudo \u00e9 de grand prudencia: \u00e9 seyendo mozo vino \u00e1 vivir con\nel Rey Don Enrique quando era Pr\u00edncipe, \u00e9 alcanz\u00f3 tanta gracia, que\nfu\u00e9 mas acepto \u00e1 \u00e9l que ninguno de los que en aquel tiempo estaban en\nsu servicio: \u00e9 as\u00ed por el amor que el Pr\u00edncipe le av\u00eda, como porque\ncresciendo en dias florescian en \u00e9l las virtudes intelectuales, le\nencarg\u00f3 la gobernacion de los grandes negocios que le ocurrian. Fablaba\ncon buena gracia \u00e9 abundancia en razones, sin prolixidad de palabras:\ntembl\u00e1bale un poco la voz por enfermedad accidental, \u00e9 no por defecto\nnatural. En la edad de mozo tovo seso \u00e9 autoridad de viejo. Era hombre\nesencial, \u00e9 no curaba de aparencias, ni de cerimonias infladas. En el\ntiempo que el Rey Don Juan ovo alguna indignacion contra el Rey de\nAragon, que entonces era Rey de Navarra, este Caballero, seyendo bien\nmancebo, entendi\u00f3 por parte del Pr\u00edncipe en algunas disensiones que\npor entonces en el Reyno acaescieron; \u00e9 ora procediese de su buena\ndicha, ora lo imputemos \u00e1 su sagacidad, \u00e9l supo rodear las cosas de tal\nmanera, que el Rey Don Juan \u00e1 suplicacion del Pr\u00edncipe le di\u00f3 t\u00edtulo\nde Marqu\u00e9s de Villena, \u00e9 en pocos dias le fizo merced de todas las mas\nVillas \u00e9 Logares de aquel Marquesado, las que eran del Rey de Aragon.\nTenia muy grand habilidad para la gobernacion destas cosas temporales:\npara la qual como sean necesarias agudeza, prudencia, diligencia \u00e9\nsufrimiento, puedese creer deste Caballero que fu\u00e9 tan bien dotado\ndestas quatro cosas como el hombre que mas en su tiempo las ovo.\nConsideraba muy bien la calidad del negocio, el tiempo, el lugar, la\npersona, \u00e9 las otras circunstancias que la prudencia debe considerar\nen la gobernacion de las cosas. Tenia la agudeza tan viva, que \u00e1 pocas\nrazones conoscia las condiciones \u00e9 los fines de los hombres; \u00e9 dando\n\u00e1 cada uno esperanza de sus deseos, alcanzaba muchas veces lo que \u00e9l\ndeseaba. Tenia tan grand sufrimiento, que ni palabra \u00e1spera que le\ndixesen le movia, ni novedad de negocio que oyese le alteraba: y en el\nmayor discrimen de las cosas tenia mejor arbitrio para las entender\n\u00e9 remediar. Era hombre que con madura deliberacion determinaba lo\nque av\u00eda de facer, \u00e9 no forzaba al tiempo, mas forzaba \u00e1 s\u00ed mismo\nesperando tiempo para lo facer. De su natural condicion paresci\u00f3\nhombre de verdad, \u00e9 placiale comunicacion de hombres verdaderos \u00e9\nconstantes; aunque los que est\u00e1n en deseo de adquirir grandes bienes\n\u00e9 honores, y especialmente aquellos que entienden en la gobernacion\nde grandes cosas, algunas veces les acaesce fingir, dilatar, simular\n\u00e9 disimular aquella diversidad de los tiempos, \u00f3 la variedad de los\nnegocios; \u00e9 por escusar mayores da\u00f1os, \u00f3 por haber mayores provechos,\nhayan de facer variaciones \u00e9 negocios segun la ven en los tiempos.\nTovo algunos amigos de los que la pr\u00f3spera fortuna suele traer: tovo\nasimismo muchos contrarios de los que la envidia de los bienes suele\ncriar, los quales le trataron muerte \u00e9 destruicion \u00e9 indignacion grande\ncon el Rey Don Juan, \u00e9 con el Pr\u00edncipe su fijo \u00e1 quien \u00e9l servia: \u00e9\ncomo quier que algunas veces llegaron al punto de la execucion; pero\npor casos inopinados \u00e9 dignos de admiracion fu\u00e9 libre de los lazos\nde muerte que muchas veces le fueron puestos. Era hombre de buen\ncorazon, \u00e9 mostr\u00f3 ser Caballero esforzado en algunos lugares que fu\u00e9\nnecesario. Era muy sabio \u00e9 templado en su comer \u00e9 beber: \u00e9 paresci\u00f3\nser vencido de la luxuria por los muchos fijos \u00e9 fijas que ovo de\ndiversas mugeres, allende de los que ovo en su muger legitima. E porque\nconoscia que ninguna utilidad hay en estos bienes de fortuna quando\nno se reparten \u00e9 destribuyen segund deben, usaba dellos francamente\nen los lugares \u00e9 tiempos \u00e9 con las personas que deb\u00eda ser liberal,\n\u00e9 dando \u00e9 destribuyendo ganaba mas hacienda, \u00e9 conservaba mejor la\navida: \u00e9 con esta virtud \u00e9 liberalidad que tovo fu\u00e9 bien servido de\nlos suyos, \u00e9 avisado de los estra\u00f1os en algunos tiempos \u00e9 lugares que\ncumpli\u00f3 mucho \u00e1 la conservacion de su vida y estado. Tenia el comun\ndeseo que todos tenemos de alcanzar honras \u00e9 bienes temporales, \u00e9\ns\u00fapolas bien procurar \u00e9 adquirir: \u00e9 quier fuese por dicha, quier por\nhabilidad, \u00f3 por ambas cosas, alcanz\u00f3 tener mayores rentas y estado\nque ninguno de los otros Se\u00f1ores de Espa\u00f1a que fueron en su tiempo.\nFu\u00e9 hombre tratable y de dulce conversacion, \u00e9 tanto humano, que\nnunca fu\u00e9 en muerte de ninguno, ni la consinti\u00f3, aunque tovo cargo de\ngobernacion. No era varon de venganzas, ni perdia tiempo ni pensamiento\nen las seguir. Decia \u00e9l que todo hombre que piensa en venganza, antes\natormenta \u00e1 s\u00ed, que da\u00f1a al contrario. Perdonaba ligeramente, y era\npiadoso en la execucion de la justicia criminal; porque pensaba ser\nmas aceptable \u00e1 Dios la grand misericordia, que la estrema justicia.\nTen\u00eda un tan singular sufrimiento, que por grand discordia que oviese\ncon alguno, pocas veces le vieron romper en palabras, ni menos en\nobras: antes ponia siempre sus diferencias en trato de concordia, que\nen rigor ni rotura; porque reputaba ser mejor cierta paz, que incierta\nla victoria. No queria encomendar \u00e1 la fortuna en una hora todo lo\navido en la vida pasada: \u00e9 como quier que algunas veces amenazaba con\nla fuerza: pero nunca venia \u00e1 mostrar lo ultimo de lo que podia facer\ncontra ninguno, aunque fuese menos poderoso que \u00e9l: porque tener al\nadversario en miedo con amenazas, decia \u00e9l que era mucho mejor que\nquitargelo mostrando el cabo de sus fuerzas. E teniendo sufrimiento,\ny esperando tiempo, alcanz\u00f3 honra, \u00e9 acrescent\u00f3 bienes. E como vemos\npor experiencia la graveza grande que todos los mortales sienten en\ncaer del grado en que se ven puestos, \u00e9 las haza\u00f1as grandes \u00e9 aventuras\npeligrosas \u00e1 que se ponen por lo conservar \u00e9 no caer, este Caballero,\nsintiendo que su estada cerca de la persona del Rey Don Enrique no\nle era segura, por el peligro de muerte \u00e9 destruicion que otros que\nestaban aceptos al Rey pens\u00f3 que le trataban, apart\u00f3se de su servicio,\n\u00e9 fu\u00e9 el principal de los Caballeros \u00e9 Perlados que ficieron division\nen el Reyno entre el Rey Don Enrique, y el Rey Don Alfonso su hermano:\ny en aquellas discordias supo tener tales ma\u00f1as, que fu\u00e9 elegido\n\u00e9 prove\u00eddo del Maestrazgo de Santiago. E porque ninguno es bien\ncorrigido si puramente no es arrepentido, conosciendo este Caballero\naverse desviado del camino que debia seguir, no solamente torn\u00f3 \u00e1 \u00e9l;\nmas aun trabaj\u00f3 de amansar quanto pudo las voluntades alteradas de los\nCaballeros \u00e9 Perlados que aquella division querian continuar, \u00e9 torn\u00f3\nen la gracia del Rey Don Enrique: el qual le perdon\u00f3 \u00e9 fizo grandes\nmercedes de Villas \u00e9 Lugares, \u00e9 otras grandes rentas, \u00e9 confi\u00f3 d\u00e9l toda\nla gobernacion de sus Reynos: \u00e9 dende en adelante gobern\u00f3 absolutamente\n\u00e9 con mayor esencion \u00e9 libertad que primero solia gobernar. No quiero\nnegar que como hombre humano este Caballero no tobiese vicios como\nlos otros hombres; pero pu\u00e9dese bien creer, que si la flaqueza de su\nhumanidad no los podia resistir, la fuerza de su prudencia los sab\u00eda\ndisimular. Vivi\u00f3 gobernando en qualquier parte que estovo por espacio\nde treinta a\u00f1os, \u00e9 muri\u00f3 en grand prosperidad de edad de cincuenta \u00e9\ncinco.\n _Del Conde Don Rodrigo de Villandrando._\nDon Rodrigo de Villandrando Conde de Ribadeo fu\u00e9 fijo de un Escudero\nFijodalgo natural de la Villa de Valladolid, hombre de buen cuerpo,\nbien compuesto en sus miembros, \u00e9 de muy recia fuerza: las faciones del\nrostro tenia fermosas, \u00e9 la catadura feroce. Seyendo de pocos dias su\ngrand corazon \u00e9 su buena constelacion le llevaron mozo \u00e9 pobre \u00e9 solo\nal Reyno de Francia en el tiempo que en aquellas partes av\u00eda grandes\nguerras \u00e9 divisiones \u00e9 compa\u00f1\u00edas de gente de armas; \u00e9 como en aquellos\ntiempos de guerras concurrian en aquel Reyno hombres estrangeros de\ntodas partes, este Caballero, por ser dispuesto para los trabajos de la\nguerra fall\u00f3 luego Capitan que le rescibi\u00f3 en su compa\u00f1ia; en la qual\naprob\u00f3 tambien seyendo mozo, \u00e9 despues en las cosas que hombre mancebo\ndebe facer, que gan\u00f3 por las armas estimacion de hombre valiente y\nesforzado, \u00e9 su Capitan le reputaba por hombre singular entre todos los\notros de su Capitan\u00eda. Acaesci\u00f3 algunas veces que estando las batallas\nen el campo, quando algun hombre de armas de la parte contraria,\nconfiando en sus fuerzas, queria facer armas, \u00e9 demandaba batalla\nuno por uno, este Caballero se esmeraba entre todos los otros de su\nparte; \u00e9 presentes las batallas de la una parte \u00e9 de la otra, salia \u00e1\npelear con el contrario, \u00e9 le vencia \u00e9 derribaba, \u00e9 tra\u00eda sus armas \u00e9\ndespojo \u00e1 su Capitan: y esta vitoria, que algunas veces ovo, le di\u00f3\nhonra, la qual as\u00ed como le puso en gracia y estimacion de algunos, as\u00ed\nle troxo en odio y envidia de otros. La qual cresci\u00f3 tanto, que por\nser estrangero fue constre\u00f1ido de se apartar de su Capitan: \u00e9 como\nquier que le fu\u00e9 grave de sofrir; pero como vemos muchas veces que los\ninfortunios de presente son causa de la prosperidad futura segun que\nlos casos de la providencia los suele rodear, este Caballero, veyendose\nsolo de parientes, desfavorescido de compa\u00f1eros, sin arr\u00edmo de\nCapitan, pobre de dinero, \u00e9 sin amigos, y en tierra agena, no tovo otro\nrefugio sin\u00f3 \u00e1 su buen seso \u00e9 grand esfuerzo, \u00e9 con otro \u00e9 otros dos\nque se llegaron \u00e1 \u00e9l, se aventuraba con buena destreza \u00e9 grand osad\u00eda\n\u00e1 facer saltos en la tierra de los contrarios en lugares peligrosos, \u00e9\nfaciales guerra, \u00e9 tomaba alguna presa con que se podia sostener. Esto\nfizo muchas veces, \u00e9 con tanta sagacidad y esfuerzo, que siempre salia\nen salvo. E como la fama de su valent\u00eda \u00e9 de las presas que tomaba se\ndivulg\u00f3 por la tierra, alleg\u00e1ronse \u00e1 \u00e9l algunos hombres: \u00e9 cresciendo\nde dia en dia el corazon con las haza\u00f1as, \u00e9 las haza\u00f1as con la gente,\n\u00e9 la gente con el interese, allegaronse \u00e1 \u00e9l muchas mas gentes fasta\nque alcanz\u00f3 \u00e1 ser Capitan una vez de mil hombres, \u00e9 despues de grado en\ngrado acrescent\u00f3 su Capitan\u00eda fasta ser Capitan de diez mil hombres, \u00e9\nsu poder fu\u00e9 de los mayores que tenia ninguno de los otros Capitanes\ndel Rey de Francia \u00e1 quien serv\u00eda. E con aquel su grand poder rob\u00f3,\nquem\u00f3, destruy\u00f3, derrib\u00f3, despobl\u00f3 Villas \u00e9 Lugares \u00e9 pueblos de\nBorgo\u00f1a \u00e9 de Francia en tiempo que aquel hon\u00f3rable Rey no padescia\nguerras crueles, que duraron por espacio de cinquenta a\u00f1os. Andaba lo\nmas del tiempo en el campo, \u00e9 ponia grand diligencia en la guarda de\nlos reales para que su gente no rescibiese da\u00f1o. Era hombre ayrado en\nlos lugares que convenia serlo, \u00e9 mostraba tan grand ferocidad con\nla ira, que todos le av\u00edan miedo. Tenia dos singulares condiciones:\nla una, que facia guardar la justicia entre la gente que tenia, \u00e9 no\nconsentia fuerza ni robo ni otro crimen; \u00e9 si alguno lo cometia, \u00e9l\npor sus manos lo punia. E con esto todas las gentes de su hueste,\naunque eran muchas \u00e9 de diversas naciones, \u00e9 tenian oficio de robar,\nle temian, y estaban en paz, \u00e9 no osaban cometer fuerza ni crimen uno\ncontra otro. Facia as\u00edmismo repartir las presas igualmente, segun que\ncada uno lo debia aver, \u00e9 de tal manera dividia lo robado por justicia,\nque facia durar los robadores en concordia. Era asimismo hombre de\nverdad, \u00e9 el seguro que daba \u00e1 qualquier Villa \u00f3 Lugar \u00f3 Provincia, \u00f3\nqualquier pacto que ponia con ellos, guard\u00e1balo estrechamente; \u00e9 si\nalguno robaba, \u00f3 facia da\u00f1o al que \u00e9l seguraba, faciale buscar con\ngrand diligencia, \u00e9 executar en \u00e9l la justicia. E con esta condicion\nque en \u00e9l v\u00edan muchos pueblos \u00e9 Provincias, \u00e9 otras personas singulares\nse fiaban de su palabra, \u00e9 la compraban con grandes precios, \u00e1 fin de\nser seguros de sus gentes: \u00e9 con esto tenia sus reales bien bastecidos\nde viandas \u00e9 armas \u00e9 de todas las cosas necesarias; porque mandaba\npagar \u00e9 guardar \u00e1 los que venian \u00e1 ellos con provision, \u00e9 su mandado\nera muy temido \u00e9 complido. Ovo muchas batallas con Ingleses \u00e9 con\nBorgo\u00f1ones, en las quales Dios le libr\u00f3 por muchos casos de ser\nperdido, \u00e9 le ayud\u00f3 por muchas maneras \u00e1 ser vencedor. Especialmente\nvenci\u00f3 una batalla que ovo con el Pr\u00edncipe de Oreyna, donde concurri\u00f3\nmucha gente de ambas partes. Esta batalla fu\u00e9 muy ferida \u00e9 sangrienta,\nen la qual los que le vieron pelear le compararon \u00e1 leon bravo en el\nestrago que facia en los contrarios, y el ayuda y esfuerzo que daba \u00e1\nlos suyos. E acabado de aver el vencimiento tovo esta astucia: habl\u00f3\ncon uno de los prisioneros que tenia, \u00e9 prometi\u00f3le libertad si le\ndescubriese el valor de los prisioneros que las otras sus gentes av\u00edan\ntomado en la batalla. E como se inform\u00f3 secretamente de lo que cada uno\npodia valer, compr\u00f3los todos, dando por cada uno mucho menor precio de\nlo que valian: \u00e9 como fueron puestos en su poder, rescat\u00f3los \u00e1 todos\npor mucho mayores precios de lo que le costaron. E con esta astucia\novo grand tesoro, \u00e9 la fortuna le puso en tan grand reputacion, que\nalcanz\u00f3 casar con la fija del Duque de Borb\u00f3n, que era de la sangre\nReal de Francia, \u00e9 fu\u00e9 Se\u00f1or de veinte y siete Villas en la tierra de\nBorbon\u00e9s, dellas compradas, \u00e9 dellas ganadas. Y en veinte a\u00f1os que\nsigui\u00f3 aquella guerra fizo otras notables haza\u00f1as: entre las quales\nacaesci\u00f3 que un dia estando \u00e1 punto de batalla con un grande Capitan\nde Inglaterra, que se llamaba Talabot, en la Provincia de Guiana, el\nCapitan Ingl\u00e9s, que por o\u00eddas conoscia las condiciones deste Caballero,\ndeseaba asimesmo conoscer su persona, por ver que cuerpo \u00e9 que faciones\ntenia hombre que de tan peque\u00f1a manera av\u00eda subido \u00e1 tan grand estado:\n\u00e9 como por medio de sus Farautes acordasen de se hablar, dexadas el\nuno y el otro sus huestes en buena guarda, estos dos Capitanes solo se\njuntaron \u00e9 vieron en la ribera de un rio llamado Lera, y el Capitan\nTalabot le dixo: Deseaba ver tu persona, pues tengo conoscida tu\ncondicion: ru\u00e9gote, dixo \u00e9l, pues los hados nos trujeron juntos \u00e1 este\nlugar, que comamos sendos bocados de pan, \u00e9 bebamos sendas veces de\nvino, \u00e9 despues ser\u00e1 la ventura de la batalla como \u00e1 Dios pluguiere,\ny se\u00f1or Sant Jorge ayudare. Este Capitan Don Rodrigo le respondi\u00f3: Si\notra cosa no te place, \u00e9sta por cierto no la quiero facer; porque si\nla fortuna dispusiere que hayamos de pelear, perderia gran parte de la\nira que en la facienda debo tener, \u00e9 menos feriria mi fierro en los\ntuyos membr\u00e1ndome aver comido pan contigo. E diciendo estas palabras\nvolvi\u00f3 la rienda \u00e1 su caballo, \u00e9 torn\u00f3 para sus batallas: \u00e9 el Capitan\nTalabot, aunque era Caballero esforzado, concibi\u00f3 de aquellas palabras\ntal concepto, que as\u00ed por ellas, como por la disposicion del lugar d\u00f3\nestaba, acord\u00f3 de no pelear, aunque tenia mayor n\u00famero de gente que\n\u00e9l. Afirm\u00f3se aver dicho este Capitan en su lenguage: No es de pelear\ncon cabeza Espa\u00f1ola en tiempo de su ira. Despues de muchos tiempos de\nguerras \u00e9 destruiciones avidas en aquellas tierras, ovo Dios piedad de\nlos moradores de ellas, \u00e9 di\u00f3 tales victorias al Rey Carlos de Francia,\nque lanz\u00f3 de todo su Reyno al Rey Eduarte de Inglaterra su enemigo,\n\u00e9 \u00e1 toda su gente, \u00e9 fueron cesando las crudas guerras que en aquel\nReyno av\u00eda. Y en aquel tiempo acaesci\u00f3 aver en Castilla grandes debates\n\u00e9 disensiones, para las quales el Rey Don Juan envi\u00f3 \u00e1 mandar \u00e1 este\nCaballero su natural que viniese en Castilla \u00e1 le servir con la mas\ngente que pudiese: el qual vino \u00e1 su llamado con quatro mil hombres \u00e1\ncaballo: y el Rey le rescibi\u00f3 muy bien, \u00e9 le fizo merced de la Villa\nde Ribadeo, \u00e9 di\u00f3le t\u00edtulo de Conde della, \u00e9 fizole otras mercedes.\nMuerta la primera muger Francesa, cas\u00f3 en Castilla con muger noble de\nlinage de St\u00fa\u00f1iga: y el Rey le puso en su Consejo, \u00e9 facia d\u00e9l grand\nconfianza, especialmente de aquellas cosas que concernian \u00e1 la guerra\nque por estonces av\u00eda en sus Reynos. Acaesci\u00f3 que como el Rey en tiempo\nde aquellas disensiones fuese \u00e1 la Cibdad de Toledo, \u00e9 los de aquella\nCibdad se rebelasen contra \u00e9l, y le cerrasen las puertas, puesto el Rey\nen algun recelo de la gente de armas que \u00e1 la hora estaba apoderada de\naquella Cibdad, este Conde de Ribadeo fizo improviso en la Iglesia de\nSant L\u00e1zaro, que es bien cerca de la Cibdad, un palenque con tan gran\ndefensa, que la persona del Rey, con la poca gente que por estonces con\nel Rey estaba, podia ser segura \u00e9 sin da\u00f1o, fasta que los otros sus\nCapitanes \u00e9 gentes de armas que venian en la zaguera ovieron tiempo\nde llegar. E por memoria perpetua deste servicio, que fizo en el dia\nse\u00f1alado de la Epifan\u00eda, el Rey fizo merced \u00e1 \u00e9l \u00e9 \u00e1 sus descendientes\nde la ropa que \u00e9l \u00e9 los Reyes de Castilla sus succesores vistiesen\naquel dia, \u00e9 que comiese con \u00e9l \u00e1 su mesa: de la qual merced goza hoy\nsu succesor[16]. E al fin, veyendose ya viejo y enfermo de dolencia\ntal que no podia escapar, Dios, que ni dexa al hombre sin punicion,\nni le niega su misericordia, le di\u00f3 tiempo en que se corrigiese\narrepinti\u00e9ndose. E por cierto cosa fu\u00e9 maravillosa, y exemplo digno de\nmemoria \u00e1 los mortales la gran contricion que ovo, y el arrepentimiento\nde sus pecados, y el derramar de las l\u00e1grimas que fizo continuamente\nmuchos dias antes que muriese, llamando \u00e1 Dios, \u00e9 pidiendole con todo\ncorazon que le perdonase \u00e9 oviese merced de su \u00e1nima: \u00e9 con esta\ncontricion fenesci\u00f3 sus dias en edad de setenta a\u00f1os. E por esta fin\nque con tal contricion ovo se pone aqui en el n\u00famero de los Claros\nVarones.\n [16] _Vease en las Adicciones que van al fin el num. 3._\nDon Juan de Silva Conde de Cifuentes \u00e9 Alferez mayor del Pendon Real,\nfijo de Alonso Tenorio Adelantado de Cazorla, \u00e9 nieto de Arias Gomez\nde Silva, fu\u00e9 hombre delgado \u00e9 alto de cuerpo, \u00e9 bien compuesto en la\nproporcion de sus miembros, la cara tenia larga \u00e9 honesta, la nariz\nun poco luenga, \u00e9 la lengua ceceosa. Era Fijodalgo de limpia sangre:\nsus aguelos eran naturales de Portugal. Vivi\u00f3 en tiempos del Rey Don\nJuan, \u00e9 del Rey Don Enrique su fijo; \u00e9 mozo de pocos dias vino al\nservicio del Rey Don Juan. Tenia tan buena gracia en la manera de su\nservicio, que fu\u00e9 uno de los aceptos servidores que el Rey tovo. Era\nhombre muy agudo \u00e9 muy discreto, \u00e9 inclinado \u00e1 justicia: fablaba muy\nbien, \u00e9 cosas muy substanciales \u00e9 conformes \u00e1 la razon. Vista la\nautoridad de su persona, \u00e9 la limpieza de su vivir, fu\u00e9 puesto en el\nConsejo del Rey: \u00e9 como acaesce que en las Cortes y en las Casas Reales\nconcurren muchos hombres que por diversas vias van tras sus deseos, \u00e9\nalgunos porque les den, otros porque no les quiten loan lo que debrian\ncallar, \u00e9 callan lo que debrian reprehender; \u00e9 si algunos dicen cosa\nconforme \u00e1 la razon, la da\u00f1an mescl\u00e1ndola con alguna pasion \u00e9 odio\nde personas: este Caballero tenia una condicion de hombre claro sin\nninguna encubierta, \u00e9 realmente, pospuesta toda aficion \u00e9 odio, decia\ncon muy buena gracia su parescer en las cosas, \u00e9 no dexaba de decir\naquello que otros, \u00f3 por gratificar, \u00f3 por no indignar, callaban. E\ncomo quier que su voto fuese contra el deseo de algunos; pero porque\nsus fablas se mostraban proceder de buenas \u00e9 no da\u00f1adas entra\u00f1as, no\neran mal rescebidas, \u00e9 su persona por esta causa era muy estimada, \u00e9\nsu parescer en las cosas muy esperado. Era grand zelador del bien\ncomun, \u00e9 con todas sus fuerzas procur\u00f3 muchas veces la conservacion\ndel patrimonio Real, \u00e9 contradecia \u00e1 los que procurando sus intereses\nparticulares ofendian al bien general: \u00e9 por esto ovo algunas molestias\n\u00e9 trabajos de las que suelen aver los favorescedores de la verdad. Pero\nal fin, seyendo constante en el camino de la virtud, fu\u00e9 muy aceptado\n\u00e9 honrado, y el Rey le fizo su Alferez mayor, \u00e9 le encarg\u00f3 grandes\n\u00e9 arduos negocios, porque entendia que trataba verdad, \u00e9 guardaba\nfidelidad. Acaesci\u00f3 en sus tiempos que todos los Pr\u00edncipes Christianos\nse acordaron con los Perlados \u00e9 Clerec\u00eda de facer Concilio en la Cibdad\nde Basilea, que es en la alta Alemania, sobre una grand cisma que por\nentonces av\u00eda en la Iglesia de Dios entre el Papa Eugenio, \u00e9 otro que\nse llam\u00f3 Felix: \u00e1 la qual Congregacion como todos acordasen enviar\nsus Embaxadores, porque convenia mostrarse en aquella Congregacion la\nmagn\u00edficencia \u00e9 poder\u00edo de los Reyes, el Rey Don Juan, conoscida la\nsuficencia deste Caballero, le cometi\u00f3 esta embaxada, y envi\u00f3 con\n\u00e9l grandes Letrados, \u00e9 fu\u00e9 acompa\u00f1ado de mucha compa\u00f1a de Fidalgos\ncon grandes \u00e9 muy sumptuosos arreos: \u00e9 as\u00ed en sus hablas, como en la\ncontinencia de su persona, y en todos los otros actos que debe facer\nhombre discreto de grand autoridad, guard\u00f3 tan bien la honra del Rey \u00e9\nde su tierra \u00e9 de su persona, que ninguno de quantos Embaxadores fueron\nen aquella Congregacion la guard\u00f3 mejor. E como acaesci\u00f3 un dia que el\nEmbaxador del Rey de Inglaterra quisiese anticiparse y ocupar el lugar\nde la precedencia que al Rey de Castilla pertenescia, no pudiendo este\nCaballero sofrir tiempo para que se determinase por razon lo que ve\u00eda\nllevar por fuerza, lleg\u00f3 \u00e1 aquel Embaxador, \u00e9 puestas las manos en \u00e9l,\ncon grand osad\u00eda le arrebat\u00f3 y ech\u00f3 de aquel lugar, y \u00e9l se puso en \u00e9l.\nVisto este exceso fecho en el Palacio de la Congregacion, la gente de\narmas que tenia la salvaguarda de la Cibdad se escandaliz\u00f3, \u00e9 tentaron\nde proceder contra \u00e9l \u00e9 contra los suyos por aver cometido cosa de\nfecho, sin esperar determinacion de derecho. Este Caballero, guardada\nsu autoridad, sin rescebir alteracion, ensisti\u00f3 en su prop\u00f3sito: \u00e9\npreguntado por el Caballero Presidente de la justicia \u00bfc\u00f3mo av\u00eda osado\nponer las manos en tan notable Embaxador \u00e9 de tan grand Pr\u00edncipe como\nera el Rey de Inglaterra? con \u00e1nimo no vencido le respondi\u00f3: Digoos\nPresidente, que quando padesce defecto la razon, no deben faltar manos\nal corazon. E por su grand osad\u00eda, junto con su buena razon, fu\u00e9\nguardada la preeminencia del Rey, \u00e9 la honra del Reyno, \u00e9 fu\u00e9 amansado\naquel esc\u00e1ndalo. Despues de largo tiempo, conclu\u00eddas las cosas de aquel\nConcilio, volvi\u00f3 al Reyno con fama de hombre magn\u00edfico, porque fu\u00e9\nmuy franco en el distribuir; \u00e9 de Caballero esforzado, porque mostr\u00f3\nvalent\u00eda en el osar; \u00e9 de varon discreto, porque gobern\u00f3 aquel cargo\ncon sagacidad \u00e9 prudencia. Venido al Reyno de Castilla, \u00e9 tornado al\nlugar que tenia en el Consejo del Rey, entendi\u00f3 muchas veces, \u00e9 con\ngrandes trabajos del cuerpo \u00e9 del esp\u00edritu, en concordar al Pr\u00edncipe\nDon Enrique con el Rey su padre, y en escusar las grandes roturas que\nse esperaban sobre algunas diferencias que entre ellos av\u00eda: y esto\nsupo tratar con grand prudencia, persuadiendo la obediencia que el\nfijo debia tener al padre, y mitigando la indignacion que el padre\ntenia contra el fijo, \u00e9 desviando las siniestras intenciones que av\u00eda\nde la una parte y de la otra. Entendi\u00f3 asimesmo en otros grandes \u00e9\narduos negocios, en los quales el Rey conoscidos sus leales servicios\n\u00e9 trabajos, le fizo merced de las Villas de Cifuentes \u00e9 Monte mayor,\n\u00e9 de otros Lugares \u00e9 bienes \u00e9 rentas en cantidad mucho mayor de la\nque hered\u00f3 de su padre. E como vemos alcanzar riquezas por caso, \u00e9\nconservarlas por seso, pu\u00e9dese creer deste Caballero que complidamente\novo lo uno \u00e9 lo otro; porque si tovo fortuna para alcanzar bienes,\ntovo asimesmo prudencia para los conservar. Despues de la muerte del\nRey Don Juan, el Rey Don Enrique le di\u00f3 t\u00edtulo de Conde de la Villa\nde Cifuentes, \u00e9 le fizo otras mercedes: \u00e9 como vemos por experiencia\nque los hombres vanos \u00e9 incapaces, quando les acaesce aver oficios\n\u00e9 riquezas \u00e9 bienes temporales, se alteran, \u00e9 queri\u00e9ndose mostrar\nmagn\u00e1nimos, facen cosas fuera de lo que su medida requiere; pu\u00e9dese\nbien creer que as\u00ed asent\u00f3 en este Caballero el nuevo estado \u00e9 dignidad,\n\u00e9 tan poca alteracion fizo en su persona la abundancia de los bienes,\ncomo si de sus aguelos por grande antig\u00fcedad los oviera avido. Al fin,\nentrado ya en los dias de la vej\u00e9z, en los quales suele mas reynar\nen los hombres la avaricia, cosa fu\u00e9 por cierto singular \u00e9 digna de\nexemplo el fin que este Caballero puso \u00e1 su cobdicia; porque dado que\nfu\u00e9 llamado por el Rey para que entendiese en grandes cosas donde\npudiera aver grandes intereses, todo lo pospuso, \u00e9 se retruxo \u00e1 su\ncasa, d\u00f3 fizo loable fin; \u00e9 dexados dos mayorazgos de asaz rentas \u00e1 dos\nfijos, muri\u00f3 conosciendo \u00e1 Dios en edad de sesenta \u00e9 cinco a\u00f1os.\n _Del Duque del Infantazgo._\nDon Diego Hurtado de Mendoza Duque del Infantazgo, Marqu\u00e9s de\nSantillana, \u00e9 Conde del Real de Manzanares, fijo del Marqu\u00e9s Don I\u00f1igo\nLopez de Mendoza, \u00e9 nieto del Almirante Don Diego Hurtado, fu\u00e9 hombre\ndelgado \u00e9 alto de cuerpo: tenia los ojos prietos, \u00e9 las faciones del\nrostro fermosas, \u00e9 bien proporcionado en la compostura de sus miembros.\nEra de linage noble Castellano muy antiguo. Seyendo mozo el Marqu\u00e9s\nsu padre le envi\u00f3 \u00e1 la su casa de la Vega por pacificar la tierra de\nlas Asturias de Santillana, \u00e9 la librar de algunos tiranos que gela\nocupaban; con los quales ovo algunos recuentros \u00e9 fechos de armas, en\nque us\u00f3 el exercicio de la caballer\u00eda, \u00e9 fizo h\u00e1bito en la disciplina\nmilitar. E porque las gentes de aquellas tierras son hombres valientes,\nesforzados \u00e9 muy cursados en las peleas \u00e1 pie, que segun la disposicion\nde aquellas Monta\u00f1as se requiere facer, este Caballero se vido con\nellos muchas veces en grandes trabajos \u00e9 peligros de la guerra continua\nque con ellos tovo, hasta que al fin vencidos sus contrarios por\nbatallas en campo, \u00e9 muerto su principal Capitan, alimpi\u00f3 aquellas sus\nMonta\u00f1as de la tirania en que por largos tiempos av\u00edan estado. Era\nhombre bien instruto en las letras Latinas, \u00e9 tenia tan buena memoria,\nque pocas cosas se le olvidaban de lo que en la Sacra Escriptura av\u00eda\nleido. Era hombre de verdad, \u00e9 aborrescia tanto mentiras \u00e9 mentirosos,\nque ninguno de los tales ovo jam\u00e1s logar cerca d\u00e9l. Hered\u00f3 la casa\nde su padre en el tiempo del Rey Don Enrique Quarto, \u00e9 fu\u00e9 uno de\nlos principales Se\u00f1ores del Reyno que entendieron en pacificar las\ndivisiones que ovo entre el Rey Don Enrique, \u00e9 el Rey Don Alfonso su\nhermano. Fue tan perseverante en la virtud de la constancia, que por\nningun interese jam\u00e1s le vieron facer mudanza de aquello que una vez\nasentaba de facer: y esta virtud se experiment\u00f3 en \u00e9l, porque no\ndex\u00f3 de seguir la via del Rey Don Enrique, aunque en ella ovo algunos\nsiniestros, \u00e9 se vido en grandes discrimines \u00e9 aventuras de perder su\npersona \u00e9 casa; porque se tenia por dicho, que en el infortunio relucia\nla constancia. Pele\u00f3 en la batalla que estos dos Reyes ovieron cerca\nde la Villa de Olmedo: ante de la qual, vi\u00e9ndose las faces contrarias\nunas \u00e1 otras en el campo, ni el miedo le turb\u00f3 el seso para consejo, ni\nel esfuerzo se enflaquesci\u00f3 para cometer, ni menos cay\u00f3 la fuerza del\ncorazon peleando para vencer. Zelaba este Caballero tanto la honra, que\ncon dificultad era tra\u00eddo \u00e1 entender en ninguna negociacion ni trato\nque le fuese movido, recelando que las variedades de los tiempos le\nforzasen facer mudanza de su palabra, por d\u00f3 pudiese caer en punto de\nmengua. Era hombre muy llano \u00e9 tratable con todos, \u00e9 honrador en los\nrescibimientos de los que \u00e1 \u00e9l venian, \u00e9 ageno de simulaciones. Tenia\n\u00e1nimo tan noble, \u00e9 las entra\u00f1as tan claras \u00e9 tan abiertas, que jamas\nfu\u00e9 conoscido en \u00e9l pensamiento para muerte \u00e9 destruicion ni injuria\nde ninguno; \u00e9 de su natural inclinacion no queria entender salvo en\ncosas justas \u00e9 rectas. Todas las cautelas \u00e9 ficiones aborrescia como\ncosa contraria \u00e1 su natural condicion. No era varon de venganzas, \u00e9\nperdonaba tan facilmente \u00e1 los que le erraban, que jam\u00e1s av\u00eda memoria\nde sus yerros. Acaesci\u00f3le que como algunos suyos le errasen de tal\nmanera que la graveza del delito les cerrase la puerta de la esperanza\npara ser perdonados, movido este Caballero por la piedad natural que\ntenia, podiendo aver dellos entera venganza, le acaesci\u00f3 llamarlos \u00e9\nperdonarlos; \u00e9 quedando limpio de todo odio, les di\u00f3 de sus bienes.\nPorque, decia \u00e9l, que ninguna mayor pena podia rescibir el injuriador,\nque venir \u00e1 manos del injuriado; ni mayor gloria el injuriado, que\ndar vida \u00e9 beneficios al injuriador. Tenia la cobdicia de aver bienes\ntemporales como todos los mortales tienen; pero en esto tovo una tan\nsingular templanza, que por grand utilidad \u00e9 acrescentamiento que\noviese, no ficiera cosa fea ni desordenada. E como vemos todos los\nhombres desear honra \u00e9 acrescentamiento, especialmente en las tierras\nde su morada, \u00e9 la necesidad de los tiempos acarrease que el Rey en\nremuneracion de sus servicios le ofresciese donacion perpetua de\nGuadalaxara, d\u00f3 era su asiento, este Caballero no la quiso rescibir;\nporque su humanidad no pudo sufrir la pasion \u00e9 trabajo que otros\nsentian por ser puestos en se\u00f1or\u00edo particular, \u00e9 apartados del se\u00f1or\u00edo\nReal. Dec\u00eda \u00e9l, que el imperio forzoso mas se puede decir cuidado\ngrave, que posesion deleytosa. Fu\u00e9 hombre que se deleytaba en labores\nde casas \u00e9 edificios: este Duque fund\u00f3 de principio en la su Villa de\nManzanares la fortaleza que est\u00e1 en ella edificada, \u00e9 fizo de nuevo\n\u00e9 repar\u00f3 algunas casas de morada en sus tierras \u00e9 Lugares; y en esto\nmas que en otras cosas fu\u00e9 liberal. Fu\u00e9 asimismo vencido de mugeres,\n\u00e9 del apetito de los manjares. E aviendo acrescentado su t\u00edtulo \u00e9\npatrimonio allende de lo que le dex\u00f3 el Marqu\u00e9s su padre, muri\u00f3 en\ntoda prosperidad en edad de sesenta \u00e9 cinco a\u00f1os.\n _Del Conde de Alva de Liste._\nDon Enrique Enriquez Conde de Alva de Liste, fijo del Almirante Don\nAlfonso Enriquez[17], \u00e9 nieto de Don Fadrique Maestre de Santiago,\nfu\u00e9 hombre de mediana estatura, bien compuesto en la proporcion de\nsus miembros, la nariz tenia larga, los ojos un poco colorados, \u00e9 los\ncabellos llanos. Este Caballero tovo el juicio muy vivo: era hombre\nde buena prudencia, \u00e9 por la experiencia de los grandes fechos que\npor \u00e9l pasaron, su parescer en las cosas se av\u00eda por muy cierto. Era\nhombre palaciano, \u00e9 siempre fablaba cosas breves \u00e9 graciosas. Fu\u00e9\nhombre de tan grand esfuerzo, que en algunas afrentas peligrosas donde\nfu\u00e9 experimentado, ninguno otro en sus tiempos se fall\u00f3 tener \u00e1nimo\nmas libre de miedo para acometer \u00e9 defender. E como quiera que por\nsu linage, t\u00edtulo \u00e9 estado era con gran veneracion acatado, pero por\nrespecto de su gran esfuerzo, \u00e9 cierto juicio, siempre su persona\nfu\u00e9 mirada con mas honrada estimacion que otros que tenian mayores\nestados que el suyo. Era hombre de poco sufrimiento, y en algunas\ndiferencias que ovo en estos Reynos sigui\u00f3 la parcialidad del Almirante\nDon Fadrique, y del Adelantado Pero Manrique sus hermanos, donde se\nle siguieron prisiones \u00e9 otros infortunios, que sufri\u00f3 con \u00e1nimo de\nvaron. Era hombre de verdad, \u00e9 sirvi\u00f3 muy bien \u00e9 lealmente al Rey Don\nFernando, \u00e9 \u00e1 la Reyna Do\u00f1a Isabel en las guerras que pasaron con el\nRey Don Alfonso de Portugal: y en la batalla real que estos dos Reyes\novieron entre las Cibdades de Toro \u00e9 Zamora, donde el Rey de Portugal\nfu\u00e9 vencido, este Caballero, aunque en edad ya de sesenta a\u00f1os, ni\nla fuerza del corazon se le enflaqueci\u00f3, ni la de los miembros le\nfalt\u00f3 para pelear: \u00e9 pele\u00f3 con tan gran esfuerzo, que fu\u00e9 siguiendo el\nalcance contra los Portugueses hasta cerca de la puente de Toro; donde,\npensando que le guardaban los suyos, se meti\u00f3 tanto en los contrarios,\nque fu\u00e9 preso \u00e9 llevado \u00e1 Portugal. Estando en la prision, conoscida la\nlimpieza de su condicion, le fu\u00e9 dada libertad para venir \u00e1 Castilla\ncon algunos partidos de concordia; \u00e9 compliendo su palabra, volvi\u00f3 \u00e1\nla prision, en la qual estovo hasta que la Reyna, \u00e1 su gran honra, le\nfizo libre. E fenesci\u00f3 su vida con gran honra, y exemplo de bueno y\nesforzado Caballero, en edad de setenta \u00e9 cinco a\u00f1os.\n [17] _Vease el Cap. VI. de las_ Generaciones y Semblanzas, _pag.\nDon Pedro de St\u00fa\u00f1iga Conde de Placencia, fijo de Diego Lopez de\nSt\u00fa\u00f1iga[18] Justicia mayor del Rey, fu\u00e9 hombre alto de cuerpo,\nbien proporcionado en la compostura de sus miembros, y el rostro\ntenia largo, \u00e9 la nariz afilada. Sus aguelos fueron de linage noble,\nnaturales del Reyno de Navarra. Era hombre de buen seso, \u00e9 de pocas\npalabras, \u00e9 de gran execucion en las cosas que queria. En sus tiempos\nfu\u00e9 tenido en gran estimacion por respecto de su persona, \u00e9 gran casa.\nEra Caballero esforzado, \u00e9 muy perseverante en la opinion que tomaba.\nPlaciale tener hombres esforzados, \u00e9 defendialos de las haza\u00f1as que\ncometian; \u00e9 por esta causa siempre estaba acompa\u00f1ado de hombres de\ntodas suertes. En su tiempo fu\u00e9 acrescentada su casa, \u00e9 floresci\u00f3\nsu fama por la gran copia de gente que de continuo era inclinado\nde mantener. Acaesci\u00f3 que como el Rey Don Juan el Segundo oviese\nnecesarias algunas gentes de armas para pacificar los esc\u00e1ndalos que\nentonces en sus Reynos av\u00eda, este Caballero, como quiera que era ya\nviejo y enfermo \u00e9 muy agravado de gota, pero con zelo grande que tovo\nde servir \u00e1 su Rey, se fizo traer en andas d\u00f3 estaba la hueste, \u00e9\nrodeado de gran copia de gente de armas de su casa v\u00ednole \u00e1 servir, \u00e9\nsirvi\u00f3le con otros Caballeros de tal manera en aquella jornada, que el\nRey rescibi\u00f3 d\u00e9l servicio se\u00f1alado, y \u00e9l alcanz\u00f3 fama de leal s\u00fabdito,\n\u00e9 fu\u00e9 exemplo de lealtad \u00e1 otros que se movieron \u00e1 servir \u00e1 su Rey,\nveyendo venir como vino este Caballero en andas \u00e1 le servir. Muri\u00f3 con\ngran honra de edad de setenta a\u00f1os.\n [18] _Vease el Cap. VIII. de las_ Generaciones y Semblanzas,\n _Del Conde de Medinaceli._\nDon Gaston de la Cerda Conde de Medinaceli, fijo de Don Luis de la\nCerda, fu\u00e9 hombre delgado de cuerpo, de muy fermoso gesto, \u00e9 de\nmediana estatura, \u00e9 bien compuesto en la proporcion de sus miembros:\nceceaba un poco. Su padre \u00e9 aguelos fueron del linage de los Reyes de\nCastilla, descendientes por leg\u00edtima linea, \u00e9 asimismo de los Reyes\nde Francia, \u00e9 todos succesivamente fueron Condes de aquel Condado de\nMedina: el qual Condado, con otras Villas \u00e9 Lugares \u00e9 tierras, fu\u00e9 dado\n\u00e1 su trasvisabuelo, que era nieto del Rey Don Alfonso de Castilla,\npor el derecho que av\u00eda \u00e1 estos Reynos. Este Conde fu\u00e9 muy franco, \u00e9\nprocuraba est\u00e1r acompa\u00f1ado de hombres Fijosdalgo: \u00e9 seyendo en edad\nde veinte \u00e9 cinco a\u00f1os, veyendo que el Conde su padre seguia algunas\nparcialidades de Caballeros contra la voluntad del Rey Don Juan, \u00e9\npuesto en pensamiento trabajoso, porque si la opinion de su padre\nsiguiese, cre\u00eda errar \u00e1 la lealtad que debia al Rey, \u00e9 si obedescia al\nRey, pensaba errar \u00e1 la obediencia paternal, pospuestos los da\u00f1os que\ndel apartamiento de su padre se le siguieron, deliber\u00f3 obedescer los\nmandamientos Reales, \u00e9 sirvi\u00f3 \u00e1 su Rey todo el tiempo de su vida con\ntanta obediencia, que la perseverancia que tovo en su servicio fu\u00e9\n\u00e1 otros exemplo de lealtad. E despues que hered\u00f3 la casa de su padre\nsiempre vivi\u00f3 faciendo guerra \u00e1 los contrarios del Rey, \u00e9 fu\u00e9 preso\nen su servicio en una batalla que ovo con los Aragoneses: en la qual\nprision estovo algun tiempo, \u00e9 rescibi\u00f3 da\u00f1os en su persona \u00e9 facienda,\nque sufri\u00f3 como varon fuerte, y reput\u00e1ndolos \u00e1 prosperidad por ser en\nservicio de su Rey. Este Conde conosci\u00f3 bien quanto reluce la lealtad\n\u00e9 la constancia en el Caballero, \u00e9 quanto es fea la m\u00e1cula del yerro\ncometido contra los Reyes. Fu\u00e9 hombre vencido del amor de las mugeres,\ny \u00e9l fu\u00e9 amado dellas. Muri\u00f3 con gran honra despues que sali\u00f3 de la\nprision en edad de quarenta a\u00f1os.\n _Del Maestre Don Rodrigo Manrique Conde de Paredes._\nDon Rodrigo Manrique Conde de Paredes \u00e9 Maestre de Santiago, fijo\nsegundo de Pedro Manrique[19] Adelantado mayor del Reyno de Leon, fu\u00e9\nhombre de mediana estatura, bien proporcionado en la compostura de\nsus miembros: los cabellos tenia rojos, \u00e9 la nariz un poco larga. Era\nde linage noble Castellano. En los actos que facia en su menor edad\nparesci\u00f3 ser inclinado al oficio de la Caballer\u00eda. Tom\u00f3 Avito \u00e9 Orden\nde Santiago, \u00e9 fu\u00e9 Comendador de Segura, que es cercana \u00e1 la tierra\nde los Moros: y estando por frontero en aquella su Encomienda fizo\nmuchas entradas en la tierra de los Moros, donde ovo fama de tan buen\nCaballero, que el Adelantado su padre, por la estimacion grande en que\neste su fijo era tenido, apart\u00f3 de su mayorazgo la Villa de Paredes,\n\u00e9 le fizo donacion della: y el Rey Don Juan le di\u00f3 t\u00edtulo de Conde\nde aquella Villa. Este varon goz\u00f3 de dos singulares virtudes: de la\nprudencia, conosciendo los tiempos, los lugares, las personas, \u00e9 las\notras cosas que en la guerra conviene que sepa el buen Capitan. Fu\u00e9\nasimesmo dotado de la virtud de la fortaleza; no por aquellas vias en\nque se muestran fuertes los que fingida \u00e9 no verdaderamente lo son;\nmas as\u00ed por su buena composicion natural, como por los muchos actos\nque fizo en el exercicio de las armas, asent\u00f3 tan perfectamente en su\n\u00e1nimo el habito de la fortaleza, que se deleytaba quando le ocurria\nlugar en que la debiese exercitar. Esperaba con buen esfuerzo los\npeligros, \u00e9 acometia las faza\u00f1as con grande osad\u00eda, \u00e9 ningun trabajo\nde guerra \u00e1 \u00e9l ni \u00e1 los suyos era nuevo. Preciabase mucho que sus\ncriados fuesen dispuestos para las armas. Su pl\u00e1tica con ellos era\nla manera del defender \u00e9 del ofender el enemigo, \u00e9 ni se decia ni\nfacia en su casa acto ninguno de molleza, enemiga del oficio de las\narmas. Queria que todos los de su compa\u00f1\u00eda fuesen escogidos para aquel\nexercicio, \u00e9 no convenia \u00e1 ninguno durar en su casa si en \u00e9l fuese\nconoscido punto de cobard\u00eda: \u00e9 si alguno venia \u00e1 ella que no fuese\ndispuesto para el uso de las armas, el grand exercicio que av\u00eda \u00e9 ve\u00eda\nen los otros, le facia h\u00e1bile \u00e9 diestro en ellas. En las batallas, \u00e9\nmuchos encuentros que ovo con Moros \u00e9 con Christianos, este Caballero\nfu\u00e9 el que mostrando grand esfuerzo \u00e1 los suyos, feria primero en los\ncontrarios: \u00e9 las gentes de su Compa\u00f1\u00eda, visto el esfuerzo de este su\nCapitan, todos le siguian \u00e9 cobraban osad\u00eda de pelear. Tenia tan grand\nconoscimiento de las cosas del campo, \u00e9 prove\u00edalas en tal manera,\nque donde fu\u00e9 \u00e9l principal Capitan nunca puso su gente en lugar d\u00f3\nse oviese de retraer: porque volver las espaldas al enemigo era tan\nageno de su \u00e1nimo, que elegia antes rescibir la muerte peleando, que\nsalvar la vida huyendo. Este Caballero os\u00f3 acometer grandes faza\u00f1as:\nespecialmente escal\u00f3 una noche la Cibdad de Huesca, que es del Reyno de\nGranada; \u00e9 como quier que subiendo el escala los suyos fueron sentidos\nde los Moros, \u00e9 fueron algunos derribados del adarve, \u00e9 feridos en la\nsubida; pero el esfuerzo deste Capitan se imprimi\u00f3 \u00e1 la hora tanto\nen los suyos, que pospuesta la vida, \u00e9 propuesta la gloria, subieron\nel muro peleando, \u00e9 no fallescieron de sus fuerzas defendi\u00e9ndola,\naunque ve\u00edan los unos derramar su sangre, los otros caer de la cerca.\nY en esta manera matando de los Moros, \u00e9 muriendo de los suyos, este\nCapitan, ferido en el brazo de una saeta, peleando entr\u00f3 en la Cibdad,\n\u00e9 retruxo los Moros fasta que los cerc\u00f3 en la Fortaleza: y esperando el\nsocorro que le farian los Christianos, no temi\u00f3 el socorro que venia\n\u00e1 los Moros. En aquella hora los suyos, vencidos de miedo, vista la\nmultitud que sobre ellos venia por todas partes \u00e1 socorrer los Moros,\n\u00e9 tardar el socorro que esperaban de los Christianos, le amonestaron\nque desamparase la Cibdad, \u00e9 no encomendase \u00e1 la fortuna de una hora\nla vida suya, \u00e9 de aquellas gentes, juntamente con la honra ganada en\nsu edad pasada: \u00e9 requirianle, que pues tenia tiempo para se proveer,\nno esperase hora en que tomase el consejo necesario, \u00e9 no el que agora\ntenia voluntario. Visto por este Caballero el temor que los suyos\nmostraban: No, dixo \u00e9l, suele vencer la muchedumbre de los Moros al\nesfuerzo de los Christianos quando son buenos, aunque no son tantos: la\nbuena fortuna del Caballero cresce cresciendo su esfuerzo: \u00e9 si \u00e1 estos\nMoros que vienen cumple socorrer \u00e1 su infortunio, \u00e1 nosotros conviene\npermanescer en nuestra victoria fasta la acabar \u00f3 morir; porque si\nel miedo de los Moros nos ficiese desamparar esta Cibdad ganada ya\ncon tanta sangre, justa culpa nos pornian los Christianos por no aver\nesperado su socorro; y es mejor que sean ellos culpados por no venir,\nque nosotros por no esperar. De una cosa, dixo \u00e9l, sed ciertos, que\nentretanto que Dios me diere vida, nunca el Moro me porn\u00e1 miedo: porque\ntengo tal confianza en Dios, y en vuestras fuerzas, que no fallescer\u00e1n\npeleando, veyendo vuestro Capitan pelear. Este Caballero dur\u00f3, \u00e9\nfizo durar \u00e1 los suyos combatiendo \u00e1 los Moros que tenia cercados, \u00e9\nresistiendo \u00e1 los Moros que le tenian cercado por espacio de dos dias,\nhasta que vino el socorro que esperaba, \u00e9 ovo el fruto que suelen aver\naquellos que permanecen en la virtud de la fortaleza. Ganada aquella\nCibdad, \u00e9 dexado en ella por Capitan \u00e1 un su hermano llamado Gomez\nManrique, gan\u00f3 otras Fortalezas en la comarca. Socorri\u00f3 muchas veces\nalgunas Cibdades \u00e9 Villas \u00e9 Capitanes Christianos en tiempo de extrema\nnecesidad: \u00e9 fizo tanta guerra en aquellas tierras, que en el Reyno de\nGranada el nombre de Rodrigo Manrique fu\u00e9 mucho tiempo \u00e1 los Moros gran\nterror. Cerc\u00f3 asimismo este Caballero la Fortaleza de Alcar\u00e1z por la\nreducir \u00e1 la Corona Real. Cerc\u00f3 la Fortaleza de Ucl\u00e9s, por la reducir\n\u00e1 la su Orden de Santiago. Esper\u00f3 en estos dos sitios las gentes que\ncontra \u00e9l vinieron \u00e1 socorrer estas Fortalezas: \u00e9 como quier que la\ngente contraria vido ser en mucho mayor n\u00famero que la suya, mostr\u00f3 tal\nesfuerzo, que los contrarios no le osaron acometer, y \u00e9l consigui\u00f3 con\ngrand honra el fin de aquellas empresas que tom\u00f3: d\u00f3 se puede bien\ncreer que venci\u00f3, mas con el esfuerzo de su \u00e1nimo, que con el n\u00famero de\nsu gente. Ovo asimesmo este Caballero otras batallas \u00e9 fechos de armas\ncon Christianos \u00e9 con Moros, que requerian gran historia, si de cada\nuna por extenso se oviese de facer mencion: porque toda la mayor parte\nde su vida trabaj\u00f3 en guerras y en fechos de armas. Fablaba muy bien,\n\u00e9 deleyt\u00e1base en recontar los casos que le acaescian en las guerras.\nUsaba de tanta liberalidad, que no bastaba su renta \u00e1 sus gastos; ni le\nbast\u00e1ra si muy grandes rentas \u00e9 tesoros toviera, segun la continuacion\nque tovo en las guerras. Era varon de altos pensamientos, \u00e9 inclinado\n\u00e1 cometer grandes \u00e9 peligrosas faza\u00f1as, \u00e9 no podia sufrir cosa que le\nparesciese no sufridera, \u00e9 desta condicion se le siguieron grandes\npeligros \u00e9 molestias. E ciertamente por experiencia vemos pasar por\ngrandes infortunios \u00e1 muchos que presumen forzar la fuerza del tiempo:\nlos quales por no sufrir una sola cosa, les acaesce sufrir muchas, \u00e9 \u00e1\nmuchos \u00e1 quien de fuerza han de tener contentos para conseguir su poco\nsofrimiento. Era amado por los Caballeros de la Orden de Santiago, los\nquales visto que concurrian en \u00e9l todas las cosas dignas de aquella\nDignidad, le eligieron por Maestre en la Provincia de Castilla por fin\ndel Maestre Don Juan Pacheco. Muri\u00f3 con grand honra en edad de sesenta\na\u00f1os.\n [19] _Vease el Cap. XXIV. de las_ Generaciones y Semblanzas _pag.\n 245_: y _el num. IV. de las Adicciones que van al fin_.\n _De un Razonamiento fecho \u00e1 la Reyna nuestra Se\u00f1ora._\nOtros muchos Claros Varones naturales de vuestros Reynos ovo que\nficieron cosas dignas de memoria, las quales si como dixe se\nescribiesen particularmente, sin dubda ser\u00eda mayor libro, \u00e9 de\nmayores \u00e9 mas claras faza\u00f1as que el que fizo Valerio, \u00e9 los otros que\nescribieron los fechos de los Griegos \u00e9 de los Romanos. Entre los\nquales facen grand memoria de Mucio C\u00e9vola, que escondidamente sali\u00f3 de\nla Cibdad de Roma, \u00e9 fu\u00e9 \u00e1 matar al Rey Porsena que la tenia cercada,\ny ex\u00e1ltanlo mucho en aver quemado su brazo porque no acert\u00f3 de matar\nal Rey que pensaba, \u00e9 mat\u00f3 \u00e1 otro que parescia ser el Rey. Ved qu\u00e9\nculpa tovo su brazo por el yerro que ovo su pensamiento. E por cierto\nsi la pena que este di\u00f3 \u00e1 su brazo toviese lugar de loor, loariamos\nal espada que face buen golpe, \u00e9 no al que la menea. E pues deste\ncaso se face grand estima por los Historiadores Romanos, razon es que\nfaga aqui memoria de lo que supe, \u00e9 es notorio en Francia, que fizo un\nFijodalgo vuestro natural, que se llam\u00f3 Pedro Fajardo, mozo de veinte\na\u00f1os: el qual como sirviese en la C\u00e1mara del Rey Carlos de Francia, \u00e9\nle pidiese merced de un caballo \u00e9 un arn\u00e9s para le servir en la batalla\nque tenia aplazada con el Rey de Inglaterra; \u00e9 el Rey, \u00e1vido respecto\nque su edad era aun tierna para entrar en batalla, no gelo quisiese\ndar, \u00e9 le mandase quedar en su C\u00e1mara, este Pedro Fajardo respondi\u00f3 al\nRey: No suelen los Fijosdalgo de Castilla que son de mi edad quedar en\nla C\u00e1mara yendo su Se\u00f1or \u00e1 guerra; yo vos certifico, Se\u00f1or, dixo \u00e9l,\nque si no me fornece\u00eds de armas \u00e9 de caballo, que yo ir\u00e9 \u00e1 pie delante\nlas esquadras de vuestra gente \u00e1 morir, peleando en la batalla. El Rey,\nconoscida la animosidad deste Fijodalgo, le di\u00f3 un caballo \u00e9 un arn\u00e9s:\n\u00e9 como se vido armado, un dia antes de la batalla, en presencia del\nRey fizo voto solenne de matar al Rey de Inglaterra, \u00f3 derribar su\nestandarte Real, \u00f3 morir en la demanda. El corazon deste mozo conoscido\npor algunos mancebos Franceses, despert\u00f3 sus \u00e1nimos, \u00e9 prometieron de\nle ayudar \u00e1 complir su voto. Otro dia, las faces tendidas, \u00e9 fecha\nse\u00f1al de trompeta para se juntar las faces, este Fijodalgo Castellano\nse adelant\u00f3 de las otras gentes, \u00e9 dando golpes en los enemigos, \u00e9\nrescibi\u00e9ndolos en todo su cuerpo, entr\u00f3 por fuerza en la batalla del\nRey Ingl\u00e9s, \u00e9 abraz\u00f3se con su Estandarte Real, \u00e9 vino con \u00e9l al suelo:\n\u00e9 alli rescibi\u00f3 tan grandes feridas en la cabeza, que perdi\u00f3 las\nfuerzas y el sentido, \u00e9 fu\u00e9 preso por los Ingleses; pero consigui\u00f3 el\nfin de su voto por donde fu\u00e9 su parte vencedora. Este Pedro Fajardo\nCastellano, y el otro C\u00e9vola Romano iguales me parece que fueron en los\nprop\u00f3sitos, pues que ambos iban con deliberacion de rescebir muerte por\nayudar \u00e1 su parte; pero el Castellano se mostr\u00f3 claro enemigo, porque\nguerreando los contrarios fu\u00e9 como Caballero \u00e1 complir su voto: el\nRomano, como hombre encubierto, con simulacion fingida fue \u00e1 complir\nel prop\u00f3sito que no consigui\u00f3, porque mat\u00f3 \u00e1 otro, \u00e9 no al Rey que\npens\u00f3 matar. Notorio es asimesmo en toda la Christiandad el paso que\nSuero de Qui\u00f1ones Caballero Fijodalgo sostuvo un a\u00f1o en la puente de\nOrvigo, que es en el camino de Santiago, \u00e9 como este Caballero envi\u00f3\npublicar con sus Farautes por las cortes de los Reyes \u00e9 Se\u00f1ores de\nla Christiandad, que qualquier Gentilhombre que por aquella puente\npasase av\u00eda de facer armas con \u00e9l. Concurrieron \u00e1 esta req\u00fcesta muchos\nCaballeros \u00e9 Gentileshombres de diversas tierras, que en el paso de\naquella puente de Orvigo ficieron armas con este Caballero: en las\nquales, \u00e9 en todo otro acto de caballer\u00eda que alli intervino, ningun\nestrangero se esmer\u00f3 ni ovo igual victoria de la que por las armas este\nFijodalgo Castellano ovo. \u00bfQual de los Capitanes Romanos pudo pujar al\nesfuerzo de Don Juan Ramirez, Comendador mayor de Calatrava, del noble\nlinage de Guzman? el qual mostraba tan grand ardideza en las batallas,\n\u00e9 tenia tanta destreza en el gobernar las armas, que el brazo desnudo,\nel espada en la mano, esforzando los suyos, firiendo los enemigos,\nvenci\u00f3 muchas batallas de Moros: \u00e9 con tanto esfuerzo acometia, \u00e9 con\ntal perseverancia duraba en los peligros, que como ageno de todo miedo\nlo imprimia en los enemigos.\nGarcilaso de la Vega, Caballero de noble sangre \u00e9 antiguo, criado desde\nsu menor edad en el oficio de las armas, en la mayor priesa de las\nbatallas tenia mejor tiento para facer golpe cierto en el enemigo: \u00e9\nni la multitud de las saetas, ni los tiros de las lanzas, ni los otros\ngolpes de los contrarios que le rodeaban, alteraban su continencia\npara facer desconcierto en la manera de su pelear. De loar es por\ncierto Oracio Teocles[20] Romano, que pele\u00f3 en la puente Suhicia[21]\ndel Tiberi con los Toscanos, \u00e9 los detovo peleando entretanto que se\nderribaba el un arco de aquella puente, porque los Romanos fuesen\nsalvos; pero no es menos de estimar el esfuerzo deste Garcilaso, el\nqual como viese que su gente estaba en punto de se perder, fuyendo de\nla multitud de los Caballeros Moros que los siguian, este Caballero,\nofresciendo su vida por la salud de los suyos, torn\u00f3 con grand esfuerzo\n\u00e1 los enemigos, \u00e9 tomado un paso, los impidi\u00f3 peleando con ellos tanto\nespacio, que su gente se pudo salvar que no peresciese.[22] Este\nCaballero era hombre callado, sofrido, esencial, amigo de efectos,\nenemigo de palabras, \u00e9 tovo tal gracia, que todos los Caballeros de su\ntiempo desearon remedar sus costumbres.\n [21] Sublicia.\n [22] _Vease en las Adicciones que van al fin el num. V._\n _De Don Juan de Sayavedra._\nDon Juan de Sayavedra, Caballero Fijodalgo guerre\u00f3 los Moros muchos\ntiempos, \u00e9 tan osado era en las batallas, que con menor n\u00famero de gente\nsiempre os\u00f3 acometer los enemigos, aunque fuesen muchos mas que los\nsuyos, \u00e9 los venci\u00f3 muchas veces \u00e9 desbarat\u00f3. Gonzalo de Sayavedra su\nhermano, en guerras de Moros \u00e9 de Christianos ningun Romano pudo tener\nmayor diligencia, ni mejor conoscimiento para ordenar las batallas, ni\nen saber los lugares, ni en poner las guardas, y en todas las otras\ncosas que para seguridad de las huestes se requiere saber \u00e1 todo buen\nCapitan: el qual fu\u00e9 tan discreto, \u00e9 consideraba las cosas \u00e9 los casos\nque podian acaescer en las guerras, \u00e9 las prove\u00eda de tal manera,\nque nunca se hall\u00f3 que por defecto de su provision los de su parte\nrescibiesen inconveniente.\n\u00bfQuien fu\u00e9 visto ser mas industrioso ni mas acepto en los actos de\nla guerra que Rodrigo de Narvaez, Caballero Fijodalgo, \u00e1 quien, por\nnotables haza\u00f1as que contra los Moros fizo, le fu\u00e9 cometida la Cibdad\nde Antequera, en la guarda de la qual, y en los vencimientos que\nfizo \u00e1 los Moros, gan\u00f3 tanta honra y estimacion de buen Caballero,\nque ninguno en sus tiempos la ovo mayor en aquellas Fronteras? Y es\nde considerar, que como quiera que los Moros son hombres belicosos,\nastutos \u00e9 muy enga\u00f1osos en las artes de la guerra, \u00e9 varones robustos\n\u00e9 crueles, \u00e9 aunque poseen tierra de grandes \u00e9 altas monta\u00f1as, \u00e9 de\nlugares tanto asperos \u00e9 fragosos, que la disposicion de la misma tierra\nes la mayor parte de su defensa; pero la fuerza y el esfuerzo destos\nCaballeros, \u00e9 de otros muchos Nobles \u00e9 Fijosdalgo vuestros naturales,\nque continuaron guerras con ellos, siempre los oprimieron \u00e1 que diesen\nparias \u00e1 los Reyes vuestros progenitores, \u00e9 se ofresciesen por sus\nvasallos. E ni estos grandes Se\u00f1ores \u00e9 Caballeros \u00e9 Fijosdalgo de quien\naqui con causas razonables es hecha memoria, ni los otros pasados que\nguerreando \u00e1 Espa\u00f1a la ganaron del poder de los enemigos, no mataron\npor cierto sus fijos, como ficieron los C\u00f3nsules Bruto \u00e9 Torcato, ni\nquemaron sus brazos, como fizo C\u00e9vola, ni ficieron en su propia sangre\nlas crueldades que repugna la natura, \u00e9 defiende la razon; mas con\nfortaleza \u00e9 perseverancia, \u00e9 con prudencia \u00e9 deligencia, con justicia\n\u00e9 con clemencia, ganando el amor de los suyos, \u00e9 seyendo terror \u00e1\nlos estra\u00f1os, gobernaron huestes, ordenaron batallas, vencieron los\nenemigos, ganaron tierras agenas, \u00e9 defendieron las suyas. Yo por\ncierto no vi en mis tiempos, ni le\u00ed que en los pasados viniesen\ntantos Caballeros de otros Reynos \u00e9 tierras estra\u00f1as \u00e1 estos vuestros\nReynos de Castilla \u00e9 de Leon por facer armas \u00e1 todo trance, como v\u00ed\nque fueron Caballeros de Castilla \u00e1 las buscar por otras partes de\nla Christiandad. Conosc\u00ed al Conde Don Gonzalo de Guzman, \u00e9 \u00e1 Juan\nde Merlo: conosc\u00ed \u00e1 Juan de Torres, \u00e9 \u00e1 Juan de Polanco, Alfaran de\nVivero, \u00e9 \u00e1 Mosen Pero Vazquez de Sayavedra, \u00e1 Gutierre Quixada, \u00e9\n\u00e1 Mosen Diego de Valera; \u00e9 o\u00ed decir de otros Castellanos que con\n\u00e1nimo de Caballeros fueron por los Reynos estra\u00f1os \u00e1 facer armas con\nqualquier Caballero que quisiese facerlas con ellos, \u00e9 por ellas\nganaron honra para s\u00ed, \u00e9 fama de valientes y esforzados Caballeros para\nlos Fijosdalgo de Castilla. Asimesmo supe que ovo guerra en Francia,\ny en N\u00e1poles, \u00e9 en otras partes, donde concurrieron gentes de muchas\nnaciones, \u00e9 fu\u00ed informado que el Capitan Franc\u00e9s \u00f3 el Italiano tenia\nestonces por muy bien fornescida la Esquadra de su gente, quando podia\naver en ella algunos Caballeros Castellanos; porque conoscia dellos\ntener esfuerzo \u00e9 constancia en los peligros mas que los de otras\nnaciones. V\u00ed tambien guerras en Castilla, \u00e9 durar algunos tiempos;\npero no v\u00ed que viniesen \u00e1 ella guerreros de otras partes: porque as\u00ed\ncomo ninguno piensa llevar fierro \u00e1 la tierra de Vizcaya donde ello\nnace; bien as\u00ed los estrangeros reputaban \u00e1 mal seso venir \u00e1 mostrar su\nvalentia \u00e1 la tierra de Castilla, d\u00f3 saben que hay tanta abundancia\nde fuerzas y esfuerzo en los varones della, que la suya ser\u00e1 poco\nestimada. As\u00ed que, Reyna muy Excelente, estos Caballeros, \u00e9 Perlados, \u00e9\notros muchos naturales de vuestros Reynos, de que no fago aqui mencion\npor ocupacion de mi persona, alcanzaron con sus loables trabajos que\novieron, \u00e9 virtudes que siguieron, el nombre de Varones Claros, de que\nsus descendientes en especial se deben arrear, \u00e9 todos los Fijosdalgo\nde vuestros Reynos deben tomar exemplo para limpiamente vivir, porque\npuedan fenescer sus dias en toda prosperidad, como estos vivieron \u00e9\nfenescieron. Lo qual sin dubda todo hombre podr\u00e1 facer sacudiendo de\ns\u00ed malas aficiones \u00e9 pensamientos torpes, que al principio prometen\ndulzura, \u00e9 \u00e1 la fin paren tristeza \u00e9 disfamia. Agora razon es facer\naqui memoria de algunos Perlados naturales de Castilla, que en mis\ntiempos por su sciencia, m\u00e9ritos \u00e9 virtudes subieron \u00e1 grandes estados,\n\u00e9 tubieron grandes dignidades en la Iglesia de Dios.\n _Del Cardenal de Sant Sixto._\nDon Juan de Torquemada Cardenal de Sant Sixto fu\u00e9 hombre alto de\ncuerpo, delgado, \u00e9 de venerable gesto \u00e9 presencia, natural de la Cibdad\nde Burgos. Sus aguelos fueron de linage de los Judios convertidos \u00e1\nnuestra Santa F\u00e9 Cat\u00f3lica.[23] Aprendi\u00f3 Teolog\u00eda seyendo mozo, porque\ntenia inclinacion \u00e1 esta sciencia mas que \u00e1 otra. Paresci\u00f3 en el\nsosiego de su ni\u00f1ez que la natura le apart\u00f3 de las cosas mundanas,\n\u00e9 ofresci\u00f3 \u00e1 la Religion. Los dias de su adolescencia siguieron las\nbuenas costumbres que ovo en su mocedad, \u00e9 los de la juventud \u00e1 los de\nla adolescencia: \u00e9 as\u00ed cresciendo en dias, siempre crescia en virtudes:\n\u00e9 segun paresci\u00f3 en la honestad \u00e9 limpieza de su vida, quier procediese\nde su complexion \u00f3 de su buen seso, siempre tovo tan fuerte resistencia\ncontra las tentaciones, que no pudieron corromper sus buenas\ncostumbres. Rescibi\u00f3 de su voluntad Avito \u00e9 Orden de Santo Domingo.\nEra observantisimo en su Religion. Aprendi\u00f3 en el estudio de Par\u00eds,\ndonde recibi\u00f3 el grado de Magisterio. Venido \u00e1 Castilla con deseo de su\nnaturaleza, conoscida la sciencia \u00e9 honestidad de su vida, fu\u00e9 elegido\npor Prior de Sant Pablo de Valladolid, \u00e9 despues fu\u00e9 Prior de Sant\nPedro Martir de la Cibdad de Toledo. Estando en aquel Monesterio con\nprop\u00f3sito de facer alli asiento de su vida, los hados que llevan al que\nquieren para que vaya \u00e1 aquellas cosas que la providencia Divina tiene\nordenadas, rodearon las cosas en tal manera, que se levant\u00f3 contra \u00e9l\ntal emulacion de persona de su Orden, que le forz\u00f3 ir \u00e1 Roma quando\nfu\u00e9 quitada la cisma que ovo en la Iglesia entre el Papa Eugenio y el\nque se llam\u00f3 Felix, \u00e9 lleg\u00f3 \u00e1 tiempo que se av\u00eda de facer Congregacion\nde Letrados en Roma para determinar algunas dubdas que de la cisma\npasada avian resultado. Para lo qual el Rey Don Juan acord\u00f3 enviar\nsus Embaxadores \u00e1 Roma, entre los quales, porque era necesario enviar\ngrandes Letrados, conoscida la fama que este Religioso tenia de gran\nte\u00f3logo, le envi\u00f3 mandar que se juntase con sus Embaxadores: el qual\nobedesciendo al Rey lo fizo. En aquella Congregacion de Letrados cosa\nmaravillosa fu\u00e9 quanto se esmer\u00f3 sobre todos los otros, as\u00ed en las\ndubdas que aclar\u00f3, como en la determinacion que fizo en las cosas que\nocurrieron: lo qual fizo crescer la fama que tenia de gran Letrado. E\nporque la honestad de su vida se conformaba con la abundancia de su\nsciencia, el Papa le fizo mucha honra, \u00e9 \u00e1 suplicacion del Rey Don Juan\nle cri\u00f3 Cardenal. Fu\u00e9 avido en sus tiempos por tan gran te\u00f3logo, que\nquando acaescia venir de qualquier parte de la Christiandad alguna\ndubda \u00f3 q\u00fcestion de teolog\u00eda, todos se referian \u00e1 la determinacion\nque este Cardenal entre todos los otros te\u00f3logos ficiese. Era hombre\napartado, estudioso, manso \u00e9 caritativo, y en su buena y honesta\nvida mostr\u00f3 tener gracia singular, con la qual gan\u00f3 honra para s\u00ed,\n\u00e9 di\u00f3 exemplo \u00e1 otros para usar de virtud. Deleytabase en las obras\ndel entendimiento: fizo una glosa del Psalterio devotisima, \u00e9 otros\ntractados \u00e9 declaraciones de la Sacra Escriptura, muy provechosos \u00e9\ndoctrinales. Fund\u00f3 en Roma \u00e1 sus expensas el Monesterio de la Minerva:\nreedific\u00f3 asimesmo todo el Monesterio de Sant Pablo de Valladolid, \u00e9\ntorn\u00f3lo en observancia: \u00e9 fizo otras labores \u00e9 reparos en Monesterios \u00e9\nCasas de oracion. Estobo con grand honra en Roma despues que fu\u00e9 criado\nCardenal, hasta que muri\u00f3 de edad de ochenta a\u00f1os.\n [23] _Vease en las Adicciones que van al fin el num. VI._\n _Del Cardenal de Sant Angelo._\nDon Juan de Carvajal Cardenal de Sant Angelo fu\u00e9 hombre alto de\ncuerpo, de gesto blanco, y el cabello cano, \u00e9 de muy venerable fermosa\npresencia, natural de la Cibdad de Placencia, de linage de hombres\nFijosdalgo. Desde su menor edad continu\u00f3 el estudio: fu\u00e9 grand Letrado\nen derecho can\u00f3nico \u00e9 civil. Era hombre muy honesto \u00e9 gracioso en\nsus fablas. Quando propuso de tomar orden Eclesi\u00e1stica fu\u00e9 \u00e1 Roma,\ndonde conoscido por grand Letrado \u00e9 hombre de honesta vida, el Papa\nEugenio le encarg\u00f3 negocios arduos, \u00e9 le envi\u00f3 diversas veces en\nembaxadas de grand importancia, en las quales guard\u00f3 siempre su honra\n\u00e9 su conciencia, \u00e9 di\u00f3 la razon que hombre Letrado \u00e9 discreto debia\ndar. Fu\u00e9 prove\u00eddo del Obispado de aquella Cibdad de Placencia d\u00f3 era\nnatural; \u00e9 viniendo de una embazada d\u00f3 fu\u00e9 enviado al Concilio de\nBasilea, conoscida su grand suficiencia en las cosas que alli negoci\u00f3,\nle fu\u00e9 dado el Capelo de Cardenal. Era hombre esencial, aborrescedor\nde aparencias \u00e9 de cerimonias infladas. Quanto mas fu\u00eda de la honra\nmundana tanto mas le seguia. Nunca en sus votos publicos, ni fablas\nprivadas fu\u00e9 visto desviar punto de la justicia por aficion ni por\ninterese suyo ni ageno, ni fizo cosa que paresciese fuera de razon, ni\ndemand\u00f3 que otro la ficiese. Despues que ovo la renta de aquel Obispado\nde Placencia, la qual entendi\u00f3 ser necesaria para sostener su estado,\nno pens\u00f3 en gastar la vida cobdiciando riquezas; mas propuso vivir\nobrando virtudes, \u00e9 puso tales l\u00edmites \u00e1 la cobdicia, que se puede\nbien decir averla vencido: porque no solamente dex\u00f3 de procurar mas\nrenta de la que av\u00eda de su Obispado: mas cerr\u00f3 su deseo, \u00e9 apart\u00f3 de\ns\u00ed la cobdicia de tal manera, que jam\u00e1s quiso rescebir otras rentas\n\u00e9 dignidades que muchas veces le fueron ofrecidas: \u00e9 de muchos \u00e9\ngrandes cargos que tuvo, \u00e9 comisiones que le fueron fechas, donde por\nrazon pudiera aver grandes intereses, nunca rescibi\u00f3, ni consinti\u00f3\n\u00e1 sus oficiales rescebir interese peque\u00f1o ni grande. E en esta\nmanera, se\u00f1oreando la cobdicia, se\u00f1oreaba aquellos \u00e1 quien se\u00f1oreaba\nla cobdicia, \u00e9 ninguno osaba agraviarse de sus determinaciones,\nconosciendo que carescian de aficion \u00e9 interese. Reprehendia mucho\n\u00e1 los hombres que sobr\u00e1ndoles las rentas allende de lo necesario,\ntenian el deseo de adquirir en infinito. Este varon supo bien quanta\nfuerza suele facer \u00e1 las veces el oro \u00e1 la justicia, la qual teme\npoco el criminoso quando con dinero piensa redemir su crimen. Conosci\u00f3\nasimesmo como todo Juez que toma, luego es tomado, \u00e9 que no puede huir\nde ser injusto \u00f3 ingrato: injusto, si por el don que rescibe tuerce\nel derecho: ingrato, sin\u00f3 le tuerce el favor de aquel que le di\u00f3:\n\u00e9 si face justicia \u00f3 la abrevia por lo que rescibi\u00f3, pu\u00e9dese decir\nvendedor de la justicia por precio. Conoscidos por este Perlado los\ninconvenientes que del cobdiciar allende de lo necesario se siguen, ni\nse atorment\u00f3 cobdiciando ni se avergonz\u00f3 demandando: \u00e9 teniendo la\ncobdicia tan subjecta, tenia la honra tan alta. Estaba continuamente\nalegre, porque gozaba de la virtud de la templanza, avenidora de la\nrazon con el apetito. Era prudente \u00e9 de grand entendimiento, que\nson partes esenciales del anima, \u00e9 las ovo por arte y esperiencia\nde tiempos. Estas virtudes conoscidas en \u00e9l, fu\u00e9 Legado del Papa \u00e1\nla Provincia de Alema\u00f1a dos veces: y en estas sus Legaciones fizo,\ndetermin\u00f3 \u00e9 declar\u00f3 grandes fechos, \u00e9 pacific\u00f3 los Pr\u00edncipes de\naquellas partes, \u00e9 las Comunidades que estaban en discordia: \u00e9 castig\u00f3\nla hereg\u00eda de los Boemios, \u00e9 fizo otras singulares cosas en servicio\nde Dios \u00e9 augmentacion de la F\u00e9 Christiana. Otros\u00ed por escusar el da\u00f1o\ngrande que conosci\u00f3 recrescer \u00e1 todas las gentes que pasaban el rio de\nTajo cerca de la cibdad de Placencia, movido con ferviente caridad,\nfizo \u00e1 sus grandes expensas la puente que hoy all\u00ed est\u00e1 edificada, que\nse llama la puente del Cardenal, edificio muy notable. Puedese creer\ndeste Claro Varon que su buen seso le fizo aprender sciencia, \u00e9 su\nsciencia le di\u00f3 saber, \u00e9 su saber le di\u00f3 esperiencia, \u00e9 la esperiencia\nle di\u00f3 conoscimiento de las cosas, de las quales supo con prudencia\nelegir las que le ficieron h\u00e1bito de virtud: mediante la qual vivi\u00f3\npr\u00f3spero ochenta a\u00f1os sin pasion de cobdicia, \u00e9 con abundancia de lo\nnecesario, \u00e9 muri\u00f3 con grand honra en la Cibdad de Roma.\n _Del Arzobispo de Toledo._\nDon Alonso Carrillo Arzobispo de Toledo, fijo de Lope Vasques de Acu\u00f1a,\nfu\u00e9 hombre alto de cuerpo, \u00e9 de buena presencia. Era de los Fidalgos\n\u00e9 de limpia sangre del Reyno de Portugal. Su abuelo fu\u00e9 Caballero\nPortugu\u00e9s, que vino \u00e1 Castilla al servicio del Rey Don Juan el que fu\u00e9\nvencido en la batalla de Aljubarrota. Fu\u00e9 primero Obispo de Ciguenza, \u00e9\ndespues fu\u00e9 proveido del Arzobispado de Toledo \u00e1 suplicacion del Rey\nDon Juan. Rezaba bien sus horas: guardaba complidamente las cerimonias\nque la Iglesia manda guardar. Fund\u00f3 el Monesterio de San Francisco de\nAlcal\u00e1, \u00e9 comenz\u00f3 \u00e1 fundar otro Monesterio en la Villa de Brihuega.\nEra hombre de gran corazon, \u00e9 su principal deseo era facer grandes\ncosas \u00e9 tener grand estado, por aver fama \u00e9 grand renombre. Tenia en\nsu casa Letrados \u00e9 Caballeros \u00e9 hombres de facion. Rescebia muy bien\n\u00e9 honraba mucho \u00e1 los que \u00e1 \u00e9l venian, \u00e9 trat\u00e1balos con buena gracia,\n\u00e9 mand\u00e1bales dar grand abundancia de manjares de diversas maneras,\nde los quales facia siempre tener su casa muy proveida, \u00e9 tenia para\nello los oficiales \u00e9 ministros necesarios, \u00e9 deleytabase en ello. Sus\npensamientos deste Perlado eran muy mas altos que sus fuerzas, \u00e9 su\ngrand corazon no le dexaba discernir, ni consentia medir su facultad\ncon las grandes empresas que tomaba, \u00e9 desto se le seguian trabajos \u00e9\nfatigas continuas. Era hombre franco, \u00e9 allende de las d\u00e1divas que de\nsu voluntad con grand liberalidad facia, siempre daba \u00e1 qualquier que\nle demandaba, porque no sofria que ninguno se partiese d\u00e9l descontento:\n\u00e9 por cierto la d\u00e1diva fecha con deseo de fama, \u00e9 no con pensamiento\nde razon, mas se puede decir mal fecho, que buen pensamiento: porque\naquel beneficio es car\u00edsimo que caresce de vanagloria. Verdad es que ni\nnuestra benignidad se debe tanto cerrar que sea dura la comunicacion\nde nuestros bienes, ni tanto abrir que con prodigalidad se derramen:\nporque si del retener se sigue odio, del indiscreto derramar procede\ntal mengua, que de necesario vienen los pr\u00f3digos \u00e1 poner las manos\nen bienes agenos. As\u00ed que estos bienes temporales son buenos, \u00e9 \u00e1 l\u00e1\nhumana sociedad mucho aprovechan, quando son pose\u00eddos por varones de\nprudencia, para que ni da\u00f1en \u00e1 otros retini\u00e9ndoselos con avaricia, ni\npierdan al que los posee verti\u00e9ndolos con indiscrecion: porque tambien\nparescen mal guard\u00e1ndose, como sin causa derram\u00e1ndose. Era hombre\nbelicoso, \u00e9 siguiendo esta su condicion placiale tener continuamente\ngente de armas, \u00e9 andar en guerras \u00e9 juntamientos de gentes. Insist\u00eda\nmucho en la opinion que tomaba, \u00e9 queriala proseguir aunque se le\nrepresentaban algunos inconvenientes: \u00e9 como la opinion, sospecha \u00e9\nafecion son cosas que muchas veces \u00e1 los hombres desatinan, as\u00ed este\nPerlado, tra\u00eddo por alguna destas, procuraba siempre de sostener\nparcialidades, donde se siguieron en sus tiempos algunas guerras en el\nReyno, en las quales acaescieron batallas campales, \u00e9 otros recuentros\n\u00e9 fechos de armas. Era grand trabajador en las cosas de la guerra;\n\u00e9 quanto era amado de algunos por ser franco, tanto era desamado de\nmuchos por ser belicoso, seyendo obligado \u00e1 Religion. Plac\u00edale saber\nexperiencias \u00e9 propiedades de aguas \u00e9 de yerbas, \u00e9 otros secretos de\nnatura. Procuraba siempre aver grandes riquezas, no para tesoro, mas\npara las dar \u00e9 destribuir, y este deseo le fizo entender muchos a\u00f1os\nen el arte del alquimia; \u00e9 como quier que della no ve\u00eda efecto, pero\ncreyendo siempre alcanzarla para las grandes haza\u00f1as que imaginaba\nfacer, siempre continu\u00f3: en la qual, \u00e9 en buscar tesoros \u00e9 mineros,\nconsumi\u00f3 mucho tiempo de su vida, \u00e9 gran parte de renta, \u00e9 todo quanto\nmas podia aver de otras partes. E como vemos algunas veces que los\nhombres deseando ser ricos se meten en tales necesidades que los facen\nser pobres, este Arzobispo, dando \u00e9 gastando en el arte del alquimia, y\nen buscar mineros \u00e9 tesoros pensando alcanzar grandes riquezas para las\ndar \u00e9 destribuir, siempre estaba en continuas necesidades. E sin dubda\npuedese creer, que si lo que deseaba tener este Perlado respondiera al\ncorazon que tenia, ficiera grandes cosas. Al fin, gastando mucho, \u00e9\ndeseando gastar mas, muri\u00f3 pobre y adeudado en la Villa de Alcal\u00e1 de\nedad de sesenta a\u00f1os, de los quales fu\u00e9 treinta \u00e9 siete Arzobispo de\nToledo.\n _Del Arzobispo de Sevilla._\nDon Alfonso de Fonseca Arzobispo de Sevilla fu\u00e9 hombre de mediana\nestatura, bien proporcionado en las faciones de su rostro y en la\ncomposicion de sus miembros, fijo del Doctor Juan Alfonso de Ulloa,\nde linage de hombres Fijosdalgo del Reyno de Galicia. Era natural de\nla Cibdad de Toro: tom\u00f3 el apellido de su madre, que era de linage de\nFonseca. Era hombre de muy agudo ingenio, \u00e9 de buen entendimiento, \u00e9\nbien instruto en lo que requeria el h\u00e1bito \u00e9 profesion Eclesi\u00e1stica\nque tom\u00f3. El sentido de la vista tenia muy \u00e1vido \u00e9 cobdicioso mas\nque ninguno de los otros sentidos: \u00e9 siguiendo esta su inclinacion,\nplaciale tener piedras preciosas, \u00e9 perlas, \u00e9 joyas de oro \u00e9 de plata,\n\u00e9 otras cosas fermosas \u00e1 la vista. Las cosas necesarias para el\nservicio de su persona \u00e9 para el arreo de su casa queria que fuesen\nmuy primas, \u00e9 toviesen singularidad de perfeciones sobre todas las\notras, \u00e9 deleyt\u00e1base en ello. Era asimesmo muy limpio en su persona\ny en su vestidura \u00e9 trages, \u00e9 reglado \u00e9 muy ordenado en sus gastos.\nComenzando la edad de mancebo sali\u00f3 del Estudio, \u00e9 vino al servicio del\nRey Don Enrique seyendo Pr\u00edncipe, \u00e9 fu\u00e9 su Capellan mayor, \u00e9 por su\nintercesion fu\u00e9 prove\u00eddo del Obispado de Avila, \u00e9 despues fu\u00e9 prove\u00eddo\n\u00e1 dignidad de Arzobispo de Sevilla. Fablaba muy bien \u00e9 con buena\ngracia. Tovo gran lugar en la gobernacion del Reyno en tiempo del Rey\nDon Juan, \u00e9 del Rey Don Enrique su fijo. Quer\u00eda tanto gratificar \u00e1 los\nque con \u00e9l negociaban, que ninguno iba mal contento de su respuesta.\nEra hombre muy astuto \u00e9 diligente: daba buenos \u00e9 prestos remedios \u00e1 los\ncasos que acaescian: zelaba mucho la justicia, \u00e9 la honra de la Corona\nReal. Era tan agudo, que siempre inventaba grandes cosas. Procuraba\nmucho la honra, \u00e9 siempre queria tener el especial lugar cerca de los\nReyes, \u00e9 ser \u00fanico con ellos en sus fablas \u00e9 retraimientos: \u00e9 como\nacaesce en las Cortes de los Reyes ser envidiados \u00e9 odiosos aquellos\nque mas cerca dellos est\u00e1n, este Arzobispo por esta singular acepcion\nque procuraba siempre tener acerca del Rey Don Juan \u00e9 del Rey Enrique,\n\u00e9 por la gran confianza que en aquellos tiempos le ficieron de algunos\narduos negocios que ocurrian, se le siguieron enemistades peligrosas\ncon algunos Grandes del Reyno, las quales por discurso de tiempo,\n\u00e9 con obras que fizo de amistad supo con buen juicio satisfacer de\ntal manera que sane\u00f3 el odio que d\u00e9l fu\u00e9 concebido. Conoscidos los\ngrandes trabajos, as\u00ed del esp\u00edritu como de la persona, que ovo en la\ngobernacion del Reyno, le fu\u00e9 fecha merced por el Rey Don Juan de\nlas Villas de Coca \u00e9 de Alahejos \u00e9 otras grandes mercedes, de que\nfizo casa \u00e9 mayorazgo que dex\u00f3 \u00e1 su hermano. Tenia la cobdicia comun\nque todos los hombres tienen de aver bienes temporales, \u00e9 sab\u00edalos\nmuy bien \u00e9 con gran diligencia adquerir. Este Arzobispo edific\u00f3 de\nprincipio en aquella su Villa de Alahejos la Fortaleza que en ella\nest\u00e1 hoy fundada. E como acaesce que algunos procurando las cosas que\ndesean se reputan mezquinos quando no las alcanzan, \u00e9 serlo\u00edan si las\nalcanzasen; \u00e9 otros hay que aborresciendo las cosas que piensan serles\nda\u00f1osas, su buena fortuna les fuerza que las resciban, por la utilidad\nque dellas se les ha de seguir: pu\u00e9dese creer deste Arzobispo, que\novo tan buena fortuna acerca de estas cosas mundanas, que siempre se\nle apartaba aquello que procuraba, si al fin le av\u00eda de ser da\u00f1oso; \u00e9\nse le aparejaba lo que aborrescia, si al fin le av\u00eda de ser pr\u00f3spero.\nMuri\u00f3 en honra \u00e9 prosperidad en la su Villa de Coca conosciendo \u00e1 Dios\ncomo buen Perlado, \u00e9 con devocion de Cat\u00f3lico Christiano en edad de\ncincuenta \u00e9 cinco a\u00f1os.\nDon Alfonso de Santa Maria Obispo de Burgos fu\u00e9 hombre de buen cuerpo,\nbien compuesto en la proporcion de sus miembros, tenia cara \u00e9 persona\nmuy reverenda. Era fijo de Don Pablo Obispo de Burgos, el qual le\novo en su muger leg\u00edtima que tovo antes que entrase en la Religion\nEclesi\u00e1stica. Este Obispo Don Pablo fu\u00e9 de linage de los Judios, \u00e9\ntan gran sabio, que fu\u00e9 alumbrado de la gracia del Esp\u00edritu Santo, \u00e9\naviendo conoscimiento de la verdad, se convirti\u00f3 \u00e1 la nuestra santa F\u00e9\nCat\u00f3lica. Este Obispo Don Alfonso su fijo desde su mocedad fu\u00e9 criado\nen la Iglesia, y en escuela de sciencia, \u00e9 fu\u00e9 gran Letrado en Derecho\ncan\u00f3nico \u00e9 civil. Era asimesmo gran Filosofo natural: fablaba muy bien\n\u00e9 con buena gracia, ceceaba un poco, \u00e9 su persona era tan reverenda \u00e9\nde tanta autoridad que en su presencia todos se honestaban, \u00e9 ninguno\nosaba decir ni facer cosa torpe. Era ya tan acostumbrado en los actos\nde virtud, que se deleytaba en ellos. Era muy limpio en su persona y\nen las ropas que tra\u00eda, y el servicio de su mesa \u00e9 todas las cosas\nque le tocaban facia tratar con gran limpieza, \u00e9 aborrescia mucho los\nhombres que no eran limpios: porque la limpieza exterior del hombre\ndecia \u00e9l que era alguna se\u00f1al de la interior; pero entendia aprovechar\npoco la limpieza del cuerpo \u00e9 de las ropas \u00e9 de las muy limpias\nvestiduras \u00e9 aparatos, sin\u00f3 se conseguian con ello la sinceridad de los\npensamientos, \u00e9 la limpieza de las obras. Entre los Letrados que fueron\nescogidos para enviar \u00e1 un gran Concilio que se fizo en Basilea, este\nObispo seyendo Dean de Santiago fu\u00e9 uno de los nombrados \u00e1 quien el Rey\nDon Juan mand\u00f3 ir en aquella embaxada[24]: en la qual, conoscida su\nsciencia \u00e9 la experiencia de sus letras \u00e9 claras costumbres, gan\u00f3 tan\ngran fama, que estando en Roma, el Papa Eugenio le provey\u00f3 del Obispado\nde Burgos, que era del Obispo Don Pablo su padre. Puesto en esta\ndignidad guard\u00f3 tan bien los preceptos que segun los sacros Canones \u00e9\nDecretos debe guardar el Perlado, que fu\u00e9 exemplo de vida \u00e9 doctrina\n\u00e1 todos los otros Perlados que fueron en su tiempo. Fu\u00e9 Embaxador al\nRey de Portugal por mandado del Rey Don Juan, \u00e9 con la fuerza de sus\nrazones escus\u00f3 la guerra, \u00e9 concluy\u00f3 la paz que por entonces ovo entre\nestos dos Reynos. Era observant\u00edsimo en la orden \u00e9 h\u00e1bito que tom\u00f3.\nPredicaba, confesaba, corregia, \u00e9 usaba en su Diocesi de aquellas cosas\nque Perlado es obligado \u00e1 facer. Era limosnero, \u00e9 ayud\u00f3 con gran suma\n\u00e1 edificar el Monesterio de Sant Pablo de Burgos, \u00e9 reedific\u00f3 otras\nIglesias e Monesterios de su Obispado. Fu\u00e9 varon quito de cobdicias\ntemporales, \u00e9 nunca se sinti\u00f3 en \u00e9l punto de envidia. Decia \u00e9l que no\npodia ser alegre con sus bienes el que se atormenta con bienes agenos.\nEra de esp\u00edritu humilde, \u00e9 doctrinando con humildad, su doctrina era\nmejor rescebida \u00e9 de mejor fruto. Torn\u00f3 de lengua Latina en nuestra\nlengua vulgar ciertas obras de S\u00e9neca, que el Rey Don Juan le mand\u00f3\nreducir. Era hombre muy estudioso, \u00e9 deleyt\u00e1base en platicar las cosas\nde sciencia. Ovo una gran disputa con un Fil\u00f3sofo \u00e9 Orador grande de\nItalia, que se llam\u00f3 Leonardo de Arecio, sobre la nueva traslacion que\nfizo de las Eticas de Arist\u00f3teles, en la qual disputa se contienen\nmuchos \u00e9 muy doctrinables preceptos. Fizo asimesmo algunos tratados\nde Filosofia moral, \u00e9 de Teolog\u00eda, provechosos \u00e1 la vida, los quales\nest\u00e1n hoy en la Capilla d\u00f3 est\u00e1 enterrado en la Iglesia mayor de\nBurgos. Aborrescia los loores que en presencia le decian; porque si la\nconsciencia acusa de dentro, poco decia \u00e9l que aprovechan los loores de\nfuera. E si el entendimiento humano es tan alto \u00e9 generoso que pone sus\nterminos cercanos \u00e1 los del alto Dios, quien bien considerare los actos\nexteriores deste Perlado conoscer\u00e1 sin dubda que sus pensamientos\ninteriores mas participaban con las cosas celestiales, que con las\nterrenales. Al fin, seyendo en edad de sesenta a\u00f1os, como propusiese ir\nen romer\u00eda de Santiago, aun en este su voto paresci\u00f3 ser bien acepto \u00e1\nDios; porque le di\u00f3 gracia que fuese en salvo \u00e9 cumpliese su romer\u00eda:\nla qual cumplida, \u00e9 tornado \u00e1 su Diocesi, fin\u00f3 conosciendo \u00e1 Dios, \u00e9\ndexando fama loable, \u00e9 claro exemplo de vida.\n [24] _Con el Conde de Cifuentes. Vease el T\u00edtulo VIII._\nDon Francisco Obispo de Coria fu\u00e9 hombre de peque\u00f1o cuerpo, \u00e9 fermoso\nde gesto: la cabeza tenia grande. Era natural de la Cibdad de Toledo:\nsus abuelos fueron de linage de los Judios convertidos \u00e1 la F\u00e9\nCat\u00f3lica. Desde su menor edad fu\u00e9 honesto, \u00e9 tovo inclinacion \u00e1 la\nsciencia. Era cuerdo \u00e9 de muy sotil ingenio. Muertos su padre \u00e9 madre,\n\u00e9 quedando mozo, la verg\u00fcenza que padescia por falta de lo necesario\nle constri\u00f1\u00f3 salir de su tierra, \u00e9 ir al Estudio de L\u00e9rida, donde\nmostrando Gram\u00e1tica \u00e1 otros, y \u00e9l aprendiendo Filosof\u00eda, pobremente\npas\u00f3 algun tiempo. Durante el qual ovo noticia de su habilidad la\nReyna Do\u00f1a Maria de Aragon, hermana del Rey Don Juan, \u00e9 porque le\nplac\u00eda mucho ver Castellanos dados \u00e1 virtud, le tom\u00f3 para su Capilla:\n\u00e9 \u00e1 pocos dias, conoscido que tal ingenio no debia ser distra\u00eddo del\nestudio, provey\u00e9ndole de su limosna para cada a\u00f1o, le envi\u00f3 al Estudio\nde Par\u00eds, donde aprendi\u00f3 por espacio de diez a\u00f1os: en los quales los\nRectores de aquel Estudio, veyendo que su grand sciencia \u00e9 integridad\nde vida suplian el defecto de su edad, le dieron grado de Magisterio,\nque \u00e1 otros tan mancebos no se acostumbra dar en aquel Estudio. Fu\u00e9\nmuy grand predicador, \u00e9 ceceaba un poco; \u00e9 como quier que peque\u00f1o\nde cuerpo, su \u00f3rgano resonaba muy claro, \u00e9 tenia singular gracia en\nsermonar, tan bien en lengua Latina, como en la suya materna. Era\nobservant\u00edsimo en la orden Clerical que tom\u00f3. Sostovo muchas veces\nconclusiones de Filosof\u00eda \u00e9 Teolog\u00eda en el Estudio de Par\u00eds, y en Corte\nRomana, y en otros Estudios generales, donde alcanz\u00f3 honra \u00e9 fama de\ngrand Te\u00f3logo. Era de vida honest\u00edsima, \u00e9 no fu\u00e9 visto en ninguna\nde sus edades jugar ni jurar. E como el entendimiento comprehende\nlas cosas universalmente, y el apetito las sigue, \u00e9 la prudencia las\nordena, pu\u00e9dese creer deste Perlado, que ni fallesci\u00f3 en el entender,\nni err\u00f3 en el elegir, ni menos desvi\u00f3 del verdadero juicio para las\ndiscernir. Moviase \u00e1 la obra virtuosa, no por el bien aparente, salvo\npor el ex\u00eestente: era hombre justo, no por temor de la pena, mas\npor amor de la justicia. Estando en Roma, un Cardenal que se decia\nDeformo[25], varon muy notable, le rescibi\u00f3 en su casa, \u00e9 visto por\nexperiencia lo que deste Claro Varon se decia por fama, le fizo su\nConfesor, \u00e9 al tiempo de su fin le estableci\u00f3 albac\u00e9a de su alma. Era\nde vida tan clara, que jam\u00e1s fizo cosa en secreto que sin repreension\nno la pudiera facer en p\u00fablico. No suplic\u00f3 jam\u00e1s por Beneficio ni\nDignidad que oviese; mas su sciencia \u00e9 su vida procuraban su provision\nsin procuracion. Muerto aquel Cardenal, el Papa Pio le rescibi\u00f3 por su\nFamiliar, \u00e9 le provey\u00f3 del Deanadgo de Toledo \u00e9 de otros Beneficios:\n\u00e9 conoscida la gran fuerza que tenia en el razonar, le envi\u00f3 diversas\nveces por Embaxador al Rey Don Luis de Francia, \u00e9 al Rey Don Alfonso de\nAragon. Fu\u00e9 uno de los Te\u00f3logos escogidos que el Papa envi\u00f3 dos veces\n\u00e1 reducir los Boemios hereges, donde trabaj\u00f3 mucho el esp\u00edritu \u00e9 la\npersona en augmentacion de la F\u00e9 Cat\u00f3lica. No tenia en tal estimacion\nlas cosas humanas, que le impidiesen la contemplacion de las divinas.\nOrden\u00f3 algunos tratados de Filosof\u00eda \u00e9 Teolog\u00eda, \u00e9 Sermones de gran\ndoctrina: \u00e9 aviendo consideracion del yerro grande en que caen aquellos\nque sin autoridad del Sumo Pont\u00edfice presumen quitar Reyes \u00e9 ponerlos,\norden\u00f3 un libro fundado por Derecho contra aquellos que facen division\nen los Reynos, \u00e9 presumen por su propia autoridad quitar un Rey \u00e9\nponer otro. E nunca fu\u00e9 tan laborioso, que no pensase en las cosas de\nDios; ni tan ocioso, que no trabajase en utilidad del pr\u00f3ximo. Estaba\nya habituado en vida tan recta \u00e9 tan razonable, que aquella gracia\ndel libre arbitrio que le cupo siempre la exercit\u00f3 en loor de aquel\nque gela di\u00f3. El Rey Don Enrique Quarto le di\u00f3 cargo de la embaxada\n\u00e9 procuracion suya \u00e9 de sus Reynos en Corte Romana, y el Papa Sixto\nle fizo su Datario, que es oficio de gran confianza, \u00e9 le provey\u00f3\ndel Obispado de Coria. E porque en la Cibdad de G\u00e9nova acaescieron\ngrandes divisiones y esc\u00e1ndalos de los que suelen acaescer entre\nlos de aquella Cibdad, el Papa, que era de aquella nacion Genovesa,\ndese\u00e1ndolos pacificar, \u00e9 conosciendo que el honesto vivir deste Perlado\nle daba grand autoridad, le envi\u00f3 por su Legado \u00e1 aquella Provincia:\nel qual, conoscidos los deseos de los principales movedores, \u00e9 dando\n\u00e1 cada uno las razones que entendi\u00f3 ser medicinales \u00e1 su pasion, los\nretraxo de las vias erradas que llevaban; \u00e9 puestos en las verdaderas\nque debian llevar, los amans\u00f3, \u00e9 pacific\u00f3 los esc\u00e1ndalos, que estaban\naparejados \u00e1 la destruicion de la tierra. Puestas en paz las cosas\nde aquella Provincia, \u00e9 vuelto \u00e1 la Cibdad de Roma, estando para\nser creado Cardenal en edad de cincuenta \u00e9 cinco a\u00f1os fenesci\u00f3 sus\ndias, \u00e9 torn\u00f3 \u00e1 la tierra tan virgen como sali\u00f3 della. E porque las\nmolestias \u00e9 tentaciones en esta vida vienen \u00e1 los hombres por diversas\nmaneras, \u00e1 unos porque sean punidos, \u00e1 otros porque sean corregidos,\n\u00f3 porque tentados con alguna adversidad conoscan mejor \u00e1 Dios, \u00f3 por\notros respectos notos \u00e1 \u00e9l, \u00e9 innotos \u00e1 ellos, pu\u00e9dese creer deste\nPerlado, que as\u00ed como fu\u00e9 amado de los buenos por ser gran persuasor de\nvirtudes, as\u00ed por ser reprehensor de vicios fu\u00e9 aborrescido de algunos\nmalos, de cuyos mordimientos ovo molestias que sufri\u00f3 \u00e9 venci\u00f3 con\nverdadera paciencia. Ciertamente quien considerare la vida deste Claro\nVaron hallar\u00e1 ser ejemplo \u00e9 doctrina para todo hombre que quisiere bien\nvivir: porque ni esta opinion que tenemos de linage le sublim\u00f3, ni la\ncompostura del cuerpo, ni las riquezas le ficieron Claro Varon, ni\nmenos se puede decir que la fortuna le fu\u00e9 favorable para alcanzar la\nhonra y estimacion grande que ovo; mas la perseverancia que tovo en la\nvida virtuosa le abri\u00f3 puerta para entrar en grandes lugares, \u00e9 le fizo\naver acepcion cerca de grandes Se\u00f1ores, \u00e9 para aver la honra que le di\u00f3\nclaro nombre.\n [25] _Acaso deber\u00e1 decir_ de Fermo.\nDon Alfonso Obispo de Avila fu\u00e9 hombre de mediana estatura, el cuerpo\nespeso, bien proporcionado en la compostura de sus miembros: tenia la\ncabeza grande, y el gesto robusto, el pescuezo corto. Era natural de\nla Villa de Madrigal, de linage de Labradores. Desde su ni\u00f1ez tovo\ninclinacion \u00e1 la sciencia, \u00e9 cresciendo en dias, cresci\u00f3 mas en\ndeseo de aprender. Era hombre agudo \u00e9 de gran memoria: ovo principios\nen Filosofia \u00e9 Teolog\u00eda: aprendi\u00f3 en el Estudio de Salamanca, donde\nrecibi\u00f3 habito Clerical. Fu\u00e9 observant\u00edsimo en la Orden que rescibi\u00f3,\n\u00e9 de edad de veinte y cinco a\u00f1os ovo el grado de Magisterio: \u00e9 tanto\nresplandescia en sciencia y en vida honesta, que como quier que av\u00eda\notros de mayor edad, \u00e9 de gran suficiencia, pero por sus m\u00e9ritos fu\u00e9\nelegido para leer las C\u00e1tedras de Teolog\u00eda \u00e9 Filosofia: \u00e9 tovo gran\ncontinuacion \u00e9 perseverancia en el estudio, tanto que el tiempo que se\npasaba siempre lo tenia presente, porque gozaba en la hora presente de\nlo que en la pasada avia deprendido. Tovo muchos disc\u00edpulos, \u00e9 despues\nque fu\u00e9 Maestro nunca fall\u00f3 mostrador; porque ni se escus\u00f3 jam\u00e1s de\naprender, ni fu\u00e9 acusado de aver mal aprendido. El Papa, movido por la\nhabilidad interior deste Claro Varon, mas que por suplicacion exterior\nde otro, le provey\u00f3 de Maestre-escuela de Salamanca. Seyendo gran\nMaestro en Artes \u00e9 Teolog\u00eda se dispuso \u00e1 aprender Derecho can\u00f3nico \u00e9\ncevil, \u00e9 fu\u00e9 en aquellas facultades bien instruto: \u00e9 tan grande era la\nfama de su saber en todas sciencias, que estando en aquel Estudio dur\u00f3\ngran tiempo que le venian \u00e1 ver hombres doctos, tambien de los Reynos\nestra\u00f1os, como de los Reynos de Espa\u00f1a. Cierto es que ningun hombre,\ndado que viva largos tiempos, puede saber la perfeccion \u00e9 profundidad\nde todas las sciencias: \u00e9 no quiero decir que este sabio Perlado las\nalcanz\u00f3 todas; pero pu\u00e9dese creer d\u00e9l, que en la sciencia de las Artes,\n\u00e9 Teolog\u00eda, \u00e9 Filosofia natural \u00e9 moral, \u00e9 asimismo en el arte del\nAstrolog\u00eda \u00e9 Astronom\u00eda no se vido en los Reynos de Espa\u00f1a, ni en otros\nestra\u00f1os se oy\u00f3 aver otro en sus tiempos que con \u00e9l se comparase. Era\nhombre callado, \u00e9 resplandescia mas en \u00e9l la lumbre de la sciencia,\nque el florear de la lengua. Fu\u00e9 \u00e1 Roma, donde sostubo conclusiones de\ngran sciencia, \u00e9 alcanz\u00f3 fama de varon muy sabio, \u00e9 fu\u00e9 mirado por el\nPapa \u00e9 por todos los Cardenales como hombre singular en la Iglesia\nde Dios. Fizo muchos tratados de Filosofia \u00e9 Teolog\u00eda, y escribi\u00f3\nsobre el texto de la Sacra Escriptura una muy copiosa declaracion \u00e9\nde gran doctrina, que est\u00e1 hoy en el Monesterio de Guadalupe, y en el\nEstudio de Salamanca: en la qual ver\u00e1 quien bien la mirare quanto este\nPerlado abundaba en todas sciencias, \u00e9 como es verdad lo que d\u00e9l aqui\nse predica. El Rey Don Juan, que era un Pr\u00edncipe \u00e1 quien placia o\u00edr\nlecturas, \u00e9 saber declaraciones \u00e9 secretos de la Sacra Escriptura, le\ntuvo cerca de s\u00ed, \u00e9 le fizo de su Consejo, \u00e9 suplic\u00f3 al Papa que le\nproveyese del Obispado de Avila. Dur\u00f3 Perlado en aquel Obispado seis\na\u00f1os, \u00e9 muri\u00f3 de edad de cincuenta \u00e9 cinco, conosciendo \u00e1 Dios, \u00e9 con\nfama del mas sabio hombre que en sus tiempos ovo en la Iglesia de Dios.\nDon Tello Obispo de C\u00f3rdova fu\u00e9 hombre alto de cuerpo, bien\nproporcionado en la compostura de sus miembros, y el rostro tenia\nhonesto: era natural de una Villa que se dice Buendia, de linage de\nLabradores. Desde su menor edad tovo gran deseo \u00e1 la sciencia: \u00e9\ncomo quier que le menguaba lo necesario para continuar el estudio,\npero la voluntad que tenia de aprender le llev\u00f3 \u00e1 las Escuelas de\nSalamanca, confiando mas en la providencia de Dios, que suele acorrer\n\u00e1 los buenos deseos, que en la facultad suya, ni de otro ninguno que\nle ayudase. Aprendi\u00f3 en un Colegio de Salamanca donde muestran \u00e1\nlos pobres por amor de Dios. Fu\u00e9 buen Letrado en Derecho can\u00f3nico,\ny en aquella facultad le fu\u00e9 dado grado de Doctor. Eligi\u00f3 el h\u00e1bito\nClerical, \u00e9 guard\u00f3 muy bien aquellas cosas que la Iglesia estatuy\u00f3\nque guardasen los buenos Cl\u00e9rigos. Por sus m\u00e9ritos fu\u00e9 prove\u00eddo del\nArcedianadgo de Toledo, \u00e9 de otros Beneficios en la Iglesia de Dios: \u00e9\ncomo este Claro Varon se vido con gran renta, \u00e9 puesto ya en la edad\nque demanda reposo, retr\u00e1xose \u00e1 la Iglesia de Toledo \u00e1 servir \u00e1 Dios\nen aquella Dignidad que tenia. Era hombre \u00e1 quien movia mas la caridad\npara distribuir, que la cobdicia para ganar. Compadesciase de los\nmiserables, \u00e9 veces con el consejo, veces con el consuelo, \u00e9 tambien\ncon su limosna, all\u00ed d\u00f3 era necesario los consolaba \u00e9 remediaba;\nporque cre\u00eda que estos bienes temporales no se dieron mas para poseer,\nque para destribuir. Su deseo era facer, obras de misericordia, \u00e9\nponi\u00e9ndolas en obra sacaba todos los a\u00f1os cierto n\u00famero de cativos\nChristianos de tierra de Moros: y en esto, y en casar huerfanas \u00e9\nsocorrer pobres gastaba su pensamiento \u00e9 toda la renta que tenia,\nreputando \u00e1 pecado si de un a\u00f1o le quedase algo para otro. Y esto fizo\ncomplidamente y con tanta diligencia, que sin dubda se puede decir que\nfu\u00e9 leal despensero de sus bienes para los destribuir \u00e1 voluntad del\nque gelos di\u00f3: porque hervia tanto en la virtud de la caridad, que\nde lo necesario \u00e1 su persona propria no curaba tanto, quanto pensaba\nen socorrer la necesidad agena. E porque fu\u00e9 informado que por falta\nde una torre que no av\u00eda en un termino cerca de la Cibdad de Alcal\u00e1\nla Real perescian algunos Christianos en las guerras que en aquellas\npartes tienen con los Moros, este Perlado envi\u00f3 \u00e1 la edificar \u00e1 sus\nproprias expensas en el lugar \u00e9 forma que le fu\u00e9 dicho ser necesaria\nal bien \u00e9 defensa de aquella tierra. Otros\u00ed, visto que algunos hombres\nperescian en el rio de Guadarrama, que pasa por el camino que va desde\nla Cibdad de Toledo \u00e1 la Villa de Torrijos, este Claro Varon edific\u00f3\nla puente que hoy all\u00ed est\u00e1 edificada, y escus\u00f3 los inconvenientes que\ntodos los a\u00f1os por falta della en el paso de aquel rio se recrescian:\nen la qual obra este Perlado us\u00f3 de tal magnanimidad, que como\nviese la dificultad que algunas personas particulares ponian en la\ncontribucion de lo necesario para aquel edificio, no consinti\u00f3 que\nninguno contribuyese cosa alguna para \u00e9l, salvo \u00e9l solo acord\u00f3 de lo\nfacer \u00e1 sus expensas. Y en esta liberalidad nos di\u00f3 \u00e1 conoscer quanto\nmas el virtuoso se deleyta en el gastar, que el avariento pena en el\nguardar. La Reyna Do\u00f1a Isab\u00e9l, que tenia un singular deseo de proveer\nen las Iglesias de sus Reynos de personas notables, suplic\u00f3 al Papa\nque proveyese \u00e1 este Claro varon del Obispado de C\u00f3rdova: el qual fu\u00e9\nprove\u00eddo de aquella Iglesia, \u00e9 mediante los ruegos y exortaciones que\nde parte de la Reyna le fueron fechas acept\u00f3 la provision que el Papa\nle fizo de aquella Dignidad: \u00e9 dentro del a\u00f1o que fu\u00e9 prove\u00eddo por\nPerlado de aquella Iglesia fenesci\u00f3 en esta vida, con testimonio cierto\nde aver ganado la otra, en edad de setenta a\u00f1os.\n _De otro Razonamiento breve fecho \u00e1 la Reyna nuestra Se\u00f1ora._\nMuy excelente Reyna y Se\u00f1ora. Por cierto se debe creer que tambien\nse lo\u00e1ra un fecho Castellano, como se loa un fecho Romano, si oviera\nescriptores en Castilla que supieran ensalzar en escriptura los fechos\nde los Castellanos, como ovo Romanos que supieron sublimar los de su\nnacion Romana: as\u00ed que imputar\u00e9mos la negligencia \u00e1 los escriptores que\nno escribieron, mas no imputar\u00e9mos por cierto \u00e1 los Castellanos que no\nficieron actos de virtud en todas las cosas donde ella exercitada suele\nrelucir. E por tanto el noble Caballero Fernan Perez de Guzman dixo\nverdad, que para ser la escriptura buena \u00e9 verdadera, los Caballeros\ndebian ser Castellanos, \u00e9 los escriptores de sus fechos Romanos.\n_En ninguna ediccion se hallan colocadas las Cartas de Pulgar\ncronol\u00f3gicamente. En esta se advertir\u00e1 al principio de algunas el\na\u00f1o en que parece se escribieron: la fecha de otras no se ha podido\naveriguar. Tambien se notar\u00e1 las que faltan en la primera ediccion._\n _Contra los males de la vejez._\nSe\u00f1or Doctor Francisco Nu\u00f1ez, F\u00edsico: Yo Fernando de Pulgar, Escrivano,\nparesco ante vos \u00e9 digo: que padesciendo gran dolor de la hijada y\notros males que asoman con la vejez, quise leer \u00e1 Tulio _de Senectute_,\npara aver d\u00e9l para ellos algun remedio: \u00e9 no le d\u00e9 Dios mas salud al\n\u00e1nima de la que yo fall\u00e9 en \u00e9l para mi hijada. Verdad es que d\u00e1 muchas\nconsolaciones, \u00e9 cuenta muchos loores de la vejez; pero no provee de\nremedio para sus males. Quisiera yo fallar un remedio tan solo mas por\ncierto, se\u00f1or F\u00edsico, que todas sus consolaciones: porque el conorte\nquando no quita dolor, no pone consolacion; \u00e9 as\u00ed qued\u00e9 con mi dolor,\n\u00e9 sin su consolacion. Quise ver eso mismo el segundo libro que fizo de\nlas Q\u00fcestiones Tusculanas, donde quiere probar que el sabio no debe\naver dolor; \u00e9 si lo oviere, lo puede desechar con virtud. E yo, se\u00f1or\nDoctor, como no soy sabio, sent\u00ed el dolor, \u00e9 como no soy virtuoso, no\nle puedo desechar, ni le desech\u00e1ra el mismo Tulio, por virtuoso que\nfuera, si sintiera el mal que yo siento: as\u00ed que para las enfermedades\nque vienen con la vejez h\u00e1llo que es mejor ir al F\u00edsico remediador, que\nal Fil\u00f3sofo consolador. Por los Cipiones, por los Metelos \u00e9 Fabios, \u00e9\npor los Trasos, \u00e9 por otros algunos Romanos que vivieron \u00e9 murieron en\nhonra, quiere probar Tulio que la vejez es buena; \u00e9 por algunos que\novieron mala postrimer\u00eda probar\u00e9 yo que es mala, y dar\u00e9 yo mayor n\u00famero\nde testigos para prueba de mi intencion, que el se\u00f1or Tulio pudo dar\npara en prueba de la suya. Uno de los quales presento al mismo Tulio,\nel qual sea preguntado de mi parte: \u00bfQu\u00e1ndo Marco Antonio su enemigo\nle cort\u00f3 la mano \u00e9 la cabeza, qu\u00e1l quisiera mas, morir de calenturas\nalgunos a\u00f1os antes, \u00f3 morir como muri\u00f3 viejo \u00e9 de fierro algunos a\u00f1os\ndespues? Bien creo yo que aquellos Romanos que alega ovieron honrada\nvejez; pero tambien creo que el se\u00f1or Tulio escribi\u00f3 las prosperidades\nque ovieron, \u00e9 dex\u00f3 de decir las angustias \u00e9 dolores que sintieron,\n\u00e9 sienten todos quantos mucho viven. Sabio y honrado fu\u00e9 Ad\u00e1n; pero\nsus dos fijos vido homicida el uno del otro. Justo fu\u00e9 No\u00e9; pero vido\nperescer el mundo, y \u00e9l andubo \u00e1 la tormenta de las aguas, \u00e9 v\u00eddose\ndescubierto y escarnecido de su fijo. Abraham amigo fu\u00e9 de Dios; pero\ndesterrado andubo de su tierra, \u00e9 sufriendo angustias por moradas\nagenas. Isaac la vejez le fizo ciego, \u00e9 vivi\u00f3 vida atribulada por la\ndiscordia de sus dos hijos. Rico fu\u00e9 Jacob \u00e9 honrado; pero sus fijos\nle vendieron al fijo que mas amaba, y en ciento \u00e9 treinta a\u00f1os confes\u00f3\nque av\u00eda pocos \u00e9 malos. David persecuciones ovo muchas, \u00e9 graves\ndisensiones dentro de su casa, que es doblado tormento. El viejo El\u00ed,\nSacerdote, sus dos fijos supo ser muertos en la batalla, y el Arca del\nTestamento tomada de los enemigos. Estos de quien estas cosas se leen\nPatriarcas fueron, \u00e9 muy amigos de Dios, mucho mas por cierto que los\nMetelos ni los Fabios de Roma; \u00bfpero qui\u00e9n quita que en los muchos a\u00f1os\nque vivieron ovieron lugar todas estas persecuciones que sintieron? No\nacabariamos de contar, porque son muchos: \u00e9 aun diria que todos por\nvivir mucho ovieron en sus postrimeros dias grandes tormentos, allende\nde los dolores corporales que les acarrea la vejez. Ni por eso quiero\nyo comparar \u00e1 nuestra vida \u00e9 trabajos la vida \u00e9 tentaciones destos\nPatriarcas, ni de los Santos \u00e9 M\u00e1rtires que alumbrados del Esp\u00edritu\nSanto sufrieron virtuosos martirios \u00e9 persecuciones; porque aquello fu\u00e9\npor otros misterios de Dios obrados en aquellos que fueron sus amigos,\npor experimentar en ellos la virtud de la f\u00e9, de la paciencia, \u00e9 de la\ncostancia para exemplo de nuestra vida; pero digo que quando aquellos\nsintieron los trabajos de la vejez \u00bfqu\u00e1nto mas lo sentir\u00e1n los que\nno pudieron alcanzar la gracia que ellos alcanzaron? Job nos condena\n\u00e1 pena de vivir pocos dias, \u00e9 de sufrir muchas lacerias: la qual\nsentencia se executa cada dia en cada uno de nosotros, especialmente en\nlos viejos; porque veo que continuamente padecemos dolores, dolencias,\nmuertes de propinquos, necesidades que tomamos, otras que se nos\nvienen sin llamar, segun y en la manera que Job lo pronunci\u00f3 por su\nsentencia: iten mas, pobreza amiga \u00e9 mucho compa\u00f1era de la vejez. E\nporque loa eso mismo Tulio la vejez de templada, porque se aparta de\nluxuria \u00e9 de los otros excesos de la mocedad, sea preguntado \u00bfsi usan\nlos viejos desta templanza porque no pueden, \u00f3 porque no quieren?\nD\u00edgolo, se\u00f1or F\u00edsico, porque \u00e1 vos y \u00e1 otros hombres honrados viejos he\no\u00eddo loar esta templanza, \u00e9 loar \u00e9 deleytarse tanto en la destemplanza\nde su mocedad pasada, que paresce faltar la obra porque falta el\npoder, que est\u00e1 ya tan seco, quanto est\u00e1 verde el deseo para la obra\nsi pudiese: as\u00ed que no s\u00e9 yo como loemos de templado al que no puede\nser destemplado. E si el viejo quiere tornar \u00e1 usar de las luxurias\nque dex\u00f3 con la mocedad, ya vedes, se\u00f1or Doctor, quan hermoso le est\u00e1\nandar envuelto en las cosas que su apetito le tienta, \u00e9 su fuerza\nle niega. Loa tambien la vejez porque est\u00e1 llena de autoridad \u00e9 de\nconsejo: \u00e9 por cierto dice verdad; como quiera que yo he visto muchos\nviejos llenos de dias \u00e9 vac\u00edos de seso, \u00e1 los quales ni los a\u00f1os dieron\nautoridad, ni la experiencia pudo dar doctrina, \u00e9 ser corregidos de\nalgunos mancebos. E si algunos viejos hay que sepan, aun estos dicen:\nSi supiera quando mozo lo que agora s\u00e9 quando viejo, otramente oviera\nvivido: de manera que si el mozo no face lo que debe porque no sabe,\nmenos lo face el viejo, porque no puede. Loa tambien el se\u00f1or Tulio la\nvejez porque est\u00e1 cerca de ir \u00e1 visitar los buenos en la otra vida: \u00e9\ndesta visitacion veo yo que todos hu\u00edmos, \u00e9 huyera asimismo Tulio sin\u00f3\nle tom\u00e1ran \u00e1 manos, \u00e9 le enviaran su camino \u00e1 facer esta visitacion\nque mucho lo\u00f3, \u00e9 poco dese\u00f3. Porque hablando en su reverencia, uno\nde los mayores males que padece el viejo es el pensamiento de tener\ncercana la muerte, el qual le face no gozar de todos los otros bienes\nde la vida; porque todos naturalmente querriamos conservar este s\u00e9r,\ny esto ac\u00e1 no puede ser; porque quanto mas esta vida crece, tanto mas\ndescrece: \u00e9 quanto mas anda, tanto mas va \u00e1 no andar. Y lo mas grave\nque yo veo, se\u00f1or Doctor, es que si el viejo quiere usar como viejo,\nhuyen d\u00e9l; si como mozo, burlan d\u00e9l. No es para servir, porque no\npuede: no para ser servido, porque ri\u00f1e: no para en compa\u00f1ia de mozos,\nporque el tiempo les apart\u00f3 la conversacion: menos le pueden convenir\nlos viejos, porque la vejez desacuerda sus prop\u00f3sitos. Comen con pena,\npurgan con trabajos: enojosos \u00e1 los que los menean: aborrescibles \u00e1\nlos proquinquos si son pobres, porque tardan en morir: aborrescibles\nsi son ricos \u00e9 viven mucho, porque tarda su herencia. Disform\u00e1nseles\nlos ojos, la boca, \u00e9 las otras faciones \u00e9 miembros: enflaquescenseles\nlos sentidos, \u00e9 algunos se les privan: gastan, no ganan: fablan mucho,\nfacen poco: \u00e9 sobre todo la avaricia, que les crece juntamente con los\ndias, la qual d\u00f3 quier que asienta \u00bfqu\u00e9 mayor corrupcion puede ser en\nla vida? As\u00ed que, se\u00f1or F\u00edsico, no s\u00e9 yo que pudo hallar Tulio que loar\nen la vejez, heces \u00e9 horrura de toda la vida pasada, la qual le hace\nh\u00e1bile para recebir qualquier dolencia de hijada, con sus adherencias.\nE si alguna edad de la vida hall\u00f3 digna de loor (lo que niego) debria\n\u00e1 mi parescer loar la mocedad, antes que la vejez; porque la una es\nfermosa, la otra fea: la una sana, la otra enferma: la una alegre, la\notra triste: la una inhiesta, la otra ca\u00edda: la una recia, la otra\nflaca: la una dispuesta para todo exercicio, la otra para ninguno, sin\u00f3\npara gemir los males que cada hora de dentro \u00e9 de fuera nascen. E por\ntanto, se\u00f1or F\u00edsico, sintiendome muy agraviado de las consolaciones\n\u00e9 pocos remedios de Tulio _de Senectute_, como de ningunas \u00e9 de\nningun valor, apelo para ante vos, se\u00f1or Francisco de M\u00e9dicis, \u00e9 pido\nlos emplastos necesarios _s\u00e6pe, & instantive_: \u00e9 requieroos que me\nremedieis, \u00e9 no me consoleis. Valete.\n _Para un Caballero que fu\u00e9 desterrado del Reyno._[26]\n [26] _Se puede presumir que se escribi\u00f3 reynando todav\u00eda\n Enrique IV._\nSe\u00f1or: Los que bien os desean querrian fablar luego en vuestro negocio:\nyo, Se\u00f1or, pienso ser de calidad, que procur\u00e1ndolo agora se har\u00e1 tarde,\nlo que dex\u00e1ndose un poco se puede facer temprano: \u00e9 por tanto creed que\nse face mucho porque se dexa agora de facer algo. Y no os maravilleis,\nque dolencias hay que sana el tiempo sin medecina, y no el F\u00edsico con\nella: vos, Se\u00f1or, teneis ac\u00e1 tales F\u00edsicos, que no faltar\u00e1 diligencia\nquando vieren oportunidad. Digoos, Se\u00f1or, mi parescer, porque con\nquatro cosas somos obligados de ayudar \u00e1 los se\u00f1ores \u00e9 amigos, con\nla persona, con la hacienda, con la consolacion, \u00e9 con el consejo,\n\u00f3 con la que destas tuvieremos, y el amigo oviere de menester. Vos,\nSe\u00f1or, no aveis necesario de m\u00ed ninguna destas, ni aun se hallan en\ntodos hombres, especialmente las tres dellas: porque muchos tienen\npersonas para ayudar; pero no tienen \u00e1nimo para las disponer: otros\ntienen hacienda para dar; pero fallesceles corazon para la aventurar:\nalgunos querrian consolar; pero no saben. El consejar es muy ligero\nde facer, porque qualquiera, por nescio que sea, presume dar consejo;\n\u00e9 aun muchos se convidan con \u00e9l, porque cuesta poco, \u00e9 tambi\u00e9n porque\nnuestra humanidad nos trae naturalmente \u00e1 ello, condoliendose de lo\nque al pr\u00f3ximo vemos padescer: \u00e9 no pudiendo por agora faceros otra\nayuda sin\u00f3 la del consejo, que es mas varata que las otras, me parece\nlo que arriba digo. Entretanto, porque la obra de los F\u00edsicos de ac\u00e1\naproveche con vuestro buen regimiento de all\u00e1, os pido por merced,\nque considereis que en todos los tiempos ovo destierros de personas\nmayores, iguales, \u00e9 menores que vos, en las quales ovo algunas que la\ncausa de su destierro fu\u00e9 comienzo de su prosperidad. En su destierro\nvido Moysen \u00e1 Dios: en su destierro salv\u00f3 \u00e1 Roma Marco Camilo: el\ndestierro de Tulio fu\u00e9 causa de su prosperidad, \u00e9 otros muchos en\ndiversas maneras rodeadas por la providencia Divina: \u00e9 as\u00ed placer\u00e1\n\u00e1 Dios que deste vuestro surtir\u00e1 cosa tan pr\u00f3spera, que no querais\nno aver seido desterrado; porque Dios es aquel que despues de la\nadversidad d\u00e1 prosperidad, \u00e9 despues de muchas l\u00e1grimas \u00e9 tristeza\nacostumbra derramar su misericordia. Direis vos, Se\u00f1or, que este no es\nconsejo, sin\u00f3 consuelo, \u00e9 aun no de los mejores, \u00e9 podriadesme llamar\nconsolador de espera. Vamos, pues, al remedio, que \u00e1 m\u00ed paresce ser el\nverdadero. Pensad, Se\u00f1or, dentro de vos mismo en vuestras culpas \u00e9\nofensas fechas \u00e1 Dios, \u00e9 si fueredes buen juez, fallareis que os suelta\nmas de la mitad de lo que le debeis. E si junto con este pensamiento\nos meteis poco \u00e1 poco por aquella contricion adelante, y la dexais\nderramar por todas las venas \u00e9 arterias fasta que llegue al corazon que\nos le pase de parte \u00e1 parte, y os apretais con ella fasta que os faga\nbien sudar, daos por sano \u00e9 alegre; porque jam\u00e1s fu\u00e9 ninguno puramente\ncontrito, que no fuese piadosamente o\u00eddo. Sant Mat\u00e9o en su Evangelio\ndice de una muger, que entre grand multitud d\u00f3 estaba Nuestro Se\u00f1or\npudo tocarle en la falda para que la sanase del fluxo de la sangre que\npadescia: \u00e9 dice que sinti\u00f3 Nuestro Se\u00f1or salir de s\u00ed virtud con que\nsan\u00f3 aquella muger: \u00e9 no le llegando los pies \u00e1 tierra (tan apretado\niba de gente) pregunt\u00f3 \u00bfqui\u00e9n me toc\u00f3? Yo creo, Se\u00f1or, que dado que\nla Iglesia est\u00e9 llena de gente, \u00e9 aunque muchos estemos de rodillas;\npero pocos tocamos con la verdadera contricion en la falda de Nuestro\nSe\u00f1or, para que salga d\u00e9l la virtud de su piedad que nos sane de la\nsangre, que son los pecados, como fizo \u00e1 aquella buena due\u00f1a: ca si lo\nhiciesemos como ella lo fizo, tan sanos quedariamos como ella qued\u00f3.\nAs\u00ed que, Se\u00f1or, toquemos \u00e1 Nuestro Se\u00f1or en la falda con la contricion,\n\u00e9 acorrernos ha en el alma con la piedad: toquemosle con el afecion \u00e9\nremediar\u00e1 nuestra aflicion: toquemosle con las l\u00e1grimas, \u00e9 no dubdeis\nque nos responda con la misericordia, con el remedio, con el alegria, \u00e9\ngeneralmente con todo lo que ovieremos necesario. Gemia David, \u00e9 regaba\ncon lagrimas su cama \u00e9 su estrado en sus destierros \u00e9 adversidades, \u00e9\nconfiando en aquella su verdadera contricion decia: T\u00fa, Se\u00f1or, eres\naquel que me restituir\u00e1s mi heredad: \u00e9 as\u00ed gela restituy\u00f3, \u00e9 restituir\u00e1\n\u00e1 todo contrito. Sin dubda creed, Se\u00f1or, que el mas cierto combate\npara tomar la piedad de Dios es la humildad \u00e9 contricion nuestra.\nSentencia \u00e9 muy terrible fu\u00e9 dada contra Acab; pero su contricion la\nfizo revocar. Sentencia de muerte fu\u00e9 dada contra Ezechias pero su\ncontricion la fizo prorrogar: \u00e9 as\u00ed creed que se revocar\u00e1 la vuestra,\nsi aveis la contricion que los otros ovieron; \u00e9 sino se revocare,\ncreed que no sudastes bien. Tornad otra vez \u00e1 la verdadera contricion\npura, sin otro pensamiento ni esperanza de hombres, sin\u00f3 en solo\nDios, \u00e9 luego avreis el reparo que esperais: porque ni \u00e9l quiere otro\nsacrificio para ser aplacado, ni \u00e1 vos queda otro consejo para ser\nremediado. E no os empacheis aunque vais \u00e1 \u00e9l tarde. D\u00edgolo porque\nmuchos son los que despedidos ya de todo el remedio de los hombres,\nse tornan \u00e1 Dios en sus necesidades, y en las tales suele \u00e9l mostrar\nsu fuerza Divina, quando se experiment\u00f3 nuestra flaqueza humana, no\nmirando la poca cuenta que d\u00e9l en el principio de nuestras cosas\nfecimos, \u00e9 debieramos aver fecho. El Rey Vencislao de Hungr\u00eda, echado\nde su tierra, desamparado ya de todos los que le servian, dixo as\u00ed: La\nfiucia que tenia en estos hombres me ocupaba aquella pura esperanza\nque debia tener en Dios: agora que toda entera la pongo en \u00e9l, por\nfe tengo que me remediar\u00e1. E as\u00ed le remedi\u00f3; porque en poco espacio\nfu\u00e9 restitu\u00eddo en su tierra y en su honra. Si cuerdo soi, desta vez\ncreereis tener parte en Dios, pues os tienta: de la qual tentacion,\nallende de lo conoscer mas \u00e9 mejor de aqui adelante, creo quedareis tan\nbuen maestro, que jam\u00e1s sereis contra \u00e9l, aunque el Rey os lo mande;\nni contra el Rey, aunque vuestro Se\u00f1or lo quiera. Verdad es que la\ncostumbre mala \u00e9 perversa de nuestra tierra es en contrario, \u00e9 desto\nvienen en ella las turbaciones que vemos. Porque teneis espacio para\nleer vos embio esta: leedla, aunque es prolija. Valete.\n _Para el Arzobispo de Toledo._[27]\n [27] _D. Alonso Carrillo. A\u00f1o de 1475._\n_Clama, ne cesses_, dice Isa\u00edas, muy reverendo Se\u00f1or: \u00e9 pues no vemos\ncesar este Reyno de llorar sus males, no es de cesar de reclamar \u00e1\nvos, que dicen ser causa dellos. \u00bfPoca cosa os parece, dice Moys\u00e9n\n\u00e1 Cor\u00e9 \u00e9 sus sequaces, averos Dios elegido entre toda la multitud\ndel pueblo para que le sirvais en el Sacerdocio, sin\u00f3 que en pago de\nsu beneficio le seais adverso escandalizando el pueblo? Contad, muy\nreverendo Se\u00f1or, vuestros dias antiguos, \u00e9 los a\u00f1os de vuestra vida\nconsiderad. Considerad asimismo los pensamientos de vuestra \u00e1nima, \u00e9\nfallareis que en tiempo del Rey Don Enrique vuestra casa recept\u00e1culo\nfu\u00e9 de Caballeros airados \u00e9 descontentos, inventora de ligas \u00e9\nconjuraciones contra el Ceptro Real, favorescedora de desobedientes \u00e9\nde esc\u00e1ndalos del Reyno; \u00e9 siempre vos avemos visto gozar en armas \u00e9\nayuntamientos de gentes, muy agenos de vuestra profesion, enemigos de\nla quietud del pueblo. E dexando de recontar los esc\u00e1ndalos pasados que\ncon el pan de los diezmos aveis sostenido, el a\u00f1o de sesenta \u00e9 quatro\ncontra el Rey Don Enrique se fizo aquel ayuntamiento de gente, que\ntodos vimos ser el primero acto de inobediencia clara, que vuestra\nSe\u00f1or\u00eda seyendo cabeza \u00e9 guiador, sus naturales le osaron mostrar.\nAquel quasi amansado por la sentencia que en Medina se ordenaba,\nvuestra muy reverenda Se\u00f1or\u00eda se torn\u00f3 \u00e1 ayuntar con el Rey: \u00e9 luego \u00e1\npocos dias acord\u00f3 de mudar el prop\u00f3sito, \u00e9 se juntar con el Pr\u00edncipe\nDon Alfonso, faciendo division en el Reyno alz\u00e1ndole por Rey. Estas\nmudanzas, tantas y en tan poco espacio de tiempo por Se\u00f1or de tan gran\ndignidad fechas, no en peque\u00f1a injuria de la persona \u00e9 de la dignidad\nse pudieron facer. Durante esta division si se despert\u00f3 la maldad de\nlos malos, la cobdicia de los cobdiciosos, la crueldad de los crueles,\n\u00e9 la revelion de los inobedientes, vuestra muy reverenda Se\u00f1or\u00eda lo\nconsidere bien, \u00e9 ver\u00e1 quan medicinal es la Sacra Escriptura, que nos\nmanda por Sant Pedro obedescer \u00e1 los Reyes, aunque disolutos, antes\nque facer division en los Reynos; porque la corrupcion \u00e9 males de la\ndivision son muchos, \u00e9 mas graves sin comparacion que aquellos que\ndel mal Rey se pueden sufrir. Con gran vigilancia vemos \u00e1 vuestra\nSe\u00f1or\u00eda procurar que vuestros inferiores os obedescan \u00e9 sean subjetos.\nDexad pues por Dios, Se\u00f1or, \u00e1 los subjetos de los pr\u00edncipes, no los\nalboroteis, no los levanteis, no los mostreis sacudir de s\u00ed el yugo de\nla obediencia, la qual es mas aceptable \u00e1 Dios que el sacrificio. Dexad\nya, Se\u00f1or, de ser causa de esc\u00e1ndalos \u00e9 sangres: ca si \u00e1 David por\nser varon de sangres no permiti\u00f3 Dios facer la casa de oracion \u00bfcomo\npuede vuestra Se\u00f1or\u00eda en guerras d\u00f3 tantas sangres se han seguido en\nvolveros con sana consciencia en las cosas Divinas que vuestro oficio\nSacerdotal requiere? Contagioso \u00e9 muy irregular exemplo toman ya los\notros Perlados desta nuestra Espa\u00f1a veyendo \u00e1 vos el principal ser\nel principal de todas las armas \u00e9 divisiones. No pequeis por Dios,\nSe\u00f1or, ni fagais pecar: ca la sangre de Geroboan de la tierra fue\ndesarraygada por este pecado. Dexad ya, Se\u00f1or, de revelar, \u00e9 favorescer\nrebeldes \u00e1 sus Reyes \u00e9 Se\u00f1ores: que el mayor denuesto que di\u00f3 Nabal\n\u00e1 David, fu\u00e9 que era a\u00edrado \u00e9 desobediente \u00e1 su se\u00f1or. Hierusalen\n\u00e9 todas aquellas tierras, segun cuenta el historiador Josepho, en\nca\u00edda tal vinieron quando los Sacerdotes, dexado su oficio Divino, se\nmesclaron en guerras y en cosas profanas. E pues vuestra dignidad vos\nfizo padre, vuestra condicion no os faga parte, \u00e9 no profaneis ya mas\nvuestra persona, religion \u00e9 renta, que es consagrada, \u00e9 para sus cosas\np\u00edas dedicada. Gran inquisicion fizo Achimelech, Sacerdote, antes que\ndiese el pan consagrado \u00e1 David, por saber primero si la gente que lo\nav\u00eda de comer eran limpios. Pues considere agora bien vuestra Se\u00f1or\u00eda\nde consideracion espiritual si son limpios aquellos \u00e1 quien vos lo\nrepart\u00eds, \u00e9 como, \u00e9 \u00e1 qui\u00e9n, \u00f3 por qu\u00e9 se lo dais, \u00e9 \u00e1 qui\u00e9n se debia\ndar, \u00e9 como sois transgresor de aquel santo decreto que dice: _Virum\ncatholicum pr\u00e6cipue Domini Sacerdotem_. Cansad ya por Dios, Se\u00f1or,\ncansad, y \u00e1 lo menos aved compasion desta atribulada tierra, que piensa\ntener Perlado, \u00e9 tiene enemigo. Gime y reclama porque tovistes poder\u00edo\nen ella, del qual \u00e1 vos place usar, no para su instrucion como debeis,\nmas para su destruicion como faceis: no para su reformacion como sois\nobligado, mas para su deformacion: no para doctrina y exemplo de paz\n\u00e9 mansedumbre, mas para corrupcion y esc\u00e1ndalo \u00e9 turbacion. \u00bfPara qu\u00e9\nvos armais, Sacerdote, sin\u00f3 para pervertir vuestro h\u00e1bito \u00e9 religion?\n\u00bfPara qu\u00e9 os armais, padre de consolacion, sin\u00f3 para desconsolar, \u00e9\nfacer llorar los pobres \u00e9 miserables, \u00e9 para que se gocen los tiranos\n\u00e9 robadores \u00e9 hombres de esc\u00e1ndalos \u00e9 sangres con la division continua\nque vuestra Se\u00f1or\u00eda cria \u00e9 favoresce? Decidnos, por Dios, Se\u00f1or, si\npodr\u00e1n en vuestros dias aver fin nuestros males? \u00bf\u00f3 si podr\u00e9mos tener\nla tierra, en vuestro tiempo sin division? Catad, Se\u00f1or, que todos los\nque en los Reynos \u00e9 Provincias procuraron divisiones, vidas \u00e9 fines\novieron atribuladas. Temed pues por Dios la ca\u00edda de aquellos cuya\ndoctrina quereis remedar, \u00e9 no trabajeis ya mas este Reyno; ca no hay\ns\u00f3 el Cielo Reyno mas deshonrado que el diviso. Lea vuestra Se\u00f1or\u00eda\n\u00e1 Sant Pedro, cuya orden recebistes, \u00e9 h\u00e1bito vest\u00eds, \u00e9 aved alguna\ncaridad de la que os encomend\u00f3 que hayais, \u00e9 basteos el tiempo pasado \u00e1\nvoluntad de las gentes. Sea el por venir \u00e1 voluntad de Dios; que hora\nes ya, Se\u00f1or, de mirar d\u00f3 vais, \u00e9 no atr\u00e1s d\u00f3 ven\u00eds. No querais mas\ntentar \u00e1 Dios con tantas mudanzas: no querais despertar sus juicios,\nque son terribles y espantosos: y pues vos eligi\u00f3 Dios entre tanta\nmultitud para que le sirvais en el Sacerdocio, en retribucion de su\nbeneficio no le escandaliceis el pueblo, seg\u00fan fueron las primeras\npalabras desta Ep\u00edstola.\n _Para un Caballero su amigo de Toledo._[28]\n [28] _Parece escrito el a\u00f1o 1478._\nSe\u00f1or: Dix\u00e9ronme que vuestras enfermedades os han mucho enflaquecido, \u00e9\nno me maravillo; porque si la edad que abaxa nunca arriba sin dolencia\n\u00bfqu\u00e1nto mas far\u00e1 con ella? E vemos que las enfermedades avidas derredor\nde los sesenta, quando ya tanta gracia nos ficieren que no nos lleven,\notorgannos la vida con condicion que parezc\u00e1mos de setenta, \u00e9 que\nvivamos con ay continuo. La Reyna Isis en la tierra de los Indios\nque conquist\u00f3 fall\u00f3 una Isla llamada Barac, d\u00f3 mataban los viejos\ncomenzando \u00e1 adolescer, porque no viviesen con pena. No apruebo esta\ncostumbre, porque ni la F\u00e9, ni la natura la consienten; pero conozco\nviejos que querrian vivir en aquella Isla, por no esperar la hora de la\nmuerte penando todas las horas de la vida. A m\u00ed paresce que as\u00ed como\nfacemos provision en verano para sufrir las fortunas del invierno; bien\nas\u00ed en las fuerzas de la mocedad debemos trabajar para sostener la\nflaqueza de la vejez: \u00e9 vos debeis dar gracias \u00e1 Dios porque en vuestra\nmocedad os di\u00f3 casa \u00e9 hacienda para sufrir \u00e9 remediar las dolencias que\ntrae la edad. Miembr\u00e1seme entre las otras cosas que o\u00ed decir \u00e1 Fernando\nPerez de Guzman, que el Obispo Don Pablo escribi\u00f3 al Condestable viejo,\nque estaba enfermo y en Toledo: Placeme que estais en Cibdad de\nnotables F\u00edsicos, \u00e9 substanciosas medicinas. No s\u00e9 si lo dixera agora;\nporque vemos que los famosos Odreros han echado dende los notables\nF\u00edsicos: \u00e9 as\u00ed creo que estais agora ende fornescidos de muchos mejores\nOdreros alborotadores, que de buenos F\u00edsicos naturales. E dexando agora\nesta materia, de m\u00ed os digo, Se\u00f1or, que \u00e1 esta mi enemiga \u00e9 compa\u00f1era\nno le bast\u00f3 la ruin y enga\u00f1osa compa\u00f1\u00eda que fasta aqu\u00ed me ha fecho,\nsin\u00f3 aun agora que me quiere dexar me la face mucho peor. Quando mozo\nme atorment\u00f3 con sus tentaciones: agora me atribula con sus dolencias.\n\u00a1O, digo, mala carne desagradescida! \u00bfquesiste nunca de m\u00ed cosa que\nte negase? Si luxuria, luxuria: si gula, gula: si vanagloria, si\nambicion, si otros qualesquier deleytes de los que t\u00fa sueles demandar\nte pluguieron, nunca te resist\u00ed ninguno; \u00bfpor qu\u00e9 agora te place con\ntus enfermedades darme tanto pesar en pago de tanto plac\u00e9r? Por qu\u00e9?\ndice ella; porque yo soy enferma de mi natura; \u00e9 lo enfermo no puedo\nfacer sano: y ese complimiento de apetitos que me feciste pasados,\neran principio de las dolencias que ves presentes. Si tuvieras, dice\nella, seso estonces para resistir mis tentaciones, tuvieras agora\nfuerza para sufrir mis enfermedades; pero ni supiste repugnar las\ntentaciones que se vencen peleando, ni la luxuria que se vence huyendo.\nEsto considerando, paresceme, Se\u00f1or, que ser\u00e1 bueno que comencemos ya\n\u00e1 enfardelar para partir: \u00e9 porque no vayamos penados con la carga mal\ncargada, vereis si os paresce que vaya hecha en dos fardelejos, uno de\nla satisfacion, \u00e9 otro de la contricion: porque esta mercader\u00eda es muy\nbuena para aquella feria d\u00f3 vamos, \u00e9 tanto demandada all\u00e1, quanto poco\nusada ac\u00e1. Mas diria desto, sin\u00f3 por no parescer parlero. Dios os d\u00e9\nsalud.\n [29] _D. Francisco de Santillan, que fu\u00e9 Camarero del Papa Sixto\n IV. Parece se escribi\u00f3 esta carta el a\u00f1o de 1476._\nMuy reverendo Se\u00f1or: Una letra de vuestra reverenda Paternidad,\nenviada \u00e1 vuestro hermano, \u00e9 tomada por las guardas, se vido aqui en\nBurgos, la qual _inter c\u00e6tera_ contenia, que por todos, grandes \u00e9\npeque\u00f1os, en esa Corte Romana se da cargo grande \u00e1 la Reyna nuestra\nSe\u00f1ora, porque al principio destas cosas no se ovo segun se debia\naver: \u00e9 paresceme, muy reverendo Se\u00f1or, que los que tal sentencia\ndan sin preceder otro conoscimiento, se debrian bien informar antes\nque juzgar, \u00f3 callar sin\u00f3 se pueden informar. O si lo uno ni lo otro\nficieren, debrian aver consideracion, \u00f3 siquiera alguna compasion\nde veinte y tres a\u00f1os de edad tantierna qu\u00e9 gobernacion tan dura\ntomaron en administracion, oyendo cada hora tantos consejos \u00e9 tantas\ninformaciones, \u00e9 unas contrarias de otras: tantas palabras afeytadas, \u00e9\nmuchas dellas enga\u00f1osas, que turban \u00e9 fatigan las simplicisimas orejas\nde los Pr\u00edncipes. Asimismo debrian pensar que son humanos, aunque\nReyes, \u00e9 cargados de muchas mayores curas \u00e9 trabajos que todos los\notros: \u00e9 si qualquier persona, por perfecta que sea, rescibe alteracion\nsi tres negocios arduos juntamente le ocurren, loar\u00e9mos pues, \u00e9 aun\nadorar\u00e9mos estos veinte y tres a\u00f1os, \u00e1 quien todos los negocios\ndeste Reyno, \u00e9 los suyos proprios, en tan poco de espacio, \u00e1 manera\nde tormenta arrebatada concurrieron, \u00e9 los sufri\u00f3 con igual cara, \u00e9\ngobern\u00f3 con firme esperanza de dar en estos sus Reynos la paz que con\ntanto trabajo procuran, \u00e9 con tan gran deseo esperan. E si por ventura\nvuestra reverenda Paternidad lo escribi\u00f3 porque no quiso confirmar\n\u00e1 Arevalo al se\u00f1or Duque: en verdad, muy reverendo Se\u00f1or, mir\u00e1ndolo\nsin pasion, aun no se fallar\u00e1 que pec\u00f3 mucho su Alteza si como Reyna\nsupo adminstrar justicia, \u00f3 como fija quiso ayudar \u00e1 su madre, \u00f3 como\npersona virtuosa quiso favorescer \u00e1 una viuda despojada de lo que dice\npertenescerle: \u00e1 la qual obligacion, no solo ella, mas de razon todo\nbueno, mediante justicia, es obligado. Vistes, muy reverendo Se\u00f1or,\nac\u00e1, \u00e9 oistes all\u00e1 como esta tierra estaba en total perdicion por la\nfalta de justicia. Agora pues razon es que sepais, por que el Rey \u00e9 la\nReyna la executaron en algunos malfechores luego que reynaron, \u00e9 por\nque tentaron desagraviar algunos agraviados, \u00e9 quisieron facer otros\nactos de justicia debidos \u00e1 su oficio Real, la mala naturaleza nuestra,\njunto con la da\u00f1ada posesion en que el Rey Don Enrique (que Dios haya)\nnos dex\u00f3, despreci\u00f3 el beneficio tan saludable que Dios nos enviaba, \u00e9\nporque no repartieron lo que queda por dar del Reyno, \u00e9 no confirmaron\nlo que est\u00e1 dado, y en conclusion porque no se despojaron de todo el\npatrimonio Real, sin\u00f3 de solo el nombre de Rey que querriamos que les\nquedase para lo poder dar, se ha fecho esto que all\u00e1 avreis o\u00eddo. Lo\nqual si dura, certifico \u00e1 vuestra reverenda Paternidad que hayais tarde\nla posesion del Obispado de Osma; \u00e9 quando ya lo oviesedes, cobreis\nd\u00e9l mas enojos que renta. As\u00ed que, Se\u00f1or, si \u00e1 estos que lo oyen all\u00e1\nparesce eso que dicen, \u00e1 estos que est\u00e1n ac\u00e1 paresce esto que ven.\n _Para un Caballero criado del Arzobispo de Toledo,\n en respuesta de otra suya._[30]\n [30] _A\u00f1o de 1478. Vease la Cr\u00f3nica de los Reyes Cat\u00f3licos,\n ediccion de Valladolid, fol. 114._\nSe\u00f1or: Vuestra carta receb\u00ed, por la qual quereis relevar de culpa al\nSe\u00f1or Arzobispo vuestro amo por este esc\u00e1ndalo nuevo que se sigue en\nel Reyno de la gente que agora tiene junta en Alcal\u00e1, \u00e9 quereis darme\n\u00e1 entender que lo face por seguridad de su persona, \u00e9 por paz en el\nReyno: \u00e9 tambien dec\u00eds que ha miedo de yervas. Para este temor de las\nyervas entiendo yo que ser\u00eda mejor atriaca que gente, aunque costaria\nmenos. E quanto \u00e1 la seguridad de su persona \u00e9 paz del Reyno, faced vos\ncon el se\u00f1or Arzobispo que sosiegue su esp\u00edritu, \u00e9 luego holgar\u00e1n \u00e9l y\nel Reyno. E por tanto, Se\u00f1or, escusada es la ida vuestra \u00e1 C\u00f3rdova \u00e1\ntratar paz con la Reyna; porque si paz quereis, ah\u00ed la aveis de tratar\nen Alcal\u00e1 con el Arzobispo, \u00e9 aun dentro del Arzobispo. Acabad vos con\nsu Se\u00f1or\u00eda que tenga paz consigo, \u00e9 que est\u00e9 acompa\u00f1ado de gente de\nletras como su orden lo requiere, \u00e9 no rodeado de armas como su oficio\nlo defiende, \u00e9 luego avreis tratado la paz que \u00e9l quiere procurar,\n\u00e9 vos quereis tratar. Con todo eso aqui me han dicho que el Doctor\nCalderon es vuelto \u00e1 Corte: plega \u00e1 Dios que este Calderon saque paz.\nJusto es Dios, \u00e9 justo es su juicio. En verdad, Se\u00f1or, yo fu\u00ed uno de\nlos Calderones con que el Rey Don Enrique muchas veces envi\u00f3 \u00e1 sacar\npaz del Arzobispo, \u00e9 nunca pudo sacarla. Agora veo que el Arzobispo\nenvia su Calderon \u00e1 sacarla de la Reyna: plega \u00e1 Dios que la concluya\ncon su Alteza mejor que yo la acab\u00e9 con el Arzobispo. Pero dexando\nagora esto \u00e1 parte: ciertamente, Se\u00f1or, gran cargo aveis tomado si\npensais quitar de cargo \u00e1 ese Se\u00f1or por este nuevo esc\u00e1ndalo que agora\nface; salvo si alegais que el Beato \u00e9 Alarc\u00f3n le mandaron de parte de\nDios que lo ficiese: \u00e9 no lo dubdo que gelo dixesen. Porque cierto es\nque el Arzobispo sirvi\u00f3 tanto al Rey \u00e9 \u00e1 la Reyna en los principios,\n\u00e9 tan bien, que si en el servicio persever\u00e1ra, todo el mundo dixera\nque el comienzo, medio \u00e9 fin de su reynar av\u00eda seido el Arzobispo, \u00e9\ntoda la gloria se imput\u00e1ra al Arzobispo. Dixo Dios: _Gloriam meam_, al\nArzobispo, _non dabo_; \u00e9 para guardar para mi esta gloria que no me\nla tome ningun Arzobispo, permitir\u00e9 que aquellos Alarcones le digan\nque sea contrario al Rey \u00e9 \u00e1 la Reyna, \u00e9 que ayude al Rey de Portugal\npara les quitar este Reyno; \u00e9 contra toda su voluntad \u00e9 fuerzas lo\ndar\u00e9 \u00e1 esta Reyna que lo debe aver derecho, porque vean las gentes que\nquantos Arzobispos hay de mar \u00e1 mundo no son bastantes para quitar ni\nponer Reyes en la tierra, sin\u00f3 solo yo que tengo reservada la semejante\nprovision \u00e1 mi Tribunal. As\u00ed que, Se\u00f1or, esta via me paresce para\nescusar \u00e1 su Se\u00f1or\u00eda, pues que lo podeis autorizar con tal Moys\u00e9n \u00e9\nAaron como el Beato \u00e9 Alarc\u00f3n. Con todo eso vi esta semana una carta\nque enviaba \u00e1 su Cabildo, en que reprehende mucho al Rey \u00e9 \u00e1 la Reyna\nporque tomaron la plata de las Iglesias; la qual sin dubda estuviera\nqueda en su sagrario, si \u00e9l estuviera quedo en su casa. Tambien dice,\nque fatigan mucho el Reyno con Hermandades: \u00e9 no ve que la fatiga que\nd\u00e1 \u00e9l \u00e1 ellos causa la que dan ellos al Reyno. Qu\u00e9xase asimismo porque\nfavorescen la toma de Talavera, que es de su Iglesia de Toledo, \u00e9\nno se miembra que favoresci\u00f3 la toma de Cantalapiedra, que es de la\nIglesia de Salamanca. Siente mucho el embargo de sus rentas, \u00e9 no se\nmiembra qu\u00e1ntas ha tomado \u00e9 toma del Rey; \u00e9 aun nunca ha presentado\nel privilegio que tiene para tomar lo del Rey, \u00e9 que el Rey no pueda\ntomar lo suyo. Otras sas dice la carta, que yo no consej\u00e1ra \u00e1 su\nSe\u00f1or\u00eda escrebir si fuera su Escribano, porque la Sacra Escriptura\nmanda, que no fable ninguno con su Rey papo \u00e1 papo, ni ande con \u00e9l \u00e1\ndime y dirtehe. Dexando agora esto aparte, mucho querria yo que tal\nSe\u00f1or como ese considerase, que las cosas que Dios en su presencia\ntiene ordenadas para que ayan fines pr\u00f3speros \u00e9 durables muchas veces\nvemos que han principios \u00e9 fundamentos trabajosos; porque quand\u00f3\nvinieren al culmen de la dignidad ayan pasado por el crisol de los\ntrabajos, \u00e9 por grandes misterios ignotos de presente \u00e1 nos, \u00e9 notos\nde futuro \u00e1 \u00e9l. La Sacra Escriptura \u00e9 otras Historias est\u00e1n llenas\ndestos exemplos. Persecuciones grandes ovo David en su principio; pero\n_Jesu fili David_ decimos. Grandes trabajos pas\u00f3 En\u00e9as, d\u00f3 vinieron los\nEmperadores que se\u00f1orearon el mundo. Jupiter, Hercules, R\u00f3mulo, Ceres\nReyna de Cecilia, \u00e9 otros \u00e9 otras muchas, \u00e1 unos criaron ciervos, \u00e9\n\u00e1 otros lobos, echados por los campos; pero leemos que al fin fueron\nadorados, \u00e9 se asentaron en sillas Reales, cuya memoria dura hasta\nhoy. E no sin causa la ordenacion Divina quiere que aquello que\nluengamente ha de durar tenga los fundamentos fuertes \u00e9 tales sobre\nque se pueda facer obra que dure. Veniendo agora pues al prop\u00f3sito,\ncas\u00f3 el Rey de Aragon con la Reyna madre del Rey nuestro Se\u00f1or, \u00e9\nluego fue desheredo \u00e9 desterrado de Castilla. Ovo este su fijo, que\ndesde su ni\u00f1ez fu\u00e9 guerreado \u00e9 corrido, cercado, combatido de sus\ns\u00fabditos \u00e9 de los estra\u00f1os, \u00e9 su madre con \u00e9l en los brazos huyendo\nde peligro en peligro. La Reyna nuestra Se\u00f1ora desde ni\u00f1a se le muri\u00f3\nel padre, \u00e9 aun podemos decir la madre, que \u00e1 los ni\u00f1os no es peque\u00f1o\ninfortunio. V\u00ednole el entender, \u00e9 junto con \u00e9l los trabajosos cuidados;\n\u00e9 lo que mas grave se siente en los Reales es mengua extrema de las\ncosas necesarias. Sufria amenazas, estaba con temor, vivia en peligro.\nMurieron los Pr\u00edncipes Don Alfonso \u00e9 Don Carlos sus hermanos: cesaron\nestas. Ellos \u00e1 la puerta de su Reynar, y el adversario \u00e1 la puerta de\nsu Reyno. Padescian guerra de los estra\u00f1os, rebelion de los suyos,\nninguna renta, mucha costa, grandes necesidades, ningun dinero, muchas\ndemandas, poca obediencia. Todo esto as\u00ed pasado con estos principios\nque vimos, \u00e9 otros que no sabemos, si ese Se\u00f1or vuestro amo les piensa\ntomar este Reyno como un bonete, \u00e9 darlo \u00e1 quien se pagare, digoos,\nSe\u00f1or, que no lo quiero creer, aunque me lo digan Alarc\u00f3n y el Beato:\nmas quiero creer \u00e1 estos misterios divinos, que \u00e1 esos pensamientos\nhumanos. \u00bfE c\u00f3mo? \u00bfpara esto muri\u00f3 el Rey Don Enrique sin generacion,\n\u00e9 para esto murieron el Pr\u00edncipe Don Carlos \u00e9 Don Alfonso, \u00e9 para\nesto murieron otros grandes estorvadores, \u00e9 para esto fizo Dios todos\nestos fundamentos \u00e9 misterios que avemos visto, para que disponga el\nArzobispo vuestro amo de tan grandes Reynos \u00e1 la medida de su enojo?\nDe espacio se estaba Dios en buena f\u00e9 si av\u00eda de consentir que el\nArzobispo de Toledo venga sus manos lavadas, \u00e9 disponga as\u00ed ligeramente\nde todo lo que \u00e9l ha ordenado \u00e9 cimentado de tanto tiempo ac\u00e1 con\ntantos \u00e9 tan divinos misterios. Facedme agora tanto placer, si deseais\nservir \u00e1 ese Se\u00f1or, que le consejeis que no lo piense as\u00ed, \u00e9 que no\nmire tan somero cosa tan honda: en especial le consejad que huyga\nquanto pudiere de ser causa de divisiones en los Reynos como de fuego\ninfernal, \u00e9 tome exemplo en los fines que han avido los que divisiones\nhan causado. Vimos que el Rey Don Juan de Aragon, padre del Rey nuestro\nSe\u00f1or, favoresci\u00f3 algunas parcialidades \u00e9 alteraciones en Castilla; \u00e9\nvimos que permiti\u00f3 Dios \u00e1 su fijo el Pr\u00edncipe Don Carlos que le pusiese\nesc\u00e1ndalos \u00e9 divisiones en su Reyno: \u00e9 tambien vimos que el fijo que\nlas puso, \u00e9 los que le succedieron en aquellas divisiones, murieron en\nel medio de sus dias sin conseguir el fruto de sus deseos. Vimos que el\nRey Don Enrique cri\u00f3 \u00e9 favoresci\u00f3 aquella division en Aragon; \u00e9 vimos\nque el Principe Don Alfonso su hermano le puso division en Castilla:\n\u00e9 vimos que plugo \u00e1 Dios de le llevar desta vida en su mocedad como \u00e1\ninstrumento de aquella division. Vimos que el Rey de Francia procur\u00f3\nasimismo division en Inglaterra; y vimos que el Duque de Guiana su\nhermano procur\u00f3 division en Francia: \u00e9 vimos que el hermano perdi\u00f3\nla vida sin conseguir lo que deseaba. Vimos que el Duque de Borgo\u00f1a,\ny el Conde de Barvique, y otros muchos procuraron en los Reynos de\nInglaterra \u00e9 de Francia divisiones y esc\u00e1ndalos; \u00e9 vimos que murieron\nen batallas despedazados \u00e9 no enterrados. E si quereis exemplo de la\nSacra Escriptura, Architofel \u00e9 Absalon procuraron division en el Reyno\nde David, \u00e9 murieron ahorcados. As\u00ed que, visto, todo esto que vimos,\nno s\u00e9 qui\u00e9n puede est\u00e1r bien y est\u00e1r quedo, \u00e9 quiere estar mal y estar\nbullendo.\n [31] _A\u00f1o de 1475. Falta en la primera ediccion._\nMuy poderoso Rey \u00e9 Se\u00f1or: Sabido he la inclinacion que Vuestra Alteza\ntiene de aceptar esta empresa de Castilla, que algunos Caballeros\ndella os ofrescen: \u00e9 despues de aver bien pensado en esta materia,\nacord\u00e9 de escrebir \u00e1 Vuestra Alteza mi parescer. Bien es, muy excelente\nRey \u00e9 Se\u00f1or, que sobre cosa tan alta \u00e9 tan ardua haya en vuestro\nConsejo alguna pl\u00e1tica de contradicion disputable, porque en ella se\naclare lo que \u00e1 servicio de Dios, honor de vuestra Corona Real, bien \u00e9\nacrescentamiento de vuestros Reynos mas conviene seguir. E para esto,\nmuy poderoso Se\u00f1or, segun en las otras guerras santas d\u00f3 aveis se\u00eddo\nvictorioso aveis fecho, porque en esta con \u00e1nimo limpio de pasion lo\ncierto mejor se pueda discernir, mi parescer es que ante todas cosas\naquel Redentor se consuele[32] que vuestras cosas conseja, aquel se\nmire que siempre os guia, aquel se adore \u00e9 suplique que vuestras\ncosas \u00e9 estado segura \u00e9 prosp\u00e9ra; porque como quier que vuestro fin\nes ganar honra en esta vida, vuestro principio sea ganar vida en la\notra. E quanto toca \u00e1 la justicia que la Se\u00f1ora vuestra Sobrina dice\ntener \u00e1 los Reynos del Rey Don Enrique, que es el fundamento que estos\nCaballeros de Castilla facen, \u00e9 aun lo primero que Vuestra Alteza debe\nmirar, yo por cierto, Se\u00f1or, no determino agora su justicia; pero veo\nque estos que os llaman por executor della son el Arzobispo de Toledo,\ny el Duque de Arevalo, \u00e9 los fijos del Maestre de Santiago \u00e9 del\nMaestre de Calatrava su hermano, que fueron aquellos que afirmaron por\ntoda Espa\u00f1a, \u00e9 aun fuera della publicaron, esta Se\u00f1ora ni tener derecho\n\u00e1 los Reynos de Don Enrique, ni poder ser su fija por la impotencia\nexperimentada que d\u00e9l en todo el mundo por sus cartas \u00e9 mensageros\ndivulgaron: \u00e9 allende desto le quitaron el t\u00edtulo Real, \u00e9 ficieron\ndivision en su Reyno. Deberiamos pues saber \u00bfc\u00f3mo fallaron estonces,\nesta Se\u00f1ora no ser heredera de Castilla, \u00e9 pusieron sobre ello sus\nestados en condicion, \u00e9 como fallaron agora ser su leg\u00edtima succesora,\n\u00e9 quieren poner \u00e1 ello el vuestro? Estas variedades, muy poderoso\nSe\u00f1or, dan causa justa de sospecha que estos Caballeros no vienen\n\u00e1 vuestra Se\u00f1oria con zelo de vuestro servicio, ni menos con deseo\ndesta justicia que publ\u00edcan; mas con deseo de sus propios intereses\nque el Rey \u00e9 la Reyna no quisieron, \u00f3 por ventura no pudieron complir\nsegun la medida de su cobdicia: la qual tiene tan ocupada la razon\nen algunos hombres, que tentando sus propios intereses ac\u00e1 \u00e9 all\u00e1,\ndan el derecho ageno d\u00f3 hallan su utilidad propria. Y debeis creer,\nmuy excelente Se\u00f1or, que pocas veces vos sean fieles aquellos que\ncon d\u00e1divas ovieredes de sostener; antes es cierto aquellas cesantes\nos sean deservidores, porque ninguno de los semejantes viene \u00e1 vos\ncomo debe venir, mas como piensa alcanzar. E quando vencido ya de la\ninstancia dellos vuestra Real Se\u00f1or\u00eda acordase todavia aceptar esta\nempresa, yo por cierto dubdaria mucho entrar en aquel Reyno, teniendo\nen \u00e9l por ayudadores, y menos por servidores, los que el pecado de\nla division pasada ficieron, \u00e9 quieren agora de nuevo facer otra,\nreput\u00e1ndolo \u00e1 pecado venial, como sea uno de los mayores crimines que\nen la tierra se puede cometer, \u00e9 se\u00f1al cierta de esp\u00edritu disoluto \u00e9\ninobediente: por el qual pecado los de Samaria, que fueron causa de\nla division del Reyno de David, fueron tan excomulgados, que Nuestro\nRedentor mand\u00f3 \u00e1 sus Discipulos: En la provincia de Samaria no entreis;\nnumer\u00e1ndolos en el gremio de las idolatr\u00edas. E aunpor tales mand\u00f3 el\nHombre de Dios al Rey Amas\u00edas que no juntase su gente con ellos para\nla guerra que entr\u00f3 \u00e1 facer en la tierra de Seir; y en caso que este\nRey av\u00eda tra\u00eddo cient mil dellos, \u00e9 pagadoles el sueldo, los dex\u00f3 por\nser varones de division y esc\u00e1ndalo, \u00e9 no os\u00f3 envolverse con ellos, ni\ngozar de su ayuda en aquella guerra, por no tener irada la divinidad:\nla qual en todas las cosas, y en la guerra mayormente, debemos tener\naplacada, porque sin ella ninguna cosa est\u00e1, ningun saber vale, ningun\ntrabajo aprovecha. E por tanto mirad por Dios, Se\u00f1or, que vuestras\ncosas hasta hoy florescientes no las envolvais con aquellos que el\nderecho de los Reynos, que es divino, miran, no segun su realidad, mas\nsegun sus pasiones \u00e9 proprios intereses. E quanto \u00e1 la promesa tan\ngrande \u00e9 dulce como estos Caballeros os facen de los Reynos de Castilla\ncon poco trabajo \u00e9 mucha gloria, oc\u00farreme un dicho de Sant Anselmo, que\ndice: Compuesta es \u00e9 muy afeytada la puerta que convida al peligro: \u00e9\npor cierto, Se\u00f1or, no puede ser mayor afeytamiento ni compostura de la\nque estos vos presentan; pero yo fago mas cierto el peligro de esta\nempresa, que cierto el efecto de esta promesa. Lo primero, porque no\nvemos aqu\u00ed otros Caballeros sino estos solos, y estos no dan seguridad\nninguna de su lealtad; \u00e9 caso que aya otros secretos que afirman\naclararse, los tales no piensan tener firme como deben, mas temporizar\ncomo suelen, para declinar \u00e1 la parte que la fortuna se mostrare mas\nfavorable. Lo segundo, porque dado que todos los mas de los Grandes,\n\u00e9 de las Cibdades \u00e9 Villas de Castilla, como estos prometen, vengan\nluego \u00e1 vuestra obediencia, no es dubda, segun la parentela que el Rey\ntiene, que muchos Caballeros \u00e9 Grandes Se\u00f1ores \u00e9 Cibdades \u00e9 Villas se\ntengan por \u00e9l \u00e9 por la Reyna, \u00e1 los quales asimismo los pueblos son muy\naficionados, porque saben ella ser fija cierta del Rey Don Juan, \u00e9 su\nmarido fijo natural de la Casa Real de Castilla; \u00e9 la Se\u00f1ora vuestra\nsobrina fija incierta del Rey Don Enrique, y que vos la tomais por\nmuger: de lo qual no peque\u00f1a estima se debe facer, porque la voz del\npueblo es voz divina, \u00e9 repugnar lo divino es querer con flaca vista\nvencer los fuertes rayos del sol. Eso mismo porque vuestros s\u00fabditos\nnunca bien se compadescieron con los Castellanos, y entrando Vuestra\nAlteza en Castilla con t\u00edtulo de Rey, podria ser que las enemistades \u00e9\ndiscordias que entre ellos tienen, \u00e9 de que estos facen fundamento \u00e1\nvuestro reynar, todas se saneasen, \u00e9 convertiesen contra vuestra gente\npor el odio que antiguamente entre ellos es. Lo otro, porque en tiempo\nde division, as\u00ed \u00e1 vos de vuestra parte, como al Rey \u00e9 \u00e1 la Reyna de la\nsuya convern\u00e1 d\u00e1r \u00e9 prometer, rogar \u00e9 sufrir \u00e1 todos, porque no muden\nel partido que tovieren para se juntar con la parte que mas largamente\ncon ellos se oviere. As\u00ed que, Se\u00f1or, pasariades vuestra vida sufriendo\n\u00e9 dando \u00e9 rogando, que es oficio de subjecto \u00e9 no reynando \u00e9 mandando,\nque es el fin que vos deseais, y estos Caballeros prometen. Tornando\nagora pues \u00e1 fablar en la justicia de la Se\u00f1ora vuestra sobrina, yo,\nmuy alto Rey \u00e9 Se\u00f1or, desta justicia dos partes fago: una es esta que\nvosotros los Reyes \u00e9 Pr\u00edncipes \u00e9 vuestros Oficiales por cosas probadas\nmandais executar en vuestras tierras, \u00e9 \u00e1 esta conviene preceder prueba\n\u00e9 declaracion ante que la execucion. Otra justicia es la que por juicio\ndivino, por pecados \u00e1 nosotros ocultos, vemos executar veces en las\npersonas proprias de los delinquentes, y en sus bienes, veces en los\nbienes de sus fijos \u00e9 sucesores: as\u00ed como fizo al Rey Roboam, fijo\ndel Rey Salom\u00f3n, quando de doce partes de su Reyno luego en reynando\nperdi\u00f3 las diez. No se lee pues Roboam aver cometido p\u00fablico pecado\nfasta estonces por d\u00f3 los debiese perder: \u00e9 como juntase gente de su\nReyno para recobrar lo que perdia, Semey, Profeta de Dios, le dixo de\nsu parte: Est\u00e1 qued\u00f3, no pelees, no es la voluntad divina que cobres\nesto que pierdes. E como quiera que Dios ni face ni permite facer cosa\nsin causa, pero el Profeta no gelo declar\u00f3; porque tan honesto es y\ncomedido Nuestro Se\u00f1or, que aun despues de muerto el Rey Salom\u00f3n no\nle quiso deshonrar, ni \u00e1 su fijo envergonzar, declarando los pecados\nocultos del padre porque le plugo que el sucesor perdiese estos bienes\ntemporales que perdia. En la Sacra Escriptura, \u00e9 aun en otras Historias\naut\u00e9nticas hay desto asaz exemplos: mas porque no vamos \u00e1 cosas muy\nantiguas \u00e9 peregrinas, este vuestro Reyno de Portugal \u00e1 la Reyna Do\u00f1a\nBeatriz fija heredera del Rey Don Fernando, \u00e9 muger del Rey Don Juan\nde Castilla, pertenescia de derecho p\u00fablico; pero plugo al otro juicio\nde Dios oculto darlo al Rey vuestro aguelo, aunque bastardo \u00e9 profeso\nde la Orden de Cistel. E porque \u00e1 este oculto juicio este Rey Don\nJuan quiso repugnar, cayeron aquella multitud de Castellanos, que en\nla de Aljubarrota sabemos y es notorio ser muertos. De derecho claro\npertenescian los Reynos de Castilla \u00e1 los fijos del Rey Don Pedro;\npero vemos que por virtud del juicio del Dios oculto lo poseen hoy\nlos descendientes del Rey Don Enrique su hermano, aunque bastardo. E\nsi quiere Vuestra Alteza exemplos modernos, ayer vimos el Reyno de\nInglaterra que pertenescia al Pr\u00edncipe fijo del Rey Don Enrique, \u00e9\nvemoslo hoy poseer pac\u00edfico el Rey Eduarte, que mat\u00f3 al padre \u00e9 al\nfijo. E como quier que vemos claros de cada dia estos \u00e9 semejantes\nefectos, ni somos ni podemos ser ac\u00e1 jueces de sus causas, en especial\nde los Reyes, cuyo juez solo es Dios que los castiga, veces en sus\npersonas \u00e9 bienes, veces en la succesion de sus fijos: segun la medida\nde sus yerros. Sant Augustin en el libro de la Ciudad de Dios dice:\n\u00bfEl juicio de Dios oculto puede ser iniquo? no. \u00bfQu\u00e9 sabemos pues,\nmuy excelente Rey \u00e9 Se\u00f1or, si el Rey Don Enrique cometi\u00f3 en su vida\nalgunos graves pecados por d\u00f3 tenga Dios deliberado en su juicio\nsecreto disponer de sus Reynos en otra manera de lo que la Se\u00f1ora\nvuestra sobrina y estos Caballeros procuran, segun fizo \u00e1 Roboam, \u00e9 \u00e1\nlos otros que declarado he \u00e1 vuestra Se\u00f1or\u00eda? De los pecados p\u00fablicos\nse dice d\u00e9l, que en la administracion de la justicia (que es aquella\npor d\u00f3 los Reyes reynan) fue tan negligente, que sus Reynos vinieron\nen total corrupcion \u00e9 tiran\u00eda, de manera que antes muchos dias que\nfallesciese todo quasi el poder\u00edo \u00e9 autoridad Real le era evanescido.\nTodo esto considerado, querria saber \u00bfqui\u00e9n es aquel de sano\nentendimiento que no vea quan dificile sea esto que \u00e1 Vuestra Alteza\nfacen facile, y esta guerra que dicen peque\u00f1a quanto sea grande, \u00e9 la\nmateria della peligrosa. En la qual si algun juicio de Dios oculto hay,\npor d\u00f3 Vuestra Alteza repugn\u00e1ndolo oviese algun siniestro, considerad\nbien, Se\u00f1or, quan grande es el aventura en que poneis vuestro Estado\nReal, y en quanta obscuridad vuestra fama, que por la gracia de Dios\npor todo el mundo relumbra. Allende desto, de necesario ha de haber\nquemas, robos, muertes, adulterios, rapi\u00f1as, destruiciones de Pueblos\n\u00e9 de Casas de oracion, sacrilegios, el culto Divino profanado, la\nReligion apostatada, \u00e9 otros muchos estragos \u00e9 roturas que de la guerra\nsurten. Tambien vos convern\u00e1 sofrir \u00e9 sostener robos \u00e9 robadores \u00e9\nhombres criminosos, sin castigo ninguno, \u00e9 agraviar los ciudadanos \u00e9\nhombres pac\u00edficos, que es oficio de tirano, \u00e9 no de Rey, \u00e9 vuestro\nReyno entretanto no ser\u00e1 libre destos infortunios; porque en caso que\nlos enemigos no le guerreasen, vos era forzado con tributos continuos,\ny servidumbres premiosas para la guerra necesarias, los fatigasedes: de\nmanera que procurando una justicia, cometeriades muchas injusticias.\nAllende desto vuestra Real Persona, que por la gracia de Dios est\u00e1\nagora quieta, es necesario que se altere; vuestra consciencia sana,\nes por fuerza que se corrompa: el temor que tienen vuestros s\u00fabditos\n\u00e1 vuestro mandado, es necesario que se afloje. Estais quito de\nmolestias; es cierto que avreis muchas. Estais libre de necesidades;\nmeteis vuestra persona en tantas \u00e9 tales que por fuerza os far\u00e1n\nsubjecto de aquellos que la libertad que agora teneis os face Rey \u00e9\nSe\u00f1or. E porque conozco quanto zela vuestra alta Se\u00f1or\u00eda la limpieza de\nvuestra excelente fama, quiero traer \u00e1 vuestra memoria, como ovistes\nenviado vuestra embaxada \u00e1 demandar por muger \u00e1 la Reyna. Tambien es\nnotorio quantas veces en vida del Rey Don Enrique vos fue ofrescida por\nmuger la Se\u00f1ora vuestra sobrina, \u00e9 no vos plugo de lo aceptar, porque\nse decia vuestra consciencia Real no se sanear bien del derecho de\nsu succesion. Pues considerada agora esta mudanza sin preceder causa\np\u00fablica porque la debais facer \u00bfquien no avr\u00e1 razon de pensar que\nhallais agora derecha succesora \u00e1 vuestra sobrina, no porque lo sea de\nderecho, mas porque la Reyna que demandastes por muger contraxo antes\nel matrimonio con el Rey su marido que con vos que la demandastes? E\navria lugar la sospecha de cosas indebidas, contrarias mucho \u00e1 las\nvirtudes insignes que de vuestra Persona Real por todo el mundo est\u00e1n\ndivulgadas. E soy maravillado de los que facen fundamento deste Reyno\nque vos dan en la discordia de los Caballeros \u00e9 gentes d\u00e9l, como si\nfuese imposible la reconciliacion entre ellos, \u00e9 conformarse contra\nvuestras gentes. Podemos decir por cierto, muy alto Se\u00f1or, que el que\nesto no v\u00e9 es ciego del entendimiento, y el que lo v\u00e9 \u00e9 no lo dice es\ndesleal. Guardad Se\u00f1or, no sean estos consejeros los que consejan no\nsegun la recta razon, mas segun la voluntad del Pr\u00edncipe ven inclinada.\nE por tanto, muy alto \u00e9 muy poderoso Rey \u00e9 Se\u00f1or, antes que esta guerra\nse comience se debe mucho mirar la entrada; porque principiar guerra\nquien quiera lo puede facer; salir de ella no, sin\u00f3 como los casos de\nla fortuna se ofrescieren, los quales son tanto varios \u00e9 peligrosos que\nestados Reales \u00e9 grandes no se les deben cometer sin grande \u00e9 madura\ndeliberacion \u00e9 \u00e1 cosas muy justas \u00e9 ciertas.\n [32] _Asi dice en todas las edicciones, y parece debiera decir_\n consulte.\n _Al Obispo de Tuy, que estaba preso en Portugal,\n [33] _A\u00f1o de 1478. Falta en la primera ediccion. Este Obispo se\n llamaba D. Diego de Muros._\nReverendo Se\u00f1or: Encomendaros \u00e1 la Virgen Mar\u00eda no era mal consejo,\nsi ese vuestro cu\u00f1ado os lo consej\u00e1ra antes que os prendiera, mas\nconsej\u00e1ndolo despues de preso, debriades decir: Ya no poide, segun que\ntodo buen Gallego debia responder. Bien es, Se\u00f1or, que tengais devocion\nen los milagros de alguna Casa de oracion, segun lo conseja el cu\u00f1ado;\npero junto con ella no dexeis de encomendaros \u00e1 la Casa de la moneda de\nla Curu\u00f1a, \u00f3 \u00e1 otra semejante; porque entiendo que all\u00ed se facen los\nmilagros porque vos aveis de ser libre. Por ende, Se\u00f1or, prometed algo\n\u00e1 una casa destas, \u00e9 luego vereis por experiencia el milagro que vos\nesperais, \u00e9 vuestro cu\u00f1ado os conseja: y abreviad quanto pudieredes,\nporque segun ac\u00e1 anda vuestra hacienda, poco teneis agora para ofrecer\n\u00e1 la Casa, \u00e9 terneis menos \u00f3 nada si mucho os tardais. Decis, Se\u00f1or,\nque no os hallaron otro crimen sin\u00f3 aver reprehendido en sermones\nla entrada del Se\u00f1or Rey de Portugal en Castilla. En verdad, Se\u00f1or,\nalgunos predicadores la aprobaron en sus sermones; pero yo libres\nlos veo andar entre nosotros: aunque creo que tienen tanta pena por\nser inciertos predicadores, qu\u00e1nta gloria vos debeis tener por ser\ncierto, aunque preso. Ya sabeis que Micheas Profeta preso estobo, y\naun buena bofetada le dieron porque profetaba verdad contra todos los\notros que persuadian al Rey Acab que entrase en Ramoth Galat: y bien\nsabeis quantos golpes resciben los Ministros de la verdad, la qual se\naposenta de buena voluntad en los constantes, porque all\u00ed reluce ella\nmejor con los martirios: _Herculem duri celebrant labores_. \u00bfPensais\nvos, Se\u00f1or, que ese vuestro ingenio tan sotil, esa vuestra \u00e1nima tan\napta \u00e9 dedicada por su habilidad para gozar de la verdadera claridad,\nav\u00eda de quedar en esta vida sin prueba de trabajos que la limpiasen,\nporque limpia torne al lugar limpio donde vino? no lo creais. Aquellas\nque van al lugar sucio es de creer que vayan sin lavatorio de tentacion\nen esta vida. Gregorio _in Pastorali_ dice: _De spe \u00e6tern\u00e6 h\u00e6reditatis\ngaudium sumant, quos adversitas vit\u00e6 temporalis humiliat_. Mas os dir\u00eda\ndesto, sin\u00f3 que pienso que querriades mas quatro remedios de idiotas,\nque cinco consuelos de Filosofos, por Filosofos que fuesen. Pero con\ntodo eso tengo cre\u00eddo que por algun bien vuestro ovistes este trabajo:\n_S\u00e6pe majori fortun\u00e6_ (dice Seneca) _locum fecit injuria_, segun avemos\nvisto \u00e9 le\u00eddo en muchas partes. As\u00ed me vala Dios, Se\u00f1or, quando no nos\ncatar\u00e9mos os espero cargado de tratos para poner paz en la tierra. Aqui\nnos dixeron que el Se\u00f1or Rey de Portugal se queria meter en religion;\nagora nos dicen que se queria meter en guerra. \u00bfLo uno \u00f3 lo otro es de\ncreer? Ambas cosas seyendo tanto contrarias, lejanas son de un juicio\ntan excelente como el suyo. Algunos Castellanos aficionados \u00e1 Portugal\nhan andado por aqui cargados de profec\u00edas; dellas salen inciertas,\notras hay en la verdad que no valen nada. Y pues andamos \u00e1 profetizar,\nyo profetizo, que si el Se\u00f1or Rey de Portugal deliberare entrar otra\nvez en estos Reynos \u00e1 ponellos en guerra \u00e9 trabajos, muertes \u00e9 robos,\n\u00e9 \u00e1 Portugal \u00e1 vueltas, no lo dudo, \u00e9 menos dudo que faga los fechos\nde los descontentos; pero facer el suyo como lo desea, no lo creais en\nvida de los vivos. Plega \u00e1 Nuestro Se\u00f1or \u00e9 \u00e1 Nuestra Se\u00f1ora que presto\nseais libre \u00e9 \u00e1 vuestra honra.\n _Para el Doctor de Talavera._[34]\n [34] _Por Julio de 1478. Falta en la primera ediccion._\nSe\u00f1or: Del nascimiento del Pr\u00edncipe con salud de la Reyna ovimos ac\u00e1\nmuy gran plac\u00e9r. Claramente vemos sernos dado por especial d\u00f3n de\nDios, pues al fin de tan larga esperanza le plugo darnosle: pagado ha\nla Reyna \u00e1 este Reyno la deuda de succesion viril, que era obligada\nde le dar, quanto yo por f\u00e9 tengo que ha de ser el mas bienaventurado\nPr\u00edncipe del mundo; porque todos estos que nacen deseados son amigos de\nDios, como fue Isaac, Samu\u00e9l, \u00e9 Sant Juan, \u00e9 todos aquellos de quien\nla Sacra Escriptura hace mencion que ovieron nascimientos como este\nmuy deseados: \u00e9 no son sin causa, pues son concebidos \u00e9 nascidos en\nvirtud de muchas plegarias \u00e9 sacrificios. Ved el Evangelio que se reza\nel dia de Sant Juan: cosa es tan trasladada que no parece sino molde\nel un nacimiento del otro: la otra Isab\u00e9l, esta otra Isab\u00e9l: el otro\nen estos dias, este estos mismos; \u00e9 tambien que se gozaron los vecinos\n\u00e9 parientes, \u00e9 que fu\u00e9 terror \u00e1 los de las monta\u00f1as. No os escribo\nmas, Se\u00f1or, sobre esto, porque se me entiende que otros abr\u00e1n all\u00e1\nca\u00eddo en esto mismo, \u00e9 lo dir\u00e1n y escribir\u00e1n mejor que yo. Basta que\npodemos decir, que _Repulit Deus tabernaculum Enrici, e tribum Alfonsi\nnon elegit; sed elegit tribum Elisabeth quam dilexit_, hallarloeis en\nel Psalmo de _Attendite popule meus_. No queda agora pues, sin\u00f3 que\nalzadas las manos al Cielo, digamos todos el _Nunc dimittis_, que el\notro dixo, pues ven nuestros ojos la salud de este Reyno. Plega aquel\nque oy\u00f3 las oraciones para su nacimiento, que las oyga para le dar\nlarga vida.\n _Para Don Enrique, tio del Rey._[35]\n [35] _A\u00f1o de 1483._ En la primera ediccion dice, _tio del Rey,\n quando le firieron en Tajara_.\nMuy noble \u00e9 magn\u00edfico Se\u00f1or: Usando Vuestra merced de su oficio \u00e9 yo\ndel mio, no es maravilla que mi mano est\u00e9 de tinta, \u00e9 vuestro pie\nsangriento. Bien creo, Se\u00f1or, que esa vuestra herida tal y en tal lugar\nos daria dolor \u00e9 pornia en temor. \u00bfPero quereis que os diga, muy noble\nSe\u00f1or, que la profesion que fecistes en la Orden de Caballer\u00eda que\ntomastes os obliga \u00e1 rescebir tanto mayores peligros que los otros,\nquanto mayor honra teneis que los otros? Porque si no tuviesedes\n\u00e1nimo mas que otros para semejantes afrentas, todos seriamos iguales.\nCiertamente, Se\u00f1or, fatiga me di\u00f3 algunos dias la fama desa vuestra\nferida, porque todos decian ser peligrosa; pero debemos ser alegres,\npues servistes \u00e1 Dios con devocion, \u00e9 al Rey con lealtad, \u00e9 \u00e1 la\npatria con amor, \u00e9 al fin quedastes libre. Loado sea Dios por ello, \u00e9\nla Virgen gloriosa su Madre.[36] Muy noble Se\u00f1or: aquellos \u00e1 quien yo\nsubced\u00ed en este cargo demandaban d\u00e1divas \u00e1 los Se\u00f1ores por escrebir\nsemejantes fechos. Yo, Se\u00f1or, no quiero otra cosa sin\u00f3 que Vra. merced\nme mande escrebir la disposicion de vuestra persona \u00e9 de vuestro pie:\n\u00e9 si en esto os aveis conmigo liberalmente, prometo \u00e1 Vra. merced de\nfacer el pie vuestro mejor que la mano de otro.\n [36] _Lo siguiente se halla en la primera ediccion, y falta en\n las posteriores._\n [37] _A\u00f1o de 1482. que fu\u00e9 quando se empez\u00f3 la guerra de\n Granada. Esta Carta se ha puesto conforme \u00e1 la primera\n ediccion, restituyendo algunos periodos que se omitieron en las\n posteriores._\nMuy alta y excelente y poderosa Reyna \u00e9 Se\u00f1ora: Pasados ya tantos\ntrabajos \u00e9 peligros como el Rey nuestro Se\u00f1or \u00e9 Vuestra Alteza aveis\navido, no se debe tener en poca estima la escriptura dellos, pues\nninguna se lee d\u00f3 mayores hayan acaescido: y aun algunas Historias\nhay que las magnificaron con palabras los escriptores mucho mas que\nfueran las obras de los autores. E vuestras cosas, muy excelente Reyna\n\u00e9 Se\u00f1ora, no s\u00e9 yo quien tanto las pueda sublimar, que no haya mucho\nmas trabajado el obrador, que puede decir el escriptor. Yo ir\u00e9 \u00e1\nVuestra Alteza segun me lo envia \u00e1 mandar, \u00e9 llevar\u00e9 lo escripto hasta\naqui, para que lo mande ex\u00e2minar; porque escribir tiempos de tanta\ninjusticia convertidos por la gracia de Dios en tanta justicia, tanta\ninobediencia en tanta obediencia, tanta corrupcion en tanta orden, yo\nconfieso, Se\u00f1ora, que ha menester mejor cabeza que la mia. Despues\ndesto es menester algunas veces fablar como el Rey, \u00e9 como Vuestra\nAlteza, \u00e9 asentar los prop\u00f3sitos que ovistes en las cosas: asentar\nasimismo vuestros consejos, vuestros motivos. Otras veces requiere\nfablar como los de vuestro Consejo; otras veces como los contrarios.\nDespues de esto las fablas \u00e9 razonamientos, y otras diversas cosas.\nTodo esto, muy excelente Reyna \u00e9 Se\u00f1ora, no es razon dexarlo \u00e1 ex\u00e2men\nde un cerebro solo, aunque fuese bueno, pues ha de quedar por perpetua\nmemoria. Y si Vuestra Alteza manda poner diligencia en los edificios\nque se caen por tiempo \u00e9 no fablan \u00bfqu\u00e1nto mas la debe mandar poner\nen vuestra Historia, que ni cae ni calla? Muchos templos y edificios\nficieron algunos Reyes y Emperadores pasados, de los quales no queda\npiedra que veamos; pero queda escriptura que leemos. En verdad muy\nexcelente Reyna y Se\u00f1ora, segun lo vais faciendo, si otras dos fijas\n\u00f3 tres ac\u00e1 nos dais, antes de veinte a\u00f1os vereis vuestros fijos \u00e9\nnietos se\u00f1ores de toda la mayor parte de la Christiandad; y es cosa\nmuy razonable que vuestra Persona Real se glorifique en leer[38]\nvuestras cosas, pues son dignas de exemplo \u00e9 doctrina para vuestros\ndescendientes en especial, \u00e9 para todos los otros en general. Ac\u00e1\navemos o\u00eddo las nuevas de la guerra que mandais mover contra los Moros.\nCiertamente, muy excelente Reyna \u00e9 Se\u00f1ora, quien bien mira todas las\ncosas del Rey \u00e9 vuestras, claro ver\u00e1 como Dios os adereza la paz con\nquien la debeis tener, y os despierta \u00e1 la guerra que sois obligados.\nUna de las cosas que los Reyes comarcanos vos an envidia, es tener en\nvuestros confines gente con quien, no solo podeis tener guerra justa,\nmas guerra santa, en que entendais \u00e9 hagais exercer la Caballer\u00eda de\nvuestros Reynos; que no piense Vuestra Alteza ser peque\u00f1o prove\u00edmiento.\nTulio Ostilio, el tercero Rey que fu\u00e9 en Roma, movi\u00f3 guerra sin causa\ncon los Albanos sus amigos \u00e9 aun parientes, por no dexar en ocio su\nCaballer\u00eda, del qual escribe Titus Livius: _Segnescere civitatem ratus,\nbellum extra undique qu\u00e6rebat_. \u00bfPues qu\u00e1nto mejor lo har\u00e1 quien la\ntiene tan justa buscada \u00e9 comenzada? Mucho deseo saber como va \u00e1\nVuestra Alteza con el Latin que aprendeis: d\u00edgolo, Se\u00f1ora, porque hay\nalgun Latin tan zahare\u00f1o que no se dexa tomar de los que tienen muchos\nnegocios; aunque yo confio tanto en el ingenio de Vuestra Alteza, que\nsi lo tomais entre manos, por sobervio que sea lo amansareis, como\nhabeis fecho otros lenguages.\n [38] _Parece debe entenderse_ en que se lean.\n _Para Pedro de Toledo, Can\u00f3nigo de Sevilla._\nSe\u00f1or: Muy acepto dec\u00eds que os paresco \u00e1 mi se\u00f1or Cardenal. Grande\nvista debe ser por cierto la vuestra, pues tan lejos vedes lo que yo\nno veo tan cerca. Si \u00e1 la comunicacion llamais acepcion, alguna tengo\ncomo los otros; pero d\u00f3 no hay merced, no creais que haya acepcion,\npor grande que sea la comunicacion: _maxim\u00e8_, que sabreis, Se\u00f1or, que\nni me comunica mucho su Se\u00f1or\u00eda, ni me d\u00e1 nada su magnificencia: \u00e9\nsi alguna acepcion quereis que confiese, sabed que es como la de los\nreposteros de la plata, que tienen s\u00f3 llave doscientos marcos, y no\ntienen un maraved\u00ed para afeytarse. Creed, Se\u00f1or, que no hay otro acepto\nsin\u00f3 el que acepta \u00f3 el que acierta, quier por dicha, quier por gracia\n\u00e9 suficiencia; \u00e9 yo soy ageno destas cosas. Al presente ningunas nuevas\nhay que os escriba; porque en tiempo de buenos Reyes administrase la\njusticia, \u00e9 la justicia engendra miedo, y el miedo escusa excesos, y\nd\u00f3 no hay excesos hay sosiego, \u00e9 do hay sosiego no hay esc\u00e1ndalos,\nque crian la guerra que face los casos d\u00f3 vienen las nuevas que el\nbuen vino aporta. Aunque la mala condicion Espa\u00f1ola, inquieta de su\nnatura, en el ayre querria si pudiese congelar los movimientos,\n\u00e9 sufrir guerra de dentro, quando no la tienen de fuera. A osadas\nquien describi\u00f3 \u00e1 los Espa\u00f1oles en la guerra perezosos, y en la paz\nescandalizosos, que supo lo que dixo. Demos gracias \u00e1 Dios que tenemos\nun Rey \u00e9 una Reyna, que no querais saber dellos sino que ambos, ni cada\nuno por s\u00ed, no tienen privado, que es la cosa, \u00e9 aun la causa de la\ndesobediencia y esc\u00e1ndalos en los Reynos. El privado del Rey sabed que\nes la Reyna, y el privado de la Reyna sabed que es el Rey, y estos oyen\n\u00e9 juzgan, \u00e9 quieren derecho, que son cosas que estorban esc\u00e1ndalos, \u00e9\nlos amatan. Cerca de lo que os aplace saber de m\u00ed, creed, Se\u00f1or, que ni\nen Corte ni en Castilla no vive hombre mejor vida; pero as\u00ed la fenesca\nyo sirviendo \u00e1 Dios, que si della fuese ya salido, no la tornase \u00e1\ntomar, aunque me la diesen con el Ducado de Borgo\u00f1a, por las angustias\n\u00e9 tristezas que con ella est\u00e1n entretexidas y enzarzadas. E pues\nquereis saber como me habeis de llamar, sabed, Se\u00f1or, que me llaman\nFernando, \u00e9 me llamaban \u00e9 llamar\u00e1n Fernando, \u00e9 si me dan el Maestrazgo\nde Santiago tambien Fernando; porque de aquel t\u00edtulo \u00e9 honra me quiero\narrear que ninguno me pueda quitar, \u00e9 tambien porque tengo cre\u00eddo que\nningun t\u00edtulo pone virtud \u00e1 quien no la tiene de suyo. Valete.\n [39] _A\u00f1o de 1479. durante el cerco de Montanches por\n el verano._\nIlustre Se\u00f1or: Resceb\u00ed la letra de vuestra Se\u00f1or\u00eda, en que mostrais\nsentimiento por los trabajos que pasais, \u00e9 peligros que esperais en\neste cerco que teneis sobre Montanches. Cosa por cierto nueva vemos\nen vuestra condicion; porque en las otras cosas que por vos han\npasado, prosperas \u00f3 adversas, ni os vimos movimiento en la cara, ni\nsentimiento en la palabra. Verdad es que los males presentes son los\nque mas duelen en especial si se prolongan; \u00e9 porque ese es duro, \u00e9\ndura tanto, no es maravilla que lo sintais. La muerte, que es el\n\u00faltimo de los temores terribles, dice Seneca que no es de temer, porque\ndura poco. Pero, ilustre Se\u00f1or, yo creo bien que por duros \u00e9 largos\nque sean los trabajos que agora teneis, vuestra Se\u00f1or\u00eda los sufrir\u00e1\ncon igual \u00e1nimo, pues que son por ensalzamiento de la Corona Real, \u00e9\npor el honor \u00e9 paz de vuestra propria tierra: lo qual ningun bueno\ndebe con mayor deseo cobdiciar, ni con mayor alegria o\u00edr, ni con tan\ngrande y ferviente aficion del \u00e1nima \u00e9 trabajo del cuerpo procurar;\nporque el fin de todos los mortales es tener paz, la qual as\u00ed como los\nmalos turban escandalizando, as\u00ed los buenos procuran guerreando: \u00e9 con\nguerra vemos que se quita la guerra, \u00e9 se alcanza la paz, as\u00ed como con\nfuego se quita el veneno, \u00e9 se alcanza salud. Yo, Se\u00f1or, dubdo que\nel Rey de Portugal venga \u00e1 socorrer esa Fortaleza de Montanches que\nteneis cercada; porque cierta cosa es que este su socorro con gente\nse ha de facer, \u00e9 su imperio no es el de Dar\u00edo para que aya menester\ngrandes tiempos en la juntar. En verdad, Se\u00f1or, desque se dice este\nsu socorro, ser\u00eda quemada Escalona; pero dado que la socorriese, creo,\nilustre Se\u00f1or, que deliberastes bien antes que esa empresa aceptases,\npara no rescebir en ella mengua, como facen los varones fuertes, que\nno se ofrescen \u00e1 toda cosa, mas eligen con maduro pensamiento aquella\ndonde por qualquier cosa que acaezca, pr\u00f3spera \u00f3 adversa, resplandezca\nsu loable memoria. E porque as\u00ed como el miedo hace caer \u00e1 los flacos,\nas\u00ed el peligro hace proveer \u00e1 los fuertes, tengo segura confianza\nque en el esfuerzo interior, y en la provision exterior, no teneis\nagora menor \u00e1nimo que tovistes al principio quando aceptastes esa\nempresa, para le dar el fin que vos quereis, \u00e9 todos deseamos: porque\ncomo vuestra Se\u00f1or\u00eda conoce, la salida se mira en las cosas que se\ncomienzan, \u00e9 no la causa porque se comenzaron. No dubdo, Se\u00f1or, que\nhayais muchos trabajos, considerado el lugar, el tiempo, \u00e9 las otras\ncircunstancias: pero, Se\u00f1or, si el ladron Caco no fuera afamado de\nrecio, Hercules que lo mat\u00f3 no fuera loado de fuerte: porque do hay\nmayor peligro se muestra mayor grado de fortaleza, la qual no se loa\ncombatiendo lo flaco, mas resplandece resistiendo lo fuerte, \u00e9 tiene\nmayor grado de virtud esperando al que comete, que cometiendo al\nque espera; especialmente aquel que resiste presto los peligros que\ns\u00fabitamente vienen, porque en aquella presta resistencia parece tener\nfecho h\u00e1bito de fortaleza, de la qual se ha de fornescer de tal manera\nqualquiera que face profesion en la Orden de Caballer\u00eda, que ni el\namor de la vida, ni menos el temor de la muerte le corrompa para facer\ncosa que no deba. Verdad es, Se\u00f1or, que el temor de la muerte turba \u00e1\ntodo hombre; pero el Caballero que est\u00e1 obligado \u00e1 rescebir la muerte\nloable, \u00e9 fuir de la vida torpe, debe seguir la doctrina del mote que\ntraeis en vuestra divisa, que dice: _Un bel morir toda la vida honra_,\nal qual me refiero. Si en esta materia fablo mas que debo, en pena de\nmi atrevimiento quiero sofrir que me diga vuestra Se\u00f1or\u00eda lo que dixo\nAnibal, el qual como anduviese huyendo de los Romanos, \u00e9 oyese \u00e1 uno\nparlar de _Re militari_, \u00e9 ordenar como avian de ir las huestes, \u00e9 como\nlas batallas habian de ser ordenadas, respondi\u00f3: Buenas cosas dice\neste necio; sin\u00f3 que un caso que se suele atravesar en la facienda lo\ndestruye todo, \u00e9 hace ser vencidos \u00e1 los que piensan ser vencedores:\n\u00e9 por cierto, Se\u00f1or, creo que dixo verdad; porque leemos en el Titus\nLivius que el graznido de un ansar que se atraves\u00f3 escus\u00f3 de ser tomado\nel Capitolio de Roma por los Franceses que tenian ya entrada la Ciudad,\ny despues fueron vencidos \u00e9 desvaratados de los Romanos.\n _Para un su amigo de Toledo._[40]\n [40] _A\u00f1o de 1478. Es parte del Razonamiento al pueblo de Toledo,\n que Pulgar en la Cr\u00f3nica fol. 116. de la edic. de Valladolid,\n puso en boca de Gomez Manrique, Corregidor de aquella Ciudad._\nSe\u00f1or compadre: Vuestra letra resceb\u00ed, \u00e9 porque veais si la entiendo,\ndir\u00e9 claro lo que vos dec\u00eds entre dientes. En esa noble Cibdad no se\npuede buenamente sufrir que algunos que juzgais no ser de linage\ntengan honras \u00e9 oficios de gobernacion; porque entendeis que el\ndefecto de la sangre les quita la habilidad del gobernar. Asimismo se\nsufre gravemente ver riquezas en hombres que se cree no las merecer,\nen especial aquellos que nuevamente las ganaron. Destas cosas que se\nsienten ser graves \u00e9 incomportables se engendra un mordimiento de\nenvidia tal que atormenta \u00e9 mueve muy ligeramente \u00e1 tomar armas \u00e9 facer\ninsultos. \u00a1O tristes de los nuevamente ricos, que tienen guerra con los\nmayores porque los alcanzan, \u00e9 con los menores porque no los pueden\nalcanzar! E debrian considerar los mayores que ovo comienzo su mayor\u00eda,\n\u00e9 los menores que la pueden aver. E ciertamente, se\u00f1or compadre, no s\u00e9\nyo que otra cosa se puede colegir del prop\u00f3sito de semejantes hombres,\nsalvo que querrian emendar el mundo, \u00e9 repartir los bienes \u00e9 honras\nd\u00e9l \u00e1 su arbitrio, porque les parece que va muy errado, \u00e9 las cosas\nd\u00e9l no bien repartidas. Pleyto muy viejo toman por cierto, \u00e9 querella\nmuy antigua usada, \u00e9 no aun en el mundo fenescida, cuyas ra\u00edces son\nhondas nascidas con los primeros hombres, \u00e9 sus ramas de confusion que\nciegan los entendimientos, \u00e9 las flores secas \u00e9 amarillas que afligen\nel pensamiento, \u00e9 su fruto tan da\u00f1ado \u00e9 tan mortal que cri\u00f3 \u00e9 cria\ntoda la mayor parte de las muertes \u00e9 crimines que en el mundo pasan \u00e9\nhan pasado, los que aveis o\u00eddo \u00e9 los que aveis de o\u00edr. Mirad agora,\nSe\u00f1or, yo vos ruego quanto yerra el apasionado deste error: porque\ndexando ora de decir como yerra contra ley de natura, pues todos somos\nnascidos de una masa, \u00e9 ovimos un principio noble; \u00e9 asimismo contra\nLey Divina, que manda ser todos en un corral, \u00e9 debaxo de un Pastor; y\nespecialmente contra la clara virtud de la caridad, que nos alumbra el\ncamino de la felicidad verdadera: aveis de saber que se lee en la Sacra\nEscriptura, que ovo una nacion de Gigantes, que fu\u00e9 por Dios destruida,\nporque segun se dice presumieron pelear con el Cielo. \u00bfQu\u00e9 pues otra\ncosa podemos entender de los que mordidos de envidia facen esc\u00e1ndalos\n\u00e9 divisiones en los pueblos, sin\u00f3 que remedando \u00e1 la sobervia de\naquellos Gigantes, quieren pelear con el Cielo, \u00e9 quitar la fuerza \u00e1\nlas estrellas, \u00e9 repugnar las gracias que Dios reparte \u00e1 cada uno como\nle place, en virtud de las quales alcanzan estas honras \u00e9 bienes que\nellos piensan emendar \u00e9 contradecir? Vemos por experiencia algunos\nhombres destos que juzgamos nascidos de baxa sangre forzarles su\nnatural inclinacion \u00e1 dexar los oficios baxos de los padres, \u00e9 aprender\nsciencias, \u00e9 ser grandes letrados: vemos asimismo otros que tienen\ninclinacion natural \u00e1 las armas \u00e9 \u00e1 la agricultura: otros en bien \u00e9\ncompuestamente fablar: otros en administrar y en regir, \u00e9 \u00e1 otras\nartes diversas, y tener en ellas habilidad grande \u00e1 que les fuerza su\ninclinacion natural. Otros\u00ed vemos diversidad grande de condiciones,\nno solamente entre la multitud de los hombres, mas aun entre los\nhermanos nascidos de un padre \u00e9 de una madre: el uno vemos sabio, el\notro ignorante: uno cobarde, otro esforzado: liberal el un hermano,\nel otro avariento: uno dado \u00e1 algunas artes, el otro \u00e1 ninguna. En\nesa Cibdad pocos dias h\u00e1 vimos un hombre perayle, el qual era sabio\nen el arte de Astrolog\u00eda, y en el movimiento de las estrellas: mirad\nagora, ruego vos, quan gran diferencia hay entre el oficio de adobar\npa\u00f1os, \u00e9 la sciencia del movimiento de los Cielos; pero la fuerza de\nsu constelacion lo llev\u00f3 \u00e1 aquello, por d\u00f3 ovo en la Cibdad honra \u00e9\nreputacion. \u00bfPodemos nosotros por ventura quitar \u00e1 estos la inclinacion\nnatural que tienen, d\u00f3 les procede esta honra que poseen? no por\ncierto, sin\u00f3 peleando con el Cielo, como ficieron aquellos Gigantes que\nfueron destru\u00eddos. Tambien vemos los hijos \u00e9 descendientes de muchos\nReyes \u00e9 notables hombres, obscuros \u00e9 olvidados, por ser inhabiles \u00e9 de\nbaxa condicion. Fagamos agora que sean esforzados todos los que vienen\nde linage del Rey Pirrus, porque su padre fu\u00e9 esforzado: \u00f3 fagamos\nsabios \u00e1 todos los descendientes del Rey Salom\u00f3n, porque su padre fu\u00e9\nel mas sabio: \u00f3 dad riquezas y estados grandes \u00e1 los del linage del\nRey Don Pedro de Castilla, \u00e9 del Rey D. Don\u00eds de Portogal, pues no\nlos tienen, \u00e9 paresce que los deben tener, por ser de linage. E si\nel mundo quieren emendar, quiten las grandes dignidades, vasallos \u00e9\nrentas \u00e9 oficios, que el Rey Don Enrique de treinta a\u00f1os \u00e1 esta parte\ndi\u00f3 \u00e1 hombres de baxo linage. Vano trabajo por cierto, \u00e9 fatiga grande\nde esp\u00edritu da la ignorancia de este triste pecado: el qual ningun\nfruto de delectacion tiene como algunos otros pecados; porque en el\nacto y en el fin del acto engendra tristeza \u00e9 pasion, con que llora\nsu mal propio, y el bien ageno. As\u00ed que no se debe aver por molesto\ntener riquezas \u00e9 honras aquellos que paresce que no las deben tener,\ny carescer dellas los que por linage paresce que las merecen; porque\nesto procede de una ordenacion Divina, que no se puede repugnar en\nla tierra, sin\u00f3 con destruicion de la tierra. E avemos de creer que\nDios fizo hombres, \u00e9 no fizo linages en que escogiesen, \u00e9 \u00e1 todos fizo\nnobles en su nascimiento: la vileza de la sangre \u00e9 obscuridad de linage\nellos con sus manos lo toman aquellos, que dexado el camino de la\nclara virtud, se inclinan \u00e1 los vicios \u00e9 m\u00e1culas del camino errado. Y\npues \u00e1 ninguno dieron eleccion de linage quando nasci\u00f3, \u00e9 todos tienen\neleccion de costumbres quando viven, imposible ser\u00eda segun razon ser\nel bueno privado de honra, ni el malo tenerla, aunque sus primeros la\nayan tenido. Muchos de los que opinamos de noble sangre vemos pobres \u00e9\nraheces, \u00e1 quienes ni la nobleza de sus primeros pudo quitar pobreza,\nni dar autoridad: donde podemos claramente ver que esta nobleza que\nopinamos ninguna fuerza natural tiene que la faga permanescer de unos\nen otros, sin\u00f3 permanesciendo la virtud, que d\u00e1 la verdadera nobleza.\nAvemos eso mismo de mirar, que as\u00ed como el cielo un momento no est\u00e1\nquedo, as\u00ed las cosas de la tierra no pueden estar en un estado: todas\nlas muda el que nunca se muda: solo el amor de Dios, \u00e9 la caridad\ndel proximo es la que permanesce, la qual engendra en el Christiano\nbuenos pensamientos, \u00e9 le da gracia para las buenas obras, que facen la\nverdadera hidalgu\u00eda, \u00e9 para acabar bien en esta vida, \u00e9 ser de linage\nde los Santos en la otra. No entendais, se\u00f1or compadre, que yo condene\n\u00e1 la mayor parte, ni \u00e1 la menor; mas \u00e1 algunos pocos, y bien pocos, que\npecan \u00e9 facen pecar \u00e1 muchos alter\u00e1ndolos, \u00e9 turbando la paz comun por\nsu bien particular, \u00e9 faci\u00e9ndose principales guiadores, el camino desta\nvida yerran, y el de la otra cierran: porque sus principios destos que\nse facen principales son sobervia y ambicion, \u00e9 sus medios envidia \u00e9\nmalicia, \u00e9 sus fines muerte y destruicion: los quales no debrian por\ncierto tener autoridad de principales; mas como hombres de esc\u00e1ndalo\ndebrian ser apartados, no solamente del pueblo, mas del mundo, pues\ntienen las intenciones tan da\u00f1adas, que ni el temor de Dios los retrae,\nni el del Rey los enfrena, ni la consciencia los acusa, ni la verg\u00fcenza\nlos impide, ni la razon los manda, ni la ley los juzga, y con sed\nrabiosa de alcanzar en los pueblos honras \u00e9 riquezas, caresciendo del\nbuen saber por d\u00f3 se alcanzan las de buena parte, despiertan esc\u00e1ndalos\npara las adquerir, poniendo veneno de division en el pueblo: el qual\nno puede tener quieto ni pr\u00f3spero estado quando lo que estos tales\npiensan dicen, y lo que dicen pueden, y lo que pueden osan \u00e9 ponen en\nobra, \u00e9 ninguno gelo resiste; \u00e1 los quales los buenos \u00e9 principales\ndebrian por cierto con gran diligencia reprehender \u00e9 castigar, por huir\nla indignacion de Dios, al qual vos encomiendo.\n [41] _Es El Cardenal D. Pedro Gonzalez de Mendoza, \u00e1 quien d\u00e1 el\n p\u00e9same de la muerte de su hermano el Duque del Infantado, cuya\n vida es el tit. 9. de los Claros Varones. Fecha esta Carta por\nIlustre y Reverendisimo Se\u00f1or: Diego Garcia me apremi\u00f3 que escribiese\nconsolaciones \u00e1 Vuestra Se\u00f1or\u00eda sobre la muerte del Duque vuestro\nhermano, que Dios haya, no conosciendo en quanta simpleza incurria\nyo si presumiese consolar \u00e1 Vuestra Se\u00f1or\u00eda, \u00e1 quien todas las\nconsolaciones que se pueden decir son presentes. No s\u00f3 yo de aquellos\nque presumen quitar con palabras la tristeza no aun madura, furtando\nsu oficio al tiempo, que la suele quitar madurando. Yo, Reverendisimo\nSe\u00f1or, no s\u00e9 decir otra consolacion, sin\u00f3 que muy ligeramente se\nconsolar\u00e1 por muerte agena aquel que toda hora pensar\u00e1 en la suya.\n _Del razonamiento hecho \u00e1 la Reyna quando hizo\n perdon general en Sevilla._[42]\n [42] _A\u00f1o de 1477. Insert\u00f3 Pulgar este Razonamiento en la\n Cr\u00f3nica, fol. 104. poniendole en boca del Obispo de C\u00e1diz, quando\n acompa\u00f1ado de muchos Caballeros y Ciudadanos de Sevilla fu\u00e9 \u00e1\n pedir perdon general \u00e1 la Reyna. Falta en la primera ediccion._\nMuy alta y excelente Reyna \u00e9 Se\u00f1ora: Estos Caballeros \u00e9 Pueblo desta\nvuestra Cibdad vienen aqui ante Vuestra Real Magestad, \u00e9 vos notifican,\nque quanto gozo ovieron los dias pasados con vuestra venida en esta\ntierra, tanto terror y espanto ha puesto en ella el rigor grande que\nvuestros Ministros muestran en la execucion de vuestra justicia, el\nqual les ha convertido todo su placer en tristeza, \u00e9 toda su alegr\u00eda\nen miedo, \u00e9 todo su gozo en angustia \u00e9 trabajo. Muy excelente Reyna\n\u00e9 Se\u00f1ora: Todos los hombres generalmente dice la Sacra Escriptura\nque somos inclinados \u00e1 mal; y para refrenar esta mala inclinacion\nnuestra son puestas y establescidas leyes \u00e9 penas, \u00e9 fueron por Dios\nconstitu\u00eddos Reyes en las tierras, \u00e9 Ministros para las executar,\nporque todos vivamos en paz \u00e9 seguridad, para que alcancemos aquel\nfin bienaventurado que todos deseamos. Pero quando Reyes \u00e9 Ministros\nno avemos, \u00f3 si los avemos son tales de quien no se haya temor, ni se\ncate obediencia, no nos maravillemos que la natura humana, siguiendo\nsu mala inclinacion, se desenfrene \u00e9 cometa delictos y excesos en las\ntierras, y especialmente en esta vuestra Espa\u00f1a, donde vemos que los\nhombres por la mayor parte pecan en un error comun, anteponiendo el\nservicio de sus se\u00f1ores inferiores \u00e1 la obediencia que son obligados\n\u00e1 los Reyes sus Soberanos Se\u00f1ores. E por cierto ni \u00e1 Dios debemos\nofender, aunque el Rey nos lo mande; ni al Rey, aunque nuestro Se\u00f1or\nlo quiera: \u00e9 porque pervertimos esta orden de obediencia vienen en\nlos Reynos muchas veces las guerras que leemos pasadas, \u00e9 los males\nque vemos presentes. Notorios son, muy poderosa Reyna \u00e9 Se\u00f1ora, los\ndelitos \u00e9 crimines cometidos generalmente en todos vuestros Reynos\nen tiempo del Rey Don Enrique vuestro hermano, cuya \u00e1nima Dios haya,\npor la negligencia grande de su justicia, \u00e9 la poca obediencia de sus\ns\u00fabditos: la qual di\u00f3 causa que as\u00ed como ovo disensiones y esc\u00e1ndalos\nen todas las mas de las Cibdades de vuestros Reynos, as\u00ed en esta estos\ndos Caballeros Duque de Medina y Marques de Cadiz se discordasen, \u00e9 con\nel poco temor de la justicia Real se pusiesen en armas uno contra otro:\nen fuerza de los quales cada uno procur\u00f3 de seguir su prop\u00f3sito en\ndetrimento general de toda esta tierra: y en esta discordia ciudadana\npocos \u00f3 ningunos de los moradores de ella se pueden buenamente\nescusar de haber pecado, desobedeciendo al Ceptro Real, siguiendo la\nparcialidad del uno \u00f3 del otro destos dos Caballeros. E dexando de\ndecir las batallas que entre ellos ovo en la Cibdad \u00e9 fuera della, \u00e9\ntornando \u00e1 los males particulares que por causa dellas se siguieron en\ntoda la tierra, no podemos por cierto negar que en aquel tiempo tan\ndisoluto no fueron cometidas algunas fuerzas, muertes \u00e9 robos \u00e9 otros\nexcesos por muchos vecinos desta Cibdad \u00e9 su tierra, los quales caus\u00f3\nla malicia del tiempo, y no excus\u00f3 la justicia del Rey: y estos son en\ntanto n\u00famero, que pensamos aver pocas casas en Sevilla que carezcan de\npecado, quier cometiendolo \u00f3 favoresciendolo, quier encubriendolo \u00f3\nseyendo en \u00e9l participes, \u00f3 por otras vias \u00e9 circunstancias. E porque\nde los males de las guerras vemos ca\u00eddas \u00e9 destruiciones de Pueblos\n\u00e9 Cibdades, creemos verdaderamente que si esta guerra mas dur\u00e1ra, y\nDios por su gran misericordia no la remedi\u00e1ra asentando \u00e1 vuestra Real\nMagestad en la Silla Real del Rey vuestro padre, esta Cibdad de todo\npunto peresciera y se asol\u00e1ra. E si estonces, muy excelente Reyna \u00e9\nSe\u00f1ora, estaba en punto de se perder por la poca justicia, agora est\u00e1\nperdida \u00e9 muy ca\u00edda por la mucha \u00e9 muy rigurosa que vuestros Jueces \u00e9\nMinistros en ella executan: de la qual todo este pueblo ha apelado, \u00e9\nagora apela para ante la clemencia y piedad de vuestra Real Magestad,\n\u00e9 con las l\u00e1grimas \u00e9 gemidos que agora vedes \u00e9 o\u00eds se humillan ante\nvos, \u00e9 os supl\u00edcan que hayais aquella piedad de vuestros s\u00fabditos que\nNuestro Se\u00f1or ha de todos los vivientes, \u00e9 que vuestras entra\u00f1as Reales\nse compadezcan de sus dolores, de sus destierros, pobrezas, angustias\n\u00e9 trabajos que continuamente padescen, andando fuera de sus casas por\nmiedo de vuestra justicia: la qual, muy excelente Reyna \u00e9 Se\u00f1ora, como\nquier que se deba executar en los errados; pero no con tan gran rigor\nque se cierre aquella loable puerta de la clemencia que face \u00e1 los\nReyes amados, \u00e9 si amados, de necesario temidos, porque ninguno ama\n\u00e1 su Rey que no tema de le enojar. Verdad es, muy excelente Reyna\n\u00e9 Se\u00f1ora, que Nuestro Se\u00f1or tambien usa de justicia como de piedad;\npero de la justicia algunas veces, y de la piedad todas veces, \u00e9 no\nsolamente todas veces, mas todos los momentos de la vida: porque si\nsiempre usase de la justicia, segun siempre usa de piedad, como todos\nlos mortales seamos dignos de pena, el mundo en un instante peresceria:\n\u00e9 asimismo, porque como vuestra Real prudencia sabe, el rigor de la\njusticia engendra miedo, y el miedo turbacion, \u00e9 la turbacion algunas\nveces desesperacion \u00e9 pecado; \u00e9 de la piedad procede amor, \u00e9 del amor\ncaridad, \u00e9 de la caridad siempre se sigue m\u00e9rito \u00e9 gloria. E por esta\nrazon hallar\u00e1 Vuestra Excelencia que la Sacra Escriptura est\u00e1 llena\nde loores ensalzando la piedad, la mansedumbre, la misericordia \u00e9\nclemencia, que son t\u00edtulos \u00e9 nombres de Nuestro Redentor, el qual\nnos dice que aprendamos d\u00e9l, no \u00e1 ser rigurosos en la justicia; mas\naprended de m\u00ed, dice \u00e9l, que soy manso \u00e9 humilde de corazon. La Santa\nIglesia Cat\u00f3lica continuamente canta: Llena est\u00e1, Se\u00f1or, la tierra\nde tu misericordia: \u00e9 por el continuo uso de su clemencia le llamamos\n_Miserator_, _misericors_, _patiens_, _mult\u00e6 misericordi\u00e6_. Mire bien\nVuestra Alteza quantas veces refiere este su nombre de misericordioso,\nlo que no fallamos veces tan repetidas del nombre de justiciero, \u00e9\nmucho menos de riguroso en la justicia, porque el rigor de la justicia\nvecino es de la crueldad, \u00e9 aquel Pr\u00edncipe se llama cruel, que aunque\ntiene causa, no tiene templanza en el punir. E la piedad oficio es\ncontinuo de Nuestro Redentor, del qual tomando exemplo los Reyes y\nEmperadores, cuya fama resplandece entre los vivos, perdonaron los\nhumildes, \u00e9 persiguieron los sobervios, por remedar \u00e1 aquel que les\ndi\u00f3 poder en las tierras: entre los quales aquel sabio Rey Salom\u00f3n no\ndemand\u00f3 \u00e1 Dios que se membrase de los trabajos, no de las limosnas, no\nde los otros m\u00e9ritos del Rey David su padre, ni menos de la justicia\nque fizo, \u00e9 penas que execut\u00f3; mas miembrate, dixo, Se\u00f1or, de David,\n\u00e9 de toda su mansedumbre: por los m\u00e9ritos de la qual entendia aquel\nRey de ganar la mansedumbre \u00e9 la piedad de Dios, para remision de sus\npecados, \u00e9 perpetuidad de su Silla Real. E vos, Reyna muy excelente,\ntomando aquella doctrina mansa de nuestro Salvador, \u00e9 de los Reyes\nsantos \u00e9 buenos, templad vuestra justicia, \u00e9 derramad vuestra\nmisericordia \u00e9 mansedumbre en vuestra tierra; porque tanto sereis\njunta con su Divinidad, quanto la remedaredes en las obras, \u00e9 tanto\nla remedareis en las obras, quanto fueredes piadosa; y tanto sereis\npiadosa, quanto os compadescieredes \u00e9 perdonaredes los miserables que\nllaman y esperan con gran angustia vuestra clemencia \u00e9 mansedumbre. La\nqual, muy excelente Reyna, debe est\u00e1r arraygada en vuestra memoria,\ny en los conceptos de vuestra \u00e1nima, porque se miembre Dios de vos \u00e9\nde vuestra mansedumbre, y os perdone como vos perdonaredes, y os d\u00e9\nvida como vos la dieredes, \u00e9 perpet\u00fae vuestra Silla Real en vuestros\ndescendientes para siempre; especialmente con los desta Cibdad,\naunque ayan errado, considerando que entre tanta multitud de errores\ndificile era vivir por sola inocencia. El Rey D. Juan vuestro padre, no\nsolo en una Cibdad ni en una Provincia, mas en todos sus Reynos fizo\nperdon general quando las disensiones y esc\u00e1ndalos en ellos acaescidos\ncon los Infantes de Aragon sus primos. Vemos asimesmo que vuestra\nclemencia manda poner en libertad \u00e1 los Portogueses que entraron en\nvuestros Reynos \u00e1 os deservir, \u00e9 cometieron en ellos grandes delictos\n\u00e9 maleficios: \u00e9 no solamente los mandais poner en libertad, mas\nmandaislos proveer de vuestras limosnas, \u00e9 reducirlos \u00e1 sus tierras.\nReducid pues, Reyna muy excelente, \u00e1 los vuestros, \u00e9 la piedad que\naveis con los extra\u00f1os, avedla con los vuestros naturales: los quales\nas\u00ed como el \u00e1nima enferma de cobdicia, aunque envuelta en el deseo de\nlos bienes temporales, siempre suspira \u00e1 un Dios que la repare con\nsu misericordia; as\u00ed bien estos vuestros subditos, aunque envueltos\nen las guerras \u00e9 males pasados, todav\u00eda tubieron ferviente deseo de\nvuestra victoria \u00e9 prosperidad, porque en virtud de vuestro Ceptro\nReal gozasen de paz \u00e9 seguridad: la qual humildemente vos suplican\nque derrameis en esta vuestra Cibdad \u00e9 tierra, porque as\u00ed como damos\ngracias \u00e1 Dios por los males que refren\u00f3 vuestra justicia, bien as\u00ed\ngelas demos por la vida que nos otorga vuestra clemencia.\n _Para el Se\u00f1or Don Enrique, tio del Rey._[43]\n [43] _A\u00f1o de 1474. escrita quando en la toma de Tojara hirieron\n en el pie al Se\u00f1or Don Enrique. Cr\u00f3nica fol. 174._\nMuy noble \u00e9 magn\u00edfico Se\u00f1or: Manda Vra. merced que os escriba, y que\nno escriba consolaciones. Pl\u00e1ceme, Se\u00f1or, de lo facer; porque ni yo\nmal pecado las s\u00e9 enviar, ni vos, gracias \u00e1 Dios, las aveis menester.\nDexemos su oficio \u00e1 Dios, que es el verdadero consolador, el qual\ndespues de la pena d\u00e1 refrigerio, y despues de las l\u00e1grimas derrama\nmisericordia. Yo, muy noble Se\u00f1or, no mand\u00e9 \u00e1 mi Carta que os dixese\nconsolaciones ningunas; \u00e9 si la he \u00e1 las manos, yo le far\u00e9 que otro\ndia no diga lo que no le mandan. Lo que yo le mand\u00e9 que dixese \u00e1 Vra.\nmerced es, que si buenas feridas teniades, buenas os las tuviesedes;\nporque son insignias de la profesion que fecistes en la \u00f3rden de\nCaballer\u00eda que tomastes. E no s\u00e9 yo que locura tom\u00f3 \u00e1 mi Carta en\nparlar consolaciones que no le mandaron; porque si bien consideramos\nvuestra persona, vuestra sangre, vuestra \u00f3rden, vuestra ferida, y el\nlugar d\u00f3 la oviste, mas es para dar alegria, que para poner tristura,\nni escrebir sobre ello consolaciones. E dado que fuese tan nescio\nFernando de Pulgar, que presumiese enviar consolaciones al Se\u00f1or Don\nEnrique, tanta tierra hay de aqui all\u00e1, que ya quando las rescibiesedes\nseriades sano, \u00e9 llegarian da\u00f1adas, aunque fuesen en escaveche.\nCiertamente, Se\u00f1or, la consolacion que no v\u00e1 envuelta en algun remedio\nno vale un cornado; \u00e9 por eso quando no puedo remediar no curo de\nconsolar. Entiendo yo, Se\u00f1or, que mas descansa hombre contando sus\nmales proprios, que oyendo consolaciones agenas, quando no dan remedio\nde presente, \u00f3 lo prometen de futuro. Dice Vra. merced, que ese vuestro\nenojo conosceis ser poco, segun lo que sabeis que meresceis \u00e1 Dios.\nCreed, Se\u00f1or, que nunca esa tal palabra sali\u00f3 sin\u00f3 por boca de buen\n\u00e1nima; porque fallareis que el dolor, as\u00ed como pone desesperacion \u00e1 los\nmalos, as\u00ed trae contricion \u00e1 los buenos: y de esa tal palabra os debeis\nmas arrear teniendola en el corazon, que de la ferida que teneis en el\npie.\n [44] _Falta en la primera edicion._\nReverendo Se\u00f1or: Si so\u00f1astes que os av\u00eda de escrebir una \u00f3 dos veces,\n\u00e9 que Vra. Reverencia no me responda \u00e1 ninguna, no creais en sue\u00f1os,\nporque los mas son inciertos. Verdaderamente jurado av\u00eda _in Sancto\nmeo_ de no escrebiros, salvo porque la ira que me puso vuestra\nnegligencia, me quit\u00f3 vuestra bondad; y aun porque vuestro amor me\nconstri\u00f1e, \u00e9 vuestro temor me manda que os escriba muchas Letras, por\naver sola una, que me d\u00e9 tanta consolacion oga\u00f1o en este destierro,\ncomo me di\u00f3 vuestra visitacion anta\u00f1o en la dolencia. Escrebidme,\nReverendo Se\u00f1or, si de la salud corporal estais bien; que de la\nespiritual s\u00e9 cierto que no estais mal. Vuestro Fray Diego de Zamora\nvino aqui: si tan bien libr\u00f3 los negocios que tra\u00eda como despach\u00f3 unas\ncalenturas que le vinieron, s\u00e9 que v\u00e1 bien librado. Valete.\n _Para el Conde de Cifuentes, que estaba preso en Granada._[45]\n [45] _Falta en la primera edicion._\nMuy noble Se\u00f1or: Agora que se v\u00e1 entiviando el sentimiento que ove\nde vuestra prision, \u00e9 arde el deseo que tengo de vuestra libertad,\nquerria escrebir \u00e1 Vra. merced algo que aprovechase; pero fallo que la\nlibertad que vos aveis menester yo no la puedo dar, \u00e9 la consolacion\nque podria dar, vos no la aveis menester; porque entiendo que vuestro\nseso os la dar\u00e1 sin ayuda del ageno: y aun dex\u00e9lo, porque tengo cre\u00eddo\nque estas consolatorias que se usan consuelan poco quando no remedian\nalgo. Muy noble Se\u00f1or, si considerais quien sois, y el oficio que\ntomastes, y el por qu\u00e9 y el c\u00f3mo y el d\u00f3nde os prendieron, creo avreis\nalguna paciencia en ese trabajo d\u00f3 estais; \u00e9 si no la ovieredes,\nno sabr\u00eda por agora deciros otra consolacion, sin\u00f3 que preso con\npaciencia, \u00f3 preso sin paciencia, mas vale preso con paciencia. Las\nnuevas de la Reyna, que face \u00e9 quiere facer, tan bien os las dir\u00e1n\nlos Moros de all\u00e1, como los Christianos de ac\u00e1, \u00e9 por eso no os las\nescribo. Plega al muy alto Dios que presto os veamos libre. El traslado\nde una Letra que ove enviado \u00e1 un Caballero desterrado del Reyno os\nenvio: leala Vra. merced, \u00e9 obre la vuestra devocion.\n _Para Don I\u00f1igo de Mendoza Conde de Tendilla._[46]\n [46] _A\u00f1o de 1482. Cron. fol. 149. y siguientes. Falta en la\n primera ediccion._\nMuy noble Se\u00f1or: como \u00e1 amigo no me podeis comunicar vuestras cosas,\nporque la desproporcion de las personas lo niega, y vuestro se\u00f1or\u00edo\nno sufre tal grado de amistad. Ni menos las recibo como Coronista;\npero como un servidor de los que teneis os tengo en merced avermelas\nescripto por extenso. Crea Vra. Se\u00f1or\u00eda, que lo que sent\u00eds, deseais \u00e9\nquereis en ellas, quiero, siento \u00e9 deseo. El trabajo que ovistes _in\nreducendo commilitones ad viam_ parece bien obra de vuestras manos:\ny si de otra guisa se ficiera, tuvierades guerra, no solo con los\nenemigos, mas con los vuestros; porque _ubi est corruptio moris, ibi\nest destructio mortis_. E lo que peor es \u00e9 mas grave, tuvieradesla con\nDios; porque sin duda la Divinidad est\u00e1 airada contra la humanidad que\nest\u00e1 da\u00f1ada. Una de las cosas porque se perdi\u00f3 Roma, dice Salustio en\nel Catilinario: _Quod Lucius Sulla exercitum, quem in Asia ductaverat,\nquo sibi fidum faceret, contra morem majorum luxuriose, nimisque\nliberaliter habuerat loca amena, voluptaria facile in otio ferocis\nmilitum animos molliverant, ibi primum insuevit exercitus Populi Romani\namare, potare &c._ Alegar yo \u00e1 Vra. Se\u00f1or\u00eda el Salustio bien veo que\nes necedad: pero sufridla, pues sufro yo \u00e1 estos Labradores que me\ncuenten \u00e1 m\u00ed las cosas que vos faceis en Alhama. Ciertamente, Se\u00f1or,\ncomo el enfermo que avida la salud estima mucho la medicina que primero\nle amargaba, bien as\u00ed creo que esos vuestros comilitones amen mucho\nvuestra noble persona, quando conoscieren la salud que les acarre\u00f3\nvuestra doctrina. El socorro que fecistes \u00e1 vuestra gente verdad es\nque es de notar _apud alios_ mas que _apud me_, que conozco bien,\nsegun quien sois, y el linage de donde ven\u00eds, que ni aveis de fuir los\nenemigos, ni desamparar los amigos.\n _Para un su Amigo encubierto._[47]\n [47] _A\u00f1o de 1478. Parece que este amigo era de Toledo. Vease la\n Cron. fol. 112. Falta en la primera edicion._\nSe\u00f1or compadre: V\u00ed una Carta, que fu\u00e9 echada de noche, \u00e9 tomada entre\npuertas. La Carta se dirigia \u00e1 mi se\u00f1or el Cardenal, \u00e9 la materia\ndella eran injurias dirigidas \u00e1 m\u00ed: \u00e9 porque supe que vino antes \u00e1\nvuestras manos que \u00e1 las mias, y que la andabades publicando por esa\nCibdad, acord\u00e9 despues de le\u00edda enviarla \u00e1 su Se\u00f1or\u00eda, pues vos no la\nenviastes. Pidoos de merced, si en algun tiempo supieredes quien es\naquel encubierto que la fizo, le dedes esta respuesta que le fago.\nEncubierto amigo: V\u00ed la carta que enviastes \u00e1 mi se\u00f1or el Cardenal, por\nla qual injuriais \u00e1 m\u00ed, \u00e9 avisais \u00e1 \u00e9l de los yerros que os parecieron\nen una mi Letra que envie \u00e1 su Se\u00f1or\u00eda sobre la materia de los Hereges\nde Sevilla: \u00e9 quanto toca \u00e1 mis injurias, si dec\u00eds verdad, yo me\nenmendar\u00e9; si no la dec\u00eds, enmendaos vos. Pero como quier que ello sea,\nsi \u00e1 vos no plugo guardar la doctrina Evang\u00e9lica en el injuriar, \u00e1 m\u00ed\nplace de la guardar en el perdonar: \u00e9 para aqu\u00ed, \u00e9 para delante aquel\nque mand\u00f3 perdonar las injurias os perdono, y en tal manera perdonado,\nque ni me queda escr\u00fapulo ni rancor contra vos; porque entiendo que\naquel que busca venganza, primero se atormenta que venga, \u00e9 recibe tal\nalteracion, que pena el cuerpo, \u00e9 no gana el \u00e1nima. E por esto aquel\nRedentor \u00e9 verdadero F\u00edsico nuestro tan bien nos di\u00f3 doctrina saludable\n\u00e1 los cuerpos como \u00e1 las \u00e1nimas quando nos mand\u00f3 perdonar \u00e1 nuestros\nabofeteadores, segun yo perdono \u00e1 vos por la presente las bofetadas que\nme dais: all\u00e1 os lo aved con Dios, que reserv\u00f3 para s\u00ed la jurisdiccion\nde la vindicta. Se\u00f1or encubierto, \u00f3 vos fablais bien en vuestra Letra,\n\u00f3 mal: si mal, \u00bfpor qu\u00e9 la escreb\u00eds? \u00e9 si bien, \u00bfpor qu\u00e9 os encubr\u00eds,\ncomo sea verdad que todo Cat\u00f3lico Christiano segun que os mostrais,\nno debe encubrir su doctrina, \u00e9 mucho menos su persona? E vos me\nparesce que faceis lo contrario, encubr\u00eds vuestra persona, \u00e9 publicais\nvuestras injurias, las quales debrian ser reprehension secreta, como\ndice Cris\u00f3stomo sobre Mat\u00e9o, \u00e9 no injuria p\u00fablica, como prohibe Christo\nen el Evangelio. Reprehendeisme de las cosas contenidas en la Letra\nque envi\u00e9 \u00e1 mi se\u00f1or el Cardenal: \u00e9 si ella \u00f3 yo fueramos dignos de\nreprehension \u00bfqui\u00e9n mas ni mejor la pudiera, \u00e9 aun debiera recusar,\nque el mesmo Cardenal \u00e1 quien mi Carta se dirigia, por ser uno de los\nquiciales sobre que se rodea la Iglesia de Dios? Pero sin dubda, ni en\npresencia, ni por Letra la reprehendi\u00f3 \u00e9l, ni otros Letrados que la\nvieron; porque son palabras de Sant Agustin, Ep\u00edstola ciento \u00e9 quarenta\n\u00e9 nueve, sobre el paragrafo de los Hereges Donatistas. Si aquellas\npalabras fallais ser reprehensibles, avedlo all\u00e1 con Sant Agustin que\nlas dixo, y dexad \u00e1 mi que las alego. Otros\u00ed parece que en el principio\nde vuestra Letra me acusais del pecado de vanagloria, porque dixe que\nesperaba su Se\u00f1or\u00eda mi Letra: y deste pecado por cierto entiendo que no\nme podeis emendar; porque su Se\u00f1or\u00eda, \u00e9 otros Se\u00f1ores \u00e9 doctos hombres\nme han escrito, \u00e9 de continuo escriben mandandome que les escriba, y\nes por fuerza facer lo que mandan: faced vos cesar su mando, \u00e9 avreis\ncastigado mi vanagloria. Reprehendeisme asimismo de albardan porque\nescribo algunas veces cosas jocosas; \u00e9 ciertamente, Se\u00f1or encubierto,\nvos dec\u00eds verdad; pero yo v\u00ed \u00e1 aquellos nobles \u00e9 magn\u00edficos varones\nMarques de Santillana D. I\u00f1igo Lopez de Mendoza, \u00e9 Don Diego Hurtado\nde Mendoza su fijo Duque del Infantazgo, \u00e9 \u00e1 Fernan Perez de Guzman\nSe\u00f1or de Batres, \u00e9 \u00e1 otros notables varones escrebir mensageras de\nmucha doctrina, interponiendo en ellas algunas cosas de burlas que\ndaban sal \u00e1 las veras. Leed si os place las Ep\u00edstolas familiares de\nTulio que enviaba \u00e1 Marco Marcelo, \u00e9 \u00e1 Elio Lucio, \u00e9 \u00e1 Ticio, \u00e9 \u00e1 Lelio\nValerio, \u00e9 \u00e1 Curion, \u00e9 \u00e1 otros muchos, \u00e9 fallareis interpuestas asaz\nburlas en las veras: \u00e9 aun Plat\u00f3n \u00e9 Terencio no me paresce que son\nreprehendidos porque interpusieron cosas jocosas en su escriptura. No\ncreais que traygo yo este exemplo porque presuma compararme \u00e1 ninguno\ndestos; pero ellos para quien eran, \u00e9 yo para quien s\u00f3, \u00bfpor qu\u00e9 no me\ndexareis vos, Acusador amigo, albardanear lo que supiere sin injuria\nde ninguno, pues dello me fallo bien, \u00e9 vos no mal? Con todo eso os\ndigo, que si vos, se\u00f1or Encubierto, fallardes que jam\u00e1s escribiese un\nrenglon de burlas d\u00f3 no oviese catorce de veras, quiero yo quedar por\nel albardan que vos me juzgais. Asimismo dec\u00eds: que mi Carta dice que\nyerran los Inquisidores de Sevilla en lo que facen, \u00e9 que se seguiria\nque la Reyna nuestra Se\u00f1ora avria errado en gelo cometer. Yo por cierto\nno escreb\u00ed Carta que tal cosa dixese, \u00e9 me paresce conozco tanto della\nque no dir\u00e1 lo que no le mand\u00e9: porque ni yo digo que ellos yerran en\nsu oficio, ni la Reyna en su comision, aunque posible seria su Alteza\naver errado en gelo cometer, \u00e9 aun ellos en el proceder; \u00e9 lo uno \u00e9 lo\notro no por malas intenciones suyas, mas por da\u00f1adas informaciones\nagenas. Bueno era por cierto \u00e9 discreto el Rey Don Juan, de gloriosa\nmemoria; pero pensando que facia bien cometi\u00f3 esa Cibdad de Toledo \u00e1\nPero Sarmiento que gela guardase, el qual pervertido de malos hombres\ndella, rebel\u00f3 contra \u00e9l, y le tir\u00f3 el T\u00edtulo Real, \u00e9 aun tir\u00f3 piedras \u00e1\nsu tienda. La Reyna nuestra Se\u00f1ora bien pens\u00f3 que facia quando confi\u00f3\nla Fortaleza de Nodar \u00e1 Martin de Sepulveda; pero alz\u00f3se con ella, \u00e9\nvendi\u00f3la al Rey de Portogal. As\u00ed que, se\u00f1or Emendador, no es maravilla\nque su Alteza haya errado en la comision que fizo, pensando que cometia\nbien, y ellos en los procesos, pensando que no se informan mal; aunque\nni yo dixe, ni agora afirmo cosa ninguna destas. A las otras cosas que\ntocais de la Sacra Escriptura no os respondo, porque no s\u00e9 quien sois:\naclaraos, \u00e9 satisfaceros he quanto pudiere, \u00e9 aun daros he \u00e1 entender\nclaro como pecais en el pecado de la mentira por me macular del pecado\nde la hereg\u00eda.\n _Para Don Gabriel de Mendoza._[48]\n [48] _Falta en la primera ediccion._\nNoble Se\u00f1or: Si yo supiera el fruto tan grande que de vuestra absencia\ndesta tierra en ese Estudio aveis conseguido, mayor precio os dem\u00e1ndara\ndel que os demand\u00e9 por ganaros la licencia que os ove de mi se\u00f1or el\nCardenal vuestro tio. Pero, Se\u00f1or, mejor proporcionastes vos por cierto\nvuestra manda con vuestra nobleza, que yo mi demanda con mi cobdicia;\nporque si vos membrais, yo os demand\u00e9 un melon, \u00e9 vos, Se\u00f1or, me\nofrecistes una mula: d\u00f3 se demostr\u00f3 en la demanda mi poca cobdicia,\ny en la manda vuestra gran nobleza. Agora, Se\u00f1or, quiero faceros mas\nvarata aquella demanda: porque de todo mi trabajo no quiero otra cosa\nde Vra. merced, salvo que fagais lo que escribi\u00f3 Tulio en una Ep\u00edstola\nfamiliar \u00e1 Curion: _Ut sic ac nos conformatus revertare, ut quam\nexpectationem tui concitasti, hanc sustinere ac tueri possis &c. Hoc\nenim, nobilissime Domine, facile consequi posses, etiam & augere_, si\nficieredes lo que el mismo Tulio escribe \u00e1 su fijo en el pr\u00f3logo de los\nOficios, lo qual os pido de merced que leais sin\u00f3 es le\u00eddo, \u00e9 fagais\nsin\u00f3 es fecho: aunque no creo yo, Se\u00f1or, que para esto hayais menester\npersuasion mia ni de otro, pues aquella vuestra natural inclinacion,\nque con tan ferviente deseo all\u00e1 os llev\u00f3, es de creer que faga su\noficio de tal manera, que dedes vos \u00e1 otros mejor exemplo de doctrina,\nque ninguno lo puede d\u00e1r \u00e1 vos para la sciencia. _Et de hoc satis.\nValete._\n [49] _Falta en la primera ediccion._\nMuy amada Fija: Pocas palabras te fabl\u00e9 desde que nasciste fasta\nque complida la edad de doce a\u00f1os escogiste ser consagrada para la\nbienaventuranza venidera; \u00e9 porque soy tenudo como pr\u00f3ximo, \u00e9 deudor\ncomo padre, no por premia que me fuerza, mas por caridad que me obliga\nhe tenido cuidado de te pagar lo que es razon de te fablar; porque\nmayor es el pensamiento que el buen pagador tiene para pagar, que\npremia le puede facer el acreedor para ser pagado. Verdad es, Fija,\nque la hora que yo \u00e9 tu madre te vimos apartar de nosotros, y encerrar\nen ese encerramiento, se nos conmovieron las entra\u00f1as, sintiendo aquel\npungimiento que la carne suele d\u00e1r al esp\u00edritu. Pero despues que la\nrazon usando de su oficio nos fizo pensar como en esa angostura de\ntemplo gozas de la anchura de para\u00edso, estonces nos esforzamos \u00e1 vencer\nla tentacion de la carne, \u00e9 gozamos de la clara victoria que suele\ngozar el \u00e1nima. Leese de S\u00f3crates que en la pared de sus escuelas av\u00eda\nescrito dos versos: el uno decia: Si vencidos de la torpe tentacion os\ndeleytardes en cosa fea, el deleyte ser\u00e1 momentaneo, \u00e9 la m\u00e1cula de\nla vileza os acusar\u00e1 para siempre. El otro dec\u00eda: Si sintierdes pena\nen el combate de la tentacion carnal, el trabajo del combate durar\u00e1\npoco, \u00e9 la gloria del vencimiento durar\u00e1 mucho. Y cierto debemos creer\nque Dios d\u00e9 gracia para vencer al que tiene osad\u00eda para resistir: \u00e9\npara este vencimiento grande aparejo por cierto es el sacudir los malos\npensamientos, tambien los que engendran molleza de la carne, como los\nque nos traen \u00e1 odio del proximo. El Sabio dice, que las imaginaciones\nmalas nos apartan de Dios. Hallar\u00e1s, amada Fija, que del mismo S\u00f3crates\ndice Valerio M\u00e1ximo estas palabras: S\u00f3crates, casi en oraculo de divina\nsabidur\u00eda, ninguna cosa mandaba que pidiesemos al Dios inmortal, sin\u00f3\nque nos diese bien. E no fallaba este Fil\u00f3sofo que debia ser en nuestro\narbitrio la eleccion del bien que pidiesemos; porque muchos procuraron\nriquezas que los traxeron \u00e1 la muerte: otros, decia \u00e9l, que con gran\ndiligencia procuraron oficios que los traxeron \u00e1 perdicion: otros ovo\nque procuraron casamientos, pensando por ellos aver bienaventuranza,\n\u00e9 fueron causa de su pobreza \u00e9 deshonra. As\u00ed que determinaba aquel\nFil\u00f3sofo, que la eleccion del bien que deseamos debiamos remitir\nal dador de los bienes, porque aquel que los av\u00eda de d\u00e1r los sabria\nescoger. En el Evangelio de Sant Mat\u00e9o dice, que Dios nuestro Padre\nsabe lo que nos es necesario antes que lo pidamos: \u00e9 sin dubda es\nde creer que el facedor de los vasos sabe quanto caben, \u00e9 \u00e1 cada\nuno d\u00e1 seg\u00fan su medida: \u00e9 si alguno enga\u00f1ado de aficion toma oficio\nageno de su habilidad, el elector \u00e9 lo elegido vemos que se pierde.\nSant Agustin en el libro de la Cibdad de Dios dice, que as\u00ed como no\nprocede de la carne lo que \u00e1 la carne face vivir, bien as\u00ed no procede\ndel hombre, mas sobre el hombre es lo que al hombre face bien vivir.\nEsto considerado damos gracias \u00e1 aquel verdadero escogedor que te di\u00f3\ngracia para elegir aquello \u00e1 que desde tu ni\u00f1ez te vimos inclinada,\nporque puedas bien vivir en esta, \u00e9 ir \u00e1 muy buen lugar en la otra\nvida. Y pues por la gracia de nuestro Redentor has fecho profesion en\nla santa Religion que escogiste, verdad es que yo no puedo saber como\nte v\u00e1 all\u00e1; pero qui\u00e9rote decir como te fuera ac\u00e1 si esta otra vida\nescogieras. Lo primero que te convenia facer era entrar en la orden del\nmatrimonio, la qual orden\u00f3 Dios, y es por cierto santa \u00e9 buena \u00e1 los\nque en ella bien se conservan; pero no entiendas que en buscar marido\n\u00e1 la fija, ni aun despues de fallado sea peque\u00f1o cuidado \u00e1 los padres\n\u00e9 \u00e1 la fija. E dexando agora de decir los enojos \u00e9 desabrimientos\nque \u00e1 las veces en esto se sienten, Sant Agustin en el libro de la\nCibdad de Dios pinta este mundo segun aqui ver\u00e1s: El hombre, dice \u00e9l,\nno puede estar sin trabajo, sin dolor \u00e9 sin temor. \u00bfQu\u00e9 dir\u00e9mos del\namor de tan vanas y empescibles cosas, \u00e9 de los cuidados que muerden?\n\u00bflas perturbaciones, las tristezas, los miedos, los locos gozos, las\ndiscordias, las lides, las guerras \u00e9 asechanzas, iras, enemistades,\nmentiras, lisonjas, enga\u00f1os, hurto, rapi\u00f1a, porfia, sobervia, ambicion,\nenvidias, homecidios, muertes de padres, crueldades, asperezas,\nmaldades, luxuria, osad\u00eda, desverg\u00fcenza, vilezas, fornicaciones,\nmenguas, pobrezas, adulterios de todas maneras, \u00e9 otras suciedades que\ndecirse es cosa torpe, sacrilegios, hereg\u00edas, perjuros, opresiones de\nlos inocentes, calumnias, rod\u00e9os, prevaricaciones, falsos testimonios,\niniquos juicios, fuerzas, ladronicios, \u00e9 otras cosas semejantes que no\nme vienen \u00e1 la memoria, pero no se apartan desta vida? y ciertamente\nestas cosas son de los malos hombres, procedientes de aquella ra\u00edz del\nerror y perverso amor, con el qual todo fijo de Adan es nascido &c.\nOtros\u00ed dice \u00bfque quien es aquel que no conosce como el hombre viene en\nesta vida con ignorancia de verdad, la qual se manifiesta en \u00e9l quando\nni\u00f1o? \u00bf\u00e9 con abundancia de vana cobdicia, mostrada en \u00e9l quando mozo?\nde manera que si le dexasen vivir como quiere, cometeria todas \u00f3 muchas\nde las maldades \u00e9 perversidades que arriba dice, \u00e9 otras que decir no\npuede. Asimesmo dice \u00bfque para que son los miedos falsos que ponemos \u00e1\nlos ni\u00f1os, \u00e9 para que son los azotes \u00e9 palmatoriadas \u00e1 los mozos, \u00f3 el\ncetro de la justicia que est\u00e1 enhiesto para contra los malos, sin\u00f3 para\nlos temorizar \u00e9 refrenar la maldad \u00e1 que la natura humana nos inclina?\nDice mas adelante \u00bfQu\u00e9 es esto, que con trabajo tenemos memoria, \u00e9\nsin trabajo la perdemos? \u00bfcon el trabajo aprendemos, \u00e9 sin trabajo no\nsabemos? \u00bfcon el trabajo somos fuertes, \u00e9 sin trabajo somos sin arte?\n\u00bfQu\u00e9 dir\u00e9, dice \u00e9l de los trabajos innumerables con que el cuerpo\nterrece? \u00bfconviene \u00e1 saber, con fervores, con frios, tempestades,\nlluvias, rel\u00e1mpagos, truenos, granizos, rayos, terremotos, ca\u00eddas por\nofension \u00e9 por temor, \u00f3 por malicias de hombres \u00e9 de bestias, \u00f3 por\nvenenos nascidos en los frutos y en las aguas y en los ayres, \u00f3 de los\nmordimientos de bestias rabiosas, tambien de las que son domesticas,\nlas quales algunas veces son mas temidas que los leones \u00e9 los dragones?\n\u00bfQu\u00e1ntos son los males que pasan los navegantes \u00e9 los que andan camino?\n\u00bfQui\u00e9n es el que anda que no est\u00e9 obligado d\u00f3 quier que anduviere \u00e1 los\ncasos inopinados? &c.[50] De todo lo qual, \u00f3 de parte alguna de lo que\naqui pone, no creas amada Fija, que ninguno de los que ac\u00e1 andamos\nse puede escusar por vigilante \u00f3 cauto que sea: porque el Sabio en\nsus Proverbios dice, que si el justo es tentado en la tierra \u00bfqu\u00e1nto\nmas lo ser\u00e1n los iniquos \u00e9 pecadores? E por tanto debes dar gracias \u00e1\nnuestro Redentor porque te di\u00f3 gracia para que dexada la solicitud que\ntenia Marta, tomases la parte mejor que escogi\u00f3 Maria, la qual te face\nlibre de ver \u00e9 sentir estas tribulaciones. Un Religioso Carmelita de\nsanta vida, cuya mocedad av\u00eda sido envuelta en las cosas del mundo,\nme dixo en Par\u00eds, que sin\u00f3 pec\u00e1ra, no aborresciera tanto los pecados,\nni am\u00e1ra tanto las virtudes; ni oviera verdadero conoscimiento para\ngozarse con el reposo de la Religion, sino conosciendo la inquietud\n\u00e9 turbaciones que tubo fuera della. El Libro de la Sabidur\u00eda dice,\nque la Religion guarda \u00e9 justifica, \u00e9 d\u00e1 alegr\u00eda de corazon. E no te\nenga\u00f1e el pensamiento de como fuiste criada para ver el mundo, y en\nese encerramiento no le puedes ver; porque en verdad, Fija, si tu le\nvieses, verias una ruin cosa, \u00e9 llena de todas aquellas cosas que\narriba pone Sant Agustin, las quales no querriamos ver, ni mucho menos\nsentir los que las vemos \u00e9 sentimos. E pu\u00e9dote bien certificar, que si\nel mozo tuviese la experiencia que tiene el viejo, si seso tuviese,\nhuiria del mundo \u00e9 de las cosas d\u00e9l; pero la mocedad lozana, ignorante\nde s\u00ed misma, tiene tan fuertes los combates de la carne, que no los\npudiendo resistir, es enlazada \u00e9 metida en tales necesidades, que no\npuede quando quiere salir dellas. E porque tu entendimiento lo vea\nmejor, qui\u00e9rote decir, que de los que estais en Religion, \u00e1 los que\nestamos en el mundo, hago yo por comparacion como de los que miran los\ntoros de talanquera, \u00e1 los que andan corriendo por el coso. Los que\nandan en el coso verdad es que tienen una que parece libertad para ir\nd\u00f3 quieren, \u00e9 mudar lugares \u00e1 su voluntad; pero dellos caen, dellos\nestropiezan; otros huyen sin causa, porque v\u00e1 tras ellos el miedo, \u00e9 no\nel toro: otros est\u00e1n siempre en movimiento para acometer \u00f3 para fuir;\notros se encuentran \u00e9 se da\u00f1an; y el que v\u00e1 \u00e1 tirar al toro la frecha\nno sabr\u00e1 decir qu\u00e9 razon le lleva con tanta diligencia \u00e9 peligro \u00e1\nfacer mal \u00e1 quien no gelo face: \u00e9 as\u00ed veo que todos andan vagando\nsin t\u00e9rmino \u00e9 sin sabidur\u00eda de lo que les acaesce \u00e9 puede acaescer,\nllenos de miedo rezelando su ca\u00edda, y llenos de placer mirando la de\nlos otros. Los que miran de talanquera verdad es que no tienen aquella\nlibertad que los del coso tienen para andar por d\u00f3 quieren; pero est\u00e1n\nseguros de los peligros, estropiezos \u00e9 turbaciones que ven padescer\n\u00e1 los que andan por el coso: de los quales si bien fueses informada,\ndigote que darias dobladas gracias al que te subi\u00f3 en esa talanquera,\ndonde tienes quitadas aquellas ocasiones de pecar de que ac\u00e1 estarias\nrodeada, de las quales, \u00f3 de alguna dellas te ser\u00eda dificile escapar\nsi anduvieses en el coso que ac\u00e1 andamos; porque si vencieses la\nsobervia, encontrarias con la ira; \u00e9 si la ira vencieses, vencerte ia\nla cobdicia, \u00e9 si la cobdicia templases, quiz\u00e1 te guerrearia la acidia,\n\u00e9 te venceria la gula, \u00e9 si templases la gula, no podrias vencer la\nenvidia, \u00e9 atropellarte ian las feas tentaciones de la luxuria. Mira,\nver\u00e1s quien se podr\u00e1 defender de tantos \u00e9 tan fuertes combates como de\ncontinuo nos face el diablo, del qual canta la Iglesia, que como leon\nbramante nos rod\u00e9a, buscando \u00e1 quien trague; en especial considerando\nla flaqueza de nuestra humanidad: de la qual dice Job: Ni mi fortaleza\nes fortaleza de piedra, ni menos mi carne es fecha de fierro, para que\npudiese sufrir el combate de tantas tentaciones. E no nos maravillemos\nde ser tentados de los pecados, quando nuestro Redentor fu\u00e9 tentado del\ndiablo. E Sant Pablo en una Ep\u00edstola \u00e1 Tito dice, que algunas veces fu\u00e9\nignorante, incr\u00e9dulo, errante, servidor de deseos \u00e9 deleytes varios\ncon malicia, con envidia, aborrescible \u00e9 aborrescido. Verdad es que en\nalguna manera debemos ser alegres en aver se\u00eddo pecadores; porque \u00e1\nlas veces ganamos mas en la penitencia que facemos, que perdimos en el\npecado que cometimos: lo qual vemos en el mismo Sant Pablo y en Sant\nPedro, y en la Magdalena y en otros muchos, \u00e1 quien la gran contricion\nque ovieron de los pecados que cometieron los truxo al excelente grado\nde gloria que tienen. E por cierto, amada Fija, si otro combate no\ntuviesemos, salvo el de la cobdicia, nos ser\u00eda asaz grave de sofrir,\nconsiderando las muertes, \u00e9 otros da\u00f1os que della se siguen. E qui\u00e9rote\ntraer aqui \u00e1 prop\u00f3sito una fablilla que acaesci\u00f3 \u00e1 un raposo con un\nasno. Segun cuenta esta patra\u00f1a, el leon, que es Rey de los animales,\nquiso facer cortes, \u00e1 las quales concurrieron los principales animales:\n\u00e9 dice, que como este Rey leon tenia \u00f3 debia tener la condicion noble,\n\u00e9 las orejas simplicisimas, cre\u00eda todo lo que los otros animales\nprincipales le decian. El raposo que era artero, le decia: \u00a1\u00f3 Rey! mal\nlo miras si todo quanto te dicen crees; porque muchos vienen \u00e1 t\u00ed,\ndellos con mentiras coloradas, dellos con malicias que tienen imagen\nde bondad; otros facen su fecho mostrando que facen el tuyo: y has de\ncreer que estos grandes animales desean tener libertad, \u00e9 sacudir de\ns\u00ed el yugo de tu subjecion, y aver de tu patrimonio para facer \u00e1 ellos\npoderosos, \u00e9 \u00e1 t\u00ed flaco, porque no los puedas castigar, \u00e9 pierdas tu\nautoridad; la qual perd\u00edda, no ser\u00e1s obedescido, \u00e9 tu justicia se\nenflaquescer\u00e1, \u00e9 los delictos creceran, \u00e9 tu reyno se perder\u00e1. Para\nmientes que los oficios mas veces se conservan con las virtudes, que\nlas virtudes se ganan con los oficios. Necesario has buen seso para\nsentir, \u00e9 buen consejo para discernir, \u00e9 buen esfuerzo para executar.\nEl raposo por el lugar que mediante estos avisos tenia con el Rey era\nenvidiado: los animales mayores, ca\u00eddos del grado que pensaban merescer\ncerca del Rey, porque el raposo les era peligroso, buscaron como le\napartar de la oreja del leon, \u00e9 propusieron ante \u00e9l, que la principal\ncosa en que se debia entender era en su salud: \u00e9 porque esta no se\npodia alcanzar salvo con seso \u00e9 corazon de asno, el raposo, que era\ndiscreto \u00e9 diligente, debia ir por \u00e9l. El raposo conosciendo que lo\napartaban del leon, le dixo: mira que estos mas lo facen por apartar \u00e1\nm\u00ed, que por servir \u00e1 t\u00ed. El leon, visto que todos los grandes animales\nconformaban, fu\u00e9 constre\u00f1ido \u00e1 lo enviar. El raposo yendo en su camino\nfall\u00f3 un asno pasciendo en un prado, \u00e9 dixole; \u00bft\u00fa por qu\u00e9 no v\u00e1s \u00e1\nla corte donde van todos los animales? El asno le respondi\u00f3: porque\npaso aqui mi vida lo mejor que puedo, y no s\u00e9 qu\u00e9 cosa es corte, ni lo\nquiero saber. Respondi\u00f3 el raposo: no saber es mal, \u00e9 no querer saber\nes peor. \u00bfPor qu\u00e9 rehusas de ir d\u00f3 se avisan los animales, d\u00f3 alcanzan\nfama, donde la gracia \u00e9 la dicha de cada uno ha lugar de se emplear en\ngrandes cosas, \u00e9 aver grandes bienes? Respondi\u00f3 el asno: no tengo uso\npara entre tal gente. Dixo el raposo: el mayor trabajo es principiar,\n\u00e9 la pl\u00e1tica te har\u00e1 maestro. El asno, vencido de cobdicia, dex\u00f3 su\nabrigo, \u00e9 va en compa\u00f1ia del raposo: \u00e9 como llegasen \u00e1 un lugar, el\nasno quiso holgar, y el raposo le dixo: si quieres ser rico \u00e9 honrado\nhas de ser verdadero \u00e9 diligente, porque el perezoso holgando, pena\ndeseando. El asno, remitido \u00e1 la gobernacion del raposo, lleg\u00f3 \u00e1 la\ncorte, donde vi\u00f3 la presencia espantable del leon, \u00e9 vido la grandeza\nde los otros animales, \u00e9 cobdici\u00f3 ser como uno dellos. El leon fizole\ngracioso rescibimiento; \u00e9 \u00e1 pocos dias, como pens\u00f3 de le matar, mud\u00f3\nla voluntad buena, \u00e9 comenz\u00f3le \u00e1 mostrar la cara feroz. El asno, visto\nque el Rey no le miraba como solia, volvi\u00f3 las espaldas, \u00e9 torn\u00f3se \u00e1 su\nprado. El raposo acus\u00f3 al leon, dixole: quando tuvieredes indignacion,\n\u00e9 acordares prender \u00e1 alguno, juntamente ha de ser la indignacion con\nla execucion; sin\u00f3 nacerte ha tal esc\u00e1ndalo, que ser\u00e1s deservido. El\nleon, conoscida su mengua, le rog\u00f3 que tornase por el asno. El raposo,\npor encargar al Rey con sus servicios, fu\u00e9 al asno, \u00e9 pregunt\u00f3le por\nqu\u00e9 se av\u00eda venido. El asno le respondi\u00f3: anda, vete, amigo, con tu\ncorte; no querria el placer de su favor, por la tristeza que sent\u00ed\nen el disfavor. Dixo el raposo: \u00a1c\u00f3mo eres ignorante! sabete que en\nlas cortes con el favor no te conoscer\u00e1s, \u00e9 con el disfavor no te\nconoscer\u00e1n. Dixo el asno: no tengo ninguno de mi linage que me honre\nni ayude. Respondi\u00f3 el raposo: ser\u00e1s t\u00fa el primero que avr\u00e1s la gloria\nde los que despiertan memoria \u00e1 los de su sangre. El asno, metido en\nla cobdicia, acord\u00f3 de volver con el raposo, \u00e9 dixole: yo quiero\ntornar; mas sin\u00f3 lo fallo como quiero, no me fallar\u00e1 como quiere. El\nleon, despues de algunos dias, quiso echar las u\u00f1as al asno, \u00e9 no\npudo. El asno, como lo sospech\u00f3, huy\u00f3, \u00e9 torn\u00f3 \u00e1 su lugar. El raposo,\nvisto como av\u00eda perdido su trabajo, reprehendi\u00f3 la negligencia del\nRey, \u00e9 comenz\u00f3le \u00e1 recontar los trabajos que av\u00eda pasado en traer dos\nveces al asno. El leon le dixo \u00bfquieres que te diga? si alcanzamos el\nfin, relucen los trabajos; \u00e9 sin\u00f3 han efecto, no esperes gualardon,\nporque el fin de la cosa se mira mas que los medios. El raposo por no\nperder lo servido torn\u00f3 por el asno, \u00e9 dixole: maravillome estando\nen el dulzor de subir \u00e1 poderoso dexarlo, \u00e9 venirte. Cata que ser\ncriado entre nobles, y escoger vida entre r\u00fasticos no procede de buen\ningenio. Respondi\u00f3le el asno: si me castigas con rigor, antes me har\u00e1s\ntu enemigo que tu corregido, \u00e9 primero ganar\u00e1s enemistad para t\u00ed, que\nemienda para m\u00ed. Respondi\u00f3 el raposo: nescio eres si miras en la forma\ndel corregir, \u00e9 no en la manera de tu emendar. El asno le respondi\u00f3:\nd\u00edgote que esta vida es tan corta, que antes nos morimos que nos\nemendemos; \u00e9 por tanto te ruego que dexes de emendarme y cures de\nproveerme. S\u00e1bete que me vine porque quisiera yo luego algun oficio\npara poder cargar \u00e1 otros, como otros cargan \u00e1 m\u00ed. Respondi\u00f3 el raposo:\nsi t\u00fa quieres oficio ageno de tu natural, perder\u00e1s \u00e1 t\u00ed \u00e9 al oficio.\nDixo el asno: tambien sospech\u00e9 que el leon me queria prender \u00f3 matar.\nDixo el raposo: tu absencia te condena, aunque seas limpio de crimen.\nAnd\u00e1 ac\u00e1 conmigo, dixo el raposo, \u00e9 tu presencia quitar\u00e1 la sospecha;\nporque los miedos vanos nunca los concibi\u00f3 buen seso. Dixo el asno: no\nquerria est\u00e1r en lugar d\u00f3 he de facer cara contraria \u00e1 mi voluntad,\n\u00e9 d\u00f3 peno deseando que me den, \u00e9 rezelando que me quiten. Dixo el\nraposo: \u00bf\u00e9 d\u00f3 estar\u00e1s que no penes con eso? Dixo el asno: bien estaba\naqui, donde huelgo mas, \u00e9 peco menos. Pero anda, all\u00e1 vamos: bien veo\nque si al principio no te creyera quando despertaste mi cobdicia, no\nfuera metido en necesidad forzosa, como al comienzo fu\u00e9 voluntaria.\nEntrados en la corte, el leon ech\u00f3 las u\u00f1as en el asno, \u00e9 mand\u00f3 al\nraposo que truxese los sesos y el corazon. El raposo vistos los sesos y\nel corazon del asno, comi\u00f3los, \u00e9 dixo al leon que no le habia fallado\nningun seso ni corazon. El leon maravillado como podia ser animal sin\nseso \u00e9 sin corazon, respondi\u00f3 el raposo: creer debes cierto, se\u00f1or,\nque si este animal tuviera seso \u00e9 corazon no le truxera la cobdicia\ntres veces \u00e1 la corte, donde perdi\u00f3 la vida por ganar hacienda. Muy\namada Fija: este exemplo te he trahido, en el qual ver\u00e1s all\u00e1 todo lo\nen que andamos ac\u00e1. E puedes creer que non digo muchos, mas infinito\nes el n\u00famero de los que tenemos tan poco seso \u00e9 corazon como el asno;\nporque teniendo suficiente prove\u00edmiento, no dexamos de cometernos \u00e1\nlos vayvenes de la fortuna, \u00e9 vamos tres \u00e9 mas veces donde los enga\u00f1os\ndel raposo nos llevan. Otros hay que no se mueven por necesidad que\nayan \u00e1 las cosas, sin\u00f3 porque ven mover sus vecinos \u00e1 ellas. Otros\nveo que dexados los oficios que tienen \u00fatiles \u00e1 la vida, se meten,\n\u00e1 fin de holgar, en negocios impropios \u00e1 su habilidad, \u00e9 da\u00f1osos \u00e1\nellos, \u00e9 \u00e1 la comun utilidad de todos, donde proceden los males que\nacontescieron al asno, \u00e9 los que arriba dice Sant Agustin. E si me\ndixeres que est\u00e1s a\u00ed encerrada, d\u00edgote que as\u00ed lo est\u00e1n ac\u00e1 las buenas.\nE si sientes est\u00e1r subjecta, as\u00ed lo mand\u00f3 Dios que lo fuesen todos. Si\nno gozas con la compa\u00f1ia del marido, as\u00ed est\u00e1s libre de los dolores\ndel parto. Si no gozas con la generacion de los fijos: tampoco te\natormentan sus muertes \u00e9 sus cuidados. Si caresces de servidores, as\u00ed\nest\u00e1s libre de buscar lo necesario para los proveer. Si te holg\u00e1ras con\ntus iguales, asimesmo pen\u00e1ras en sufrir la envidia de tus desiguales.\nY en conclusion, si no puedes decir ni facer lo que quieres, as\u00ed est\u00e1s\nlibre que no te digan ni te fagan ac\u00e1 lo que no quieres; \u00e9 de los\notros infinitos males que arriba dice Sant Agustin. Nota bien, amada\nFija, que el sabio Salom\u00f3n dice, que el prudente se esconde quando v\u00e9\nel mal, y el loco pasa, \u00e9 padesce infortunio. Y en el Psalmo treinta\nque comienza: _In te Domine speravi_ se dicen estos versos: \u00a1O quan\ngrande es la muchedumbre de la dulzura tuya, Se\u00f1or, que escondiste \u00e1\nlos que te temen! esconderlos has de las tribulaciones de los hombres\nen el escondimiento de tu cara: defenderlos has en tu tabern\u00e1culo de\nla contradicion de las lenguas. E porque t\u00fa por la gracia del muy\nalto Dios est\u00e1s en ese tabern\u00e1culo divinal escondida de todas estas\ncontradiciones, \u00e9 gozas de aquella corona preciosa de virginidad de\nque gozan las virgenes en el para\u00edso, resta agora decirte que tengas\nante tus ojos quatro cosas. La primera, te encomiendo siempre tengas\n\u00e9 creas firmemente la F\u00e9 Cat\u00f3lica de nuestro Salvador \u00e9 Redentor\nJesu-Christo, \u00e9 aquello que la Santa Madre Iglesia suya cree \u00e9 tiene;\nporque ninguno se puede salvar sin f\u00e9, la qual Sant Gregorio dice que\ncaresceria de m\u00e9rito si se creyese por razon. La segunda, te encomiendo\nque seas mansa \u00e9 humilde: \u00e9 para bien mientes que el quinto cap\u00edtulo\ndel Evangelio de Sant Mateo dice, que Nuestro Se\u00f1or en el Monte abri\u00f3\nsu boca \u00e9 dixo: Bienaventurados los pobres de esp\u00edritu. No dixo pobres\nde bienes, ni de oficios, ni de cargos, si bien los ministran; mas\ndice, que como quier que tengamos abundancia destas cosas, no seamos\ncon ellas arrogantes ni vanagloriosos. Item, manda que seamos mansos,\n\u00e9 poseer\u00e9mos la tierra: y esto vemos por experiencia; porque nunca\nv\u00ed sobervio que durase mucho en ella, ni en el amor de las gentes; \u00e9\nvemos que los mansos, \u00e9 de blanda condicion son tan agradables en su\nconversacion, que ganan la gracia de las gentes, \u00e9 alcanzan honras\n\u00e9 bienes. Sant Pedro en una Can\u00f3nica dice, que Dios resiste \u00e1 los\nsobervios, \u00e9 d\u00e1 gracia \u00e1 los humildes. E si algun \u00e9mulo \u00f3 adversario\ntuvieres, no te pese: porque no es siempre malo tener el hombre algun\ncompetidor \u00f3 contrario, porque estonces hallar\u00e1s que es bueno quando\npor miedo de la reprehension de mi \u00e9mulo dexo de facer cosa fea, \u00e9\nquando me refreno de algunos vicios, que no me refrenaria si el miedo\ndel competidor no tuviese presente. Verdad es que vivir hombre sin\nemulacion aquesto es lo mas seguro; pero quando la malicia del tiempo\nlo criare, ningun remedio tenemos mas cierto que vivir tan limpios de\nreprehension que quebremos los ojos al reprehensor. Otros\u00ed debes, Fija,\ntener ante tus ojos una verdadera \u00e9 no fingida obediencia \u00e1 tu mayor. E\nmira bien que dice el Evangelio, que el disc\u00edpulo no ha de ser sobre el\nmaestro, ni el siervo sobre el se\u00f1or. Y el Apostol dice \u00e1 los Romanos,\nque toda \u00e1nima sea s\u00fabdita \u00e1 su mayor, porque todo poder es dado por\nDios, \u00e9 quien resiste \u00e1 su mayor, resiste \u00e1 Dios. E por cierto si bien\nmirado es, mucho mayor cuidado debe ser el mandar, que el obedescer;\nporque aquel que manda ha de trabajar el esp\u00edritu considerando qu\u00e9 es\nlo que manda, \u00e9 \u00e1 quien lo manda, y en qu\u00e9 tiempo, \u00e9 por qu\u00e9, \u00e9 para\nqu\u00e9, \u00e9 todas las otras qualidades que se deben mirar en la governacion:\n\u00e9 si buen governador es, siempre estar\u00e1 en pensamiento si avra \u00f3 no\navra buen fin lo que manda. Sant Gregorio en los Morales dice, que\nqualquier presidente que tiene cargo de ministracion siempre est\u00e1\npuesto en los encubiertos tiros del enemigo; porque quando trabaja\npor proveer las cosas presentes, \u00e1 las veces, no mirando, da\u00f1a las\nfuturas: as\u00ed que el que manda pende de muchas cosas; y el que obedesce\nde sola una. Obedesciendo paga su deuda \u00e9 no tiene de d\u00e1r cuenta si\nes mal mandado: pero darla ha si no es bien obedescido. Y vemos por\nexperiencia que las Casas, las Ordenes, las Cibdades, las Provincias,\nlos Reynos duran \u00e9 relucen con la obediencia, \u00e9 caen \u00e9 se pierden\npor la inobediencia de los rebeldes. E si por ventura algun cargo de\ngovernacion te dieren, por Dios mira que seas en \u00e9l tan vigilante, que\ntu negligencia no acarree mengua: en especial debes mirar que no seas\ntra\u00edda por afeccion de personas. El Evangelio dice: Sabemos, Se\u00f1or,\nque eres verdadero, \u00e9 que no miras la cara de ninguno: mas la via del\nSe\u00f1or muestras con verdad. E as\u00ed como el Psalmo dice que acerca de\nDios no hay acepcion de personas, menos la debe aver acerca de los\ngovernadores; porque alli coxquea la razon del governador, d\u00f3 se mira\nlinage \u00f3 afeccion, \u00e9 no virtudes \u00e9 habilidad. Sant Hier\u00f3nimo en un\nPr\u00f3logo \u00e1 los Romanos \u00e9 \u00e1 los Jud\u00edos que se gloriaban de linage, les\nreprehende diciendoles: En tal manera os gloriais de linage, como si\nlas buenas costumbres no os ficiesen fijos de los Santos, mejor que el\nnascimiento carnal. Y el Boecio de Consolacion dice, que ninguno hay\nde linage[51], salvo aquel que dexada la via de la virtud es maculado\ncon las malas costumbres. La tercera cosa que te encomiendo es que\ntengas caridad, sin la qual ninguno en esta vida puede ser amado, ni\nen la otra bien rescibido. Sant Pablo dice: Si fabl\u00e1re las lenguas\nde los hombres \u00e9 de los Angeles, \u00e9 no tengo caridad, no es otra cosa\nsin\u00f3 una campana que suena. E si tuviere esp\u00edritu de profec\u00eda, \u00e9\ntuviere tal ingenio que sepa todos los misterios \u00e9 toda la sciencia, \u00e9\ntuviere tanta f\u00e9 que pueda traspasar los montes, \u00e9 no tengo caridad,\nno vale nada. E si diere \u00e1 comer toda mi hacienda \u00e1 los pobres, \u00e9 no\ntengo caridad, no aprovecha nada. La caridad es paciente \u00e9 benigna,\nla caridad no es envidiosa, no tiene maldad, no es vanagloriosa ni\nsoberviosa, no es ambiciosa, no busca lo ageno, no piensa mal, no se\ngoza con lo malo, goz\u00e1se con lo verdadero, todo lo sufre, todo lo cree,\n\u00e1 todo sobrepuja, todo lo sostiene. Esto dice Pablo \u00e1 los Corinthios\nen los trece cap\u00edtulos. \u00bfE quieres amada Fija, que te diga qu\u00e9 cosa es\ncaridad? A m\u00ed paresce que es un comovimiento que sienten las entra\u00f1as\ndel caritativo, compadeciendose quando v\u00e9 alguno padescer mengua \u00f3\nangustia, quier de consejo, quier de ayuda \u00f3 de consolacion, \u00f3 de otra\nalguna necesidad. Y el caritativo usa de esta caridad ayudando al\nnecesitado: calla callando sin publicar el ayuda que \u00e9l face, ni la\nmengua que el menguado padesce: y esta caridad se debe usar con todos\nlos hombres: \u00e9 como quier que somos inclinados \u00e1 desamar \u00e1 los buenos\ncomo \u00e1 los malos[52]; pero piadosa cosa es amarlos como \u00e1 hombres,\nporque en lo uno amamos la naturaleza nuestra, y en lo otro desamamos\nla malicia agena. La quarta es rogarte, pues que tienes oficio de orar,\ny est\u00e1s en casa digna para lo facer, que ruegues \u00e1 Dios por m\u00ed \u00e9 por\ntu madre, y en esto nos pagar\u00e1s la deuda que nos debes, como facen las\ncigue\u00f1as, que mantienen sus padres quando envejecen otro tanto tiempo\ncomo ellos mantuvieron \u00e1 los fijos quando eran pollos. E tu, amada\nFija, si cri\u00e1ndote en nuestra casa oviste alguna buena doctrina, debes\npagarnosla en oraciones agora que somos viejos, \u00e9 las avemos menester.\nY cerca de la manera del orar, El\u00edas el Profeta decia, que Dios o\u00eda\npor el fuego: conviene \u00e1 saber por el ardor de la devocion. As\u00ed que la\noracion se debe facer con todo corazon \u00e9 con todo el entendimiento, sin\nnos trasponer quando or\u00e1remos en pensamiento ageno de lo que oramos;\nporque ya v\u00e9s como estar\u00e1 Dios con nosotros para nos o\u00edr, no estando\nnosotros con \u00e9l para le rogar. E por cierto burla paresce fablar, \u00e9\nno tener el pensamiento en lo que fablamos: porque esta tal fabla ni\nnosotros la sabr\u00e9mos decir, ni el que la oye la querr\u00e1 entender, \u00e9\nmucho menos facer. E porque sepas mejor como has de orar, traslad\u00e9 de\nLatin en Romance para te enviar la Oracion Dom\u00ednica del Pater noster\ncon la exposicion que fizo Sant Agustin. Plega \u00e1 Nuestro Se\u00f1or, \u00e9 \u00e1\nla Reyna de los Cielos que te dexe perseverar en su servicio, porque\nal fin ayas santo y entero gualardon, \u00e9 te d\u00e9 gracia para rogar por\nnosotros.\n [50] _De Civitate Dei, lib. 22._\n [51] _As\u00ed en todas las ediciones; parece debe decir_ que ninguno\n hay que no sea de linage salvo...\n [52] _As\u00ed en todas las ediciones; y atendiendo al sentido, parece\n debiera decir_: \u00e9 como quier que somos inclinados \u00e1 desamar \u00e1 los\n malos, como \u00e1 amar \u00e1 los buenos; pero...\n [53] _No tiene ep\u00edgrafe en las ediciones antiguas. Falta en la\n primera edicion._\nSe\u00f1or: Mandais que os escriba mi parescer cerca del casamiento que\nse trata de vuestro sobrino. Ciertamente, Se\u00f1or, las cosas que\nsuelen acaescer en los casamientos son tan varias \u00e9 tanto fuera del\npensamiento de los hombres, que no s\u00e9 quien ose d\u00e1r en ellas su\nparescer determinado, en especial porque si la cosa sucede bien no es\nagradescido el consejo, \u00e9 si acude mal es reprehendido el consejero.\nQuerria, Se\u00f1or, preguntaros \u00bfque parescer puede ninguno dar en los\ncasamientos, quando en los amores que tenia el otro vuestro primo\nvimos el estudio que tenia en el traer, \u00e9 la vigilancia en el servir,\ny que temor av\u00eda de enojar, y que humildad en el rogar, y que deleyte\nen el contemplar, y que diligencia en el visitar, que alegria en el\nfavor, y que tristeza en el disfavor, que obediencia al mandamiento,\ny que alegria en ser mandado, que devocion en el mirar, que placer en\nel amar, que velar, que madrugar, que aventurar, que posponer, que\nsufrir, que acometer, que trabajar, \u00e9 quantas \u00e9 quales penas \u00e9 congojas\ntenia en el continuo pensar, \u00e9 que primores escrebia, \u00e9 que locuras\n\u00e1 las veces decia? Ciertamente, Se\u00f1or, muchas son las variedades que\nse revuelven toda hora en el pecho del enamorado, \u00e9 grandes son las\npenas que le deleytan, \u00e9 grandes son las sospechas que le penan; de las\nquales cosas si sola una ficiese por amor de Dios, como lo face por\namor de su amiga, entiendo que en cuerpo y en \u00e1nima ir\u00eda al para\u00edso. E\nvistes como despues que alcanz\u00f3 por muger la que adoraba por se\u00f1ora,\ndentro en dos a\u00f1os ovo entre ellos tal discordia, que buscaba causa\npara aver divorcio della. E ciertamente, Se\u00f1or, no nos maravillemos\nsi queriendo \u00e9l mandar como marido, fuese \u00e1 ella grave ser tan presto\nsubjecta de aquel que fu\u00e9 algun tiempo se\u00f1ora. Tambien vistes la fuerza\n\u00e9 la manera que fu\u00e9 menester para traer el otro vuestro sobrino \u00e1\nque concluyese el casamiento que fizo; \u00e9 vemos agora como, dexado el\naborrescimiento que primero tenia, poco \u00e1 poco se le converti\u00f3 en un\namor tan ferviente \u00e9 tan loco, que se ha desnudado, no solo del poder\n\u00e9 del entender, mas del querer \u00e9 del saber, y est\u00e1 remitido todo \u00e1 la\nmuger que primero aborrescia; la qual le tiene tan subjecto, que le\nmanda lo que quiere, \u00e9 c\u00f3mo \u00e9 qu\u00e1ndo lo quiere, \u00e9 le aparta quando le\nparesce, \u00e9 le llama quando le place, \u00e9 le defiende, \u00e9 le castiga, \u00e9\nle quita lo que quiere, \u00e9 le d\u00e1 lo que le place: y el mancebo es ya\nvenido en tan grande estrecho de subjecion, que ni osa repugnar lo que\nle manda, ni dexa de facer lo que ella quiere, aunque \u00e9l no lo quiera,\n\u00e9 obedesce el triste como servidor, \u00e9 sufre como siervo. Destos dos\nestremos este diria yo, Se\u00f1or, que se debe fuir, por ser muy ageno\nde todo varon \u00e9 de toda razon; \u00e9 tambien porque face poco en honra\nde la muger tener marido que no vale nada. As\u00ed que, Se\u00f1or, porque la\nprudencia es la que gobierna, \u00e9 no consiente fealdad en las cosas, si\nentendeis que no la hay en alguna de las partes, pues la doncella es\nbuena, \u00e9 fija de buena, concluidlo en hora buena.\n _Para el Obispo de Coria, Dean de Toledo._[54]\n [54] _Vease su Vida en los Claros Varones tit. XXII. Se escribi\u00f3\n esta Ep\u00edstola en Madrid a\u00f1o de 1473. Falta en la primera edicion._\nReverendo Se\u00f1or: Incr\u00e9pame Vra. mrd. porque no escribo nuevas de la\ntierra: ya Se\u00f1or, est\u00f3 cansado de os escribir generalmente algunas\nveces; pero me he asentado con prop\u00f3sito de escrebir particularmente\nlas muertes, robos, quemas, injurias, asonadas, desafios, fuerzas,\njuntamientos de gentes, roturas que cada dia se facen _abundanter_\nen diversas partes del Reyno, \u00e9 son por nuestros pecados de tan mala\ncalidad, \u00e9 tantas en cantidad, que Trogo Pompeo ternia asaz que facer\nen recontar solamente las acaescidas en un mes. Ya Vra. mrd. sabe\nque el Duque de Medina con el Marques de Cadiz, el Conde de Cabra\ncon Don Alfonso de Aguilar tienen cargo de destruir toda aquella\ntierra de Andaluc\u00eda, \u00e9 meter Moros quando alguna parte destas se\nviere en aprieto. Estos siempre tienen entre s\u00ed las discordias vivas\n\u00e9 crudas, \u00e9 crecen con muertes, \u00e9 con robos que se facen unos \u00e1 otros\ncada dia. Agora tienen tregua por tres meses, porque diesen lugar al\nsembrar, que se asolaba toda la tierra, parte por la esterilidad del\na\u00f1o pasado, parte por la guerra que no daba lugar \u00e1 la labranza del\ncampo. Los hermanos del Duque muertos en batalla: los Caballeros\nde una parte \u00e9 de otra todos robados, desterrados, homiciados, y\nenemistados con guerras \u00e9 recuentros cada dia de unos en otros en toda\naquella Andaluc\u00eda, tantos que serian dificiles de contar. Del Reyno de\nMurcia os puedo bien jurar, Se\u00f1or, que tan ageno lo reputamos ya de\nnuestra naturaleza como el Reyno de Navarra; porque carta, mensagero,\nprocurador, ni q\u00fcestor ni viene de all\u00e1, ni v\u00e1 de ac\u00e1 mas ha de cinco\na\u00f1os. La Provincia de Leon tiene cargo de destruir el Clavero, que\nse llama Maestre de Alcantara, con algunos Alcaydes \u00e9 parientes que\nquedaron succesores en la enemistad del Maestre muerto. El Clavero,\nsive Maestre, siempre duerme con la lanza en la mano, veces con cient\nlanzas, veces con seiscientas. El se\u00f1or Maestre de Santiago ayuda \u00e1\nla otra parte: unos dicen que por recobrar \u00e1 Montanches, que es llave\nde toda aquella tierra, y gela tiene el Clavero ocupada; otros dicen\nque por aver el Maestrazgo de Alc\u00e1ntara: baste saber \u00e1 Vra. mrd. que\naquella tierra est\u00e1 toda llena de gente de armas, para saber como\nle debe ir. Deste nuestro Reyno de Toledo tienen cargo Pedrar\u00edas,\nel Mariscal Fernando, Christoval Bermudez, Vasco de Contreras.\nLevantanse agora otros mayores, _scilicet_ el Conde de Fuensalida,\nConde de Cifuentes, D. Juan de Ribera, Lope Ort\u00edz de St\u00fa\u00f1iga, Diego\nLopez de Haro fijo de Juan de Haro, desposado con la fija del Conde\nde Fuensalida la que av\u00eda de ser Condesa de Cifuentes. Estos facen\nguerra porque los dexen entrar en sus casas: si entran, como son de\nmala yacija, nunca estar\u00e1n quedos dentro; si no entran, nunca estar\u00e1n\nquedos fuera con deseo de entrar. Si entraren algunos que se trata que\nentren, los que quedaren fuera de necesario bullecer\u00e1n por entrar; de\nmanera que no s\u00e9 por qu\u00e9 pecados aquella noble Cibdad rescibiese tan\ngrandes, y espera rescebir mayores puniciones. \u00bfQu\u00e9 dir\u00e9 pues, Se\u00f1or,\ndel cuerpo de aquella noble Cibdad de Toledo, alcazar de Emperadores,\ndonde grandes y menores todos viven una vida bien triste por cierto\n\u00e9 desaventurada? Levant\u00f3se el pueblo con el Dean Morales \u00e9 Prior de\nAroche, y echaron fuera al Conde de Fuensalida \u00e9 \u00e1 sus fijos, \u00e9 \u00e1 Diego\nde Ribera que tenia el Alcazar, \u00e9 \u00e1 todos los del Se\u00f1or Maestre. Los\nde fuera, echados, han fecho guerra \u00e1 la Cibdad, la Cibdad tambien\n\u00e1 los de fuera: \u00e9 como aquellos Cibdadanos son grandes inquisidores\nde la f\u00e9, dad que hereg\u00edas fallaron en los bienes de los Labradores\nde Fuensalida, que toda la robaron, \u00e9 quemaron \u00e9 robaron \u00e1 Guadamur,\n\u00e9 otros Lugares. Los de fuera con este mismo zelo de la f\u00e9 quemaron\nmuchas casas de Burguillos, \u00e9 ficieron tanta guerra \u00e1 los de dentro,\nque lleg\u00f3 \u00e1 valer en Toledo solo el cocer de un pan un maraved\u00ed por\nfalta de le\u00f1a. El Rey es ido all\u00e1, \u00e9 fizo ir con \u00e9l al Conde de\nSalda\u00f1a, porque los unos \u00e9 los otros se ponen en su mano. Plega \u00e1\nDios que yo sea incierto adevino, porque creo que no podr\u00e1 sentenciar\nel Conde; \u00e9 si sentenciare, no se obedescer\u00e1; \u00e9 si se obedesciere,\nno se complir\u00e1; \u00e9 complido, no durar\u00e1, ni la razon d\u00e1 posibilidad\npara ello. El que mas en esto \u00e1 mi ver ha perdido es el Se\u00f1or Conde\nde Fuensalida, no tanto de sus rentas \u00e9 bienes que le han quemado \u00e9\ntomado, aunque es asaz, quanto de la autoridad que por el oficio \u00e9\npor su persona tenia en aquella su naturaleza. Esto digo porque la\ncosa v\u00e1 tan rota contra \u00e9l, que fu\u00e9 por la Cibdad llamado Alfonso\nCarrillo, al qual entregaron la vara del oficio de Alcald\u00eda mayor.\nEl suceso que avr\u00e1 no lo s\u00e9; pero hoy dia la tiene en haz del Rey,\nque est\u00e1 en la Cibdad como tratante entre ellos. Medina, Valladolid,\nToro, Zamora, Salamanca, y eso por a\u00ed est\u00e1 debaxo de la cobdicia del\nAlcayde de Castronu\u00f1o. Hase levantado contra \u00e9l el se\u00f1or Duque de\nAlva para lo cercar; y no creo que podr\u00e1, por la ruin disposicion del\nReyno, \u00e9 tambien porque aquel Alcayde est\u00e1 ya criado gusano del Rey\nDon Alfonso, tan grueso, que allega cada vez que quiere quinientas \u00e9\nseiscientas lanzas. Andan agora en tratos con \u00e9l porque d\u00e9 seguridad\npara que no robe ni mate. En campos naturales son las asonadas, \u00e9 no\nmengua nada su costumbre por la indisposicion del Reyno. Las guerras\nde Galicia, de que nos soliamos espeluznar, ya las reputamos ceviles\n\u00e9 tolerables, _immo_, l\u00edcitas. El Condestable, el Conde de Trivi\u00f1o,\ncon esos Caballeros de las Monta\u00f1as, se trabajan asaz por asolar toda\naquella tierra fasta Fuenterabia. Creo que salgan con ello segun la\npriesa le d\u00e1n. No hay mas Castilla; sin\u00f3 mas guerras avria. La Corte\nque... Los del Consejo _squalidi_, Contadores _gementes_, Secretarios\n_querentes_. Avernos dexado ya de facer alguna imagen de provision,\nporque ni se obedesce ni se cumple, y contamos las roturas \u00e9 casos\nque acaescen en nuestra Castilla como si acaesciesen en Bolo\u00f1a, \u00f3 en\nReynos d\u00f3 nuestra jurisdicion no alcanzase. E porque mas brevemente\nVra. mrd. lo comprehenda, certificoos, Se\u00f1or, que podria bien afirmar\nque los Jueces no ahorcan hoy un hombre por justicia por ningun crimen\nque cometa en toda Castilla, aviendo en ella asaz que lo merescen, como\nquier que algunos se ahorcan por injusticia. D\u00edgolo porque poco ha que\nJuan de Ulloa en Toro envi\u00f3 \u00e1 las casas del Licenciado de Valdivieso, \u00e9\nde Juan de Villalpando, \u00e9 los ahorc\u00f3 de sus puertas. Estos eran de los\nmas principales de la Cibdad: todos los otros Caballeros de Toro sabido\nesto, con sus parciales \u00e9 allegados fuyeron, \u00e9 desampararon la Cibdad;\n\u00e9 Juan de Ulloa \u00e9 los suyos entraron las casas, \u00e9 robaronlas. Yo vos\ncertifico, Se\u00f1or, que no acabe aqui esta letan\u00eda: as\u00ed que, Se\u00f1or, si\nDios _miraculos\u00e8_ no quisiese reedificar este templo tan destruido,\nno os ponga nadie esperanza de remedio, sin\u00f3 de mucho peor _in dies_.\nLos Procuradores del Reyno, que fueron llamados tres a\u00f1os ha, gastados\n\u00e9 cansados ya de andar ac\u00e1 tanto tiempo, mas por alguna reformacion\nde sus faciendas, que por conservacion de sus consciencias, otorgaron\nPedido \u00e9 Monedas; el qual bien repartido por Caballeros \u00e9 tiranos que\nse lo coman bien se hallar\u00e1 de ciento \u00e9 tantos cuentos uno solo que\nse pudiese aver para la despensa del Rey. Puedo bien certificar \u00e1\nVra. mrd. que estos Procuradores muchas \u00e9 muchas veces se trabajaron\nen entender \u00e9 dar orden en alguna reformacion del Reyno, \u00e9 para esto\nficieron juntas generales dos \u00f3 tres veces: \u00e9 mirad quan crudo est\u00e1\naun este humor, \u00e9 quan rebelde, que nunca hallaron medicina para le\ncurar; de manera que desesperados ya de remedio, se han dexado dello.\nLos Perlados eso mismo acordaron de se juntar para remediar algunas\ntiran\u00edas que se entran su poco \u00e1 poco en la Iglesia, resultantes\ndestotro temporal, \u00e9 para esto el se\u00f1or Arzobispo de Toledo, \u00e9 otros\nalgunos Obispos se han juntado en Aranda. Menos se presume que\naprovechar\u00e1 esto; porque he miedo... El se\u00f1or Maestre se casa agora:\ncasado, acu\u00e9rdase que se junten aqui en Madrid \u00e9l y el Cardenal con\nalgunos Procuradores, \u00e9 otros algunos Grandes \u00e9 Perlados, para dar\norden en alguna paz \u00e9 governacion del Reyno, poniendo algunos Perlados\n\u00e9 Caballeros que goviernen por tiempo... porque sobre el c\u00f3mo, sobre el\nquien... como dice Tulio: y esto porque falta el oficio del Rey, que\nlo av\u00eda todo de mandar solo. Muerto el Arzobispo de Sevilla, todos sus\nbienes \u00e9 la Mota de Medina qued\u00f3 \u00e1 Fonseca su sobrino. Aquella Villa\nvi\u00e9ndose opresa de aquella Mota, acordaron de la derribar, \u00e9 para esto\ntomaron por ayudador al Alcayde de Castronu\u00f1o, el qual con los de la\nVilla, \u00e9 los de la Villa con \u00e9l, la tienen ya en algun aprieto, con\nprop\u00f3sito de la derribar, \u00e9 aun daban alguna suma por ello. El Fonseca,\nviendose as\u00ed \u00e9 \u00e1 su Mota en algun estrecho; trat\u00f3 con la Villa que\nle diesen alguna equivalencia, \u00e9 les daria la Mota para la derrocar,\n\u00e9 para esto que llamasen al se\u00f1or Duque de Alva, porque el Duque la\ntuviese en las manos fasta que la Villa cumpliese la equivalencia que\nal Fonseca av\u00eda de ser dada: y esto todo se trat\u00f3 sin lo saber el\nAlcayde de Castronu\u00f1o que la tenia cercada. _Et factum est sic._ Vino\nel Duque de Alva con gente, y entr\u00f3 por una puerta de Medina, y el\nAlcayde se fu\u00e9 por otra, \u00e9 alz\u00f3 el cerco, \u00e9 tom\u00f3 el Duque la Mota en\ns\u00ed: unos dicen que para la derribar como la Villa lo desea; otros que\npara la tornar al Fonseca como \u00e9l lo querria. Yo, Se\u00f1or, veo que se la\ntiene el Duque. No dude Vra. mrd. que la envidia ha fecho su oficio\naqui, de tal manera, que algunos favorescen de secreto al Alcayde,\npara que el se\u00f1or Duque de Alva tenga que entender con \u00e9l algun rato.\nVedes aqui las nuevas de hasta agora: si mas quisieredes, por la\nmuestra destas sacareis las otras.\n _Para Fernand Alvarez, Secretario de la Reyna._[55]\n [55] _A\u00f1o de 1479. Falta en la primera edicion._\nSe\u00f1or: Ac\u00e1 nos dicen que se concluye paz con el Rey de Portugal: \u00e9\npor cierto cosa es muy santa \u00e9 conveniente \u00e1 ambas partes: \u00e1 la Reyna\nnuestra Se\u00f1ora, porque quitado el empacho de la guerra en Reyno ageno,\npueda administrar libremente la justicia que debe en el suyo, \u00e9 tambien\nporque cosa es digna de loor vencer con fortaleza, \u00e9 pacificar con\nhumanidad. Al se\u00f1or Rey de Portugal conviene eso mismo, porque si bien\nlo mira su Se\u00f1or\u00eda, cara \u00e1 cara le ha mandado Dios que se dexe desta\ndemanda, pues vido que este Reyno no le pudo sofrir, ni el suyo ayudar,\nni mucho menos el de Francia remediar para conseguir su prop\u00f3sito.\nVido eso mismo Su Se\u00f1oria, que si ovo orgullo quando tom\u00f3 \u00e1 Zamora,\naquello fu\u00e9 por peor, pues fu\u00e9 para salir della con da\u00f1o \u00e9 muerte de\nalgunos suyos. Si ovo orgullo para poner real sobre la puente, aquello\nfu\u00e9 por peor, pues se levant\u00f3 de alli sin conseguir fruto, pele\u00f3 \u00e9\nfu\u00e9 vencido. Si ovo esfuerzo en la guerra que el Rey de Francia nos\nfacia en su favor, aquello fu\u00e9 peor, pues se movi\u00f3 por aquello \u00e1 ir en\npersona donde ni gan\u00f3 honra, ni truxo provecho. Si acord\u00f3 enviar la\ngente que enviaba \u00e1 M\u00e9rida y Medellin, aquello fu\u00e9 mal consejo, porque\npele\u00f3 \u00e9 fu\u00e9 vencido del Maestre de Santiago. Y en conclusion, si ovo\norgullo con la mucha gente de Portugal, \u00e9 muchas fiucias de Castilla\nquando entr\u00f3 en ella, aquello fu\u00e9 por peor, pues sali\u00f3 della con poco\nprovecho \u00e9 mucho da\u00f1o. As\u00ed que, Se\u00f1or, bien miradas estas experiencias\nque vido \u00e9 que vimos p\u00fablicas, \u00e9 otras algunas que Su Alteza ha\nsentido secretas, de creer es que son amonestaciones divinas que se\nfacen \u00e1 los Reyes cat\u00f3licos para los reducir de malo \u00e1 buen prop\u00f3sito:\n\u00e9 as\u00ed entiendo que como cat\u00f3lico Pr\u00edncipe, por via de verdadero\nconoscimiento de Dios, pues en obras claras ve su voluntad secreta,\nremedando \u00e1 Nabucodonosor cuyas tentaciones fueron \u00e1 penitencia, \u00e9 no\n\u00e1 Faraon que le truxeron \u00e1 endurescimiento, nos dexar\u00e1 libres servir\nnuestros Reyes, \u00e9 no nos molestar\u00e1 ya mas para que sirvamos \u00e1 Reyes\nagenos, _quos non cognoverunn patres nostri_. En especial creo que como\nPr\u00edncipe cat\u00f3lico \u00e9 prudente tomar\u00e1 el consejo evang\u00e9lico que dice:\n\u00bfQuien es aquel Rey que ha de ir acometer guerra contra otro Rey, \u00e9\nno se asienta primero \u00e1 pensar si podr\u00e1 con diez mil ir contra el que\nviene con veinte mil? E pues ve Su Alteza que no es tan poderoso para\nsostener guerra donde tanta desproporcion de poder\u00edo hay, es de creer,\nsegun su prudencia, que segun el mismo Evangelio dice, enviar\u00e1 su\nembaxada, \u00e9 rogar\u00e1 aquellas cosas que concernen \u00e1 la paz. Escribe esto\nSant Lucas \u00e1 los catorce cap\u00edtulos de su Evangelio: p\u00f3ngolo en romance\nporque no vais \u00e1 declaradores. No dudo, Se\u00f1or, que alteren al se\u00f1or\nRey de Portugal algunas cosas nascidas de las esperanzas que le dar\u00e1n\nde Castilla; pero \u00e1 m\u00ed paresce que debria Su Se\u00f1or\u00eda membrarse bien\nque mi se\u00f1or el Cardenal de Espa\u00f1a le envi\u00f3, entre otras cosas \u00e1 decir\nquando queria entrar en Castilla, que no ficiese gran caudal del ayuda\nverbal que le ofrescian algunos Caballeros \u00e9 Perlados deste Reyno;\nporque quando necesario oviese el efecto de la actual, podria ser que\nni hallase actual ni verbal; en lo qual paresci\u00f3 que el Cardenal mi\nse\u00f1or profetiz\u00f3 mas cierto la salida que ovo en este fecho, que los que\nfavorescieron su entrada en este Reyno.\n _Para el Maestro de la Capilla del Rey de Portugal._[56]\n [56] _Falta en la primera edicion._\n_Charissime Domine_: Dos, \u00e9 aun creo que tres Cartas vuestras he\nrescebido, que no contienen otra cosa sin\u00f3 rogarme que os escriba: \u00e9\nciertamente querria facer lo que mandais, quanto mas lo que rogais,\nsalvo porque ni tengo ac\u00e1, ni me dais all\u00e1 materia que escribir. Menos\nescribo nuevas, porque las p\u00fablicas vos la sabeis, \u00e9 las secretas yo\nno las s\u00e9. E porque el Filosofo dice que los _sermones sunt inquirendi\njuxta materiam_, pues vos no sabeis dar la materia, menos puedo yo\nfacer los sermones: as\u00ed que vos por no saber, \u00e9 yo por no poder, se\nqueda la carta por escrebir. Despues he pensado que me quereis apremiar\nque diga la materia, \u00e9 faga la forma, como el Rey Nabucodonosor\nconstri\u00f1\u00f3 \u00e1 sus m\u00e1gicos que le dixesen el sue\u00f1o, \u00e9 le mostrasen la\nsoltara: \u00e9 aunque vos no teneis el poder de aquel Rey, ni yo el saber\nde aquel Daniel; pero digoos que fecistes bien en os ir, pues sois ido,\n\u00e9 fareis mejor en permanescer, pues estais all\u00e1. E como quier que se\nme fizo grave vuestra ida, pero quanto enojo me di\u00f3 vuestra absencia,\ntanto placer me d\u00e1 vuestra utilidad, sabiendo como estais bien con ese\nSeren\u00edsimo Rey. E pues vuestra constelacion era de venir de capilla\nen capilla de los Reyes que son de levante fasta poniente, \u00e1 lo menos\nser\u00e9mos seguros que no ireis mas adelante, pues no hay mas capillas de\nReyes d\u00f3 podais ir. Quanto \u00e1 lo que me encargais tocante \u00e1 la se\u00f1ora\nvuestra madre, _dictum puta. Valete._\n [57] _A\u00f1o de 1484. por Septiembre. Falta en la primera edicion._\nReverendo Se\u00f1or: Receb\u00ed vuestra Letra, y pues es buena, no es cara.\nD\u00edgolo porque aun vuestras Cartas son tan duras de aver, que no s\u00e9 si\nlas dais tan caras porque sean mas preciadas, \u00f3 si las dexais de dar\npor no dar aunque sea papel; porque como Vra. Reverencia sabe, todos\nvosotros mis se\u00f1ores los Religiosos sois tan enemigos del dar, quanto\nsois devotos del tomar. Como quier que sea, me plugo de la rescebir,\npor saber de la salud de Vra. Reverendisima persona, \u00e9 tambien por\nconoscer si aveis templado algun poco esa cobdicia que el h\u00e1bito de\nSant Hieronimo vos d\u00e1, debiendoosla quitar. _Inter alia_ me mandais\nque os escriba nuevas: \u00e9 para decir verdad de lo que yo s\u00e9, ningunas\nhay de presente sin\u00f3 guerra de Moros, en la qual esta Reyna nuestra\nSe\u00f1ora vemos que fuelga \u00e9 trabaja con tantas fuerzas interiores y\nexteriores, que paresce bien tenerla en el \u00e1nimo. Creed que toda su\nmayor solicitud por agora es los aderezos que convienen para la seguir,\nporque tiene los enemigos flacos, hambrientos, divisos, \u00e9 tan ca\u00eddos,\nque se cree \u00e1 pocos vayvenes sean derribados, \u00f3 \u00e1 lo menos... Face bien\nde perseverar en su empresa, porque no le contezca lo que acaesci\u00f3 \u00e1\nmuchos Reyes y Emperadores, que no sabiendo conoscer su tiempo ni su\nvencimiento, perdieron todo su trabajo pasado, \u00e9 ovieron infortunios\nen lo por venir. Otras nuevas ovimos esta semana, \u00e1 saber, que el Rey\nde Portugal, despues que degoll\u00f3 anta\u00f1o el Duque de Braganza, mat\u00f3\noga\u00f1o al Duque de Viseo su primo, fijo del Infante Don Fernando, y\nhermano de la Reyna su muger, mozo de veinte a\u00f1os: \u00e9 d\u00edcese que mand\u00f3\nmatar otros hombres principales sus criados \u00e9 servidores. La causa\ndestas muertes dicen que fu\u00e9 informacion que ovo el Rey como este Duque\ntrataba de lo matar. Esto es lo que dicen los otros; lo que digo yo\nes, que no querria vivir en Reyno donde el Rey mata sus deudos, \u00e9 los\ndeudos se dice que imaginaban matar su Rey. Ciertamente, Reverendo\nSe\u00f1or, fablando en la verdad, grande \u00e9 muy arrebatada debria ser la ira\nque aquel Rey, para ser Rey, concibi\u00f3, pues le fizo que matase, \u00e9 que\nmatase \u00e9l mismo, \u00e9 tan aceleradamente, \u00e9 \u00e1 hombre de su sangre, \u00e9 sin\nle oir primero, \u00e9 \u00e1 mozo de veinte a\u00f1os, edad tan tierna, que aunque\nfuese h\u00e1bile para facer faza\u00f1a, no era a\u00fan capaz para la inventar, ni\npara imaginar dolo. No tenemos licencia para fablar en las cosas de los\nReyes; pero s\u00e9 os decir, que infinitos Reyes leemos vivir vida larga\n\u00e9 pr\u00f3spera perdonando, \u00e9 pocos leemos vivir muchos dias ni seguros\nmatando. _Fiat voluntas Dei._ Vedes aqui, Se\u00f1or, las nuevas con sus\nautoridades. Estas \u00e9 mas os diria, no porque no s\u00e9 que las sabeis\nvos; mas porque sepais que las s\u00e9 yo, \u00e9 no digais, como soleis, que\nmis ochenta libros estarian mejor en vuestra celda que en mi c\u00e1mara.\n_Valete._\n _Para Mosen Alfonso de Olivares que estaba en la\n compa\u00f1ia del Duque de Placencia._[58]\n [58] _Escrita por el mismo tiempo que la primera_ Contra los\n males de la vejez, _a\u00f1o de 1482. Falta en la primera edicion._\nSe\u00f1or: Dias h\u00e1 que supe el reposo que hallastes con ese noble Se\u00f1or,\n\u00e9 considerada vuestra condicion y edad, conosc\u00ed que as\u00ed como Dios\npermite turbaciones \u00e1 los turbulentos, bien as\u00ed acarrea sosiego \u00e1 los\nquietos. Plega aquel _qui liberavit vos a negotio perambulante_ en\ncorte, _& replevit vos longitudine dierum_: que al fin _ostendat vobis\nsalutare suum_. Yo soy aqui mas traido que venido; porque estando en\nmi casa retra\u00eddo, \u00e9 quasi libre de la pena del cobdiciar, \u00e9 comenzando\n\u00e1 gozar del beneficio de contentamiento, fu\u00ed llamado para escribir las\ncosas destos Se\u00f1ores. Este Se\u00f1or me rog\u00f3 que os escribiese, y enviase\nunos renglones que ove fecho contra la vejez. Por ellos vereis que _cum\neram parvulus loquebar ut parvulus_; agora que soy viejo la edad me\nconstri\u00f1e escribir el sentimiento que se siente en los dias viejos. Al\nSe\u00f1or Duque beso las manos. _Valete._\n _Para Puertocarrero, Se\u00f1or de Palma._[59]\n [59] _A\u00f1o de 1482. Falta en la primera edicion._\nMuy noble \u00e9 magn\u00edfico Se\u00f1or: Dice Vra. mrd. que querria ver mis razones\nmas que mis encomiendas. En verdad, muy noble Se\u00f1or, yo deseo que\nviesedes mas mis servicios que lo uno ni lo otro; pero porque son pocos\n\u00e9 flacos, los suplo con aquellas pocas encomiendas que os envi\u00e9. E\npor tanto, Se\u00f1or, no quiero que resciba Vra. mrd. este enga\u00f1o; porque\naveis de saber que quando oviere fecho lo ultimo de mi poder por os\nservir, certifico \u00e1 Vra. mrd. que todo ello valga bien poco. As\u00ed que\nno lleva razon que tal Se\u00f1or como vos, y con tan claras obras como las\nvuestras, est\u00e9n obligadas \u00e1 tan flaco servidor, \u00e9 tan pocos servicios\ncomo los mios. Dice asimismo Vra. mrd. que andando por mandado de la\nReyna con el Duque de Vis\u00e9o vos cuesta saber la lengua Portuguesa tanto\ncomo al Conde de Casta\u00f1eda la Morisca quando se rescat\u00f3 de la prision\nde los Moros. Ciertamente, Se\u00f1or, ambos comprastes caro; porque ni la\nuna lengua ni la otra valen la meitad de lo que costaron, y con tales\ncompras de lenguages como estas que se os deparan, est\u00e1 como est\u00e1 el\ntesoro de Palma. Pero, Se\u00f1or, si mirais que el otro compr\u00f3 su libertad,\n\u00e9 vos fecistes vuestra lealtad, hallareis que ambos comprastes varato.\nAllende desto os debeis conortar con el Se\u00f1or Rey de Portugal, \u00e1\nquien cost\u00f3 mas dineros aprender la lengua Castellana que \u00e1 vos la\nPortuguesa, \u00e9 nunca pudo aprender palabra en todo el tiempo que estuvo\nen Castilla.\n _Para el Cardenal de Espa\u00f1a._[60]\n [60] _Falta en la primera edicion._\nIlustre y Reverendisimo Se\u00f1or: Sabido avr\u00e1 V. S. aquel nuevo estatuto\nfecho en Guipuzcoa, en que ordenaron que no fuesemos all\u00e1 \u00e1 casar ni\nmorar &c. como sin\u00f3 estuviera ya sin\u00f3 en ir \u00e1 poblar aquella fertilidad\nde Xarafe, \u00e9 aquella abundancia de Carpentania. Un poco paresce \u00e1 la\nordenanza que ficieron los pedreros de Toledo de no amostrar su oficio\n\u00e1 confeso ninguno. As\u00ed me vala Dios, Se\u00f1or, bien considerado no v\u00ed\ncosa mas de reir para el que conosce la qualidad de la tierra, \u00e9 la\ncondicion de la gente. \u00bfNo es de reir, que todos \u00f3 los mas envian ac\u00e1\nsus fijos que nos sirvan, \u00e9 muchos dellos por mozos de espuelas, \u00e9 que\nno quieran ser consuegros de los que desean ser servidores? No s\u00e9 yo\npor cierto, Se\u00f1or, como esto se puede proporcionar, desecharnos por\nparientes, y escogernos por se\u00f1ores; ni menos entiendo como se puede\ncompadescer de la una parte prohibir nuestra comunicacion, \u00e9 de la otra\nhenchir las casas de los Mercaderes y Escrivanos de ac\u00e1 de los fijos de\nall\u00e1; \u00e9 instituir los padres ordenanzas injuriosas contra los que les\ncrian los fijos, \u00e9 les d\u00e1n oficios \u00e9 caudales, \u00e9 dieron \u00e1 ellos quando\nmozos: qu\u00e1nto yo, Se\u00f1or, mas dellos v\u00ed en casa del Relator aprendiendo\n\u00e1 escrebir, que en casa del Marques I\u00f1igo Lopez aprendiendo \u00e1 justar.\nTambien seguro \u00e1 Vra. Se\u00f1or\u00eda, que hallen agora mas Guipuzces en casa\nde Fernand Alvarez y de Alfonso de Avila, Secretarios, que en vuestra\ncasa, ni del Condestable, aunque sois de su tierra. En mi f\u00e9, Se\u00f1or,\nquatro dellos crio agora en mi casa: sus padres ordenan esto que veis:\n\u00e9 mas de quarenta hombres honrados \u00e9 casados est\u00e1n en aquella tierra\nque cri\u00e9 \u00e9 mostr\u00e9; pero no por cierto \u00e1 facer aquellas ordenanzas.\n_Omnium rerum vicissitudo est._ Pagan agora estos la prohibicion que\nfizo Moysen \u00e1 su gente que no casasen con Gentiles; pero no podemos\ndecir del: _C\u0153pit Moyses facere & docere_, como decimos de Christo\nnuestro Redentor; porque dos veces que cas\u00f3 tom\u00f3 mugeres para s\u00ed de las\nque defendi\u00f3 \u00e1 los otros. Tornando ora, Se\u00f1or, \u00e1 fablar al prop\u00f3sito,\nciertamente gran ofensa ficieron \u00e1 Dios por ordenar en su Iglesia\ncontra su Ley, \u00e9 gran ofensa ficieron \u00e1 la Reyna por ordenar en su\ntierra sin su licencia.\n _Para el Se\u00f1or Don Enrique._[61]\n [61] _A principios del a\u00f1o de 1482. pues la p\u00e9rdida de Zahara fu\u00e9\n \u00e1 27. de Diciembre de 1481._\nMuy noble \u00e9 magn\u00edfico Se\u00f1or: Tanto placer ove del pesar que ovistes\npor la p\u00e9rdida de Zahara, quanto pesar ove del placer que ovieron los\nMoros en ganarla: \u00e9 por cierto Se\u00f1or, si desto debe pesar al buen\nChristiano, \u00e9 al buen Caballero, mucho mas debe pesar al visnieto del\nInfante Don Fadr\u00edque, \u00e9 del Rey Don Alfonso de Castilla como vos sois.\nEste tal por cierto no solo debe aver pesar de tal cosa, mas debe aver\nira: porque el pesar \u00e1 las veces es de las cosas que no llevan remedio,\n\u00e9 la ira de las que se espera remedio \u00e9 venganza. Algunos Filosofos\ndixeron que el buen varon no debe aver ira, \u00e9 Aristoteles en las Eticas\ndice que la debe aver donde conviene, \u00e9 por lo que conviene: \u00e9 por\ncierto, Se\u00f1or, no s\u00e9 yo quando ni porque cosa mas la debe aver el buen\nCaballero que por el caso presente. As\u00ed que, muy noble Se\u00f1or, como\nsuelen decir: pes\u00f3me de vuestro enojo; as\u00ed os digo que me plugo deste\nvuestro pesar; porque de razon como fijo de vuestro padre, \u00e9 nieto de\nvuestros abuelos lo debeis aver para procurar el remedio: \u00e9 no medre\nDios \u00e1 quien consolatoria os enviare solare ello. Dice Vra. mrd. que\nos pesar\u00e1, si quando fuerdes en la Corte se os quit\u00e1re el pesar que\nteneis por la p\u00e9rdida de aquella Villa: y creo, muy noble Se\u00f1or, que\nrecelais no os acaezca lo que acaesci\u00f3 \u00e1 Sant Pedro; el qual como fuese\nesforzado, verdadero \u00e9 constante, entrando en la corte de Cayfas luego\nse mudo, \u00e9 neg\u00f3 y enflaquesci\u00f3. Esto, muy noble Se\u00f1or, es verdad que\nacaesce en las cortes de los Reyes malos \u00e9 tiranos, d\u00f3 se face el buen\nCaballero malo, y el malo peor; pero no ha lugar por cierto en la corte\nde los buenos Reyes \u00e9 Cat\u00f3licos, como son estos nuestros, porque alli\nse ha tal doctrina con que el buen Caballero es mejor, y el malo no\ntanto; \u00e9 aun alli puede el buen Caballero ganar su \u00e1nima quando recta\n\u00e9 lealmente se oviere en las cosas. Decia el Obispo Don Alfonso, que\nel Caballero que no iba \u00e1 la corte, y el Cl\u00e9rigo que no iba \u00e1 Roma no\nvalian un cornado.[62]\n [62] _En la primera edicion dice_: no eran bien consejados.\n _Al t\u00edtulo del Marques de Santillana, p\u00e1g. 32._\n _Gomez Manrique, Corregidor de Avila y Toledo, hijo del Adelantado\n Pedro Manrique, hermano de Don Rodrigo Manrique Maestre de Santiago,\n y tio del c\u00e9lebre Poeta Don Jorge Manrique, en el Cancionero que\n recopil\u00f3 de sus propias obras \u00e1 ruego del Conde de Benavente insert\u00f3\n las Coplas que hizo \u00e1 la muerte del Marques[63], precedidas de una\n Carta, dirigiendolas \u00e1 Don Pedro Gonzalez de Mendoza, Obispo entonces\n de Calahorra, en la qual dice_:\n [63] Se imprimieron estas Coplas sin la Carta en el Cancionero\n general de Sevilla del a\u00f1o 1535. fol. 34.\nSi despues de la definicion del muy virtuoso se\u00f1or padre vuestro, mi\nse\u00f1or \u00e9 mi tio, digno de eterna memoria, muy Reverendo Se\u00f1or, yo he\ndexado de escrebir \u00e1 Vra. Reverencia, segun se suele acostumbrar en\nlos semblantes casos de dolor entre los que bien se aman, bien puede\ncreer la Merced vra. non aver por inadvertencia nin por mengua de amor\nquedado; mas ciertamente porque vuestro sentimiento sent\u00ed, \u00e9 el vuestro\ndolor tanto me doli\u00f3, que mas para ser consolado, que para consolar\nme fall\u00e9 dispuesto. E no sin causa; ca en pronto ante mi afligido\nesp\u00edritu fu\u00e9 presentada la irreparable p\u00e9rdida que este nuestro Reyno\nfacia: que bien se puede decir que perdi\u00f3 otro Fabio para sus consejos,\notro Cesar para sus conquistas, otro Camilo para sus defensas, otro\nLivio para sus memorias; seyendo el primero de semblante prosapia \u00e9\ngrandeza de estado que en nuestros tiempos congreg\u00f3 la ciencia con la\ncaballer\u00eda, \u00e9 la lor\u00edga con la toga: que yo me recuerdo aver pocos, \u00e9\naun verdad fablando, ninguno de los tales que \u00e1 las Letras se diese;\n\u00e9 no solamente digo que no las procuraban, mas que las aborrescian,\nrepreendiendo \u00e1 algun Caballero si se daba al estudio, como si el\noficio militar solo en saber bien encontrar con la lanza, \u00f3 ferir con\nla espada consistiese. La qual errada opinion este Varon magn\u00edfico\narranc\u00f3 de nuestra patria, reprob\u00e1ndola por te\u00f3rica, e faciendola\nincierta por pr\u00e1tica: en la paz prosas \u00e9 metros de mayor elegancia\nescribiendo que ninguno de los pasados; en las guerras mostrandose\nun Marcelo en el ordenar, \u00e9 un Castino en acometer, seyendo \u00e1 sus\nCaballeros, como Mario por s\u00ed decia, aconsejador, en los fechos, \u00e9\ncompa\u00f1ero en los peligros...\n _Al t\u00edtulo de D. Fernand Alvarez de Toledo, pag. 45._\n _Hallandose este Caballero en la prision le dirigi\u00f3 el Marques de\n Santillana una obrita intitulada_: Coplas de Bias \u00e1 la Fortuna[64]\n _con la carta \u00f3 proemio que se sigue_.\n [64] Se halla impresa esta obrita en quarto, sin expresion del\n a\u00f1o, del lugar, ni del nombre del Impresor. Labbe en la Bibliot.\n M. S. dice que en la Librer\u00eda del Rey de Francia hay dos Cartas\n del Marques de Santillana al Conde de Alva estando en prision:\n acaso esta ser\u00e1 una de ellas.\nQuando yo demando \u00e1 los Ferreras, tus criados y mios, \u00e9 aun \u00e1 muchos\notros, Se\u00f1or \u00e9 mas que hermano mio, de tu salud, \u00e9 de qual es agora\ntu vida, \u00e9 que es lo que faces \u00e9 dices; \u00e9 responden \u00e9 certifican con\nquanto esfuerzo, con quanta paciencia, con quanto desprecio \u00e9 buena\ncara t\u00fa padesces, consientes \u00e9 sufres tu detencion, \u00e9 todas las otras\ncongojas, molestias y vejaciones que el mundo ha tra\u00eddo; \u00e9 con quanta\nliberalidad \u00e9 franqueza partes \u00e9 distribuyes aquellas cosas que \u00e1 tus\nsueltas manos vienen; refiriendo \u00e1 Dios muchas gracias, me recuerdo de\naquello que Homero escribe en la Ulixia; conviene \u00e1 saber, que como por\nnaufragio \u00f3 fortuna de mar, Ulixes, Rey de los Cefalanos, desbaratado\nviniese en las riberas del mar, \u00e9 desnudo \u00e9 maltractado fuese tra\u00eddo\nante la Reyna de aquella tierra, \u00e9 de los Grandes del Reyno, que con\nella estaban en un festival \u00e9 grande convite: \u00e9 como aquella le viese\ny le acatase, despues todos los otros con grande reverencia tanto le\nestimaron, que dexada la cena, todos estaban contemplando en \u00e9l: asi\nque apenas era alguno que mas desease cosa que pudiese alcanzar de los\ndioses que ser Ulixes en aquel estado. Adonde \u00e1 grandes voces, y muchas\nveces, este soberano poeta exclama diciendo: \u00a1O homes! habed en gran\ncura la virtud, la qual con el naufragio nada, \u00e9 al que est\u00e1 desnudo \u00e9\ndesechado en los marinos litos ha mostrado con tanta autoridad \u00e9 as\u00ed\nvenerable \u00e1 las gentes. La virtud, as\u00ed como el Filosofo dice, siempre\ncay\u00f3 de pies, \u00e9 como el abrojo. E ciertamente, Se\u00f1or \u00e9 mas que hermano\nmio, \u00e1 los amigos tuyos \u00e9 mios, asi como uno de aquellos, es \u00e9 debe ser\nde los trabajos tuyos el dolor, la mengua \u00f3 alta, asi como Lelio decia\nde Cipion: ca la virtud siempre ser\u00e1, agora libre \u00f3 detenido, rico \u00f3\npobre, armado \u00f3 sin armas, vivo \u00f3 muerto, con una loable \u00e9 maravillosa\neternidad y fama. Con estos Ferreras me escribistes que algunos de\nmis tractados te enviase por consolacion tuya. Desde all\u00ed con aquella\natencion que furtar se puede de los mayores negocios, \u00e9 despues de los\nfamiliares, pens\u00e9 investigar alguna buena manera, as\u00ed como remedios,\n\u00f3 meditacion contra Fortuna, tal que si ser pudiese, en esta vejacion\n\u00e1 tu nobleza gratificase, como no sin asaz justas y aparentes causas\n\u00e1 lo tal \u00e9 \u00e1 mayores cosas yo sea tenido. Ca principalmente ovimos\nunos mesmos abuelos, \u00e9 las nuestras casas siempre sin enterrupcion\nalguna se miraron con leales ojos, sinc\u00e9ro \u00e9 amoroso acatamiento; \u00e9\nlo mas del tiempo de nuestra crianza quasi una \u00e9 en uno fu\u00e9: as\u00ed que\njuntamente con las personas cresci\u00f3 \u00e9 se aument\u00f3 nuestra verdadera\namistad. Siempre me pluguieron \u00e9 fueron gratas las cosas que \u00e1 t\u00ed, de\nlo qual me tove \u00e9 tengo por contento: por quanto aquellos \u00e1 quienes las\nobras de los virtuosos placen, as\u00ed como librea \u00f3 alguna se\u00f1al traen de\nvirtud. Una continuamente fu\u00e9 nuestra mesa: un mesmo uso en todas las\ncosas de paz \u00e9 de guerra. Nenguna de las nuestras c\u00e1maras \u00e9 despensas\nse pudo decir menguada si la otra abastada fuese. Nunca yo te demand\u00e9\ncosa que t\u00fa no cumplieses, nin me la denegases; lo qual me face creer\nque las mis demandas fuesen rectas \u00e9 honestas \u00e9 conformes \u00e1 la razon,\ncomo sea que \u00e1 los buenos \u00e9 doctos varones jam\u00e1s les plega ni deban\notorgar sin\u00f3 buenas \u00e9 l\u00edcitas cosas. E sean agora por informaciones\nde aquellos que mas han visto, \u00e9 paresce verdaderamente hayan querido\nhablar de las costumbres y calidades de todos los Se\u00f1ores y mayores\nhombres deste nuestro Regno, \u00f3 de aquellos que de treinta a\u00f1os, \u00f3 poco\nmas, que yo comenc\u00e9 la navegacion en este vejado \u00e9 trabajoso golfo, he\navido noticia \u00e9 conoscimiento, \u00e9 de algunos compa\u00f1ia \u00e9 familiaridad,\nloando \u00e1 todos, t\u00fa eres el que \u00e1 m\u00ed mucho plugiste \u00e9 places. Ca la tu\nvoluntad non esper\u00f3 \u00e1 la mediana manceb\u00eda, ni \u00e1 los postrimeros dias\nde la vejez; ca en edad nueva a\u00fan puedo decir comenz\u00f3 el resplandor\nde la tu utilidad \u00e9 nobleza. Nin es quien pueda negar que fechas las\ntreguas con los Reyes de Arag\u00f3n \u00e9 de Navarra, \u00e9 levantadas las huestes\ndel Garray \u00e9 del Majano, cesadas las guerras, en las quales viril \u00e9\nmuy virtuosamente te oviste, \u00e9 por t\u00ed obtenidas las inexpugnables\nfuerzas de Xalante, \u00e9 Teresa, Sahara, \u00e9 Xaraficil en el Regno de\nValencia, aver tu seido de los primeros que contra Granada la frontera\nemprendiese, ciertamente estando ella en otro punto \u00e9 mayor prosperidad\nque t\u00fa la dexaste al tiempo que triunfal \u00e9 gloriosamente por mandado\nde nuestro Rey de las fronteras de C\u00f3rdoba \u00e9 Jaen te partiste, aviendo\nganado tantas \u00e9 mas Villas \u00e9 Castillos, as\u00ed guerreandolas, como\ncombatiendolas, entrandolas forzosamente, que ninguno. E como quiera\nque el principal remedio \u00e9 libertad \u00e1 la tu detencion, \u00e9 infortunios\ndepende de aquel que universalmente \u00e1 los vejados reposa, \u00e1 los\naflictos remedia, \u00e1 los tristes alegra, espero ya sea que en algunos\ntiempos traer\u00e1 \u00e1 memoria \u00e1 los muy excelentes y claros nuestro Rey \u00e9\nPr\u00edncipe (como en la mano suya los corazones sean de los Reyes) todas\nlas cosas que ya de los tus fechos he dicho, y muchos otros servicios\n\u00e1 la Real Casa de Castilla por los tuyos \u00e9 por t\u00ed fechos. E por me\nallegar \u00e1 la rivera \u00e9 puerto de mi obra, recu\u00e9rdome de aver leido en\naquel libro donde la vida del Rey Asuero se escribe, que de Ester se\nllama, como en aquel tiempo la costumbre de los Reyes fuese en los\nretraimientos \u00e9 reposos suyos mandar leer las gestas \u00e9 actos que los\nnaturales de sus Reynos \u00e9 forasteros oviesen fecho en servicio de los\nReyes, de la patria \u00e9 del bien p\u00fablico, que Mardoch\u00eao pr\u00f3speramente \u00e9\ncon glorioso triunfo de la muerte fu\u00e9 librado. Pues lee nuestro Rey \u00e9\nmira los servicios, regrac\u00edalos \u00e9 satisf\u00e1celos; \u00e9 si se aluenga non se\ntira. Ni tanto lugar avr\u00e1 el nuc\u00edble apetito, nin la ciega sa\u00f1a, que\ntales \u00e9 tan grandes aldabadas \u00e9 voces de servicios las sus orejas non\ndespierten: ca non son los nuestros Se\u00f1ores Diomedis de Tracia, que\nde humana carne facia manjar \u00e1 sus caballos; non Buseris de Egipto,\nmatador de los huespedes; non Perillo Siracusano, que nuevos modos de\npenas buscaba \u00e1 los tristes culpados hombres; non Dionisio de esta\nmisma Siracusa; non Attila _flagelum Dei_, nin de muchos otros tales;\nmas ben\u00edvolos, clementes \u00e9 humanos: lo qual todo hace \u00e1 m\u00ed firmemente\nesperar de tu libertad. La qual con salud tuya, \u00e9 de tu noble muger, \u00e9\nde tus fijos dignos de t\u00ed, nuestro Se\u00f1or aderesce as\u00ed como yo deseo.\n _Al t\u00edtulo de D. Rodrigo de Villandrando, pag. 61._\n _El Privilegio que el Rey Don Juan el II. expidi\u00f3 \u00e1 este Caballero\n est\u00e1 inserto en una confirmacion de la Reyna Do\u00f1a Juana, cuyo registro\n se halla en el Archivo de Simancas: Dice_:\nEn el nombre de Dios Padre..... Acatando \u00e9 parando mientes \u00e1 los\nmuchos, \u00e9 buenos, \u00e9 leales, \u00e9 se\u00f1alados servicios que vos Don Rodrigo\nde Villandrando, Conde de Rivadeo, mi Vasallo, \u00e9 de mi Consejo, me\navedes fecho, \u00e9 los peligros \u00e1 que vos pusistes por mi servicio, \u00e9 de\nla Corona Real de mis Reynos, veniendo, segun que venistes de fuera\nde ellos por mi mandado con muchas Gentes de armas de \u00e1 caballo \u00e9\nArcheros, sobre los levantamientos fechos en mis Reynos, \u00e9 dexastes\nvuestras tierras \u00e9 castillos \u00e9 hacienda, poniendolo todo en aventura\npor mi servicio. E especialmente el servicio se\u00f1alado que vos me\nfecisteis el dia de la Epifan\u00eda que pas\u00f3, quando estando para entrar\nen Toledo mi persona ovo gran peligro, \u00e9 vos con vuestro esfuerzo\n\u00e9 animosidad la fecisteis segura de las muchas Gentes de armas que\nsalieron en pos del Infante de la Cibdad para facerme deservicio. E\npor memoria de tan leal \u00e9 animoso fecho, \u00e9 se\u00f1alado servicio, vos me\npedistes por privillejo \u00e9 preeminencia especial, que vos, \u00e9 los otros\nCondes vuestros succesores que despues vinieren hayan \u00e9 lleven, \u00e9 les\nsean dadas las ropas \u00e9 vestiduras enteramente que Nos, \u00e9 los Reyes\nnuestros succesores en Castilla \u00e9 en Leon, que despues de nos vinieren,\nvistieremos en el sobre dicho dia de la Epifan\u00eda de cada un a\u00f1o para\nsiempre jamas: \u00e9 ansimismo que vos honremos asentandovos \u00e1 nuestra mesa\n\u00e1 comer con Nos, \u00e9 con los otros Reyes que despues de Nos fueren, en\nel dicho dia de la Epifan\u00eda de cada un a\u00f1o por siempre jamas \u00e1 vos \u00e9 \u00e1\nlos que vos succedieren en vuestro Condado de Rivadeo. Y yo, queriendo\nque haya memoria de tan gran fecho, \u00e9 leal \u00e9 se\u00f1alado servicio, \u00e9\nanimosidad con que defendisteis mi Persona, \u00e9 acudisteis al bien\npublico de mis Reynos, \u00e9 que se d\u00e9 exemplo \u00e1 los otros mis Vasallos,\nlo tove por bien. E por la presente... Fecho en Torrijos nueve dias de\nEnero a\u00f1o del Nascimiento de Nuestro Salvador Jesu Christo de mil \u00e9\nquatrocientos \u00e9 quarenta \u00e9 un a\u00f1os, YO EL REY. Yo Diego Romero le fice\nescrebir por mandado de nuestro Se\u00f1or el Rey.\n _Al t\u00edtulo de Don Rodrigo Manrique, pag. 90._\n _D. Jorge Manrique, hijo de este insigne Maestre de Santiago, hizo en\n su elogio con motivo de su muerte aquellas c\u00e9lebres Coplas que tantas\n veces se han impreso, y que sin embargo son raras: por cuyo motivo, y\n por ser de las mejores poes\u00edas de aquel tiempo, se repiten aqui._\n Recuerde el alma dormida,\n avive el seso y despierte\n contemplando\n como se pasa la vida,\n como se viene la muerte\n tan callando:\n quan presto se v\u00e1 el plac\u00e9r;\n como despues de acordado\n d\u00e1 dolor;\n como \u00e1 nuestro parecer\n qualquiera tiempo pasado\n fu\u00e9 mejor.\n Pues que vemos lo presente\n quan en un punto se es ido\n y acabado,\n si juzgamos sabiamente,\n daremos lo no venido\n por pasado.\n No se enga\u00f1e nadie, no,\n pensando que ha de durar\n lo que espera\n mas que dur\u00f3 lo que vi\u00f3;\n pues que todo ha de pasar\n por tal manera.\n Nuestras vidas son los rios\n que van \u00e1 dar en la mar,\n que es el morir:\n all\u00ed van los se\u00f1or\u00edos\n derechos \u00e1 se acabar\n y consumir.\n All\u00ed los rios caudales,\n all\u00ed los otros medianos,\n y mas chicos,\n allegados son iguales;\n los que viven por sus manos,\n y los ricos.\n Dexo las invocaciones\n de los famosos poetas\n y oradores:\n no curo de sus ficiones;\n que traen yerva secreta\n sus sabores.\n A aquel solo me encomiendo,\n \u00e1 aquel solo invoco yo\n de verdad,\n que en este mundo viviendo,\n el mundo no conoci\u00f3\n su Deidad.\n Este mundo es el camino\n para el otro, que es morada\n sin pesar;\n mas cumple tener buen tino\n para andar esta jornada\n sin errar.\n Partimos quando nacemos,\n andamos mientras vivimos,\n y llegamos\n al tiempo que fenecemos:\n asi que quando morimos\n descansamos.\n Este mundo bueno fu\u00e9,\n si bien usasemos de \u00e9l\n como debemos;\n porque segun nuestra f\u00e9\n es para ganar aquel\n que atendemos.\n Y a\u00fan el Fijo de Dios\n para subirnos al Cielo\n descendi\u00f3\n \u00e1 nacer ac\u00e1 entre n\u00f3s,\n y vivir en este suelo\n d\u00f3 muri\u00f3.\n Ved de quan poco valor\n son las cosas tras que andamos\n \u00e9 corremos,\n que en este mundo traydor\n aun primero que muramos\n las perdemos.\n Dellas deshace la edad,\n dellas casos desastrados\n que acaescen,\n dellas por su calidad\n en los mas altos estados\n desfallecen.\n Decidme \u00bfla hermosura,\n la gentil frescura y tez\n de la cara,\n la color y la blancura,\n quando viene la vejez\n qual se para?\n Las ma\u00f1as \u00e9 ligereza,\n y la fuerza corporal\n de juventud,\n todo se torna graveza\n quando llega al arrabal\n de senectud.\n \u00bfPues la sangre de los Godos,\n el linage, y la nobleza\n tan crecida,\n por quantas vias y modos\n se pierde su gran alteza\n en esta vida?\n Unos por poco valer,\n \u00a1por quan bajos y abatidos\n que los tienen!\n otros que por no tener\n con oficios no debidos\n se mantienen.\n \u00bfLos estados \u00e9 riqueza\n que nos dexan \u00e1 deshora\n quien lo duda?\n No les pidamos firmeza;\n pues que son de una se\u00f1ora\n que se muda:\n que bienes son de fortuna,\n que revuelve con su rueda\n presurosa;\n la qual no puede ser una,\n ni ser estable ni queda\n en una cosa.\n Pero digo que acompa\u00f1en\n \u00e9 lleguen basta la huesa\n con su due\u00f1o:\n por eso no nos enga\u00f1en;\n pues se va la vida apriesa\n como sue\u00f1o.\n Y los deleytes de ac\u00e1\n son, en que nos deleytamos\n temporales;\n y los tormentos de all\u00e1,\n que por ellos esperamos,\n eternales.\n Los placeres \u00e9 dulzores\n de esta vida trabajada\n que tenemos\n \u00bfque son sino corredores,\n y la muerte la zelada\n en que caemos?\n No mirando \u00e1 nuestro da\u00f1o\n corremos \u00e1 rienda suelta\n sin parar:\n de que vemos el enga\u00f1o,\n y queremos dar la vuelta,\n no hay lugar.\n Si fuese en nuestro poder\n tornar la cara fermosa\n corporal,\n como podemos hacer\n el alma tan gloriosa\n angelical,\n \u00bfque diligencia tan viva\n tubieramos toda hora,\n y tan presta,\n en componer la cativa,\n dex\u00e1ndonos la se\u00f1ora\n descompuesta?\n Estos Reyes poderosos,\n que vemos por escrituras\n ya pasadas,\n con casos tristes llorosos\n fueron sus buenas venturas\n trastornadas.\n Asi que no hay cosa fuerte;\n que \u00e1 Papas y Emperadores,\n y Perlados\n as\u00ed los trata la muerte\n como \u00e1 los pobres pastores\n de ganados.\n Dexemos \u00e1 los Troyanos,\n que sus males no los vimos\n ni sus glorias:\n dexemos \u00e1 los Romanos,\n aunque o\u00edmos y leemos\n sus historias.\n No curemos de saber\n lo de aquel siglo pasado\n qu\u00e9 fue de ello:\n vengamos \u00e1 lo de ayer,\n que tambien es olvidado\n como aquello.\n \u00bfQu\u00e9 se hizo el Rey D. Juan?\n \u00bflos Infantes de Aragon\n que se hicieron?\n \u00bfque fu\u00e9 de tanto galan,\n que fu\u00e9 de tanta invencion\n como traxeron?\n \u00bfLas justas \u00e9 los torneos,\n paramentos, bordaduras\n \u00e9 cimeras,\n que fueron sin\u00f3 devaneos?\n \u00bfque fueron sin\u00f3 verduras\n de las eras?\n \u00bfQue se hicieron las damas,\n sus tocados, sus vestidos,\n sus olores?\n \u00bfQue se hicieron las llamas\n de los fuegos encendidos\n de amadores?\n \u00bfQue se hizo aquel trobar\n las musicas acordadas\n que ta\u00f1ian?\n \u00bfQue se hizo aquel danzar\n y aquellas ropas chapadas\n que trahian?\n \u00bfPues el otro su heredero\n Don Enrique que poderes\n alcanzaba?\n \u00a1Quan blando, quan halaguero\n el mundo con sus placeres\n se le daba!\n Mas ver\u00e1s \u00a1quan enemigo,\n quan contrario, quan cruel\n se le mostr\u00f3!\n \u00a1Habi\u00e9ndole sido amigo,\n quan poco dur\u00f3 con el\n lo que le di\u00f3!\n \u00a1Las d\u00e1divas desmedidas,\n los edificios reales\n llenos de oro;\n las bajillas tan fabridas,\n los enriques y reales\n del tesoro;\n los jaeces y caballos\n de su gente, y atavios\n tan sobrados,\n donde iremos \u00e1 buscallos!\n \u00bfque fueron sin\u00f3 rocios\n de los prados?\n Pues su hermano el inocente,\n que en su vida sucesor\n se llam\u00f3,\n \u00a1que corte tan excelente\n tubo, y quanto gran Se\u00f1or\n que le sigui\u00f3!\n Mas como fuese mortal,\n meti\u00f3lo la muerte luego\n en su fragua.\n \u00a1O juicio divinal!\n quando mas ardia el fuego\n echaste agua.\n Pues aquel gran Condestable,\n Maestre que conocimos\n tan privado,\n no cumple que d\u00e9l se hable,\n sin\u00f3 solo que le vimos\n degollado.\n Sus infinitos tesoros,\n sus Villas y sus Lugares,\n su mandar,\n \u00bfque le fueron sino lloros?\n \u00bfqu\u00e9 fueron sino pesares\n al dexar?\n Pues los otros dos hermanos\n Maestres tan prosperados\n como Reyes,\n que \u00e1 los grandes \u00e9 medianos\n traxeron tan sojuzgados\n \u00e1 sus leyes:\n aquella prosperidad,\n que tan alto fu\u00e9 subida\n y ensalzada,\n \u00bfque fu\u00e9 sino claridad\n que quando mas encendida\n fu\u00e9 amatada?\n Tantos Duques excelentes,\n tantos Marqueses y Condes\n y Varones\n como vimos tan potentes,\n d\u00ed, muerte, \u00bfd\u00f3 los escondes\n y los pones?\n \u00c9 sus muy claras haza\u00f1as\n que ficieron en las guerras\n y en las paces,\n quando t\u00fa, \u00a1cruel! te ensa\u00f1as\n con tu fuerza las atierras\n \u00e9 deshaces.\n \u00bfLas huestes inumerables,\n los pendones, estandartes\n e vanderas,\n los castillos impunables,\n los muros y baluartes\n \u00e9 barreras,\n la caba honda chapada,\n \u00f3 qualquier otro reparo,\n que aprovecha?\n quando t\u00fa vienes airada\n todo lo pasas de claro\n con tu flecha.\n Aquel de buenos abrigo,\n amado por virtuoso\n de la gente,\n el Maestre Don Rodrigo\n Manrique, tan famoso\n \u00e9 tan valiente,\n sus grandes fechos y claros\n no cumple que los alabe,\n pues los vieron;\n ni los quiero facer caros,\n pues el mundo todo sabe\n quales fueron.\n \u00a1Que amigo de sus amigos!\n \u00a1que se\u00f1or para criados\n y parientes!\n \u00a1que enemigo de enemigos!\n \u00a1que Maestre de esforzados\n y valientes!\n \u00a1que seso para discretos!\n \u00a1que gracia para donosos!\n \u00a1que razon!\n \u00a1quan benigno \u00e1 los subjectos!\n \u00a1y \u00e1 los brabos y da\u00f1osos\n un leon!\n En ventura, Octaviano:\n Julio Cesar en vencer\n \u00e9 batallar:\n en la virtud, Africano:\n Anibal en el saber\n y trabajar:\n en la bondad, un Trajano:\n Tito en liberalidad\n con alegria:\n en su brazo, un Archiano:\n Marco Tulio en la verdad\n que prometia:\n Antonio Pio en clemencia:\n Marco Aurelio en igualdad\n del semblante:\n Adriano en eloq\u00fcencia:\n Theodosio en humanidad\n y buen talante:\n Aurelio Alexandro fu\u00e9\n en disciplina e rigor\n de la guerra:\n un Constantino en la f\u00e9:\n Gamelio en el gran amor\n de su tierra.\n No dex\u00f3 grandes tesoros,\n ni alcanz\u00f3 muchas riquezas,\n ni bajillas;\n mas hizo guerra \u00e1 los Moros,\n ganando sus fortalezas\n e sus Villas:\n y en las lides que venci\u00f3\n Caballeros y caballos\n se prendieron:\n en este oficio gan\u00f3\n las rentas y los vasallos\n que le dieron.\n \u00bfPues por su honra y estado\n en otros tiempos pasados\n c\u00f3mo se hubo?\n quedando desamparado,\n con hermanos y criados\n se sostuvo.\n Despues que fechos famosos\n fizo en esta dicha guerra\n que facia,\n fizo tratos tan honrosos,\n que le dieron mui mas tierra\n que tenia.\n Estas sus viejas historias,\n que con su brazo pint\u00f3\n en juventud,\n con otras nuevas victorias\n agora las renov\u00f3\n en senectud.\n E por su gran ablidad,\n por meritos y ancian\u00eda\n bien gastada,\n alcanz\u00f3 la dignidad\n de la gran Caballer\u00eda\n de la Espada.\n E sus villas \u00e9 sus tierras\n ocupadas de tiranos\n las hall\u00f3;\n mas por cercos \u00e9 por guerras,\n \u00e9 por fuerzas de sus manos\n las cobr\u00f3.\n Pues nuestro Rey natural\n si de las obras que obr\u00f3\n fu\u00e9 servido,\n d\u00edgalo el de Portugal,\n y en Castilla quien sigui\u00f3\n su partido.\n Despues de puesta la vida\n tantas veces por su Ley\n al tablero;\n despues de tan bien servida\n la corona de su Rey\n verdadero;\n despues de tanta faza\u00f1a,\n \u00e1 que no puede bastar\n cuenta cierta,\n en la su Villa de Oca\u00f1a\n vino la muerte \u00e1 llamar\n \u00e1 su puerta.\n Diciendo: buen Caballero,\n dexad el mundo enga\u00f1oso,\n y su halago:\n muestre su esfuerzo famoso\n vuestro corazon de acero\n en este trago.\n Y pues de vida y salud\n hicisteis tan poca cuenta\n por la fama,\n esfuercese la virtud\n para sufrir esta afrenta\n que os llama.\n No se os haga tan amarga\n la batalla temerosa\n que esperais,\n pues otra vida mas larga\n de fama tan gloriosa\n ac\u00e1 dexais.\n Aunque esta vida de honor\n tampoco no es eternal,\n ni verdadera;\n mas con todo muy mejor\n que la otra temporal\n perecedera.\n El vivir que es perdurable\n no se gana con estados\n mundanales,\n ni con vida deleytable,\n en que moran los pecados\n infernales;\n mas los buenos Religiosos\n gananlo con oraciones,\n y con lloros;\n los Caballeros famosos\n con trabajos y aflicciones\n contra Moros.\n Y pues vos, claro Varon,\n tanta sangre derramastes\n de paganos,\n esperad el galardon\n que en este mundo ganastes\n por las manos.\n Y con esta confianza\n y con la f\u00e9 tan entera\n que teneis\n partid con buena esperanza,\n que esta otra vida tercera\n ganareis.\n _Responde el Maestre._\n No gastemos tiempo ya\n en esta vida mezquina,\n por tal modo\n que mi voluntad est\u00e1\n conforme con la divina\n para todo.\n Y consiento en mi morir\n con voluntad placentera\n clara y pura;\n que querer hombre vivir\n quando Dios quiere que muera\n es locura.\n T\u00fa que por nuestra maldad\n tomaste forma civil\n y baxo nombre:\n t\u00fa que \u00e1 tu divinidad\n juntaste cosa tan vil\n como el hombre:\n t\u00fa que tan grandes tormentos\n sufriste sin resistencia\n en tu persona;\n no por mis merecimientos,\n mas por tu sola clemencia\n me perdona.\n As\u00ed con tal entender,\n todos sentidos humanos\n conservados,\n cercado de su muger,\n de sus hijos y de hermanos\n y de criados,\n di\u00f3 el alma \u00e1 quien se la di\u00f3,\n el qual la ponga en el cielo,\n y en su gloria:\n y aunque la vida muri\u00f3,\n nos dex\u00f3 harto consuelo\n su memoria.\n _Al t\u00edtulo de Garcilaso de la Vega, pag. 102._\n _En el Cancionero M. S. de_ Gomez Manrique _hay una obra con el\n t\u00edtulo de_ Difinicion del Noble Caballero Garcilaso de la Vega,\n _cuyas primeras Coplas ha parecido poner aqui, por expresar algunas\n circunstancias de su muerte, y un elogio que conviene con el que le\n hace Pulgar_.\n A Veinte y un dias del noveno mes\n el a\u00f1o de cinco despues de cincuenta,\n \u00e9 quatro centenas poniendo en la cuenta,\n nueve centenas \u00e9 una despues,\n estando bien cerca del Lugar que es\n mayor de la Foya de tierra de Moros\n en nuestras v\u00ed gentes sospiros \u00e9 lloros;\n \u00e9 v\u00ed los contrarios facer al rev\u00e9s.\n Las nuestras gentes muy agro lloraban,\n dando sospiros \u00e9 grandes gemidos;\n los Moros con trompas \u00e9 con alaridos\n \u00e9 con atabales el ayre enllenaban.\n Los nuestros llorando su mal publicaban;\n los otros riendo su bien descubrian:\n as\u00ed los llorantes \u00e9 los que reian\n con voces discordes el campo atronaban.\n All\u00ed era llanto con miedo mezclado:\n l\u00e1grimas iban con lanzas echadas.\n All\u00ed los gemidos \u00e9 las cuchilladas\n facian un son muy desacordado.\n All\u00ed por sacar el cuerpo finado\n avia ruido, \u00e9 tan espantoso,\n que ninguno era tan poco medroso\n que non estuviese asaz demudado.\n Lloraban, pla\u00f1ian parientes hermanos\n por ser as\u00ed muerto por un ballestero\n aquel esforzado gentil Caballero,\n que otro mejor no fu\u00e9 por sus manos.\n La contra facian los perros paganos,\n de los quales era su lanza temida,\n \u00e1 muchos con ella tirando la vida,\n \u00e9 \u00e1 otros dexando con cuerpos mal sanos.\n Oyendo lo qual con gran turbacion,\n teniendo en el campo quien bien me doliese,\n sofrirlo no pude que presto no fuese\n \u00e1 saber quien era aquel buen varon\n por quien se facia tal lamentacion,\n lo qual pregunt\u00e9 \u00e1 uno muy paso:\n llorando me dixo: est'es Garcilaso:\n mat\u00f3le saeta por gran ocasion.\n Est'es aquel que sangre facia\n primero que nadie en los enemigos:\n est'es aquel que por sus amigos\n la vida \u00e9 facienda de grado ponia:\n est'es aquel que tanto valia\n que nunca por cierto morirse debiera.\n Murio por gran falta de una babera,\n que por ir mas suelto traer no queria.\n Este jamas perdi\u00f3 su reposo\n por grandes peligros, nin fuertes temores;\n antes en priesas \u00e9 miedos mayores\n all\u00ed se mostraba menos temeroso.\n Este fu\u00e9 tanto en armas dichoso,\n que no lo fu\u00e9 mas el fijo mayor\n del buen Rey Troyano, nin su matador,\n por mucho que Homero le pinte famoso.\n Est'es aquel mancebo nombrado,\n que non fu\u00e9 Troilo en su tiempo mas.\n Est'es aquel que nunca jamas\n fu\u00e9 visto vencido, maguer que sobrado.\n Este sin dubda ha bien demostrado\n en quantas peleas \u00e9 casos se vi\u00f3\n venir del linage de aquel que pas\u00f3\n con tanto peligro primero el Salado.\n Aqueste que vedes aqu\u00ed muerto ya,\n por quien esta gente tan fuerte se clama,\n aqu\u00ed comenz\u00f3 la su buena fama,\n la qual mucho tarde, \u00f3 nunca morr\u00e1.\n En aqueste mismo lugar donde est\u00e1\n le arm\u00f3 Caballero en una gran lid\n Rodrigo Manrique el segundo Cid,\n \u00e1 quien de su muerte mucho pesar\u00e1.\n Este muriendo al Rey fizo pago,\n pues que delante sus ojos fu\u00e9 muerto,\n su Orden muy bien guardando por cierto\n de nuestro Patron Se\u00f1or Santiago,\n faciendo en los Moros non menos estrago\n que los descendientes en s\u00ed de Cadino,\n mostrando ser bien sin duda sobrino\n del noble Marques Se\u00f1or de Buitrago.\n _Al t\u00edtulo del Cardenal de San Sixto, pag. 109._\n _En la edicion de los_ Claros Varones _del a\u00f1o 1747. en 8. al fin de\n la vida de este Cardenal se puso la advertencia siguiente_.\nEl P. M. Fr. Hernando del Castillo... Historiador de la Sagrada\nReligion de Predicadores, en la 1. part. lib. 3. cap. 42... hace varios\nelogios de los m\u00e9ritos y excelencias del Cardenal de Torquemada: y su\nilustre descendencia la refiere asi:\n \u00abFu\u00e9 el Cardenal Fr. Juan de Torquemada, no de Burgos, como le pareci\u00f3\n \u00e1 Fernando de Pulgar, ni de los padres que por su antojo \u00e9l quiere\n darle en sus _Claros Varones_. Fu\u00e9 natural de Valladolid, como \u00e9l\n mismo lo escribe en su _Lectura sobre el Decreto_, hijo de Alvar\n Fernandez de Torquemada Regidor de aquella Villa, y nieto de Pero\n Fernandez de Torquemada, y visnieto de Lope Alfonso de Torquemada. A\n Lope Alfonso de Torquemada, siendo Hijodalgo \u00e1 los Fueros de Castilla,\n arm\u00f3 Caballero el Rey D. Alonso el Onceno el dia de su Coronacion\n en la Ciudad de Burgos, como parece en su Historia cap. 105. Est\u00e1\n enterrado en la Iglesia de Santa Cruz de la Villa de Torquemada, donde\n era natural, y de cuyos antepasados era la mayor parte de aquel Lugar,\n como consta de un Privilegio que el Rey D. Fernando el Quarto di\u00f3 \u00e1 la\n Villa. De este Lope Alfonso, y de Ana de Collazos su muger fu\u00e9 hijo\n Pero Fernandez de Torquemada abuelo del Cardenal, y tuvo por hijo en\n Juana Fernandez de Tovar \u00e1 Alvar Fernandez de Torquemada. Mand\u00f3se\n enterrar en la Iglesia de Santa Olalla de Torquemada junto \u00e1 la\n sepultura de Alvar Lopez de Torquemada su tio. Su testamento es en la\n Era de MCCCCXIV. que es a\u00f1o del Se\u00f1or de 1376. en el qual hace mencion\n de su primo Rodrigo Rodriguez de Torquemada, que fu\u00e9 Adelantado mayor\n de Castilla (en la Cr\u00f3nica del Rey D. Pedro cap. 3. 4. 5.) y de su\n tio Lope Garcia de Torquemada, Se\u00f1or de Fornillos. Su muger Juana\n Fernandez de Tovar est\u00e1 enterrada en San Francisco de Valladolid en\n la Claustra en una Capilla que labr\u00f3 su hijo mayor Alvar Fernandez\n de Torquemada, padre que fu\u00e9 del Cardenal, y de Pero Fernandez de\n Torquemada. El Alvar Fernandez est\u00e1 con su muger en la Capilla\n susodicha de San Francisco; y el Pero Fernandez, hermano del Cardenal,\n en otra que llaman de Santo Domingo en San Pablo. Y haber sido hijo\n del dicho Alvar Fernandez consta por su testamento, y tambien por la\n Escritura de renunciacion que el Monasterio de San Pablo hizo de la\n leg\u00edtima que le pertenescia por haber tomado all\u00ed el Avito y hecho\n profesion Fr. Juan de Torquemada su hijo.\u00bb\n TITULO I. Del Rey D. Enrique Quarto, pag. 4.\n II. Del Almirante D. Fadrique, 17.\n III. Del Conde de Haro, 24.\n IV. Del Marques de Santillana, 32.\n V. De D. Fernand Alvarez de Toledo, 45.\n VI. De D. Juan Pacheco Maestre de Santiago, 53.\n VII. Del Conde D. Rodrigo de Villandrando, 61.\n VIII. Del Conde de Cifuentes, 71.\n IX. Del Duque del Infantazgo, 78.\n X. Del Conde de Alvadeliste, 83.\n XI. Del Conde de Placencia, 85.\n XII. Del Conde de Medinaceli, 87.\n XIII. Del Maestre D. Rodrigo Manrique Conde de Paredes,\n XIV. De un Razonamiento fecho \u00e1 la Reyna nuestra\n Se\u00f1ora, 98.\n XV. De Garcilaso de la Vega, 102.\n XVI. De D. Juan de Sayavedra, 104.\n XVII. De Rodrigo de Narvaez, 105.\n XVIII. Del Cardenal de Sant Sixto, 109.\n XIX. Del Cardenal de Sant Angelo, 113.\n XX. Del Arzobispo de Toledo, 117.\n XXI. Del Arzobispo de Sevilla, 122.\n XXII. Del Obispo de Burgos, 126.\n XXIII. Del Obispo de Coria, 130.\n XXIV. Del Obispo de Abila, 136.\n XXV. Del Obispo de Cordova, 140.\n XXVI. De otro Razonamiento breve fecho \u00e1 la Reyna\n nuestra Se\u00f1ora, 144.\n LETRA I. Contra los males de la vejez, 146.\n II. Para un Caballero que fu\u00e9 desterrado del Reyno, 154.\n III. Para el Arzobispo de Toledo, 160.\n IV. Para un Caballero su amigo de Toledo, 166.\n V. Para el Obispo de Osma, 170.\n VI. Para un Caballero criado del Arzobispo de Toledo,\n VII. Para el Rey de Portugal, 181.\n VIII. Al Obispo de Tuy, que estaba preso en Portugal,\n IX. Para el Doctor de Talavera, 198.\n X. Para Don Enrique, tio del Rey, 200.\n XI. Para la Reyna, 202.\n XII. Para Pedro de Toledo, Can\u00f3nigo de Sevilla, 205.\n XIII. Para el Condestable, 208.\n XIV. Para un su amigo de Toledo, 212.\n XV. Para el Cardenal, 220.\n XVI. Del Razonamiento hecho \u00e1 la Reyna quando hizo\n perdon general en Sevilla, 221.\n XVII. Para el Se\u00f1or Don Enrique, tio del Rey, 230.\n XVIII. Para el Prior del Paso, 232.\n XIX. Para el Conde de Cifuentes, que estaba preso en\n Granada, 233.\n XX. Para Don I\u00f1igo de Mendoza Conde de Tendilla, 235.\n XXI. Para un su amigo encubierto, 237.\n XXII. Para D. Gabriel de Mendoza, 243.\n XXIII. Para su fija Monja, 244.\n XXIV. Para cierto Caballero, 270.\n XXV. Para el Obispo de Coria, Dean de Toledo, 273.\n XXVI. Para Fernand Alvarez, Secretario de la Reyna,\n XXVII. Para el Maestro de la Capilla del Rey de Portugal,\n XXVIII. Para el Prior del Paso, 288.\n XXIX. Para Mosen Alfonso de Olivares, que estaba en\n la compa\u00f1ia del Duque de Palencia, 291.\n XXX. Para Puertocarrero, Se\u00f1or de Palma, 293.\n XXXI. Para el Cardenal de Espa\u00f1a, 294.\n XXXII. Para el Se\u00f1or D. Enrique, 297.\n ADICIONES A LOS CLAROS VARONES.\n I. Al t\u00edtulo del Marques de Santillana, 301.\n II. Al de D. Fernand Alvarez de Toledo, 304.\n III. Al de D. Rodrigo de Villandrando, 311.\n IV. Al de D. Rodrigo Manrique, 314.\n V. Al de Garcilaso de la Vega, 320.\n VI. Al del Cardenal de San Sixto, 323.\n VARIANTES DE ALGUNAS CARTAS\n SEGUN LA PRIMERA EDICION.\n Pag. 152. lin. 3. tanto mas va \u00e1 no andar. E propiamente fablando no\n se puede decir con verdad que vive ni que muere el viejo: no muere,\n porque aun tiene el \u00e1nima en el cuerpo; \u00e9 no vive, porque tiene la\n muerte tanto cerca, quanto cierta. As\u00ed, Se\u00f1or Doctor, que no s\u00e9 yo qu\u00e9\n vida puede tener el que este temor continuo tiene. Y lo mas grave...\n 154. 6. _s\u00e6p\u00e8 & instantissim\u00e8_:\n 156. 14. y de otros muchos en diversas...\n 118. 13. que nos responda...\n 159. 16. en sus necesidades, y alli suele...\n 163. 11. facerle Casa de oracion...\n 164. 3. en ca\u00edda total vinieron...\n 10. \u00e9 para cosas pias...\n 170. 17. veinte y tres a\u00f1os, edad tan tierna...\n 171. 2. informaciones, unas contrarias...\n 172. 11. que sepais que porque...\n 173. 6. si \u00e1 esos que lo oyen...\n 174. 2. que gente, y aun costaria menos...\n 175. 11. sirvio al Rey \u00e9 \u00e1 la Reyna en los principios\n tanto \u00e9 tan bien...\n 176. 5. me paresce mejor para...\n 178. 19. \u00e9 junto con \u00e9l los trabajos e cuidados;\n 25. sus hermanos. Casaron estos: ellos...\nEnd of the Project Gutenberg EBook of Claros varones de Castilla, y Letras, by \nFernando del Pulgar\n*** END OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK CLAROS VARONES DE CASTILLA ***\n***** This file should be named 61339-0.txt or 61339-0.zip *****\nThis and all associated files of various formats will be found in:\nProduced by Nahum Maso i Carcases, Ram\u00f3n Pajares Box and\nthe Online Distributed Proofreading Team at\nUpdated editions will replace the previous one--the old editions\nwill be renamed.\nCreating the works from public domain print editions means that no\none owns a United States copyright in these works, so the Foundation\n(and you!) can copy and distribute it in the United States without\npermission and without paying copyright royalties. Special rules,\nset forth in the General Terms of Use part of this license, apply to\ncopying and distributing Project Gutenberg-tm electronic works to\nprotect the PROJECT GUTENBERG-tm concept and trademark. 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It exists\nbecause of the efforts of hundreds of volunteers and donations from\npeople in all walks of life.\nVolunteers and financial support to provide volunteers with the\nassistance they need, are critical to reaching Project Gutenberg-tm's\ngoals and ensuring that the Project Gutenberg-tm collection will\nremain freely available for generations to come. In 2001, the Project\nGutenberg Literary Archive Foundation was created to provide a secure\nand permanent future for Project Gutenberg-tm and future generations.\nTo learn more about the Project Gutenberg Literary Archive Foundation\nand how your efforts and donations can help, see Sections 3 and 4\nSection 3. Information about the Project Gutenberg Literary Archive\nFoundation\nThe Project Gutenberg Literary Archive Foundation is a non profit\n501(c)(3) educational corporation organized under the laws of the\nstate of Mississippi and granted tax exempt status by the Internal\nRevenue Service. The Foundation's EIN or federal tax identification\nnumber is 64-6221541. Its 501(c)(3) letter is posted at\nLiterary Archive Foundation are tax deductible to the full extent\npermitted by U.S. federal laws and your state's laws.\nThe Foundation's principal office is located at 4557 Melan Dr. S.\nFairbanks, AK, 99712., but its volunteers and employees are scattered\nthroughout numerous locations. Its business office is located at\n809 North 1500 West, Salt Lake City, UT 84116, (801) 596-1887, email\nbusiness@pglaf.org. Email contact links and up to date contact\ninformation can be found at the Foundation's web site and official\nFor additional contact information:\n Dr. Gregory B. Newby\n Chief Executive and Director\n gbnewby@pglaf.org\nSection 4. Information about Donations to the Project Gutenberg\nLiterary Archive Foundation\nProject Gutenberg-tm depends upon and cannot survive without wide\nspread public support and donations to carry out its mission of\nincreasing the number of public domain and licensed works that can be\nfreely distributed in machine readable form accessible by the widest\narray of equipment including outdated equipment. Many small donations\n($1 to $5,000) are particularly important to maintaining tax exempt\nstatus with the IRS.\nThe Foundation is committed to complying with the laws regulating\ncharities and charitable donations in all 50 states of the United\nStates. Compliance requirements are not uniform and it takes a\nconsiderable effort, much paperwork and many fees to meet and keep up\nwith these requirements. We do not solicit donations in locations\nwhere we have not received written confirmation of compliance. To\nSEND DONATIONS or determine the status of compliance for any\nWhile we cannot and do not solicit contributions from states where we\nhave not met the solicitation requirements, we know of no prohibition\nagainst accepting unsolicited donations from donors in such states who\napproach us with offers to donate.\nInternational donations are gratefully accepted, but we cannot make\nany statements concerning tax treatment of donations received from\noutside the United States. U.S. laws alone swamp our small staff.\nPlease check the Project Gutenberg Web pages for current donation\nmethods and addresses. Donations are accepted in a number of other\nways including checks, online payments and credit card donations.\nSection 5. General Information About Project Gutenberg-tm electronic\nworks.\nProfessor Michael S. Hart is the originator of the Project Gutenberg-tm\nconcept of a library of electronic works that could be freely shared\nwith anyone. For thirty years, he produced and distributed Project\nGutenberg-tm eBooks with only a loose network of volunteer support.\nProject Gutenberg-tm eBooks are often created from several printed\neditions, all of which are confirmed as Public Domain in the U.S.\nunless a copyright notice is included. Thus, we do not necessarily\nkeep eBooks in compliance with any particular paper edition.\nMost people start at our Web site which has the main PG search facility:\nThis Web site includes information about Project Gutenberg-tm,\nincluding how to make donations to the Project Gutenberg Literary\nArchive Foundation, how to help produce our new eBooks, and how to\nsubscribe to our email newsletter to hear about new eBooks.", "source_dataset": "gutenberg", "source_dataset_detailed": "gutenberg - Claros varones de Castilla, y Letras\n"} ]